Agrios
edulcorados…
Caso 311: Reformismo
disminuido: su última mutilación
Dic.13.2016
En la avenida San Cristóbal, que desde hace tiempo
pasó a llamarse Héctor Homero Hernández Vargas (dirigente de izquierda
asesinado en la misma arteria en el año de 1971, durante la época de funesta de
Joaquín Balaguer Ricardo), y que por ese nombre no la conoce nadie, a esquina
avenida Tiradentes de la ciudad de Santo Domingo, operan las oficinas del
ministerio de Salud Publica, de Obras Publicas y Comunicaciones, está también
el Coliseo de Boxeo Carlos –Teo-
Cruz, y además se encuentra ubicada la sede principal del Partido Reformista
Social Cristiano (PRSC), el partido del
gallo colorao.
Balaguer Ricardo |
El vetusto local “colorao”,
una edificación que refleja un marcado mal gusto, que a su lado dispone de la
sede del Distrito Nacional, no se usa para nada. Ambas edificaciones son
verdaderos elefantes en estado de indefensión. Aquello luce abandonado,
desaliñado, sórdido, mugriento, y no dudaría que cualquier vigilante tuviera ahí
una siembra de guandúles, sobre todo,
el lado de la sede provincial y una crianza de gallos de lidia.
Después de la muerte de Balaguer Ricardo el PRSC no ha
servido para nada, inclusive en las dos últimas contiendas electorales ha
corrido con candidatos de otras parcelas políticas, por cierto muy dispares
ambas, primero fue Danilo Medina Sánchez y más recientemente Luis Abinader
Corona, eso refleja que no hay ningún tipo de ideología más allá que los
empuñados gestos al poder; únicamente sus “dirigentes”
se han convertido en bisagras a cambio de “votos”.
¿Votos?... tengo la percepción que sus primeros 100 “regentes”, si llegan a esa cantidad o
mejor, sus primeros 100 beneficiados de las “alianzas”, no sacan una gata a mear.
Además, las menudeadas crisis muestran apenas
dirigentes territoriales, ninguno logra conexión con la ciudadanía; se decía
que Balaguer Ricardo se mantenía de las trampas electorales, pero los actuales
reprueban todas las materias, empezando por la simpatía. Eso si, los bolsillos
están repletos de papeletas que no sueltan ni con candela, sólo para cada Día
de Reyes apersonarse en la antigua vivienda del extinto líder a regalar “muñecas y bicicletas” en cantidades
insignificantes.
Mark Samsonovich |
El aparato reformista está cada vez más desmembrado, una
de sus acciones más sepultureras fue el simpático nombramiento de un inexperto
Víctor Osvaldo Gómez Casanova (Santo Domingo, 1976), actual director de la
Autoridad Portuaria Dominicana, como su secretario general (2005-09), avalado
únicamente por la figura de su progenitor, Víctor Gómez Bergés (Santiago,
1940), de donde renunció para unirse a los proyectos de Miguel Vargas
Maldonado, mostrando un transfuguismo como pocos y de inmediato diputado en el
periodo 2010-16 por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Parecería que tiene la flor en el mismo
lugar de la auyama.
¿Cuántas veces llamó este deslenguado
pseudo-comunicador negro bembón, ahijado
de la ingratitud y la inconsecuencia, que sabe obrar con perversidad a José
Francisco Peña Gómez?... ¿cuántas veces desde su casa paterna se colgaron
afiches en el 1990 con la leyenda “ese
hombre está loco, comprende”, refiriéndose a Juan Bosch?... para más detalles, aún hay quienes
esperan una respuesta sobre la participación directa o indirecta de su padre en
el asesinato del periodista Orlando Martínez Howley en 1975 (ver testimonios de
Narciso Isa Conde).
Sus máximos exponentes son Federico Augusto Antún
Batle (San Pedro de Macorís, 1952), también conocido por el mote de Quique; Ramón Rogelio Genao Durán
(Jarabacoa, 1966), también conocido por el mote de El Gordito de Jarabacoa; Víctor Orlando Bisonó Haza (Santo Domingo,
1963), también conocido por el mote de Ito,
y que tiene como asistente prtincipakisimo a un tal Tamarindo; Ramón Pérez Martínez, también conocido por el mote de Macori, de funesta recordación en los 12
años, cabecilla de La Banda Colorá,
organismo paramilitar que cobraba directamente en la sede del PRSC, y también
en la época de los 10 años, apodado en algunos sector liberales como El Asesino de Lyon, versión
tropicalizada y muy disminuida de Klaus Barbie Altmann ; Leonardo Matos Berrido, actual presidente de la Liga Dominicana de
Béisbol Profesional, pasado secretario de Educación y pasado director del Banco
Nacional de la Vivienda, donde se adjudicó una pensión millonaria; Rafaela
Alburquerque Castro de González (San José de los Llanos, 1947), también
conocida por el mote de Lila,
embajadora dominicana ante China-Taiwán y además diputado electa en las
elecciones de mayo pasado; Marino Antonio Collante Gómez (Santiago, 1953),
actual director del Departamento Aeroportuario; Consuelo Despradel de Ortiz,
comunicadora; Sergia Elena Mejía De Peña de Séliman (Santo Domingo, 1963),
miembro del Parlamento Centroamericano (PARLACEN); Guillermo Caram Herrera (San
Pedro de Macorís, 1941), pasado gobernador del Banco Central y pasado
secretario administrativo de la Presidencia; Johnny Jones Luciano (Santo
Domingo, 1958), actual presidente de la Liga Municipal Dominicana; Tácito Leopoldo Perdomo Robles, eterno
delegado ante la Junta Central Electoral (JCE); Carlos Modesto Guzmán Valerio, eterno
director del Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM); Alejandro Izquierdo de
Peña, vice-alcaldesa, diputada y ahora directora de Estadísticas; y Amable Aristy Castro (El Bonao, Higüey, 1949), senador de la
República, pasado presidente de la Liga Municipal Dominicana, presidente del
Partido Liberal Reformista y pasado presidente del Senado de la República.
Un partido diluido en las ambiciones de sus partes,
imposibilitado de crecer, anquilosado, sin horizonte, sin liderazgo, sin
mandos, sin prioridades, llenos de fichas imputables.
Si los reformistas tuvieran una caja negra, nos
revelaría que todos esos dirigentes agotaron la capacidad de la maquinaria a
base de ambiciones, algo que también está por ocurrir en las filas del peledeísmo; donde ya nadie se
escandaliza por nada, donde tampoco nadie ha evaluado sus derrotas y sus
crisis.
Como los rojos están quebrados, el único resquicio que
les quedaría para tener la esperanza de subir al cielo es donar sus
edificaciones, las dos de Santo Domingo y la de Santiago, ubicada en la
mismísima y céntrica 30 de Marzo a una institución como Fe y Alegría, un
movimiento de educación integral popular y de promoción social de la Compañía
de Jesús, que promueve el desarrollo de potencialidades de hombres y mujeres,
impulsando la adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas y valores.
Quizás podría ser otra, del gusto de los líderes, aquí he dejado mi sugerencia.
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