¡Vámonos que nos vamos! Octubre 14 del 2020 / uno En este Oct.14.2020 es el turno de Eddy de Jesús Olivares
Ortega (Jul.13.1964 en San Francisco de Macorís) ante la comisión senatorial
que nombrará los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral (JCE), y
según dicen los nigromantes, tiene todas las boletas para ser el próximo
presidente del organismo electoral, encargado además del registro civil. ¿Por qué es el turno?... ¿estaba en la caja de espera del
Estadio Quisqueya?... ¿es algún slugger que viene a remolcar hacia
el órgano electoral una cantidad impresionante de valores?... ¡un cuarto
bate!... ¡la versión intelectual de Sammy Sosa!
Roberto Ramírez (camisa blanca) en el Senado
La comisión senatorial es presidida por Ricardo De Los
Santos Polanco (PRM, provincia Sánchez Ramírez, Oct.04.1965 en Cotuí) e integrada
por Ramón Rogelio Genao Duran (PRSC, provincia La Vega, ¡mi madre!... rey de los oportunistas, Oct.29.1966
en Jarabacoa, La Vega), Faride Virginia Raful Soriano (PRM, Distrito Nacional,
Oct.24.1979 en Santo Domingo), Bautista Rojas Gómez (Fuerza del Pueblo,
provincia Hermanas Mirabal, Nov.11.1951 en Salcedo), Franklin Alberto Rodríguez
Garabitos (Fuerza del Pueblo, provincia de San Cristóbal, Dic.17.1977 en
Cambita Garabitos), Antonio Taveras Guzmán (PRM, provincia Santo Domingo,
Jun.20.1960), Iván José Silva Fernández (PRM, La Romana), y José Manuel Del
Castillo Saviñon (PLD, Barahona, Mar.01.1975 en Santo Domingo). Olivares Ortega conformó la JCE entre el año 2006 y el 2016;
y tal como ocurrió con el presidente saliente junto a él, Roberto Rosario Márquez,
pasó a arroparse bajo la manta de un partido político. Rosario Márquez reingresó
a su hogar de seimpre, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y Olivares
Ortega pasó de forma expedita a ser el vocero de Rafael Hipólito Mejía Domínguez,
como si fuera, uno en esta esquina y el otro, en la ora esquina… al primero se
le criticó groseramente su gracia desvergonzada, además de que bien ganada tenía
la etiqueta de animal voraz; el segundo pasó discretamente su aventura: un querubín. Aunque no hubo escándalos grandilocuentes, los escarceos
entre ambos estuvieron a la luz de todos. ¿Había imparcialidad en uno y otro
corazón?... en el 2016 la JCE pasó a ser integrada por Julio César Castaños Guzmán
(Abr.08.1955, Santo Domingo), como presidente, dejaba la Suprema Corte de
Justicia, donde era vice-presidente para regresar a una institución en la que
agotó dos periodos (1999-2002 y 2006-10), además por Carmen Altagracia Imbert
Brugal (Nov.25.1955 en Ponce, Puerto Rico), Roberto Bernardo Saladín Selín
(Jul.23.1936 en Santo Domingo), Henry Orlando Mejía Oviedo (Ago.13.1955 en
Baní, provincia Peravia), y Rosario Altagracia Graciano De Los Santos
(Sep.09.1951 en La Vega); en ese momento escribí que la sola presencia de Mejía
Oviedo no garantizaba la pulcritud de ese quinteto. Apuntaba además que Rosario
Márquez «hasta que se demuestre lo
contrario, este personaje es una amenaza latente para cualquier sociedad». Abro paréntesis, Rosario Márquez, muy activo en las redes
sociales publicó (Oct.13.2020): «sí son las cosas, la doble moral, un criterio
clasista y elitista en esta sociedad. Un hijo, hermano, padre, esposo o esposa
de determinados dominicanos pueden desempeñar varios cargos, nadie duda su
honestidad. Pero si es hijo de Josefa u otro dirigente político “de abajo” no».
La doble moral es un exabrupto; o se es recto o se es un sin vergüenza. La vida
nos coloca en la disyuntiva de aprender valores, ellos constituyen una brújula
interior, y estos nos permiten establecer parámetros para optar entre el bien y
el mal, es correcto o incorrecto no solo
para nosotros mismos sino que afecta a otros. La moral nos indica cómo debemos
conducirnos dentro de la cotidianidad; esa misma moral no se vive solo en
referencia a uno mismo pues eso sería egoísmo y la descontextualizaría del
mundo en el que estamos llamados a vivir y a relacionarnos. Ella no solo se
vive en relación al hombre en sí mismo, sino que se vive también en relación
con la justicia, dignidad, humildad, honestidad, libertad, responsabilidad,
integridad, respeto, lealtad, equidad, entre otros. Cerré paréntesis. Hoy es el ducentésimo octogésimo octavo día del año, el
santoral católico me recuerda a Angadrisma de Beauvais; Calixto I (papa);
Carponio; Domingo Loricato; Donaciano de Reims (Arzobispo); Fortunato de Todi;
Gaudencio de Rimini; Jacobo Laigneau de Langellerie; Juan Ogilvie; Lúpulo de
Capua; Manequilde de Châlons (mujer); Venancio de Luni; la beata Ana María
Aranda Riera; y el beato Román Lysko… pero le pediré mejor a san Roque: «san
Roque, tu que padeciste la peste, nadie mejor que tú para comprender nuestra
petición, aplaca el coronavirus, pero líbranos también de tantos imbéciles, creyéndose
dueños de todas las verdades, con doble moral». Días atrás el periodista Juan Taveras Hernández escribió,
también en las redes sociales, palabras más, palabras menos: «cientos de ciudadanos y cientos de
movimientos sociales están solicitando que Eddy Olivares sea el próximo
presidente de la JCE. Yo también me sumo a la petición». Más conocido como Juan
T.H., fue en su momento un periodista de fuste, pero se aburguesó, y se
rebosó en el periodo del 2000 al 2004. Una vez le dejo a mi amigo, también
periodista Rolando Guante, como para que lo escuchara, porque estaba a pocos
metros de distancia (refiriéndose a mi persona, en la entrada del vespertino El Nacional): «el escribe bien, diría que muy bien, es más, te diré, es brillante».
Esbocé una breve y lánguida sonrisa. Pero volviendo al mambo, usted puede comprar todas las versiones
sobre este Eddy de Jesús Olivares Ortega, lo puede subir a todos los altares,
si es su gusto convirtiéndolo en un modelo de santidad, pero también hay santos
con sus máscaras colocadas, no nos olvidemos de ello.
Olivares Ortega
Regateo todas las beatificaciones de Olivares Ortega, para
quedarme con ellas, pero existe un brevísimo instante donde la tuerca retorció
el rabo: su candidatura a miembro del órgano electoral fue presentada ante el
Senado de la República por Roberto Ramírez, presidente de un mamotreto llamado Federación
Dominicana de Clubes (FEDOCLUBES), el sujeto de los mil nombres y/o pseudónimos;
un reptil porque nada más es, sin capacidad para ser cínico, pero manipula una
buena parte de los clubes “deportivos” de la capital dominicano. Protegido por
Luis Rafael Mejía Oviedo, Luisin,
presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD), y Leonardo de Jesús Heredia
Castillo, alias Leo Corporán, editor
deportivo del vespertino El Nacional, y quien sabe de cuantas hierbas
aromáticas más. Cuando la guadaña venia por Ramírez, este era presidente de
la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), estaba agarrado
por el pichirrí, y si sus
persecutores lograban acceder a un solo documento, aún estaría purgando una o
varias penas… a la vista de todos, incendió toda la historia de la ABADINA, la
suya y la pasada, en los zafacones que siempre permanecieron a la entrada de la
institución. Por eso tenemos un baloncesto del Distrito Nacional sin historias
oficiales. En el 2016, Henry Orlando, el menos productivos de los
miembros de la JCE en el periodo 2016 al 2020, en primera instancia, sostuvo la
continuidad de Rosario Márquez, la solicitó mediante documento sellado… ¿dónde
usted cree que laboran todos los figurines que le acompañaban en el Ateneo
Dominicano, y firmaron la permanencia de Rosario Márquez?; ahora, conocidas
todas las interioridades Luisin, que
se considera intocable socialmente, sirve de mensajero para otras virulencias…
aquí, con excesiva frecuencia los extremos se tocan… ¿exceso de complicidad, connivencia,
confabulación, cooperación, asociación? Doctor Olivero Ortega, usted podría ser la reencarnación del
padre Fantino (Fantino Falco, enterrado en el Santo Cerro de La Vega), para
dejarlo en lo nuestro, o de José Gregorio Hernández, o de un argentino llamado
Ceferino Nanuncurá, o del chileno Alberto Hurtado, pero a mi desde chiquito me
tallaron entre ceja y ceja aquello de que: «dime con quién andas y te diré
quien eres». A mis ojos, y al estilo de Rafael Corporán De Los Santos: «usted
se quemó, se quemó, se quemó». Por mi puede recoger sus motetes e irse
a cualquier lugar. De los vientecillos fétidos de ese Caballo de Troya incrustado
en las decisiones de PRM, Rafael Hipólito Mejía Domínguez, habrá mascarillas
reforzadas con filtros HEPA que buscar… ¿apuesta Mejía Domínguez al fracaso de
la gestión de Luis Rodolfo Abinader Corona?
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