Agrios edulcorados…
Caso 134: La sucesión nociva
de Frank Herasme
Dic.26.2015
El Club Deportivo y Cultural San Lázaro es una institución
que ha servido de faro al baloncesto dominicano por más de 52 años. Es una dilatada
historia que se inició, entre otros, con Félix Aguasanta, Felipe Vicioso,
Orlando Feliz, Genaro Bodré, Johnny Veras, Lázaro Vendrell, Tony Pérez, Francisco
–Chico- Pérez, los Pimentel, los Mazara, los Capellán, los Ravelo, los Soriano,
y así, jamás pararíamos de contar.
También ha servido de guía de otras muchísimas y
variadas actividades.
Cincuenta y dos años es mucho más que la edad que dice
tener Rafael Fernando Uribe Vásquez, a quien todos conocemos por el alias de Rafelin, quien fue presidente de la
entidad, en un error de Manuel –Cholo- Suero, y quien es actualmente presidente
de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL). El bueno de Cholo falleció
sabiéndose traicionado y burlado por Uribe Vásquez.
San Lázaro ha sabido adaptarse a los tiempos y
sobrevivir, con muy poca ayuda. Cada día es un nuevo reto donde las ambiciones
y las codicias también encuentran espacio, especialmente en los aspirantes a
una directiva que postergan las elecciones. Ahí también están los intereses del
presidente de la FEDOMBAL, como ya hizo con San Carlos.
Desde el año 2008 la Oficina Nacional de la Propiedad Intelectual
(ONAPI) tiene registrado el nombre de Club Deportivo y Cultural San Lázaro bajo
el número 247173 de fecha 5 de marzo del año indicado, teniendo como titulares
a Rafael Fernando Uribe Vásquez y a Mercedes María de Jesús Llano Soriano, con
domicilio en la calle Juan Isidro Pérez a esquina la calle Peter Díaz. Esta
registrado para “formar jóvenes sanos dentro del desarrollo de las actividades
educativas, deportivas, culturales y sociales, bajo los principio (debió ser
principios) y normas establecidos”.
¿Queda alguna duda de la perversidad de este sujeto?
¿Queda alguna duda de la capacidad maliciosa de Uribe Vásquez?
¿Queda alguna duda de la mezquindad de Uribe Vásquez?
Súmele otros adjetivos que bien sirven para describir
el accionar de tipo en cuestión: malevolencia, amoralidad, depravación,
malicia, execración, mala voluntad, satanismo… y siga la lista. La herencia de
Frank Herasme ha resultado maldita, retorcida, nociva, siniestra, aviesa, malintencionada,
miserable, proterva.
¿Qué esperan los actuales directivos del Club San Lázaro
para someterlo a la acción de la justicia por abuso de confianza y usurpación de
un nombre establecido?
¿Nadie tenia conocimiento de esta barrabasada?
Quien dude de la orientación y el contenido de la gestión
de Uribe Vásquez al frente del baloncesto dominicano está enterrado. No hay un
horizonte para el desarrollo de la actividad en el país; en un principio se
procuró subrayar las diferencias en el periodo de Herasme, pero se cayó en el
mismo estilo antidemocrático y personalista, ahondado por la falta de cultura
dentro del baloncesto.
Hoy tenemos una actividad llena de conjeturas, donde
todos responden a los intereses personales de este sujeto, lleno de ambiciones
y de maculas. Aquí nadie se atreve a lo imprescindible, evaluar la administración de
FEDOMBAL desde hace tres años. La pluralidad se perdió y los dirigentes, con la
única finalidad de procurarse ingresos extraordinarios, pagan sus diezmos
religiosamente.
Llegará
el momento, el turno en la línea de libres de apuntar y dirigir la reorientación
del comportamiento de la actividad en el país, cumpliendo con las normativas
existente. Aún es posible reestructurar el baloncesto en su totalidad,
reformular algunas metas y medios o retocar aspectos puntuales.
Uno
de los reales problemas de la disciplina es el dogmatismo de este descarado.
Ser dogmático es ser rígido, malicioso, tunante y acrítico. Y ésta ha sido una
nota demasiado recurrente de la política del baloncesto dominicano cuando las
administraciones federativas, en algún momento de su gestión, se han
manifestado a través de posturas y propósitos maximalistas, inmediatistas e
inflexibles.
En
esta hora del baloncesto nacional y en el resto del mundo necesitamos
minimalismo, gradualidad y flexibilidad.
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