jueves, 3 de diciembre de 2015

Abuelita… unos son de la marina y otros son de la aviación

El Club Deportivo y Cultural Mauricio Báez hizo pública su intención de regresar al baloncesto superior del Distrito Nacional, decisión aplaudida por todos. El tiempo hace borrar posiciones y quizás nadie recuerde que motivó su ausencia; tampoco nadie cuestiona su regreso. En aquella oportunidad la directiva del conjunto de Villa Juana, año 2003, argumentó en la serie final frente al San Carlos, que no existían condiciones de seguridad para sus jugadores.


Aquella vez fue la seguridad y se privó a la fanaticada de uno de los conjuntos de mayor raigambre, que levantaba el fervor popular, y por supuesto, uno de los fundadores de la justa en 1974 cuando el Palacio de los Deportes vistió de adulto al baloncesto dominicano, gracias al trabajo de mucha gente que en los nuevos tiempos se pretende ignorar.

A favor de los mauricianos hay que decir que en todo este lapso han seguido trabajando en las categorías formativas, algunas veces organizadamente, con entusiasmo inaudito, y otras a la buena de Dios, con escasa efervescencia, desencanto y desilusión.

Más de una vez la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) le ha entregado el trofeo al Club del Año. Sus equipos, tanto de varones como de damas, siempre están entre los llamados a escalar primeras posiciones, con muchachos de la barriada y sin cuestionamientos por presentar jóvenes en conflicto con sus edades; por lo menos hasta donde conozco. No hay políticas definidas frente a los entrenadores, los horarios dependen de las circunstancias del momento, y los que hacen baloncesto, tratando de formar jóvenes, están siempre a la espera de “una ayuda” de instituciones públicas, incluyendo el Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), Policía Nacional y Ayuntamiento del Distrito Nacional.
 
Uribe Vasquez, Tolbenm Jaquez y Heredia Castillo
Pero también, del humor de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, conocido como Leo Corporan, que decide a quien favorecer y a quienes no. La institucionalidad y los valores democráticos no son una joya que pueda exponer la cúpula del Mauricio Báez, que precisamente conduce Heredia Castillo.

¿Seguridad?... en los actuales momentos nadie puede garantizar una estricta seguridad alrededor del Palacio de los Deportes mucho menos en la media luz de las 11:00 de la noche, como tradicionalmente han terminado las jornadas y en la bisoña gestión de José Monegro sin experiencia en estos afanes. Una seguridad que no existe en ningún rincón del país, colocada como punta de lanza para atraer a los seguidores de la disciplina. ¿Y más allá?... ¿y en el elevado de la 27 de Febrero?... ¿y el transporte para los parroquianos?

La excusa del Mauricio Báez es baladí, frívola, anodina, trivial, debieron disponer un poco más de sustrato. Además, los mismos mauricianos han sometido a sus jóvenes promesas en eventos donde ha reinado la falta de disciplina, el desorden, las riñas, el irrespeto, precisamente en montajes de la propia ABADINA.

Uno de los espectáculos más deprimentes lo ofreció el jugador Adán Beltré, apodado Changó, del Club Rafael Barias en la propia instalación del Mauricio Báez; esa vez este carajo se convirtió en una máquina de lanzar botellas al entablado, buscando la anatomía de compañeros y contrarios. Nada pasó, ni una amonestación y el tipo ha seguido haciendo tropelías donde quiera que haya pisado una cancha, pese a que todo el mundo conoce que tiene enormes fallas conductuales.
 
Adán Beltré
¿Tanto ha cambiado ABADINA?... ¿contamos con dirigentes traídos de otras galaxias?... ¿fueron los fanáticos reemplazados por adoctrinados querubines?... que me disculpen, veo los mismos rostros en todas las actividades. La administración de Monegro, que no ha traído nada nuevo en sus cinco meses de gestión, debió iniciar una normativa para saneamiento en los clubes de baloncesto, instaurar en los mismos verdaderas democracias y dispuesta a erradicar a los indeseables de las canchas.

No existirá jamás un real avance si se mantienen dentro de la actividad los entes autárquicos que han tomado decisiones independientes, sino una política que permita marcar el rumbo hacia los objetivos definidos, con visión clara, para el bien colectivo. No se puede postergar más el trabajo.

¿Cambió el Mauricio Báez?... considero que en lo absoluto. Es la misma estructura que aparentemente sólo será erradicada con la muerte de Heredia Castillo, pero que echó raíces y pregona que es inamovible. De momento, nada se mueve sin la venia de este personaje y con la bendición de su compadre y cómplice Nelly Manuel Doñé, también conocido como El Cabo. Todas las posiciones administrativas del Mauricio Báez giran alrededor de familiares y allegados a estos dos nombres.

Si alguien quiere conocer la falta de institucionalidad mauriciana sólo tie
Saturnino Martínez
ne que detenerse en las crónicas de sus dos últimos procesos electorales. En el año 2013, para el último periodo de Saturnino Martínez, una masa votante formada por jóvenes sin ningún criterio; aquello parecía una fiesta de Día de Reyes, con Heredia Castillo, Doñé y Roberto Ramírez (presidente de la Federación Dominicana de Clubes) como los reyes magos. En este 2015, para la escogencia de José Luis Domínguez, Boyón, todo un pase de revista social, hombres y algunas mujeres maduros, sin ningún deportista presente y sin jóvenes entre los convocados.

Mauricio Báez trata de regresar al superior del Distrito Nacional no por qué desaparecieron las razones que motivaron su retiro, lo hace por el simple hecho de que Heredia Castillo podrá disponer de todas las herramientas de control para el manejo del mismo. Las primeras muestras de ello fueron el nombramiento del Comité Organizador, y por supuesto, el cabecilla de Villa Juana, quien siempre se ha creído impoluto, buscará los patrocinios de la justa.

Lo que está por probarse es si el periodista Monegro será tan pusilánime como su predecesor en el cargo, Ramón –El Teacher- Rodríguez, quien prefirió inmolarse bajo la única premisa de no revelar a quienes o a quien se le pagaron en el año 2013 las comisiones por evento de publicidad y patrocinios y donde la mano de Heredia Castillo era la que encendía los escenarios. Todo enmarcado en un tinte con pinta villajuanera.

Pendiente queda el paquete que exigirá el presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Fernando Uribe Vásquez, alias Rafelin, quien siempre trata de sacar más de un as debajo de la manga. En cuestiones comerciales la relación Heredia Castillo y Uribe Vásquez han resultado de mutuas puñaladas traperas.
 
Monegro
En este largo espacio de ausencia mauriciana el baloncesto cambió, no hay pasatiempo perfecto, los torneos se han reducido a tal punto que no resultan atractivos en la ciudad de Santo Domingo, los eventos menores ganan espacio quizás por la contigüidad de jugadores y fanáticos, no hay un solo ídolo metropolitano, se minimaliza la actividad pero también se difumina. Los jugadores parecen no ser reales, llenos de carencias, los refuerzos no son tales, y los entrenadores han pasado a otras latitudes, no enseñan, tampoco se capacitan, no tienen autoridad; como si todo se concretara a “la búsqueda de los chelitos”.

Los jugadores imponen su ley y se apandillan según las conveniencias del momento: algunos hasta sirven de peones a los líderes de los quintetos, muchas veces sólo por el simple hecho de haber estado en la selección nacional o en la pre-selección. Los entrenadores dejan hacer, no hay disciplina ni elaboración de los partidos; el trabajo responsable se borró de la faz de las canchas. Además de parecerse a un hipódromo, los partidos de baloncesto se resuelven fáciles: yo la tengo, yo la tiro y se acabó.

Por ejemplo, ningún equipo del baloncesto dominicana gana con un centro dominando el juego interior. La última versión del Rafael Barias contó como un Luis Martínez, también conocido como Dominguito, que se convirtió en Superman, en toda su dimensión. Es además un buen termómetro para los mamotretos de equipo nacional que hemos tenido en los últimos años. Hace varias campañas, San Carlos contó con Román González por decisión de su entrenador Daniel Maffei y se apreció un cambio de actitud y de juego; no se ganó pero se impuso una huella.

Mauricio Báez se ausentó pero Heredia Castillo siempre estuvo presente. Su continuidad es una enorme provocación y sinónimo de que todo el que ahí llega se convierte en un pelele de sus posturas. En la última administración de Leonel Fernández Reyna, como muestra, obstaculizó todas las gestiones del jugador Carlos Martínez quien se responsabilizó de la franquicia de Los Prados, estando aún vistiendo de cortos; sólo la ascendencia y la seriedad de este chico pudo salvar al enseña de la parte occidental de la ciudad de Santo Domingo, que quedó con deudas incontables.

Otras preguntas vuelan sobre este regreso… ¿está libre de deudas la franquicia del Mauricio Báez?... es más de una década, pero estoy seguro que hubo compromisos que quedaron pendientes. ¿Alegarán los mauricianos el derecho a reserva de los jugadores que se formaron en su cantera?... no hay dudas de que algunos chicos, por compromisos, podrían estar vistiendo esos colores, pero las disposiciones internacionales prohíben todo tipo de reservas sobre jugadores mayores de 18 años. ¿Obstaculizará Heredia Castillo la labor de gestión de recursos de otros equipos?... todo el mundo conoce que este “paladín del deporte” ha tenido serias diferencias con más de uno de los equipos llamados a intervenir en la justa del 2016; no seria extraño apelara a sus viejas destrezas.

¿Tela por donde cortar?... ¡muchísima!



A Heredia Castillo se le olvidó que la vida, por efímera, es una tragedia. Cada vez que lo veo pienso que estoy frente al poder corruptor dentro del deporte dominicano. Para peor, en base a todas sus trampas quiere recoger los frutos de árboles que nunca sembró.

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