sábado, 21 de septiembre de 2013

Los Fifíes detrás de la pared…


Escuché las declaraciones del presidente del Club San Carlos, Francisco Méndez en el programa Fórmula ESPN (Sep.17.2013) y no me gustó. Una pena porque el planteamiento y desarrollo de la mayor parte de la entrevista no fue contundente ni ejemplificadora.

Mendez en primer plano
Muchos paños tibios y exceso de tolerancia para una instalación que se deteriora, cuya reparación debió concluir hace al menos 3 años. Arrumbados están equipos de aire acondicionado y el tabloncillo, a la intemperie, a merced de los vientos, las inclemencias del trópico y el agua.

Temo que a Méndez se le encogieron “los fifíes”… no explicó las causas reales por qué están detenidos los trabajos. Mostró dudas y estas vacilaciones no fortalecerán las posiciones frente a las autoridades que no ven la culminación del techado como una imperiosa necesidad para la comunidad. 

Una de las raíces fundamentales de la situación es que hay un ex–funcionario de la administración de Leonel Fernández Reyna, por cierto, ligado al deporte, interesado en hacerse con el santo y la limosna de los muchachos de “las 5 esquinas”. Allí pasarían a tener su sede los Leones de Santo Domingo, y de paso se controlarían todas las acciones ligadas al baloncesto; por lo menos eso corre en el mundillo del baloncesto dominicano.

San Carlos es uno de los poquísimos equipos que compite en todas las actividades del baloncesto en la ciudad de Santo Domingo, pese a todas las adversidades y la mala gestión administrativa de sus directivos.

Los de verde y amarillo juegan un partido vital frente a las incoherencias de los funcionarios de turno. Lleno de trampas, fullerías y zancadillas.

La otra causa posible es que los sancarleños no quisieron verse involucrados en la entrega de coimas, porque no recibieron dinero directamente por parte de la Secretaría de Estado de Obras Públicas que en su momento estaba en manos del ingeniero Víctor Díaz Rua. Había periodistas de distintas áreas tratando de ganarse sus comisiones en las reparaciones que hacían tanto Obras Públicas como la Oficina Supervisora de Obras del Estado.

Se recuerda que hubo 11 techados en reparación o en construcción, de ellos el único que no se entregó fue precisamente el de San Carlos. De ellos, por lo menos en el 30 por ciento (Mauricio Báez, Los Mina y La Fe) estuvo involucrada la firma del hijo del periodista Leo Corporán, editor deportivo del vespertino El Nacional y amigo cercano del presidente Fernández Reyna.

Las obras se entregaron sin concursos; de grado a grado como se dice en el argot de los constructores. Un estudio de la Universidad de Barcelona, que bien vale la pena citar, señala que la corrupción en obras públicas es la favorita de los políticos de ocasión.

En el gobierno de Fernández Reyna hubo un despliegue casi fanático por las construcciones y modificaciones. Estas estuvieron influidas por un grado de monopolio y discrecionalidad en el accionar de los funcionarios de turno; en los momentos de la reparaciones a los complejos deportivos, el Ministerio de Obras Públicas estaba en manos de Víctor Díaz Rua, a quien el señor Corporán visitaba por los menos dos veces a la semana, y la Oficina Supervisora de Obras del Estado bajo la tutela de Luis Wilfrido Sifres Núñez, quien se formó al amparo de la vecindad mauriciana, ambos con enorme filiación a los lineamientos de Fernández Reyna en lo relativo a políticas de construcción, creación de suelo edificable, precalificación de usos urbanísticos y el otorgamiento de licencias y contratos; campos abonados para la corrupción.

Hay apuestas corriendo en las redes sociales que señalan que el techado del Club Mirador, que aún no está ni siquiera en planos, se concluirá primero que el San Carlos… ¡sopla!





No hay comentarios:

Publicar un comentario