El Yaque miró pasar el ferrocarril por el ensanche
Dubocq y La Viara
Noviembre 28 del 2017
Una vez escuché
decir a Marino Vinicio Castillo Rodríguez (Jul.18.1932 en San Francisco de
Macorís), a quien todos conocemos por el lenguaraz y venenoso mote de Vincho, que la gente tenía que dedicarse
a una sola cosa; si así fuera, deberíamos andar como caballos de hipódromo, con
anteojeras, y un fuete que nos vapulee. Con una visión tan obtusa frente a la
vida, Vincho no debió jamás tener a
sus hijos en la misma institución académica a la que asistí en la avenida
Bolívar.
sueño de una tarde dominical (fragmento) |
En esas etapas
tempranas de la vida, uno tiende a guardar imagines que siempre se resuenan,
especialmente de los mayores, por eso Pelegrin me resultó siempre conocido;
Juárez pertenece a la promoción que me siguió; pero el chiquito, Vinicito, convertido en una especie de Chucky caribeño, escapa de mis memorias.
Antes del partido entre República Dominicana y Canadá que se libró en el
Palacio de los Deportes de Santiago Dr. Oscar Gobaira Abi-Saab, me remiten un
escrito de alguien que se llama José Encarnación, el mismo se apoda El Sabio, presuntuoso a la quinta
potencia; quizás buscando un minuto de fama conmigo. Por lo expuesto, el tipo
es de los incontables admiradores confundidos que tengo, me llamó la atención
lo siguiente: “en una (un) canasto de jugar baloncesto ubicado en
el lugar de guardar sus automobiles (automóviles) en la parte exterior de su hogar”. Agregaré que si
tuvo la disposición inquirir direcciones, llegar hasta la puerta del lugar
donde vivo y husmear, porque el canasto no está expuesto (o quizás penetró mis
instalaciones con el propósito de hurtar), debió tocar, como es de gente
decente, sentarse a conversar y solicitarme una taza de café, té, un vaso de
agua, quizás si me parecía ameno hasta la hubiera invitado a un trago de Glenfiddich, pero al
parecer las intenciones eran otras. Exceso de morbo tiene este Encarnación.
Dagoberto Peña Rincón |
Lo que si
estoy seguro es que jamás alcanzaré la condición de “sabio”. El concepto que uno
tenga de la sabiduría está influido de factores como crianza y circunstancias.
“No todo aquel a quien el mundo considera
sabio lo es realmente a los ojos de Dios. Por ejemplo, Job habló con unos
hombres que creían tener esa cualidad y llegó a la siguiente conclusión: “[Yo] no hallo
a ningún sabio entre ustedes”, señala Job 17:10.
Ahora nadie puede
impedirme que siga las huellas de quienes admiro, aunque algunas veces no esté
plenamente de acuerdo con ellos; eso se llama respeto. Resumiendo en la prensa
deportiva vernácula hay dos personas que
me embelesan casi de manera devocional: Roosevelt Comarazamy Medina y Rolando Guante, colocados por orden de edad.
Roy Rana |
Más allá, puedo mencionar a Alessandro Baricco, Fernando Botero Angulo, Khatia Buniatishvili, Leonora Carrington, Emmanuelle Marie Charpentier,
Enrico De Luca, Núria
Espert Romero, Sol
Gabetta, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, Luis
Alberto Miguel Hurtado Cruchaga, William
Kentridge, Jan Milosz Lisiecki, Julio Antonio Mella McPartland (un dominicano de quien Fidel Castro Ruz copió todas
sus ideas y nunca le confirió los créditos merecidos), Gamal Michelen Stefan, Ceferino
Namuncurá Burgos, Leonardo de
la Caridad Padura Fuentes,
Arturo Pérez-Reverte, Roberto Saviano, Galen D. Stucky, Janelle Tam, María de los Remedios Alicia
Rodriga Varo y Uranga, estos colocados alfabéticamente, y paro de contar,
porque te llevaría la misma eternidad adentrarte en el alma y obras de estos
personajes.
En el Oscar Gobaira Abi-Saab
hubo aplausos más largos de los que tocaban. Desde anoche se poblaron las redes
sociales por las obligaciones institucionales: porque hay que
cumplir y hacer creer que hay exceso de fortaleza, más allá donde el fanático
común quiere dejar un mensaje de solidaridad. Hay simbolismos, pero la realidad
es diferente. Caminando, se hace camino, pero se nos trata de mostrar un limbo
que nadie replica… todo se recicla entre los mismos. Como si aquello fuera un:
“Songo
le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé,
Bernabé le pegó a Muchilanga le echó a Burundanga, y se hincharon los pies”.
Toda esa emoción no cala, la gente que dice gobernar el baloncesto
dominicano es mentira, pura pantalla: “mentiras, maldad, falsedad”, como
dice otra canción.
Khatia Buniatishvili |
Se
dispuso de Canadá con marcador de 88 por 76. Los que llegaron de allende los
mares respondieron a parámetros irracionales, parecían
perturbados por algún elemento enraizado en las aguas que les servían o la
comida; elemento exógeno y extraño, creció como prospera el mal,
subrepticiamente. Les llegó rebotado aquí, porque en otras experiencias se supo
responder; la ocasión nos mostró a un Roy Rana, el primer indo-canadiense (la versión
de Comarazamy Medina en el baloncesto canadiense) en conducir
la selección de la nación de las puertas abiertas, dejando espacios para el
juego sin lógica de los dominicanos y se equivocó.
Fue apenas el cuarto triunfo dominicano en 16 presentaciones, desde los
Juegos Panamericanos del año 1979 (según recogía Diario Libre, Nov.27.2017). Los parciales transcurrieron: 19/16,
en el instante más lucido de los canadienses que fabricaron una seguidilla de
9-0 a 2:12 del cierre; 25/14, estando la diferencia a 13 enteros (33-20) a
falta de 5:50 y continuó hasta que apareció un triple de Ronald Ramón con 1:18
para el meridiano; a la pausa larga los dominicanos marcaban el paso,
44 por 30. El Listín Diario (Nov.28.2017)
me regaló: “ante una decente asistencia en la Gran Arena del Cibao”.
Es interesante recordar que el combinado
canadiense visitó el Palacio de los Deportes, creo en 1979 (debo confirmar,
para los que llevan anotaciones), camino a los Juegos Panamericanos de ese año.
Entonces bajo la conducción de John –Jack- Donahue (Jun.04.1932 en Nueva York;
Abr.16.2003 en Ottawa). Donahue fue director técnico de la selección absoluta
de Canadá entre 1972 y 1988, intervino en 4 ediciones de los Juegos Olímpicos (alcanzó
la cuarta posición en 1976 y en 1984). Fue el entrenador en la escuela
secundaria de Lew Alcindor (posteriormente conocido como Kareem
Abdul-Jabbar). Entre 1965 y 1972 fue el técnico de College of the Holy Cross,
con marca de 100-66. Recibió del gobierno canadiense la distinción de Meritorious Service
Decorations, miembro del Salón de la Fama del Deporte Canadiense, Salón de la Fama Olímpico de Canadá, Canadian
Basketball Hall of Fame, Ontario Basketball Hall of Fame, New York City
Basketball Hall of Fame, y Terry Fox Hall of Fame.
En los primeros 20
minutos Dominicana hiló 52.1 por ciento validos para 2 (12-de-23), 50.0 por
ciento detrás del arco (5-de-10), y 62.5 por ciento desde la línea (5-de-8),
con 19 rebotes y apenas 7 balones perdidos. Los canadienses respondieron con
47.1 por ciento validos para 2 (8-de-17), 14.3 por ciento detrás del arco
(2-de-14), un profundo talud, y 61.5 por ciento desde la línea (8-de-13), con
24 rebotes y apenas 11 balones perdidos.
Restablecidas las
acciones se mantuvo el empuje hasta lograr un abismo de 21 tantos, miré la
pizarra y marcaba 53 por 32, después de un lance de Eloy Camacho Vargas
restando 5:58, el tercero de los cuartos concluyó 18/16 (62-46); y el abismo llegó a 24 distante a 08:06 del colofón. La tropa
de Canadá trabajó mejor cuando se necesitaba una inyección tenaz, bajaron la
distancia a sólo 12 unidades, pero era casi imposible la remontada. El parcial cerró
26/30. Phillip Scrubb con 22 puntos fue el mejor por
la visita, 16 de ellos en el complemento, mientras Brady Heslip, héroe ofensivo
ante Bahamas, tres días antes, apareció en las postrimerías y dejó solo 9
puntos.
Jack Donohue y Steve Konchalski |
En los señalamientos “el decano”,
se incluía además: “los quisqueyanos
contaron con una gran noche de Rigoberto Mendoza que anotó 25 puntos y atrapó
cinco rebotes en un partido que los nacionales dominaron de principio a fin. En
la victoria Edward Santana y Víctor Líz sumaron 16 y 14 puntos,
respectivamente, mientras Sadiel Rojas tuvo un juego de 10 tantos y siete
rebotes y Ronald Ramón totalizó ocho unidades”.
Rana inició en Santiago
con Xavier Rathan-Mayes (6’04, 202, PG, Abr.29.1994 en Markham; egresado de
Florida State University en el 2017) Brady Heslip (6’02, 180, SG/PG,
Jun.19.1990 en Oakville, Ontario; egresado de Baylor University en el 2014,
actualmente en el turco Trabzonspor
Basketbol Kulübü con sede en la ciudad de Trabzon), Phil Scrubb (6’03, 185, PG/SG,
Nov.27.1992 en Richmond, Columbia Británica, egresado de Carleton University en
Canadá, actualmente en el alemán Skyliners Frankfurt), Anthony Bennett (6’08,
245, PF, Mar.14.1993 en Toronto; salido de UNLV en el 2013, primer pick del draft del 2013 por Cleveland Cavaliers, actualmente con el Northern
Arizona Suns de la D-League), y Joel
Vincent Anthony (6’09, 245, C, Ago.09.1982 en Montreal, egresado de UNLV en el
2007, no seleccionado por ningún equipo de la NBA, entre el 2007 y 2017 repartió
su trabajo entre Miami Heat, Boston Celtics, Detroit Pistons, y San Antonio
Spurs, actualmente sin trabajo).
Anthony Bennett |
Nunca apareció el líder
que acarreara las huestes blanquirojas.
República Dominicana concluyó con porcentajes de 56.8 en lances de 2
frente a 58.1 de sus rivales. Lanzó para 33.3 detrás del arco frente a 29.6 de Canadá.
Cubrió la línea de los sustos con 77.3 frente a 61.5 de los visitantes. Recogió
11 rebotes defensivos (15 de Canadá), 21 rebotes defensivos (25), para anexarse
32 rebotes (40); repartió 16 asistencias (15), contó 14 balones perdidos (22), hurtó
14 pelotas (5), bloqueos 3 lances de los oponentes (1), cometió 25 faltas personales
(21), efectuó 18 puntos en contraataques 86), fabricó 36 enteros en la pintura
(36), la banca le aportó 45 unidades (39).
Como señaló el gerente del conjunto quisqueyano,
Eduardo Najri, palabras más palabras menos: “el dirigente que no sabe dirigir”, ya había dispuesto de todo su
personal antes de la mitad de las acciones, como tratando de buscar lo que no
se le había perdido, como intentando “amarrar
una chiva” para que no hiciera las maromas. Debería de tomar con urgencia
un curso intensivo en manejo de personal con Osiris Duquela, o conseguir el
manual que tiene José Luis –Boyón-
Domínguez, de cómo exprimir a sus dirigidos con apenas una mirada.
Porque con bazas de San Antonio, no se llega a
ninguna parte. Lo mejor que pasó fue que no hubiera transmisión abierta, el
dirigente López Guillen usaba más malas palabras que lo que habitualmente corre
en las películas dominicanas. ¿Por qué insistirle tanto a Dagoberto Peña Rincón
que había que jugar duro hasta el final?... ¡coño Melvyn Miedlop López
Guillen, que malo eres!... ¡que poca autoridad tienes!...
López Guillen, ¡además de ser El Pingüino de
Villa Juana eres como la canción, un muñeco de trapo!
Por suerte, la otra palabra que usó Eduardito: “motoconcho”, de manera tan despectiva,
me resbala porque nunca la he usado. La animadversión de esta gente es tan
morrocotuda que en lugar de estar disfrutando de sus lances triunfales, usan ese
soplo de felicidad para estar tirando indirectas a los que tenemos posiciones
diferentes sobre la presencia en la tierra.
Con lo que debería bregar Najri y compartes es con sus
responsabilidades, frustraciones, vacilaciones e inseguridades; autoevaluarse,
porque tristemente no puede responsabilizar a los demás sus debilidades y
carencias. Sus despechos son egoístas, sus cobardías cicateras: usted mismo
creó ese mar donde sólo busca pleitesías. Radhamés Sepúlveda, El Doctor Pildorín, decía: “Veterano,
mete la manita; la manita limpiecita, Veterano, saca el numerito”.
Parece que la junta que lleva con Rafelin (Rafael
Fernando Uribe Vásquez, presidente de FEDOMBAL),
no le está asistiendo a la elevación de sus señoríos, idoneidades y
omnipotencias. Por supuesto, no tengo que recordar sus deberes en el Palacio de
los Deportes, donde en cinco años ha tratado de convertir la majestuosa instalación
en una ruina.
De los detalles sobre la duela, pasaré; hay cosas que no se
muestran en el juego que dicen más que lo que se ejecuta en el tabloncillo.
Uribe Vásquez y Najri, Najri y Uribe Vásquez, porque nadie sabe ya quien manda
ahí y en las propias oficinas de FEDOMBAL, se atiborran de besapiés con la única
finalidad de agilizar sus ministerios, versiones tropicalizadas de T.B. Joshua,
con piel emblanquecida.
Radhamés Sepúlveda, El Doctor Pildorín, |
Con algunas altas y enormes bajas, Virgilio Travieso Soto, Ariel
Pérez Ubiera, Manuel Acosta, Federico Lalane José, Julio Subero Montas, y hasta
Regil Leonidas Eurípides Herasme Díaz, trataron de que existiera algo más que
lo que observamos.
Uribe Vásquez quebró todo, ya veremos cuando se encuentren
los maletines llenos de facturas, y Najri usa el equipo nacional como una
chatarra de su propiedad, hasta explotarla como un hirudíneo, de tipo
filo-anélido, con tres mandíbulas.
En República
Dominicana no ha existido jamás, después de la muerte de Rafael L. Trujillo
Molina un régimen mínimo de consecuencias, más allá de la lista de “los izquierdistas” que tenía depositada Joaquín
Balaguer Ricardo en manos de Ramón Pérez Martínez (Macori) y el cuerpo de la Policía Nacional. Balaguer Ricardo, Guzmán
Fernández, Jorge Blanco, Fernández Reyna, Mejía Domínguez y Medina Sánchez han
propiciado un país corrompido. Organizaron la corrupción, la convirtieron en
sistémica y la reprodujeron desde las redes institucionales, profundizaron el
armazón ilegítimo entre gobernantes, políticos, empresarios y jueces. Esta
parejita, Uribe Vásquez y Najri se siente protegida,
convencidos de que jamás pagarán por sus desmanes, y ruegan por que el sistema
no cambie.
Desdoblando
una frase de Jean Paul Gustave Ricoeur (Feb.27.1913 en Valence (Charente); May.20.2005 en Châtenay-Malabry), uno de los más
acentuados filósofos del siglo XX, el Gobierno Dominicano debería ser una entidad
de naturaleza doble; correspondería ser fuerza y obligaría ser ley, pero aquí
nada se cumple, todo se interpreta. La potencia se simboliza por una bestia y
la legislación por un magistrado; dentro de nuestras fronteras nadie distingue
entre una y otra; tenemos la percepción, salvo contadas excepciones, que bárbaro
y gobernante forman un hibrido hirudíneo, también
de tipo filo-anélido, pero con siete cabezas y un millar de quijadas.
sueño de una tarde dominical de Diego Rivera |
Cuando cayó el telón, recordé
aquella noche Sep.04.2009 en la que ni Uribe Vásquez, ni César St. Hilaire, ni
Pedro Pablo Pérez aparecieron: se borraron de la faz de la tierra. Salieron
huyendo del Coliseo Roberto Clemente de San Juan, raudos y veloces, por la
derecha, quizás, para terminar devorando algunas hamburguesas en cualquier rincón
de aquella ciudad de interminables y festivas noches, o en una de las
habitaciones reservadas adicionalmente para “los peloteritos de grandes ligas”, dejando a Julio Toro, entonces
dirigente nacional, hablando basura de las alineaciones de los planetas, las
estrellas en posición de la esfera celeste, pero nada del juego que se acababa
de perder frente a Canadá; aquello fue
una vergüenza de proporciones mayúsculas y una muestra enorme de ineptitud.
El técnico de Canadá,
en ese evento, Leo Rautins, tratando de masticuar el idioma castellano, señaló
que sus muchachos habían puestos “cojones”
para ganar ese juego; hubo que pedir que varias veces repitiera aquello para
hacerlo legible: 80/74 finalizaron las acciones; 16-13, DOM; 19-17, DOM; 21-26,
CAN; y 20-24, CAN.
Ahí, estaban López
Guillen y su incondicional, el del añingotado
mote de Maita, José Mercedes Del
Rosario, metiendo cizaña desde la banca, rompiendo las pelotas con chismes e
indiscreciones, pero también un Ricardo Greer, encendiendo focos guerrilleros,
quien cuando recibió la oportunidad se hizo pupú en los pantalones. Los tres
llegaban al Roberto Clemente con mochilas llenas de cerillas.
Ciertamente sirve de
poco mostrar la realidad del baloncesto dominicano, pero se vive la
cotidianidad de la insuficiencia y carestía, donde la mediocridad alza vuelos osadamente.
Abrumadora es la evidencia de la falta de trabajo, lógica, planificación. La
victoria ante Canadá exacerbará determinados ánimos, algunos sacarán el pechito
y apelarán al patriotismo, refugio último de los cobardes.
En esos mares
turbulentos andamos, lleno de sincretismos neo-paganos, donde el billete es la imposición
del Espíritu Santo versión “la nueva era”.
Dentro de las variables de los tiempos que corren, con esos iluminismos inexistentes,
o Ilustracióm donde afirman el poder ilimitado de la razón
para gobernar el mundo de los hombres, dirigir sus vidas, abjurando del
pensamiento histórico, proclamando y exigiendo una ética irreprochable.
En tierra de caballeros, como es Santiago,
todos deberían empuñar una visión diferente de las cosas, pero el ferrocarril
ya no existe, el
baloncesto faccioso, que ha creado un entramado cuasi-delictivo, Rafelin y los amigos que ha llevado a
FEDOMBAL, sin historias dentro de la disciplina pero tampoco laborantismo, como
pretendiendo encastrar su grupo y hacerles creer que tienen una determinada
ascendencia, una burocracia que trata de vender como profesional, gobernantes
de asociaciones provinciales que no levantan una piedra para aporrearse con las
obligaciones, nombres que se replican en torneos y entidades sin funcionalidad,
que crecen a sus expensas, obtienen beneficios particulares y ocultan, o
pretenden ocultar, algunos rostros degradantes. Ello simboliza el lado más obscuro
de la disciplina. Cara de la contraposición del interés común, del buen hacer,
del bienestar colectivo.
Especialistas en
medrar desde cualquier posición en colaboración con actores privados, lo que
trajo Rafelin al baloncesto. La
corrupción, las prebendas, el clientelismo, el crimen organizado, la garantía
de impunidades, los servicios de baja calidad, aplicados al deporte. Figuras
que acompañan el funcionamiento de un concepto deportivo ahora arruinado que se
extiende a todas las demás federaciones.
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