La tramposa seducción en “la nueva era”
Me he preguntado infinidad de veces que papel cumple
David Zabala, proclamado presidente de la Asociación Dominicana de Jugadores de
Baloncesto por decisión particular del presidente de la Federación Dominicana
de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Fernando Uribe Vásquez, a quien todos
conocemos por el alias de Rafelin. El
bueno de Zabala, muchacho sano, cristiano, buena gente, hasta buen jugador, con
aspiraciones de líder comunitario, tiene más de un año en el cargo y jamás ha
ofrecido una declaración.
Nunca se ha conocido ni siquiera una mirada hacia un
compañero en apuros. Pero ostenta el título chispeante de presidente de la Asociación
Dominicana de Jugadores de Baloncesto. En cualquier otra parte del mundo eso te
convierte en figura de cierto peso y capacidad de decisión; en todas partes del
mundo menos en República Dominicana, en España por ejemplo lo es el pívot
Alfonso Reyes; en Argentina, Michael Stura; y en la NBA, Chris Paul. Además del
presidente, ¿hay algún otro miembro en esa directiva?... ¿en algún momento se presentará
el cascarón de la asociación a los sectores interesados?... ¿se conocerá
públicamente estatutos e intenciones de la asociación?... hasta ahora, nada.
Como vienen tiempos difíciles para el baloncesto en el
2016 incluyendo lo que puede convertirse en una interesante campaña en pos de
la silla que ocupa Uribe Vásquez en el Palacio de los Deportes, la que tratará
de conservar, este llamó a reunión a todos los jugadores sub-25 que pueden
accionar en las distintas ligas del país, los sentó a la diestra y también a la
siniestra, para dejarles caer algunas gurruminas que deberán ser tenidas en
cuenta. Esta vez no se tomaron fotografías.
El beato de Uribe
Vásquez les notificó a estos jóvenes que no pueden cobrar más de 5 mil pesos
por partido en ninguno de los torneos donde puedan alcanzar alguna intervención;
el año pasado la tarifa era de 200 dólares, que al cambio actual resulta de
9,120 pesos dominicanos. Implica una reducción del 50 por ciento del salario; léase,
una baja enorme en los honorarios a percibir.
El presidente de FEDOMBAL señaló además que los chicos
no pueden tener ningún agente que los represente a la hora de formalizar sus
contratos, y que a cambio dispondría que la Asociación de Baloncesto del
Distrito Nacional (ABADINA) no cobre la transferencia correspondiente para que
puedan jugar en el interior del país. ¿Qué pasará si un chico se lesiona?... ¿qué
sucederá si los salarios no son cumplidos?... ¿quien defenderá a favor de los
jugadores las letras pequeñas?
Cositas más, cositas menos.
Pero donde el presidente federado tratando de hacer un
lance desesperado fue cuando les dijo a esos jóvenes imperativamente que la única
opción para acceder a una invitación a la selección nacional era si cumplían
estrictamente con las disposiciones que estaba imponiendo en ese momento. El
disparo fue tan potente que voló el aro donde intentaba encestar, siguió su
trayectoria y se estrelló contra la pizarra que está en lo más alto de las
gradas del Virgilio Travieso Soto.
¡Cuánto veneno destila esta víbora ponzoñosa!
¿Será un guabá
y habrá que matarlo de una pedrá como
dice Celia Cruz?... un guabá que pica
y se va.
¿Manejará de ahora en adelante las invitaciones al
seleccionado nacional Uribe Vásquez?... ¿rompió con su carnal, socio y cómplice
Eduardo Najri?... aprovecho para recordar el papelazo que hizo Uribe Vásquez en
el manejo de la selección en el 2009 en Puerto Rico, camino al Mundial-2010,
junto a su compañero César St. Hilaire.
¿Dónde estas David Zabala?
La cúpula del baloncesto ha tenido una obsesión frente
a la comodidad de importación de jugadores para todas las categorías en
perjuicio del material nativo, por ello se creó la Asociación Dominicana de
Baloncesto en Nueva York, de la cual tampoco se conocen preceptos y planes. El
trabajo escasea, la preparación de los técnicos es deficiente, hay una enorme
falta de confianza y desafecto por nuestros proyectos en formación.
No se trata de historias verdes, ni de vocación
extranjerizante. Por generaciones nos hemos criado en medio de la sistemática
destrucción de las más básicas instituciones que claman por un desarrollo del
baloncesto, por ello padecemos de manera concreta y repetida los perjuicios de
que nuestro avance se atará a ese marco, muy bien aprovechado por Pedro Pablo Pérez.
No podemos negar que a sus múltiples atributos Uribe Vásquez
suma el de patan especulador que busca jorobarnos permanentemente y frustrar el
destino colectivo de la disciplina en pos de sus apetencias personales.
Las aceptables actuaciones del seleccionado nacional,
repito, del seleccionado nacional, no del equipo nacional, que son dos cosas diferentes,
nos ha alejado de una reflexión seria sobre los problemas de la actividad, el
origen de sus problemas y las vías para resolverlo. Hay exceso de amor al peso,
si al peso, ese que tiene en su impresión la leyenda: “este billete tiene
fuerza liberatoria para el pago de todas las obligaciones públicas o privadas”.
Ello muestra una carencia enorme de afectio
societatis.
Hay inmensos episodios de desequilibro en la gestión
de Uribe Vásquez, desde febrero del 2012, que han sido minimizados por la
prensa y por las mismas asociaciones afiliadas, pero el expendio está ahí;
todos callan por el temor a ser censurados, excretados del movimiento del
baloncesto, perder las migajas que suelen repartirse o simplemente por temor al
espíritu vengativo del presidente de la FEDOMBAL, un ser primitivo, grosero, chapucero,
soez, que de educación recibió muy poco.
Nadie ha querido denunciar las enormes deudas
acumuladas por FEDOMBAL ante el Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC),
los gastos en campamentos de fin de semana de las selecciones nacionales, los
viajes al exterior de los asociados a este funesto personaje. Inclusive de la
contratación de un vuelo privado para llevar la selección femenina a una de las
islas cercanas y no tener la obligación de tocar territorio de los Estados
Unidos, donde hay miembros de la entidad rectora impedidos de entrar a esas
fronteras. Este medio denunció que había vuelos regulares a esas islas, sin
escala en Puerto Rico, que es el caso que nos compete.
¡Ni los jugadores de grandes ligas se atreven a tanto!
Se platica también de préstamos a intereses usureros
por organismos fuera del sector rentista regulado, el dispendio en la utilería,
los cargos a la institución de dietas y almuerzos extemporáneos y decenas de primores
más.
Nota al margen: la FEDOMBAL acaba de anunciar en su cuenta de Twitter
que esa entidad está celebrando 75 años de existencia y que su primer
presidente fue Máximo Llaverías (Máximo Llaverías Marti).
En la misma página de la FEDOMBAL puede leerse: “en el año
1940, don Máximo Llaverías Martí, un gran entusiasta que llegó a la
inmortalidad deportiva por sus esfuerzos a favor de la disciplina, fundó la
Asociación Dominicana de Basketball, primera institución rectora del
baloncesto nacional y embrión de los que más tarde sería la Federación
Dominicana de Baloncesto”.
“Pero fue don Virgilio Travieso Soto, discípulo
aventajado de Llaverías Martí, quien daría los pasos concretos para la
creación de una sólida entidad que integrara a todos los actuantes del
baloncesto nacional. Don Virgilio, quien más tarde se convertiría en el Padre
del Baloncesto Dominicano, fue un consagrado hombre del aro y el balón que se
desempeñó como atleta, entrenador, profesor de educación física y sobretodo
un propulsor y dirigente deportivo que llenó su hoja de vida de logros y
acciones ejemplares a favor de nuestro baloncesto”.
¿Empezamos a cambiar el curso de la historia?
La Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), como
tal, empezó a trabajar en el año de 1954 y ese mismo año se afilió a la Federación
Internacional de Baloncesto (FIBA).
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Los miembros del Comité Ejecutivo de FEDOMBAL no se
atreven a chamuscar las disposiciones emanadas de la cabeza de su presidente, algunos
ya con 20 años en el Comité Ejecutivo pero con acciones pirricas a favor de la
causa de la disciplina, quien a cada momento busca una firma adicional para
avalar esos mamotretos, incluyendo a de un zángano como Ramón Ceballos, que
apenas es miembro de la Dirección Técnica, pero quien se presta para los
desmanes federativos.
Los estatutos de la entidad mueren cada minuto en
manos de su presidente y con ello muere también todo el que ha intentado hacer
algo por la disciplina. Hay quienes están dispuestos a defender esos fueros
casi medievales, inquisidores y cometer actos reñidos con las leyes a fin de
estar a la diestra de ese desvalido de espíritu.
Nadie quiere destetarse sin asegurarse posiciones en
una renovada versión de la FEDOMBAL. Está quedando claro quienes son los que están
del lado del modelo desarrollista y quienes acompañan a los demonios
pretendiendo expandir el caos y la perversidad dentro de la rama deportiva.
Radicalizan el maniqueísmo de las generaciones y surgen frente a esas filas de
pandilleros la indignación ante posiciones tan feroces y viejas como la peste.
Esa ferocidad territorial de los presidentes del órgano rector, ese egotismo carnívoro,
esa meada del primate para tratar de marcar un territorio, es la misma que
siempre ha destruido varias veces el baloncesto dominicano.
Las exclusiones siguen siendo el peor enemigo de la
democracia deportiva nacional. ¿Cuántos de nuestros dirigentes del baloncesto
son gente ligera, acondicionada, irreflexivo, atolondrados, de poquísima
chaveta?... ¡ellos descuartizan el baloncesto todos los días!
La gestión de Uribe Vásquez al frente de FEDOMBAL está
agotada, es un enorme fracaso y es una chapuza que no articuló los mejores
intereses por el bien de la disciplina. Se habla mucho de los regimenes de oprobio
como los de Rafael L. Trujillo, Juan Vicente Gómez, Anastacio Somoza, Augusto
Pinochet, Alfredo Stroessner, Tiburcio Carias Andino, Fidel Castro, Marcos Pérez
Jiménez, Maximiliano Hernández Martínez,
Fulgencio Batista, Juan Melgar Castro, Leopoldo
Galtieri, Efraín Ríos Montt, Policarpo Paz García, Jorge Rafael
Videla, y tantos más, pero hay déspotas inauditos entre quienes pretenden
formar esta oclocracia populista del siglo XXI, tan misteriosos como los gatos,
según ellos mismos, apoyada por el fervor del pueblo; para ellos la Constitución
de la República es un simple puñado de papeles.
El baloncesto dominicano no soporta más episodios de
desequilibrio; esta malignidad se extiende como un cáncer y hay que extirparlo
de raíz.
Las desmesuras hay que cuantificarlas y Uribe Vásquez
no podrá irse tranquilamente a su casa como sucedió con Herasme o cualquiera de
los anteriores presidentes federativos. Es difícil saber cuánto de oportunismo
y cuánto de estudiantina tiene ese exabrupto que viene desde inicios del 2012,
pero las conductas son reveladoras del síndrome de abstinencia de poder que ha
sacudido a Uribe Vásquez y sus personajes más cercanos.
El presidente de la FEDOMBAL pretenderá por todos los
medios mantenerse en el Palacio de los Deportes más allá de octubre del 2016,
no es una determinación individual, existen factores que van más allá de su
voluntad; si dependiera de ellos se quedaría para siempre. Los que sucederán a
Uribe Vásquez tienen que estar conscientes que una acuciosa auditoria tiene que
ser realizada; no bastará imitar a Danilo Medina Sánchez cuando señaló que: “he
recibido un maletín lleno de facturas”, ni que se diga como cada vez que se
toca ABADINA (Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional): “lo que dejaron
fue un desastre”. La rendición de cuentas debe ser concreta y jamás verse como
una denuncia política.
Uribe Vásquez tendrá que demostrar que puede
desenvolverse en un bazar de porcelanas chinas sin fracturar ninguna de sus
piezas, porque nada de profecías cumplidas, ni sueños de niños.
Los días de este pelele corren hacia su final.
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