lunes, 11 de junio de 2018


La moral colectiva del baloncesto dominicano perdida entre el orgullo de glorias pasadas y el sentimiento de vergüenza de sus taras en “la nueva era”

Junio 11 del 2018


Víctor Hansen se fue desfigurando mientras transcurrían los minutos del partido inicial de República Dominicana en el Panamericano sub-18 que se efectúa en St. Catherines, Ontario, frente a Estados Unidos y no era para menos. Al final el marcador mostró 105 por 73 (21/14; 22/20; 43/34 al medio tiempo; 28/20, 34/19), todos los parciales se los llevó la representación estadounidense, mientras sentíamos como guayabamos en el aro (nos rayábamos, nos desmenuzábamos).

Aquello reveló una de las más desalentadoras derrotas de selección juvenil alguna en la historia de las andanzas criollas. En este casillero no olvidemos los reveses del seleccionado dominicano en el Panamericano sub-16 del 2015; 115-51 frente a Estados Unidos (Jun.11.2015) y en la misma justa frente a Canadá, 95-48 (Jun.13.2015), bajo la conducción de Melvyn Miedlop López Guillen.

A las 8:30 de la mañana (Jun.11.2018) ninguna de las versiones electrónicas de los principales diarios dominicanos había subido la nota (Listín Diario, Hoy, Diario Libre, El Día y El Caribe), pero si encontré mucho LeBron James, los gastos en la champagne descorchada por Golden State, más de un articulo de Kevin Durant y la repetición de la nota de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB). ¿Hay que hacer silencio frente a las derrotas?... ¿no tienen importancia los eventos de categorías formativas?... ¿alguien puede explicarme el despliegue que motivó el sub-17 hace un año?... en el sub-17 del 2017 jugaron 8 de los muchachos que ahora están en Canadá.

Aberrante, para mi gusto, fue encontrar la columna del editor deportivo de El Caribe, Yancen Pujols, bajo el título “Michael Jordan no compite”, refiriéndose a estas alturas sobre quien ha sido el mejor jugador que cuenta el espectáculo. Algunas veces tengo que cuestionarme sobre la responsabilidad informativa de nuestros periodistas, más allá de la socorrida versión de la falta de espacios.
Herasme

Nos sorprendió Soriano por su buena disposición, su aporte y su defensa aérea; nos impactó el ego de Quiñones para recordarme a Lionel Figueroa, el mismo que llevó Maita a Valdivia (sub-18 continental en el 2016, donde quedamos con 0-5), mote añingotado por el que todos conocemos a José Mercedes Del Rosario. No creí la versión del Frink que se presentó, sin muchas ideas sobre sus quehaceres en la cancha y quien parece lleva un descanso apacible antes de llegar a South Carolina.

Observé lo que había detrás de la banca dominicana y aquello es de temer. La Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), descaradamente es una agencia de viajes. Desde ahora en adelante me convertiré en admirador Elka Yocasta Jiménez Garrido (asistente técnico en el Departamento Internacional del Banco Central de República Dominicana, con un salario de seis dígitos) pero “jefe de logística de FEDOMBAL”, pero más que nada por ser “fan de Jesucristo, gerente de operaciones programa selecciones menores y coordinadora nacional 3 por 3”.

¿Cuál es la historia previa de la señora Jiménez Garrido dentro del baloncesto dominicano?

Cuando las acciones rompieron esperaba más de la tropa dominicana. Pensé ciertamente en las palabras de Rafelin: “se trata de un hecho sin precedentes en el baloncesto dominicano”. Supuse que llegarían los milagros o que los panes se multiplicarían como se volvían incendiarios los canastos detrás de cada acción.

Se me aguaron los ojos cuando aprecié que nada se había preparado y el reloj corría hasta agotarse. Pasó una y otra vez.

Creo que el dirigente Hansen es una persona honesta, un buen maestro, un tipo digno, pero se le resbalaron algunas cosillas.

Debe ser agobiante tener a las espaldas a López Guillen, al payaso de Lucena, a doña Elka, no con cara de buenos amigos. También a jugadores que llegan con sus ínfulas, con la frente rotulada de que en poco tiempo seré un NBA y creen que nadie puede bajarle los humos. No se si todos habrán pisado el terruño patrio, pero ahí hay un arroz con mango difícil de digerir.

Después de los primeros 10 minutos la diferencia era apenas de 7 unidades, en ese lapso Matthew Hurt nos martilló con 10 enteros sin inmutarse. En el segundo cuarto hubo un empuje satisfactorio por parte del combinado caribeño, se peleó, llegaron canastos importante, se alcanzaron 20 puntos, parecíamos íbamos camino a remontar, y aunque la ventaja de los Estados Unidos era de 9, cuando se llegó la pausa larga 43/34 se sentía que batíamos el cobre, podíamos acariciar otras dulzuras, nos emparejábamos, brillábamos la hebilla y pelábamos el plátano; sin que el tufillo de la individualidad se alejara.

USA manejaba un horrible lance desde la línea, apenas 33.3 por ciento (3-de-9), un 50.0 por ciento desde el campo (11-de-22) y un acertado 46.2 por ciento desde las profundidades (6-de-13), además dominaba los rebotes 27 por 24. Los dominicanos respondían con un nada sutil 36.4 por ciento desde el campo (8-de-22), un horrible 28.6 por ciento desde el rango de tres (4-de-14) y un desastroso 40.0 por ciento desde la línea (4-de-15). Había que poner asunto, ajustar, buscar al compañero, aunar hombro con hombro.

No se que le sugirió el entrenador Self a sus muchachos en el vestuario, pero le bastó. Pienso que Hansen imaginó que siempre hay un resquicio para lograr un triunfo frente a los americanos, más en el partido inaugural, antes de que pierdan el miedo escénico, y él bien lo sabe porque estuvo en este lance histórico en Ciudad de México, 116/108 (Jun.08.1989) junto a Evaristo Pérez, Vinicio Muñoz, José –El Grillo- Vargas, Felipe –Jey- Payano, Hugo Cabrera, Héctor –Junior- Gil, Máximo –Tepo- Tapia, José Molina, José Luis –Boyón- Domínguez, Pedro Leandro Rodríguez, y también el del mote añingotado. Bebió de su mentor y guía Leandro De La Cruz y esperaba lo inaudito.
Hansen

Ese puñado de dominicanos vencioo el equipo de Bobby Cremins (Georgia Tech) que cntaba con Gary Payton (Oregon State University), Christian Laettner (Duke University), Matt Bullard (University of Iowa), Lionel Simmons (LaSalle University), Billy Owens (Syracuse University), Rodney Monroe (North Carolina State University), Doug Smith (University of Missouri), Antonio Davis (University of Texas El-Paso), Chris Corchiani(North Carolina State University), Greg Dennis (East Tennessee State University), Elliot Perry (Memphis State University), y Jason Matthews (University of Pittsburgh). Hitos tan celebrados no se repetirán todos los días, pero hay que ir tras ellos con más entereza.

A la salida de los camerinos era preferible colocarse unas gafas obscuras. En los siguientes 10 minutos los del norte ampliaron por otros 8 enteros esa diferencia (28/20), ya no huno respuestas y en el colofón pasaron la aplanadora (34/19). La situación se fue de las manos. Se esfumó el juego colectivo, no había control sobre los chicos, jamás se volvió a tener dominio de la pelota y remachamos sobre si había un equipo o una selección. Tiempo atrás le llamábamos recogidos.

Y es que “la nueva era” con Rafelin, López Guillen, Maita, Yipi, Najri, Teruel Capri, Borrome, Lucena, Ceballos, Manny, Guerrero Heredia, Saldival, Presinal, Altagracia, Juancito, la reina del bochinche, se fue por la letrina. Sus frat boys del momento, los compañeros de travesuras en esa pandilla que devora el baloncesto dominicano, con esa desmesurada fama gamberra.

Mandar a Rafelin a mirar la pizarra es insignificante. A él, lo suyo. Buscársela como un león, escalar, esquilmar, hacerse la víctima, el gracioso… y pensar que lo está haciendo bien, que la justicia no le alcanzará, pero no siempre cae en gracia y las desgracias llegan cuando menos se esperan. Su cuenta de twitter es el mejor reflejo de una personalidad “escasamente cerebral”, después que han caído en desgracia o dejado sus posiciones nunca más ha colocado los mensajes de Altagracia Guzmán Marcelino, Nelson Rodríguez, Juan Brown Pérez o Freddy Pérez; a su tiempo cada uno sus benefactores.

Cuando se cumplieron los 10 minutos todos los gringos habían marcado, por lo menos un punto. Cole Anthony dibujó 18 para ser el mejor por los ganadores, Tyrese Maxey y Coby White le secundaron con 14 por cabeza; Hurt se detuvo en 12 y Armando Bacot sumó 11, mientras Jeremiah Robinson-Earl se acreditó 10. Hurt y Bacot colocaron dos dígitos en la casilla de los rebotes.

La delegación de Estados Unidos está a la caza de su quinta medalla dorada en este tipo de evento.
Anthony

En otros partidos, Chile se empleó a fondo en la segunda mitad y dispuso de Ecuador 74-62, con una actuación memorable de Maxwell Lorca; Canadá se llevó a Argentina, cómodamente, 92-75, y en el encuentro de los puertorriqueños, nuestros rivales de la fecha, estos dejaron atrás a Panamá, 84 por 51.

Sin juegos de la MLB para mirar, las aberraciones de nuestros políticos le han quitado todo el protagonismo a las pelotas, y FEDOMBAL no ha sido capaz de aprovechar la situación. Estamos llegando a la hora en que “llorarán como mujeres lo que no han sabido defender como hombres”.




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