Pitchame una güevita 002
El
presidente de la FEDOMBAL, Rafael Fernando Uribe Vásquez, sale para México a
ver el Centro-Basket, pero aquí el rancho está ardiendo.
Ha
tenido que llamar a su antecesor para que trate de buscarle una solución al
problema con la ABADINA, ante el envalentonamiento de El Teacher; ya Herasme
tiene una victoria y una derrota frente a Rodríguez. Cometió un error; fue a
consultar con Leito, quien como siempre se lavó las manos.
Mientras
tanto, ya no es sólo ABADINA. Asociaciones del interior están siendo
cuestionadas por sus miembros y el panorama no luce halagüeño.
En
el avión, Uribe Vásquez ya sentadito le tocó observar a una mujer guapísima.
Poco a poco este monumento se le acerca y ¡lotería!, se acomoda a su lado. No
pudo disimular la sonrisa.
No
le faltaron agallas para preguntarle en lo inmediato: ¿viaje de negocios o de
vacaciones?
Ella
lo mira y le responde de forma encantadora: de trabajo, voy a una convención
anual de ninfomanas.
Uribe
Vásquez, desconcertado, buscó su móvil y consultó en un buscador que
significaba ninfomana.
Sólo
le quedó tragar saliva; estaba al lado de una de las mujeres más espectaculares
que jamás había visto y camino a una convención de ninfomanas.
No
pudo mantener una actitud lo suficientemente correcta y le pregunta a la dama:
¿Y
usted que hará exactamente en esa convención?
Ella
le responde: soy conferenciante. Hablaré allí de mi experiencia para
desmitificar muchos mitos sobre la sexualidad.
¿De
veras?... pregunta el presidente de la FEDOMBAL. Se le escapa una sonrisa
picara y le lanza: ¿y qué mitos son esos?
Ella
se arma de paciencia y trata de explicarle: uno muy popular es que los
afroamericanos son hombres mejor dotados físicamente, cuando en realidad son
los indios navajos los que poseen esa cualidad. Otro mito muy difundido es que
los franceses son los mejores amantes, cuando en realidad son los hombres que
tienen ascendencia griega. Y también hemos comprobado que en cuanto a la
potencia, los mejores amantes, en todas las categorías, son de origen gatidano.
Las
sonrisas picaras parecen ir en aumento.
De
pronto, la mujer se incomoda y se sonroja. Y dice: perdón, en realidad no debería
estar hablando de esto con usted cuando ni siquiera se su hombre.
Uribe
Vásquez le responde de inmediato: ¿ni nombre?... mi nombre es Pluma Blanca
Papadopoulos, pero mis amigos, los de verdad me dicen “er pisha de cai”
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