Verano Profundo
Alexis Montas pasó quince días entrenado con el equipo
dominicano que partió a México y su separación se debió, según se comunicó, a
que en ese lapso de tiempo no pudo completar la documentación necesaria. La
excusa suena a vil justificación, un subterfugio, una coartada. Ladinamente el
baloncesto dominicano deshoja cada una de sus incapacidades, como veneno condensado.
No hay inocencia en los pasos que se ejecutan desde las oficinas de la
Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL).
Del grupo sub-15 que asistió a Panamá se señaló
discretamente que la escogencia de los chicos se había producido en un cóctel entre
José –Maita- Mercedes y Melvyn López, donde cada quien presentó un listado; los
nombres coincidentes estaban automáticamente en el avión y los puestos
restantes se dividieron entre ambos. Eso, en buen castellano, es perversidad y
de esa pareja no descarto absolutamente nada.
Una nota de prensa (Jul.26.2014) señalaba ya camino al
Centro-Basket: “tras el choque, Mercedes ponderó su decisión junto a sus
asistentes Melvyn López y Néstor David Díaz”. ¿Y los demás integrantes del
cuerpo técnico?, porque nos damos el lujo de tener también de ayudantes a Derek
Baker-López y Joey Cantens. Por lo visto la palabra de estos últimos no entra en
juego.
Expuestos las trabas por edad de un equipo que tenía
la ocasión de renovarse de forma positiva y la presentación de una plantilla
absurda y muy curada, con la lámina de Juan Coronado, Manuel Guzmán, James
Maye, Kelvin Peña y Edward Santana, hay que volcarse a otras consideraciones.
Del grupo seleccionado el manejo del balón pasa
exclusivamente por las manos de Coronado, quien regresa de una lesión; buen
atleta pero deficiente respecto a su velocidad, rápido de manos, dedicado e
intenso a la defensa, debe controlar sus ansias de lanzamientos de larga
distancia y mejorar sus porcentajes desde la línea. Jugador peligroso en la
transición, y aunque con muchas lagunas se ha sabido calzar las zapatillas y
dar lo mejor de sí en cada ocasión.
Peña es apenas la sombra de lo que era (14.4 puntos,
3.3 rebotes y 2.7 asistencias con los Huracanes, apenas
37.0 por ciento desde
el campo, 28.9 por ciento detrás del arco en 114 intentos, 7.6 intentos por
juego y 77.0 por ciento desde la línea), con frecuencia sus disparos resultan
forzados, pierde el balón con una regularidad mayor de la deseada. A estas
alturas ya presenta problemas para definir, aspecto que lo hizo una pieza
cotizada en el pasado.
De León es un tirador en cuerpo muy pequeño que pierde
muchos balones, sin vocación defensiva y se aventura con periodicidad al lance
de larga distancia (9.0 puntos, 2.9 rebotes, 2.3 asistencias, 44.6 por ciento
en sus lances de campo, 40.8 por ciento detrás del arco y 84.2 por ciento desde
la línea con los Metros). Pese a su vocación ofensiva su selección de tiro no
es la mejor y es un hombre que visita poco la línea de libres. Como conductor
del juego suele forzar la marcha, es impaciente, no tiene la actitud de control
de la pelota, por lo que no destaca a la hora de armar el juego para sus
compañeros. Es un deportista callejero que trata de jugar en equipo; la osadía
le cuesta una barbaridad.
Sucede otro tanto con el equipo que se armará para ir
a España, pues los complementos de Ramón y Sosa no son tales para una competencia
de tal relevancia. República Dominicana la tendría muy cuesta arriba en los
años por venir, debido a que no está trabajando en este aspecto, como tampoco
lo hace en la perfección de la técnica individual.
En la posición de escolta se ha etiquetado a Manuel
Fortuna y Víctor Liz. Ahí también pueden accionar Gerardo Suero y James Maye.
Todos son más tiradores que organizadores y más bombarderos que
francotiradores. Tristemente no contamos con un jugador de la posición dos
estable, confiable y que sepa jugar.
Fortuna es bajo para la competencia internacional pero
ha podido sobrevivir dentro de la escuadra quisqueyana por su sólida capacidad
atlética y su trabajo adecuado con velocidad, manejo y control del cuerpo y
capacidad de atacar el aro cuando toma la decisión. Es un buen defensor y roba
muchos balones. Suele regalar muchas pulgadas cuando defiende a jugadores de su
posición, mucho más altos y con más solvencia. Con los Leones promedió 18.0
puntos, 3.8 rebotes, 2.9 asistencias, 2.8 balones perdidos y apenas 1.5 balones
robados, mientras lanzaba para 44.4 por ciento desde el campo, 37.2 por ciento
detrás del arco y para un pobre 65.5 por ciento desde la línea.
Con Liz sucede otro tanto, es aún más bajo para la
competencia internacional y aunque coloca números que lucen impresionantes sus
porcentajes dejan que desear. Ha lucido bien en las ligas de Venezuela y Puerto
Rico, pero no es un jugador para definir en una selección de primer nivel.
Lanza 7 lances de tres en cada partido y visita la línea de libres en la misma
proporción; desde larga distancia apenas encesta un 36.2 por ciento de los
disparos, pero es un gran lanzador de libres con un 81.7 por ciento. Con los
Metros agregó 20.6 puntos, 3.9 rebotes, 2.1 asistencias, 3.3 balones perdidos y
1.3 recuperaciones. Desde el campo apenas convirtió el 43.2 por ciento de sus
disparos.
Gerardo Suero, 25.2 puntos, 3.9 asistencias y 0.9
asistencias, con porcentajes de 46.1-40.0-80.8 con los Titanes, números a los
que hay que agregar 2.9 balones perdidos. Tiene buena capacidad anotadora, pero
no es peligroso más allá de la media distancia; intenta con frecuencia detrás
del arco, no siempre con sólidos resultados. Es un atleta relevante, que
necesita aprender a jugar en equipo, aún es muy egoísta y eso le ha impedido
colocarse en el mercado internacional. La pasa poquísimas veces, le cuesta
definir contra los internos y en su contra, también la pierde muchas veces.
Maye es un absurdo dentro de este equipo. Su
colocación en el colectivo es un revés para la administración de
Rafael
Fernando Uribe Vásquez, una derrota a su vocinglería, una vuelta atrás a toda
la parafernalia progresista que pretende hacer ostensible. Una muestra
irrevocable de que todo lo que sale por su boca es una mentira. ¡Sin más
comentarios!
Eloy Vargas es nuestro único exponente valido en la
zona pintada. Edward Santana y Manuel Guzmán son sólo complementos de ocasión.
Ronald Roberts y Orlando Sánchez tendrán que jugar más cerca del canasto,
tratando de defender las posiciones cuando el rival pretenda avasallar.
Vargas es lesionable y limitado ofensivamente pese a
tener un buen tamaño para el juego interior. Es un atleta menos que el promedio,
nada espectacular, carece de juego de espaldas además de falta de movimientos y
toque para anotar; sus puntos llegan donde sólo tiene que recibir y definir. No
es nada seguro desde la línea. No acumula perdidas del balón, pero cuando la
tiene no la regresa. Necesita ganar peso para defender a jugadores de su
estatura y trabajar en su velocidad para defender el perímetro. Como rebotero
defensivo está por debajo del promedio, aunque en el aspecto ofensivo sube sus
bonos.
Santana definitivamente es muy bajo la jugar de
interno en el plano internacional, además de muy liviano para jugar en la zona
pintada. Pese a no ser un jugador explosivo tiene buena velocidad, le falta
juego de espaldas, potencia y recursos, pero consigue muchos puntos con sus
movimientos sin la pelota, cortes, rebotes ofensivos y contragolpes. Es un buen
lanzador de libres, bueno desde la media distancia y rara vez intenta desde más
allá del arco. Es un pasador aceptable, incombustible en la carrera y gran
rebotero ofensivo. Localmente su presencia es decisiva.
Guzmán es otro jugador muy bajo para la posición fuera
de las ligas locales, pese a tener más de cuerpo que Santana. Típico interno
que juega de cara al aro, pero ya no puede ofrecer mucha solvencia en el juego interior.
Es dedicado y por momentos su intensidad se muestra con gran fuerza. Aporta
poco en los renglones de robos y tapones. Es un pobre rebotero defensivo. Con
los Soles promedió 13.0 puntos, 5.8 rebotes, 1.2 asistencias y 1.7 balones
perdidos. Lanzó para un pobre 42.8 por ciento desde el campo y un sorprendente
87.1 por ciento desde la línea. Se aventuró con frecuencia desde atrás del arco
y encestó un 47.5 por ciento, pero no es su especialidad.
Sánchez está de regreso al conjunto, después de ser
colocado en el dique seco para los compromisos del 2012 y 2013. En Mar del
Plata, hace tres años dejó una muy buena impresión, jugando en la posición tres
y ayudando en el juego interior. Es un sensacional atleta, le falta lance de
larga distancia, necesita trabajar su disparo de media distancia y su anotación
llega en la zona pintada donde aprovecha la combinación de estatura y
explosividad. Le gusta terminar con fuerza las penetraciones, aunque no saca
demasiadas faltas y su promedio desde la línea deja que desear. Bloquea con
autoridad, es efectivo en el plano defensivo, y su combinación de agilidad,
salto y brazos largos le brinda grandes dividendos. Es colaborador en todas las
facetas del juego, peligroso en el contragolpe.
La presencia de Ronald Roberts está llena de
simbolismo. Es el segundo jugador hijo de un antiguo miembro de una selección
nacional de baloncesto que llega a vestir la franela nacional, en este caso, de
Dania Santos, celebrada rebotera de mitad de la década de los años 1980, mujer agraciada y de impresionante presencia.
Roberts es una de las esperanzas del baloncesto
nacional, pero deberá trabajar con ahínco para desempeñarse la mayor parte del
tiempo como delantero pequeño y mejorar su nivel técnico. Es un atleta fuerte y
potente, lo que aplica a la perfección en diferentes facetas del juego. No ha
llegado al tope de sus posibilidades ofensivas, por lo que debe de
especializarse. Saca muchas faltas a la hora de hacer ofensiva, pero tiene que
mejorar su lance desde la línea. Es un muy aceptable definidor; su ofensiva
tiene que alejarse de la zona pintada y aprender a pasar el balón. Sumamente eficaz
cuando tiene que recibir y definir. Gran rebotero ofensivo, solo promedio
rebotero defensivo, sólido defensor, potente debajo de los tableros.
Con los ojos cerrados hubiera colocado en la cancha a Ángel
Luis Delgado (Seton Hall University) y Brandone
Francis (University of
Florida), pese a que ya conocemos que en el país cualquier excusa es valida
para postergar decisiones. Delgado estará debutando en el Islands Paradise Jam
en Islas Vírgenes en noviembre venidero y Francis se unirá a Jon Horford que
tiene un año más de elegibilidad que agotará en el conjunto donde su hermano
resultó una rutilante estrella.
Si FEDOMBAL aún no lo sabe debe empezar a formar y
capacitar entrenadores y monitores con integridad y solvencia para captar el
talento que está regado en todo el país y tener una liga fuerte, pero una sola. Se tienen que delimitar con
urgencia las acciones placidas y cómplices del llamado colegio de entrenadores
y buscarse hombres y mujeres solventes para la pedagógica de la actividad.
Aún los
golpes más duros pueden transformarse en oportunidades para crecer y esta
selección es un inhumano, atroz e impío porrazo a futuro de la disciplina.
Vivimos un espejismo pero hace rato atravesamos una profunda crisis en el
deporte de los aros y la canasta. Crisis que no nació con Uribe Vásquez pero
que este se ha empeñado en ahondarla.
No se
quiere ver el fondo del pozo y se disfraza la profanidad de este con medallas,
al punto que los chicos ya juegan sin disfrutar los partidos (revisemos los
partidos de la sub-18 y la sub-15 y analicemos sin fanatismos estériles).
Después de
este verano, se necesita un cambio impostergable en el baloncesto dominicano.
Las alegrías no han sido constantes. Pese al gran trabajo incesante de Yack
Michael Martínez, sus buenas vibras de años recientes, Soterio Ramírez reclama
la posición como el jugador que más medallas ha ofertado al país y este no se
consulta para nada.
En todo el territorio nacional se
deben construir academias para jóvenes. “Sin profesores formados resulta
imposible conseguir resultados”, comentó hace un tiempo Robin Dutt, director
deportivo de la Federación Alemana de Futbol; en la actualidad hay más de mil
entrenadores en Alemania con licencia oficial de la UEFA. Quizás estamos muy
lejos de los alemanes en muchos aspectos, pero hay que estudiar y orientarse
con los que llegan más lejos. En lo que nos compete, nadie sabe a la perfección
cuantas licencias de entrenadores FIBA hay en el país, si es que las hay.
Ha quedado
demostrado que con Mercedes y López la renovación ha sido pospuesta. Ambos
reniegan del orden táctico y acostumbran a valorar sus intereses particulares
por encima de cualquier novedad. Es urgente que el país cuente con jugadores
con un ADN diferente, donde la improvisación no exista y la imaginación esté
adecuada a cada competencia. Con una genética tan rica y con un talento atlético envidiable,
utilizar a Maye es una barbaridad.
Javier
Sampedro (El País, Jul.14.2014) escribió: “el verano no es para descansar, sino
para plantearse de nuevo las preguntas más profundas, los asuntos que han
martirizado a las mentes más inquisitivas desde la noche de los tiempos, los
enigmas esenciales que, las más de las veces, acaban no sirviendo para nada”.
“Los
macacos del sur de Asia llevan décadas amargando a los turistas tirándoles de
los pelos y arrancando, sobre todo a las mujeres, unos mechones que se llevan
muy contentos a sus guaridas y que nadie sabía para qué maldita de Dios la cosa
podían querer. ¿Y saben qué? Los usan como seda dental. Capaz que la inventaron
antes que nosotros”.
“También venimos de la explosión
cámbrica, que presenció hace 540 millones de años el origen de los animales en
toda su gloriosa —y engañosa— variedad, Y de la célula eucariota que imaginó
Lynn Margulis, y de las bacterias y arqueas que la constituyeron”
Las bocinas pagadas por Rafael
Fernando Uribe Vásquez piensan y tratan de difundir cosas muy raras sobre mi y mis
orígenes, sin conocerme, pero a toda esa gleba insurrecta y apandillada les he
dado su oportuna respuesta. ¿A usted le importa?... a mí no.
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