miércoles, 27 de enero de 2016

Nostromo

Pensé que tras dos años de ausencia el baloncesto superior del Distrito Nacional sería un espacio para las innovaciones y me equivoqué. Es un calco puro y siempre de la última versión que montó El Teacher, el mismo que brincó todas las tablitas hasta ponerse a salvo, amparado por quienes ya sabemos. En aquella ocasión Ramón Rodríguez convirtió la celebración en Metropolitano, ocho equipos, dos grupos, lo que no es una idea descabellada.

Ocho equipos, dos grupos, como para copiar la lección de El Teacher, apenas 10 partidos por equipo, un calendario apresurado, casi llevado en una olla de presión y según las disposiciones un jugador sub-25, que puede ser cambiado al antojo de los directivos. Esta vez, en lugar de los ojos y las presiones del presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Fernando Uribe Vásquez, también conocido por el mote de Rafelin, estarán los ojos y las presiones de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, quien es conocido por el mote de Leo Corporan, defendiendo sus intereses, los comerciales por un lado, y los de su club por el otro.

El superior de la capital dominicana debió ser la matriz que hiciera crecer todo el baloncesto nacional, como resultaba en un principio, pero la muy estrecha visión de sus dirigentes lo anquilosó; disputas de tigres y malandrines y cuchicheo de comadres de barrio. Aún mantiene la gracia de ser, o mejor dicho, mantenía, la exposición más relevante para el jugador dominicano.


Ante la falta eterna de creatividad y la muy escasa dignidad de los manejadores surgieron otros eventos; Santiago con todos sus pormenores se asentó la fama de ser el mejor organizado. Después, nos sembramos y terminamos cultivando eventos superiores, inclusive algunos calenturientos parieron la Liga Nacional de Baloncesto (LNB). Creo si la memoria no me traiciona que el primer presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) que encontré en el cargo cuando me inicié como redactor del Listín Diario fue a Candelario Hidalgo (+), y desde entonces conocimos el ciclón David, la tormenta Federico y también el ciclón Georges.

El sistema permitió que los clubes perdieran su esencia, el trabajo desapareció en aras de más y más ganancias, la comercialización resultaba un aspecto vital, para terminar apreciando y valorizando un grupo de alrededor de 30 jugadores que hacen vida en todos los puntos del país, que se convirtieron en mitos populares. Los entrenadores se acomodaron y al unísono decidieron no fatigarse; las instalaciones para el desarrollo de la juventud pasaron a ser alquiladas para diarias y eternas actividades recreativas. La radiografía honesta al baloncesto dominicano no es halagüeña.


La antorcha se apagó, las decisiones de FEDOMBAL entidad responsable de velar por la buena marcha de la actividad perdió iniciativa. Hoy la autonomía del baloncesto está en juego por las decisiones de Rafelin, el mismo que es capaz de apuñalar y dibujarse su sonrisa beatona en la cara, quien pretende acaparar todas las funciones y nadie más tendrá la responsabilidad de dejar una huella por la calidad competitiva de la actividad. Las pasiones dormirán un sueño eterno, nunca más habrá celebraciones y nadie tendrá competencias efectivas. La distribución equitativa de fondos y material de trabajo desaparecerá.

ABADINA se colocó una camisa de fuerza, la misma que graciosamente le extendió la FEDOMBAL respecto al calendario a seguir. Era como la canción de Los Compadres, Baja y tapa la olla: Vamos a comer temprano porque me huele a visita /recuérdate en el almuerzo que se apareció Conchita/Vamos a comer temprano porque me huele a visita /recuérdate en el almuerzo que se apareció Conchita. Lo mismo pasa en Santiago, que arrancará casi al unísono, La Romana que pautó acciones para Feb.12.2016. La visita no es nada más que la LNB, para quien FEDOMBAL trabaja cómplicemente.


La obligatoriedad de un jugador sub-25, regla absurda en un evento que debería ser para la juventud y también apropiado para desarrollar, al menos competitivamente, a esos muchachos. Alguien se ha preguntado que edad tenían Vinicio Muñoz, Antonio –Chicho- Sibilio, Rafael Hall-Cala, Iván Mieses, José Amable Frometa, Radhames Díaz, Leopoldo Ortiz, Ismael Tapia, Eugenio Matos, Claudio –Dalmau- Santana, Julio César –Lulú- Arias, Randolph García cuando debutaron en el Palacio de los Deportes; la de Hugo Cabrera, Héctor Báez, Eduardo Gómez, Kenny Jones, Orlando Cotes, Rafael Espaillat, Winston Royal, Mario –El Cocolo- Berson o Johnny Duluc cuando se convirtieron en figuras. Y que decir de Aldo Leschhorn, Frank Prats, Sergio Taveras, cuando jugaron el torneo pro-pre (pro pre-selección nacional de 1973), el último superior efectuado en el Eugenio María de Hostos.

Con calendarios ajustados y trabajo aquí y allá para jugadores no se evolucionará técnicamente. Además la medida convierte definitivamente los superiores en eventos muy adultos. Recuerdo al bueno de Otto Clemente defendiéndose con uñas y dientes con San Carlos hace pocos años, con casi 40 años de edad, siendo uno de los últimos suplentes. Tiempo después era figura en el Superior de Barahona.

Desde hace tiempo he externado la posición de que los superiores deben de jugarse de manera muy diferente a los actuales, siguiendo la clasificación de la propia FEDOMBAL. Los torneos A con seis fichas adultas, dos importados y el resto de chicos sub-25; los torneos B con seis fichas adultas, un importado y el resto de chicos sub-25; los torneos C con seis fichas adultas y el resto de chicos sub-25; y los torneos D con cinco fichas adultas y el resto de chicos sub-25. Este planteamiento está sujeto a revisión. Después de la visita de Horacio Muratore, presidente de FIBA, dentro de pocas semanas, será necesario la implementación urgente de nuevas medidas; las mismas que Uribe Vásquez ha postergado por comisión y omisión.


Este beato sonriente con su “nueva era” ha orientado al baloncesto al gusto de sus intereses, con el empleo mediático de todos los recursos a su alcance, avanzar contra los intereses privados y comerciales de los demás, una copia de la propaganda del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), como en su momento lo fueron el Constructivismo Soviético, la Bauhaus o Die Stijl. El mundo está envuelto en la cultura del gusto privado, del triunfo del gusto privado sobre el público.

Esa misma FEDOMBAL dispuso al cerrar el año 2015 que ningún jugador sub-25 podía percibir más de 200 dólares (moneda de los Estados Unidos de América) por partido, y además que los jugadores del Distrito Nacional no podían reforzar en la ciudad de Santiago. En clara violación al derecho de trabajo de cada quien y peor aún, violentando los principios de la Constitución de la República.

Aquí se está llevando a los eventos superiores, apota como dicen los campesinos, a una crisis de proporciones inauditas; a parte de la restructuración del sistema nacional de competencias y las sugerencias que haga Muratore, FEDOMBAL anunció que se convertiría en regente económico de los clásicos provinciales y municipales, de todos los equipos del país. Parodiando aquel mensaje de Radio Guarachita: “ni el sol cubre más la República Dominicana que la mano deplorable y funesta de Rafelin en el baloncesto”.

Ello agotará los bolsillos más entusiastas y causará vacilaciones en los más osados. Las pretensiones de Uribe Vásquez le saldrán costosísimas al baloncesto dominicano.

El presidente de FEDOMBAL no ha sido capaz de crear un disfraz que consiga levantar el baloncesto en el aspecto económico, tampoco en el técnico, y aún así pasa el tapiz para que le sea apuntado un generoso diezmo. La euforia que creó “la nueva era” ha terminado desinflándose y ha hecho lo propio con los bolsillos de los jugadores, entrenadores, clubes y asociaciones que no reciben nada a cambio.


Esa recesión ha anestesiado la pasión de grandes mayorías. Por eso se constriñe a los torneos en lugar de permitir su expansión; así observamos el caso que la provincia de San Cristóbal cuenta con al menos cuatro “superiores” (San Cristóbal, Haina, Yaguate, Villa Altagracia). De esa manera jamás se alcanzará el deseo de un baloncesto de primer mundo.

FEDOMBAL ha quedado convertida en una exagerada y cruel caricatura, la fatuidad de una mascarada solemne, la grotesca atrocidad de cualquier figurín de barro de concepción tiránica, opresiva y despótica aderezada por la corrupción a la espera de sus aduladores.

Es previsible que los mecanismos de negación de un mejor baloncesto se activen con fuerza entre los bandos que pugnarán en el superior del Distrito Nacional, los mismos que quieren llevarse de plano también el Superior de Santiago por discrepancias con el actual presidente de ABASACA; nada nuevo nos ha traído el periodista José Monegro, ahora al frente de ABADINA. Rafelin sigue empeñado en que las ideas no se discuten pero el ser se impone.

Mientras tanto no hay evidencia que los haga cambiar. A sotto voce todo el mundo reconoce que no se han tomado las medidas para mejorar y que hay una enorme inconformidad con la gestión de Uribe Vásquez.

Mientras voy tratando de terminar estas líneas encontré una nueva denominación para tildar a Rafelin: cipayo, súmele a ella mentiroso, cobarde, pusilánime y siga el rosario…


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