jueves, 5 de septiembre de 2013

Cierre inesperado en Caracas


Cada día me convenzo más que tengo que alejarme de los programas de radio que tratan los temas deportivos en República Dominicana; tengo que admitir que golpean mis pocos conocimientos, muy especialmente donde se roca el tema del baloncesto. Hay una generación de periodistas, muchos ya aceptados en la misma Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD), aunque imagino que en el interior sucede otro tanto, que sólo buscan información, pero de formación no tienen nada.

Es sencillo sentarse frente a un monitor y leer para empezar a hablar. De los jóvenes que quedo con solo un puñado de ellos, a quienes ya les he hecho saber sobre mi admiración. Si en estos tiempos volvieran a nacer Félix Acosta Núñez, Max Reynoso, Fidencio Garris, Jorge Bournigal, Manuel Neftalí Martínez (Tafneli), Luis A. Alfau, Humberto Gómez Oliver, Juan Evaristo Gautreaux, Arturo Industrioso y José A. González, entre otros, hombres con sus virtudes y defectos, pienso que estarían dedicándose a otras actividades.

He escuchado varias frases que me han dejado turulato, pasmado, absorto, estupefacto, atónito, boquiabierto, aturdido, y me hizo cavilar sobre si la instrucción recibida a lo largo de los años ha valido para algo y si estoy equivocado sobre el camino por el que he llevado a mis hijos.

Mis oídos fueron tocados por esta perla: “la República Checa es lo que antes era Checoslovaquia”… no, no, no, querido amigo, lo que antes era Checoslovaquia ahora está dividido entre la República Checa y Eslovaquia, dos naciones diferentes; “México nunca había tenido un hombre alto dominante antes de la llegada de Gustavo Ayon”, nada más errado, los nombres de Jesús –Chu- García, Antonio –Pulgarcito- Reyes, Rafael Palomar (refuerzo en la liga de Puerto Rico), Jaime Peña (egresado de New Mexico State University), Julio Gallardo (cinco campañas consecutivas en Puerto Rico con números impresionantes) y más recientemente Horacio Llamas, quien también se tomó su taza de café en la propia NBA.

“La tendencia actual del baloncesto es naturalizar jugadores de la posición uno pa
ra hacer el juego más dinámico, el baloncesto internacional es muy aburrido”… ¡sopla!

Escuche a Jordan Olivo reportando desde Caracas: “Jamaica no hizo partidos preparatorios, por eso su juego ha venido de menos a más, ya que su debut acá fue como si sería su primer fogueo”… entonces los topes en jamaiquinos y canadienses en la Copa Jack Donohue jamás existieron, como imagino que tampoco los choques entre jamaiquinos y nigerianos… ¿por cierto, alguien me podría decir, quien fue Jack Donohue?...

“Eduard Santana es el substituto natural de Yack Michael Martínez y quien tomará su relevo en la selección”… Santana no es Yack Michael e involucionaríamos si pensáramos así; el bueno de Eduard es un jugador de 33 años de edad. “Pasaremos al Mundial si en la segunda etapa repetimos contra cada equipo el juego que le jugamos a Argentina”… a ese le respondería con la frase de mi buen amigo Federico Borras: “el juego irrepetible del sábado 31 de agosto”.

Jack Donohye y Steve Konchalski
Ya en la noche, llegue al paroxismo más absoluto. Me encontraba de visita en un hogar donde escuchaban la estación más escuchado del país y aquello era para cortarse las venas.

No se en que nuestros muchachos están ahogando sus pocas neuronas, pero si es en alcohol recomendaría que cambien de marca.

El apagón de Caracas en medio de la jornada que enfrentaba a República Dominicana y Paraguay me recordó aquella experiencia vivida en la ciudad francesa de St. Quentin, donde fue necesario evacuar la cancha de forma total ante la amenaza de una bomba colocada en la misma. Eran los tiempos de Tormenta del Desierto, aquella operación militar encabezada por los Estados Unidos contra fuerzas iraquíes después de la invasión a Kuwait; al mando de todo aquello estaba el general Norman Schwarzkopf (fallecido en diciembre del 2012). Fuera de la instalación la temperatura era de 3 grados centígrados, el frío era brutal; los jugadores cubiertos con todo lo que apareció y la fanaticada apenas pudo retirar parte de sus pertenencias ante la inmediatez de la situación.

Pasamos cerca de 30 minutos a la intemperie, en los jardines colindantes hasta que la policía local autorizó el reingreso al estadio.

También me vino a la cabeza aquella imagen de Hernán Montenegro, aquel domingo mientras vestía la camiseta de Estudiantes de Bahía Blanca, corriendo detrás de un pequeñito Edgar Marchand de GEPU (Gimnasia y Esgrima Pedernera Unida de San Luis; el senador Rodríguez Saa era el principal patrocinador del conjunto y quien
Rodriguez Saa
después llegó a ser Presidente de la República en los tormentosos días post Fernando De La Rua) en el Osvaldo Casanova, después que este último le jugó una pesada travesura en mitad del encuentro.

Después del apagón, una extraña decisión. República Dominicana obtenía el partido a poco más de 4 minutos del final. Ciertamente no había nada que hacer, el marcador era amplio y el tiempo del espectáculo sobre la patética incapacidad de los gobiernos actuales en America Latina demasiado dilatado. Nuestra moderna forma de vida puede tolerar cualquier inconveniente menos la falta de electricidad. El mundo entero deja de funcionar sin ella. 


Al final del día, Brasil se marchó a casa en la más sorprendente actuación lograda alguna vez por un equipo favorito. Las alarmas se dispararon y de manera instantánea Oscar Schmidt pide la cabeza de Rubén Magnano. Hay muchas cosas para contar en los próximos días.

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