domingo, 13 de octubre de 2013

La ausencia de El Teacher


Busqué los borradores que aún no he publicado y me encontré con más de una docena. Habrá que irlos subiendo en sazón. Después, me fui al muro de Facebook de Ramón Rodríguez, a quien todos conocemos por El Teacher, presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) y llegué hasta el 26 de junio del presente año; por lo menos desde esa fecha a esta parte no ha subido ningún comentario. Semanas atrás vi unos trabajos que habían sido publicados en las páginas del vespertino El Nacional, pero no me llamaron la atención.

Pero El Teacher se ha quitado de toda la vida que regularmente hacía. De momento, ha abandonado la ABADINA y no se tienen noticias de el. Lo último que se supo es que tomó el ferry para unas vacaciones en Puerto Rico.

En el país dejó más cabos sueltos de los aconsejablemente prudentes y eso ha dado motivo a comentarios muy desafortunados.

Pese a mis enormes diferencias con Rodríguez, dejaré establecido que no creo todo lo que de él se dice. Hay demasiada inquina entre sus cuestionadores y mucho veneno que se vierte contra su figura. Entonces, se abren las interrogantes de siempre, la calidad moral de los que alzan la voz en contra, la búsqueda de estos por escalar posiciones, las mentiras ocultas en el accionar de algunos, inclusive de aquellos que sin capacidad también se inmiscuyen en los espacios de comunicación.


Todo dirigente de clubes del Distrito Nacional busca llegar a la ABADINA, todos sin excepción, para luego terminar aplastados por la institución. Apenas se llega a la posición, mucho más si es a la de presidente de la misma, llueven los improperios, las acusaciones veladas, las objeciones, las impugnaciones, el jugar con dignidades ajenas, las advertencias; así todo el mundo cree que es una tacita de plata, que por demás, evacua en cada sorbo de café una monedita del mismo metal.

Que Rodríguez haya sido tan descarado que se atrevió a montar un evento superior sin todos los cabos atados, es una cosa; que haya llegado a la institución sin un programa ni una hoja de propósitos, es otra; que se haya rodeado de toda la crápula del deporte capitalino y escogiera unos asesores que ya no dan para más, es también otra vaina; pero que sea un vulgar ladrón como se quiera decir, así no; eso no lo creo a menos que se le declare culpable en los tribunales de la república.

La única vez que Rodríguez levantó una observación sobre mis artículos fue por una discrepancia ortografía; después calló ante todas mis observaciones. Sabía que tenía mis ojos sobre sus espaldas, pero sólo encontró ese resquicio para hacerme una llamada de atención. Todo los que lo conocemos sabemos que tiene sobradas horas de lecturas y le gusta el quehacer cultural.

Esa misma discrepancia fue tomada como punta de lanza por el entrenador Melvyn López, principal asesor en aspectos técnicos del presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y presidente del Colegio Dominicano de Entrenadores de Baloncesto, que de asuntos de inspiración humana, letras y bellas artes no sabe ni un cuesco. Un carajo que debería besar el suelo que yo piso, y él sabe perfectamente porque. Pero esos mismos desafueros me han servido para cuestionarme muy íntimamente si el señor López, está en condiciones de trazar pautas al baloncesto dominicano… ¿a dónde se fue El Señor de los Anillos?... FEDOMBAL anda cuestionando a un chico dominicano que funge como agente de jugadores… ¿sabía FEDOMBAL de la relación de López y ese joven?... ¿sabe FEDOOMBAL que ese mismo muchacho maneja la página electrónica de López?

Hablar graciosamente de 8 (ocho) millones de pesos es algo que mueve a la risa en un evento de capa caída, cuestionado hasta los tuétanos por la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), que de paso, ha hecho todos los esfuerzos por desmembrar este clásico del deporte capitalino desde hace más de 20 años, para quedarse la entidad con el mismo y procurarse los pocos centavos que produce. Cada día los ataques al Superior del Distrito Nacional por parte de la FEDOMBAL son más abruptos, punzantes, intolerantes, ácidos, desorejados, hirientes, torcidos. Tampoco la actual administración ha desistido en este empeño, seducida por cantos de sirenas.

A Rodríguez se le vio de brazo con mucha gente, le sobraba empeño y ganas de sentirse importante, pero aún así no hizo un buen desempeño y para peor abandonó las categorías formativas y por completo la rama femenina, al punto de entregarle el Superior de damas a Roberto Ramírez, o como realmente se llame, el mismo de la Federación Dominicana de Clubes (FEDOCLUBES), sobre quien no abundaré, pero todo el mundo sabe mi posición sobre este nefasto, aciago, lúgubre, desdichado, trágico, calamitoso, deplorable, sombrío, y luctuoso personaje… lo dejaré hasta ahí para ser considerado con su figura.

Ninguno de los remedios que intentó, con sus famosos y ya seniles asesores, Alejandro Asmar Sánchez (Chito) y Leonardo de Jesús Heredia Castillo (Leo Corporan), ha logrado sacar del pantano a la entidad que con tanto empeño buscó presidir. En algún momento de Feel like going home alguien menciona un proverbio africano: “las raíces del árbol no dan sombra”. Es misterioso su sentido, aunque podríamos conjeturar que se refiere a que no conocemos las profundidades y los orígenes de aquello que nos satisface. Esta frase el amigo Rodríguez la entenderá perfectamente; con su administración ha pasado lo mismo, nos dejó a la espera de un verdadero relanzamiento del baloncesto capitalino.

Más de uno de los propios miembros de ABADINA me han ofrecido datos para desprestigiar el nombre de El Teacher, los mismos que aspiran a posicionarse dentro de la misma para hacer las mismas indelicadezas de muchos de los antecesores.

Los últimos datos disponibles arrojan una cosecha muy magra para la necesidad de sumar recursos, y la entidad no ha sido capaz de crear estrategias firmes para superar las crisis; desde hace más de tres lustros repiten la misma dosis, dedicarle el Superior a los políticos de ocasión para que estos desembolsen algún dinero; estos también han visto la necesidad de retener sus propias porciones del pastel.

ABADINA padece una renguera insostenible. La historia es apenas una muestra del embrollo y de las luchas feroces que hace rato abundan entre los que deberían hacer baloncesto en la ciudad capital.

Los directivos de los clubes han terminado convertidos en una orquesta que desafina en toda las líneas, aunque el reparto de culpas debería incluir o comenzar por quienes los han puesto y mantienen en ese lugar. Siempre lo mismo, aspiraciones sin formación sólida.

La repentina salida de la actividad de El Teacher, los pormenores de su viaje al exterior y los detalles de los
manejos administrativos en ABADINA, vuelven a recordarnos que el baloncesto dominicano es esencialmente dramático.

Nos enfrenta, otra vez, con opciones cruciales que, con toda la historia a cuestas, despliega un abanico de especulaciones tropicales, suspicacias y aprovechamientos. La concentración del poder y la subestimación de las instituciones, aún cuando formalmente se cumplan sus prescripciones; acrecienta esa sensación de equilibrio en una cuerda floja.

Rodríguez ya ha sido crucificado por FEDOMBAL y los suyos: la “traición” ha sido perpetrada y el daño al baloncesto busca destruir el mito de su invulnerabilidad; en el camino sólo Yack Michael Martínez, quizás sin proponérselo, ha sido su más ferviente defensor. Señaló a su regreso de Caracas, hace poco más de un mes, que el verdadero baloncesto dominicano, el de más nivel estaba concentrado en el Superior del Distrito Nacional. El Teacher ahora tiene una duda cruel: cuales lealtades mantiene. Ya conoció que sus amigos lo habían abandonado.

Todo el mundo especula si Rodríguez mantiene el mismo poder de fuego que logró meses atrás.

Para saberlo, tiene que dar la cara y convencernos que es así. De lo contrario, sus propios compañeros de aventuras se lo cenaran en los parqueos del Palacio de los Deportes.


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