Agrios edulcorados…
Caso 142: Extrañas miradas
sobre el panorama
Feb.10.2016
Cuando leí el reportaje al equipo del Rafael Barias
que competirá en la edición 2016 del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito
Nacional no supe si reír o llorar (Hoy, Feb.09.2016).
Maletín |
Por supuesto, nombres como los mencionados: Joel Ramírez,
Juan Bautista Araujo, José –Pancho- Fortuna, Manuel Elpidio –Mañé- Fortuna y
Francisco –El Maletín- Dajer, son nombres para respetar… ¿pero qué más?
¿Vendrá Adam –Changó- Beltré desde la banca?
Jean Carlos Acosta fungirá como su refuerzo nativo… ¿pero
qué más?
Ramírez, Pancho y Dajer no llegan a los 6’00 de
estatura.
No se si el periodista quiso finalizar rápido su trabajo,
pero me quedé con ganas de leer algo más contundente.
Sin refuerzo a una semana del evento… ¿jugaremos a lo
mismo de siempre?... acá hubo un connotado gerente general que señaló una vez, quizás
por falta de experiencia, que los refuerzos no estaban obligados a entrenarse
con el resto del equipo. ¿Inexperiencia?... ¿inocencia?
El Rafael Barias ha sido una de las institucionales
capitalinas que más se ha dedicado al baloncesto, por lo que imagino debe tener
más de un as bajo la manga del entrenador Amaury Durán.
Ramírez, Pancho, Mañé y Bautista también cruzaron la
franja de los 30 años de edad.
Al baloncesto dominicano le faltan figuras; muchos
dicen que le sobran nombres, pero yo dudo enormemente de esa premisa. Los
nombres que había para jugar todos los superiores se pusieron viejos y no hay
piezas solventes para su reemplazo.
Me desaniman la falta del publicidad sobre el evento,
la escasez de nombres, las cifras modestas de las que todos quieren agarrarse
para pagarle a los jugadores, los mazazos perturbadores de Rafael Fernando
Uribe Vásquez, también conocido por el alias de Rafelin, cuando no tiene vela en este entierro pero quiere correr
con todos los colores y también con todo lo producido, a menos que el
presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) se la
haya otorgado; el periodista José Monegro.
A estas alturas no se conoce uno sólo de los importados.
Por lo visto vamos a unos eventos que carecen de
sentido.
No hay nadie que esté haciendo una revolución dentro
del baloncesto dominicano, por el contrario, todos los actores yacen surtos.
Precisamos una mirada vigente entre la incapacidad y
la pusilanimeria.
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