lunes, 18 de junio de 2018


Arroyito cristalino… ¿qué le dirás ahora a mi dulce amada?

Junio 18 del 2018


Me busqué en la lista de los testigos que Ángel Rondón Rijo sometió para el “juicio” que se le seguirá por las coimas que presuntamente pagó en el amplio accionar de la empresa Odebrecht en República Dominicana. Aunque jamás se ha mencionado se debió incluir las sobre valuaciones, ventajosas para todos los involucrados. Lamenté no estar en la lista, aunque hubo otras ausencias notables, Danilo Medina Sánchez, Presidente de la República; Leonel Fernández Reyna, pasado Presidente de la República; Reinaldo Pared Pérez, eterno presidente del Senado de la República; Abel Martínez Durán, pasado presidente de la Cámara de Diputados (el mismo de ¡voten honorables, voten!). Como todo en el país es percepción opositora, imagino también que todos los que están, incluyendo nombres de figuras honorables socialmente, fueron santiguados por las manos bendecidas del querubín en cuestión.
Ignacio Andrés Arroyo Varela

A mitad del listado, de aquellos 106, justo en el centro, aparece Manuel de Jesús Pérez Gómez, en el número 53. Nada más que decir. Puede surgir la perspicacia que si el bueno de Freddy Pérez aparece, aquello también podría salpicar al beatísimo de Rafelin. Como volantín fugaz apareció Dyango (José Gómez Romero, Mar.05.1940 en Barcelona, España) en mi cabeza: “corazón… que le has hecho a mi corazón… la vida siempre ha sido así”.

Las tardes sabatinas me gustan para mí, es mi momento semanal de soledad absoluta, sobretodo aprovecho para tomar una larga siesta; posponer ese instante me cuesta y hasta maldigo a quien interrumpe. Esta (Jun.16.2018) fue una de esas, pero debía que ver y escuchar el partido que la selección dominicana de baloncesto jugaría frente a su par de Chile en el marco del sub-18 Panamericano en St. Catharines, Ontario, por la definición de la quinta plaza.

La carga deportiva del día ya agotaba, Francia superando cerradamente a Australia, Argentina empatando frente a Islandia con un Hannes Halldórsson que ya debe ser ídolo nacional, Perú cediendo un palmo ante una invulnerable Dinamarca, las atenciones para con mi mamá, y por supuesto conocí a La Insuperable, para terminar rasgándome las vestiduras: “tu no tienes condición para ganarle a esta mujerona… entonces, dime cual es la vaina tu no vas a comer en esta paila… dime cual es la vaina… no vas a comer en esta paila… no, no, no vas comer, no… represento a la mujer vacana (bacana… deberíamos escribir correctamente, porque no es de vacas es de bacán) de las que se busca y no le para a nada muy envidiada, también criticada porque vivimos, como de la gana… deja ese sofoque y no sigas haciendo cocote que tu no tienes condición para ganarle a esta mujerona”.
Lorca y Joel Soriano (33)

¡Santa Cachita quedé anonadado!

Llegue con demora a la cita, una espuma de mango con tartar de camarones me había detenido; después me retuvo una ensalada de queso de cabra llevado al fuego con miel de trufa; siguieron unos pinchos de chorizos a la sidra natural y cedí al cautiverio culinario; como plato fuerte ravioles rellenos de sesos y espinacas que salieron de las manos de un servidor, cubiertos con una suculenta salsa de carne llevada al fuego por más de cinco horas y Parmigiano Reggiano, para coronar todo ese manjar un cheesecake tradicional. Por supuesto, todo aquello bañado con una exquisitez mexicana, un Merlot Laberinto 1982, de la Cava Quintanilla, elaborado en San Luis Potosí con uvas del valle de Moctezuma en Villa Arista, un lujo en cualquier mesa del mundo.

Me encontré con un sorpresivo 35 por 29 a favor de los de Franco Galo Lara Barbieri (Dic.12.1977 en Santiago), le pasé un paño a los lentes con limpia cristales incluido, y no hubo variación; los primeros 10 minutos trascurrieron igualados a 15 enteros por bando; y en el segundo los sudamericanos colocaron 20 por sólo 14 de los dominicanos. Kevin Rubio nos había machacado con 16 tantos, y mucho más atrás un tal Ignacio Andrés Arroyo Varela figuraba con 6. Del lado dominicano Alanzo Frink Carpio sumaba siete pero había atrapado 12 rebotes, Antonio Bonilla dibujó 7 y Léster Cruz Quiñonez, 5.


Chile no impuso un ritmo extraordinario en la primera mitad, nada para envidiar (revisé el partido completo más tarde): un bajísimo 34.8 por ciento de sus disparos validos para dos (8-de-23), 35.7 por ciento desde las profundidades (5-de-14) y un notable 80.0 por ciento desde la línea (4-de-5), sumó 21 rebotes, 8 asistencias, perdió seis balones y efectuó 4 robos de balón. La tropa dominicana marchaba con un 47.2 por ciento desde sus lances de dos (10-de-21), 33.3 por ciento desde detrás del arco (3-de-9) y apenas había visitado la línea en una ocasión para errar el escopetazo. Había deslizado 20 rebotes, 12 como ya señalamos de Frink Carpio, repartieron 7 asistencias, se robaron 5 pelotas pero ya contaban con 11 perdidas.

En Jun.15.2018 había escrito: “si se produce el choque entre “la roja” y “la tricolor”, me despojaré de todo fanatismo y chauvinismo para cantar: “ce-hache-i… chi… ele-e, le, chi, chi, chi, le, le, le… viva Chile, carajo”. ¡Coño!... pero la tierra tira y más si se es cibaeño.

Por supuesto, este servidor jamás va a encadenar el concepto de patriotismo limitándolo a una cancha de baloncesto; hay políticos y militares que se dicen los defensores de la patria, de sus tesoros y de su población, mientras sabemos que de todos los grupos existentes, son los más corrompidos, prepotentes, despóticos y manilargos. Tampoco me inscribiré en los que existen bajo un “fraude patriótico”, donde justifican todo tipo de tropelías…. ¡cáspitas!... Rafelin es político y militar a la vez.
Matthew Herasme (3) y Kevin Rubio (15)

Después de la pausa larga las cosas parecían mejorar, Chile pretendía escaparse hasta que Rafael Rubel Mejía metió un cambumbazo (39 por 36, Chile); Frink Carpio volvió a la faena, doble y a seguidas un triple más conversión desde la línea de libres de Cruz Quiñonez puso a todos a bailar en el mosaico 42; Maxwell Lorca hacía lo propio por “la roja”, Frink Carpio tuvo un pasaje maestro y el tercer cuarto se cerró con un 49 por 46 con los dominicanos en la delantera. El hijo de la higüeyana sumaba ya 20 rebotes y 18 tantos.

El colofón arrancó despacio, y tuvo fragmentos monótonos, Frink Carpio y Lorca se repartían todo el protagonismo, hasta que restando 5:38 para el cierre apareció un triple de Arroyo Varela, que había pasado desapercibido en los últimos 15 minutos. No se donde estuvo, no se explicarme como se había borrado, no se si al muchacho le llevaron el aroma de un curanto en piedra (surtido de almejas, choritos, cholgas, picorocos, milcaos y navajuelas), como aquella Sopita en Botella que cantaba Celia Cruz; una cazuela chilota, unos chapaleles, un pulmay, un chopón de chuño o un yoco, pero el jovencito sacó una energía inusitada, inaudita, impresionantemente homérica … estuvo en todas y en poco más de 5 minutos nos despachó 18 tantos.
Arroyo y mi hijo Diego (2016) en Chiloé

¡Mojó y empapó para despedirse de Canadá con un aporte excepcional que jamás olvidará!

Era como un Larry Bird chilote enfrentando a unos liliputienses venidos del Caribe, o un Pantagruel que se divertía con pequeños habitantes escatológicos del reino de Ered Luin, aquel establecido en las montañas azules y donde moraba Thorin. Uno de los jugadores nacidos en América Latina con más proyección, y que reside en España, después de haber estado en una secundaria en el frío estado de Utah). En Chile vivió en Ancud y Copiapó; su mamá fue selección nacional de voleibol. Su hermano juega al baloncesto profesionalmente.

Cada vez que una delegación nuestra sale hacia otros destinos, allende los mares, no termina de arrancar, cuando coloca el pie en el acelerador se le inundan bujías, platino y condensador, como carro viejo; en el camino se pierde el favoritismo que se nos vendió; presumimos en la prensa diaria de estar hechos de un material que no tenemos, hacemos galas ante unos fanáticos que creemos fieles hasta la eternidad, se golpea incesantemente por las redes sociales, se amenaza, para terminar sumándonos sólo a la lista de decepciones.

El destino de la especulación nos cobra la falta de trabajo, de armonía, de puntería dentro de la duela, de honestidad y también la falta de ambición cuando podemos tener los partidos en las manos.
David Apolinar Jones García

El baloncesto dominicano atraviesa por una etapa gris que ya creíamos superada. Antes de los seis meses de esta gestión, en el antedespacho de Felipe –Jey- Payano, entonces secretario de Deportes y Recreación, un entrenador, ahora residente en Estados Unidos me dijo: “salimos de Guatemala y con este Uribe nos metimos en Guatepeor”. La escasa visión y el oportunismo de Uribe Vásquez nos han llevado a ello, hundió la disciplina pese a las medallitas conseguidas y los NBA que dice formó y proyectó. Nos faltan argumentos, nos falta laborantismo, nos falta preparación, carecemos de conciencia, y el clientelismo deportivo no nos llevará a tomar camino a puerto seguro.

Rafelin está pagando su ignorancia deportiva, dentro de toda su grandilocuencia olvidó empezar a formar entrenadores y técnicos, y trata de no ahogarse en esos altísimos costos; pide aquí, solicita allá, vende sueños, tiene al CRESO de benefactor. En las redes sociales ha figurado una frase de Derek Curtis Bok (Mar.22.1930 en Bryn Mawr, Pennsylvania, abogado y profesor de derecho, rector de Harvard University con apenas 41 años de edad, desde 1971 hasta 1991, hijo de un juez de la Corte Suprema de Pennsylvania) que bien se le puede aplicar al presidente de FEDOMBAL: “si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”.
Frink

El inicio fulgurante y eléctrico de Rafelin al frente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) no le sirvió para llegar al ancho mar. Se hundió antes de lo esperado, apenas zarpando. Intentó nadar y guardar la ropa y le salió mal. En lo particular a los mensajeros que me ha enviado “para fumar la pipa de la paz” los he mandado a cosechar espárragos en Constanza. Uno de ellos, de San Pedro de Macorís, y que he visto algunas veces en televisión, pero su nombre se esconde en los recovecos de la memoria me dijo: “Rafelin no tiene gente en toda la FEDOMBAL, ni en el Comité Ejecutivo, que le pueda ayudar a realizar una buena gestión y necesita de ti, por eso ha tenido que mojarle las manos a algunos, pero nadie sirve y el lo sabe”.

¡Me reí con ganas!... no me creo superior a nadie, no hago galas de lo mucho que pueda tener o saber, la vida no me ha tratado mal, pero la petulancia me es ajena, ni lanzo vientecitos más arriba de por donde salen. Ahora, lo que tengo claro y me lo enseñaron muy temprano es que no me voy a asociar con aquellos que tienen el cuerpo moteado, lleno de manchas, no sólo en el alma, sino en su accionar. Capaces de vender a sus propias madres por un par de pesos.

República Dominicana contó con todo en sus narices para apretar las tuercas de un Chile respondón, que daba ritmo al juego, que tocó el balón en los tiempos precisos, pero prefirió irse quedando sin ideas, mientras el banquillo se turbó. Víctor Hansen permitió que José Mercedes Del Rosario, aquel que conocemos como Maita, el del mote añingotado, estuviera en los alrededores, sólo para crear más distracciones y este lanzó por la boca todo lo que creyó pertinente estando en un asiento preferencial que la organización le concedió, le marchó a los árbitros, trazaba ejecutorias, trató de imponerse en lo táctico y aunque no debería sentir misericordia por todos los que se han prestado al juego de este Rafelin, miraba a una Elka Jiménez Garrido impotente para frenar a ese desbocado; un “técnico” que blasfemaba con lengua de víbora. Desatinado, delirante, desenfrenado, desvergonzado; por eso ha caído como el “azul de bolita”, nadie lo quiere, nadie lo contrata y todos conocemos de sus nada castas argucias.
Franco Lara

Desbocado y azaroso es en lo que ha terminado convertido Maita, que ya en la misma competencia se retiró con un inimaginable 0-5 (2016 en Valdivia), y donde el mismo Arroyo Varela, entonces con cara de niño casi virginal, le talló 14 tantos, donde más le dolían hasta el punto de la humillación. Todas las bondades ofensivas de los dominicanos desaparecieron, Frink Carpio tiraba solo de una carreta que se había quedado sin ruedas.

Con cualquiera dando opiniones, los dominicanos se convirtieron en contemplativos frente a la pelota. Simples convidados de piedra. Se perdió toda marcha, surgieron las incomodidades, las frustraciones y nos fuimos al sexto lugar.

No deberíamos volver a hablar jamás de artillerías invencibles mientras no dispongamos de la integración plena de un conjunto que más que eso debería ser un equipo. No deberíamos volver a hablar jamás de marchar hasta el siguiente nivel mientras no existan entrenadores con capacidad. No deberíamos volver a pedir jamás un techado para prácticas mientras no regrese la dignidad y otros muchos valores al baloncesto dominicano.

Miré con profunda tristeza esa pizarra, 69 por 63. Era la segunda vez que Chile nos vencía en esta especialidad, y para peor de manera consecutiva. Recordé a un personaje que honestamente no se como calificar, Joan Molina, que ahora anda por los Cañeros de La Romana, y a algunos más que tan mal me han hablado de Chile y los chilenos; ¡donde no hay baloncesto!... ¡donde no se paga!... pero Chile carga con unos 20 mil dominicanos, como quien no quiere la cosa, y cuando estuve allí, por primera vez, había sólo 6.

FEDOMBAL, siempre tan simplista, cuando le conviene, colocó en las redes sociales: “no pudimos alcanzar la victoria ante el combinado de Chile”. Todas las miradas tienen como destino la figura del entrenador Hansen, de quien ya señalé es un tipo honesto, pero el horizonte es más amplio y fijarse sólo en su humanidad es de mediocres. Los paniaguados de Rafelin piden su cabeza por los medios.

Arroyo se retiró a las duchas con 24 puntos (4-de-7 validos para dos, 4-de-7 validos para tres y 4-de-4 desde la línea), atrapó 5 rebotes y concedió 7 asistencias. Kevin Rubio terminó con 16, 8 rebotes y 3 asistencias antes de salir por 5 personales; Maxwell Lorca agregó 10, con 8 rebotes; y Felipe Inyaco tomando responsabilidades a la hora de la verdad sacó 6 enteros y 9 rebotes. Los de “la roja” cumplieron con un 36.4 por ciento desde el campo (16-de-44), nada extraordinario; convirtieron el 39.1 por ciento de sus aventuras desde las profundidades (9-de-23), y un 76.9 por ciento desde la línea (10-de-13). Bajaron 40 rebotes, 24 de ellos defensivos, atorgaron 14 asistencias, perdieron igual número de balones, y bloquearon 4 lances.

Frink Carpio saldó con 18 tantos y 22 rebotes, 13 defensivos, se fue con un 42.9 por ciento desde el campo (6-de-14), 33.3 por ciento desde más allá del arco (1-de-3), y 50.0 por ciento desde la línea (3-de-6), bloqueo 2 lances y propinó 2 tapones. Imagino la desazón y desasosiego de ese chico. Cruz Quiñones consiguió 12, apoyado en un lance de distancia que no le cayó y termino callándolo 50.0 por ciento de dos (1-de-2), 25.0 por ciento valido pata tres (2-de-8) y sin visitas a la línea, sumó 8 rebotes, y el número 3 apareció en sus casillas de asistencias, faltas personales y bolas perdidas. Rafael Rubel Marte se anotó 10, con 3 asistencias. Antonio Bonilla se anexó 7, y desapareció en el complemento; y David Jones García se retiró con 6.
Roy Williams (UNC) observando a Maxwell Lorca

República Dominicana finalizó con un pírrico 41.3 por ciento desde sus intentos validos para dos (19-de-46), un 23.8 por ciento desde más allá del arco, en el marco del pelafustanismo y el desconcierto (5-de-21), y un descorazonador 58.8 por ciento en los libres (10-de-17). Atrapó 48 rebotes, se repartieron 13 pases, se perdieron 15 balones, y se robaron 11 pelotas.

Dependiendo de situaciones, muchas veces ajenas a nosotros, la sociedad nos coloca la etiqueta de triunfantes o quebrantados, pero aquello dependerá de los giros de la impredecible situación… nadie es infinitamente un vencedor como tampoco nadie es eternamente un fracasado. La FEDOMBAL vive enfrascada en el triunfalismo, ese es un cancerbero, jamás se ha detenido a mirar las vueltas del momento, ni a estudiar el porvenir. De lo que si estoy convencido es que Rafael Fernando Uribe Vásquez, Rafelin, compra todos los días las papeletas para el sorteo de la desesperación. Sin dejar una sola a los demás.

Cada día estoy convencido que su experiencia está más próxima a una derrota, esa obsesión por mostrarse como el invicto de cada día lo destruye, lo corroe, lo lleva a los extremos, los deja amarrado a las cuerdas de un ring de boxeo, a las fronteras de lo imposible, así ha roto el baloncesto sin pertenecerle y sin conocerlo. Que haya encontrado gente dispuesta a desdoblarse nos habla de la sociedad deportiva de todo el país.
                                                              
Probablemente nunca seamos queridos del todo tal como nosotros deseamos; los que pagan para tener compañía terminan como siervos de los dioses más crueles. Los fracasos son tanáticos, letales, sensaciones que mimetiza la muerte. Aún peor: si el fiasco se nos desmesura en la testa y adquiere proporciones abrumadoras, uno prefiere morir antes que afrontarlo. Tal vez eso es lo que les pasara a algunos que viven rodeados de juguetes rotos.

El francés Charles Pépin (Saint-Cloud, Francia, 1973) considera en Las Virtudes del Fracaso que en el fondo experimentar el fiasco y la frustración inherente, nos convierte en humanos, señalando: “la inteligencia de un individuo se cuantifica en su capacidad para analizar y corregir sus errores”. Equivocarse no es solo inevitable, sino necesario para entender nuestros deseos y prioridades. Pero como he dicho en otras ocasiones en la cabeza de Rafelin corre una solitaria neurona.
                                          
Finalizaré con unas palabras de Marcelo Bielsa (Jul.21.1955 en Rosario, Argentina), ya un mítico entrenador de futbol, a quien quizás le encuentre paseando por una de las calles de Rosario (próximo destino de una delegación dominicana) que bien se le aplican a nuestro antihéroe: “uno no puede tomar la ilusión de un joven y no hacer un trabajo serio. Eso no te va a quitar la tristeza cuando no llegan a ser profesionales, porque la mayoría no llega, pero te da la tranquilidad de que ambos hicieron el máximo esfuerzo”.

La actual gestión de FEDOMBAL no puede seguir burlándose de los jóvenes y de sus padres que con enormes sacrificios y aspiraciones escogieron la disciplina para ir tras un futuro mejor.



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