viernes, 1 de agosto de 2014

Verano Profundo

Alexis Montas pasó quince días entrenado con el equipo dominicano que partió a México y su separación se debió, según se comunicó, a que en ese lapso de tiempo no pudo completar la documentación necesaria. La excusa suena a vil justificación, un subterfugio, una coartada. Ladinamente el baloncesto dominicano deshoja cada una de sus incapacidades, como veneno condensado. No hay inocencia en los pasos que se ejecutan desde las oficinas de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL).

Del grupo sub-15 que asistió a Panamá se señaló discretamente que la escogencia de los chicos se había producido en un cóctel entre José –Maita- Mercedes y Melvyn López, donde cada quien presentó un listado; los nombres coincidentes estaban automáticamente en el avión y los puestos restantes se dividieron entre ambos. Eso, en buen castellano, es perversidad y de esa pareja no descarto absolutamente nada.

Una nota de prensa (Jul.26.2014) señalaba ya camino al Centro-Basket: “tras el choque, Mercedes ponderó su decisión junto a sus asistentes Melvyn López y Néstor David Díaz”. ¿Y los demás integrantes del cuerpo técnico?, porque nos damos el lujo de tener también de ayudantes a Derek Baker-López y Joey Cantens. Por lo visto la palabra de estos últimos no entra en juego.

Expuestos las trabas por edad de un equipo que tenía la ocasión de renovarse de forma positiva y la presentación de una plantilla absurda y muy curada, con la lámina de Juan Coronado, Manuel Guzmán, James Maye, Kelvin Peña y Edward Santana, hay que volcarse a otras consideraciones.

Del grupo seleccionado el manejo del balón pasa exclusivamente por las manos de Coronado, quien regresa de una lesión; buen atleta pero deficiente respecto a su velocidad, rápido de manos, dedicado e intenso a la defensa, debe controlar sus ansias de lanzamientos de larga distancia y mejorar sus porcentajes desde la línea. Jugador peligroso en la transición, y aunque con muchas lagunas se ha sabido calzar las zapatillas y dar lo mejor de sí en cada ocasión.

Peña es apenas la sombra de lo que era (14.4 puntos, 3.3 rebotes y 2.7 asistencias con los Huracanes, apenas
37.0 por ciento desde el campo, 28.9 por ciento detrás del arco en 114 intentos, 7.6 intentos por juego y 77.0 por ciento desde la línea), con frecuencia sus disparos resultan forzados, pierde el balón con una regularidad mayor de la deseada. A estas alturas ya presenta problemas para definir, aspecto que lo hizo una pieza cotizada en el pasado.

De León es un tirador en cuerpo muy pequeño que pierde muchos balones, sin vocación defensiva y se aventura con periodicidad al lance de larga distancia (9.0 puntos, 2.9 rebotes, 2.3 asistencias, 44.6 por ciento en sus lances de campo, 40.8 por ciento detrás del arco y 84.2 por ciento desde la línea con los Metros). Pese a su vocación ofensiva su selección de tiro no es la mejor y es un hombre que visita poco la línea de libres. Como conductor del juego suele forzar la marcha, es impaciente, no tiene la actitud de control de la pelota, por lo que no destaca a la hora de armar el juego para sus compañeros. Es un deportista callejero que trata de jugar en equipo; la osadía le cuesta una barbaridad.

Sucede otro tanto con el equipo que se armará para ir a España, pues los complementos de Ramón y Sosa no son tales para una competencia de tal relevancia. República Dominicana la tendría muy cuesta arriba en los años por venir, debido a que no está trabajando en este aspecto, como tampoco lo hace en la perfección de la técnica individual.

En la posición de escolta se ha etiquetado a Manuel Fortuna y Víctor Liz. Ahí también pueden accionar Gerardo Suero y James Maye. Todos son más tiradores que organizadores y más bombarderos que francotiradores. Tristemente no contamos con un jugador de la posición dos estable, confiable y que sepa jugar.

Fortuna es bajo para la competencia internacional pero ha podido sobrevivir dentro de la escuadra quisqueyana por su sólida capacidad atlética y su trabajo adecuado con velocidad, manejo y control del cuerpo y capacidad de atacar el aro cuando toma la decisión. Es un buen defensor y roba muchos balones. Suele regalar muchas pulgadas cuando defiende a jugadores de su posición, mucho más altos y con más solvencia. Con los Leones promedió 18.0 puntos, 3.8 rebotes, 2.9 asistencias, 2.8 balones perdidos y apenas 1.5 balones robados, mientras lanzaba para 44.4 por ciento desde el campo, 37.2 por ciento detrás del arco y para un pobre 65.5 por ciento desde la línea.

Con Liz sucede otro tanto, es aún más bajo para la competencia internacional y aunque coloca números que lucen impresionantes sus porcentajes dejan que desear. Ha lucido bien en las ligas de Venezuela y Puerto Rico, pero no es un jugador para definir en una selección de primer nivel. Lanza 7 lances de tres en cada partido y visita la línea de libres en la misma proporción; desde larga distancia apenas encesta un 36.2 por ciento de los disparos, pero es un gran lanzador de libres con un 81.7 por ciento. Con los Metros agregó 20.6 puntos, 3.9 rebotes, 2.1 asistencias, 3.3 balones perdidos y 1.3 recuperaciones. Desde el campo apenas convirtió el 43.2 por ciento de sus disparos.

Gerardo Suero, 25.2 puntos, 3.9 asistencias y 0.9 asistencias, con porcentajes de 46.1-40.0-80.8 con los Titanes, números a los que hay que agregar 2.9 balones perdidos. Tiene buena capacidad anotadora, pero no es peligroso más allá de la media distancia; intenta con frecuencia detrás del arco, no siempre con sólidos resultados. Es un atleta relevante, que necesita aprender a jugar en equipo, aún es muy egoísta y eso le ha impedido colocarse en el mercado internacional. La pasa poquísimas veces, le cuesta definir contra los internos y en su contra, también la pierde muchas veces.

Maye es un absurdo dentro de este equipo. Su colocación en el colectivo es un revés para la administración de
Rafael Fernando Uribe Vásquez, una derrota a su vocinglería, una vuelta atrás a toda la parafernalia progresista que pretende hacer ostensible. Una muestra irrevocable de que todo lo que sale por su boca es una mentira. ¡Sin más comentarios!

Eloy Vargas es nuestro único exponente valido en la zona pintada. Edward Santana y Manuel Guzmán son sólo complementos de ocasión. Ronald Roberts y Orlando Sánchez tendrán que jugar más cerca del canasto, tratando de defender las posiciones cuando el rival pretenda avasallar.

Vargas es lesionable y limitado ofensivamente pese a tener un buen tamaño para el juego interior. Es un atleta menos que el promedio, nada espectacular, carece de juego de espaldas además de falta de movimientos y toque para anotar; sus puntos llegan donde sólo tiene que recibir y definir. No es nada seguro desde la línea. No acumula perdidas del balón, pero cuando la tiene no la regresa. Necesita ganar peso para defender a jugadores de su estatura y trabajar en su velocidad para defender el perímetro. Como rebotero defensivo está por debajo del promedio, aunque en el aspecto ofensivo sube sus bonos.

Santana definitivamente es muy bajo la jugar de interno en el plano internacional, además de muy liviano para jugar en la zona pintada. Pese a no ser un jugador explosivo tiene buena velocidad, le falta juego de espaldas, potencia y recursos, pero consigue muchos puntos con sus movimientos sin la pelota, cortes, rebotes ofensivos y contragolpes. Es un buen lanzador de libres, bueno desde la media distancia y rara vez intenta desde más allá del arco. Es un pasador aceptable, incombustible en la carrera y gran rebotero ofensivo. Localmente su presencia es decisiva.

Guzmán es otro jugador muy bajo para la posición fuera de las ligas locales, pese a tener más de cuerpo que Santana. Típico interno que juega de cara al aro, pero ya no puede ofrecer mucha solvencia en el juego interior. Es dedicado y por momentos su intensidad se muestra con gran fuerza. Aporta poco en los renglones de robos y tapones. Es un pobre rebotero defensivo. Con los Soles promedió 13.0 puntos, 5.8 rebotes, 1.2 asistencias y 1.7 balones perdidos. Lanzó para un pobre 42.8 por ciento desde el campo y un sorprendente 87.1 por ciento desde la línea. Se aventuró con frecuencia desde atrás del arco y encestó un 47.5 por ciento, pero no es su especialidad.

Sánchez está de regreso al conjunto, después de ser colocado en el dique seco para los compromisos del 2012 y 2013. En Mar del Plata, hace tres años dejó una muy buena impresión, jugando en la posición tres y ayudando en el juego interior. Es un sensacional atleta, le falta lance de larga distancia, necesita trabajar su disparo de media distancia y su anotación llega en la zona pintada donde aprovecha la combinación de estatura y explosividad. Le gusta terminar con fuerza las penetraciones, aunque no saca demasiadas faltas y su promedio desde la línea deja que desear. Bloquea con autoridad, es efectivo en el plano defensivo, y su combinación de agilidad, salto y brazos largos le brinda grandes dividendos. Es colaborador en todas las facetas del juego, peligroso en el contragolpe.

La presencia de Ronald Roberts está llena de simbolismo. Es el segundo jugador hijo de un antiguo miembro de una selección nacional de baloncesto que llega a vestir la franela nacional, en este caso, de Dania Santos, celebrada rebotera de mitad de la década de los años 1980,  mujer agraciada y de impresionante presencia.

Roberts es una de las esperanzas del baloncesto nacional, pero deberá trabajar con ahínco para desempeñarse la mayor parte del tiempo como delantero pequeño y mejorar su nivel técnico. Es un atleta fuerte y potente, lo que aplica a la perfección en diferentes facetas del juego. No ha llegado al tope de sus posibilidades ofensivas, por lo que debe de especializarse. Saca muchas faltas a la hora de hacer ofensiva, pero tiene que mejorar su lance desde la línea. Es un muy aceptable definidor; su ofensiva tiene que alejarse de la zona pintada y aprender a pasar el balón. Sumamente eficaz cuando tiene que recibir y definir. Gran rebotero ofensivo, solo promedio rebotero defensivo, sólido defensor, potente debajo de los tableros.

Con los ojos cerrados hubiera colocado en la cancha a Ángel Luis Delgado (Seton Hall University) y Brandone
Francis (University of Florida), pese a que ya conocemos que en el país cualquier excusa es valida para postergar decisiones. Delgado estará debutando en el Islands Paradise Jam en Islas Vírgenes en noviembre venidero y Francis se unirá a Jon Horford que tiene un año más de elegibilidad que agotará en el conjunto donde su hermano resultó una rutilante estrella.

Si FEDOMBAL aún no lo sabe debe empezar a formar y capacitar entrenadores y monitores con integridad y solvencia para captar el talento que está regado en todo el país y tener una liga fuerte, pero una sola. Se tienen que delimitar con urgencia las acciones placidas y cómplices del llamado colegio de entrenadores y buscarse hombres y mujeres solventes para la pedagógica de la actividad.

Aún los golpes más duros pueden transformarse en oportunidades para crecer y esta selección es un inhumano, atroz e impío porrazo a futuro de la disciplina. Vivimos un espejismo pero hace rato atravesamos una profunda crisis en el deporte de los aros y la canasta. Crisis que no nació con Uribe Vásquez pero que este se ha empeñado en ahondarla.

No se quiere ver el fondo del pozo y se disfraza la profanidad de este con medallas, al punto que los chicos ya juegan sin disfrutar los partidos (revisemos los partidos de la sub-18 y la sub-15 y analicemos sin fanatismos estériles).

Después de este verano, se necesita un cambio impostergable en el baloncesto dominicano. Las alegrías no han sido constantes. Pese al gran trabajo incesante de Yack Michael Martínez, sus buenas vibras de años recientes, Soterio Ramírez reclama la posición como el jugador que más medallas ha ofertado al país y este no se consulta para nada.

En todo el territorio nacional se deben construir academias para jóvenes. “Sin profesores formados resulta imposible conseguir resultados”, comentó hace un tiempo Robin Dutt, director deportivo de la Federación Alemana de Futbol; en la actualidad hay más de mil entrenadores en Alemania con licencia oficial de la UEFA. Quizás estamos muy lejos de los alemanes en muchos aspectos, pero hay que estudiar y orientarse con los que llegan más lejos. En lo que nos compete, nadie sabe a la perfección cuantas licencias de entrenadores FIBA hay en el país, si es que las hay.

Ha quedado demostrado que con Mercedes y López la renovación ha sido pospuesta. Ambos reniegan del orden táctico y acostumbran a valorar sus intereses particulares por encima de cualquier novedad. Es urgente que el país cuente con jugadores con un ADN diferente, donde la improvisación no exista y la imaginación esté adecuada a cada competencia. Con una genética tan rica y con un talento atlético envidiable, utilizar a Maye es una barbaridad.

Javier Sampedro (El País, Jul.14.2014) escribió: “el verano no es para descansar, sino para plantearse de nuevo las preguntas más profundas, los asuntos que han martirizado a las mentes más inquisitivas desde la noche de los tiempos, los enigmas esenciales que, las más de las veces, acaban no sirviendo para nada”.

“Los macacos del sur de Asia llevan décadas amargando a los turistas tirándoles de los pelos y arrancando, sobre todo a las mujeres, unos mechones que se llevan muy contentos a sus guaridas y que nadie sabía para qué maldita de Dios la cosa podían querer. ¿Y saben qué? Los usan como seda dental. Capaz que la inventaron antes que nosotros”.

“También venimos de la explosión cámbrica, que presenció hace 540 millones de años el origen de los animales en toda su gloriosa —y engañosa— variedad, Y de la célula eucariota que imaginó Lynn Margulis, y de las bacterias y arqueas que la constituyeron”

Las bocinas pagadas por Rafael Fernando Uribe Vásquez piensan y tratan de difundir cosas muy raras sobre mi y mis orígenes, sin conocerme, pero a toda esa gleba insurrecta y apandillada les he dado su oportuna respuesta. ¿A usted le importa?... a mí no.







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