domingo, 30 de agosto de 2015

Cuartas de talón al culo (uno de dos)

El baloncesto dominicano está manejado hoy por dos personas que nunca practicaron la actividad. Rafael Fernando Uribe Vásquez, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y Eduardo Najri, gerente de la selección nacional absoluta masculina, representante visible de la empresa SouthGate. Si ambos hubieran sido jugadores, seguro lo habrían hecho en las posiciones altas de la cancha porque son hombres que miden una cuarta del talón al culo.

Manuel de Regla Lugo Barinas
Nadie sabe en realidad quien está primero si Uribe Vásquez o Najri, porque el primero sólo hace mostrarse genuflexo frente al segundo en cualquier movimiento y este navega placido en las aguas sin ningún tipo de réplicas, sin ninguna exigencia; tiene licencia para bendecir y abominar.

El baloncesto es un deporte donde la esbeltez de los actores juega un papel determinante. No existen 64 casillas como en el ajedrez, pero el juego tiene sus fases y facetas. Este dúo santo para nada, ni a la hora de la siesta, no comparte la idea, considera que todo depende de lo que ellos piensen o crean, mal o bien, por lo que no tienen parámetros para evaluar los números que se manejan en la disciplina actualmente. Han llegado tan lejos, que para este verano y ante la escasez de centímetros del equipo nacional han dicho y vendido, repetida por las múltiples bocinas, que República Dominicana jugará un “baloncesto inteligente”.

Manuel –Varilla- Lugo Barinas fue nuestro primer referente de envergadura, actuó en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de 1946 y 1954; se estableció en Puerto Rico donde defendió los colores de los Piratas de Quebradillas. Era un hombre de 6’03 desde el piso.

Hasta 1970 el techo de la actividad fue Eddy Rodríguez como sus 6’06 de estatura. Dos años más tarde cuando la selección estuvo en manos de Steve Clark se integraron Víctor Batista (6’08) y Aldo Leschhron (6’06) para el viaje frente a universidades del estado de Florida. Batista nunca más estuvo en el seleccionado nacional y Leschhron se convirtió en pieza indispensable. Horacio –Pachón- Quezada (6’05) fue reservista en el Centro-Basket de 1973. ¡Nuestras torres!
Leschhorn

Para los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de 1974 no hubo grandes variaciones, pero se adicionó Eduardo Gómez (6’03) quien manejaba el balón pese a ser “un hombre alto”. Astacio, Cotes, De La Cruz, Gómez, Leschhorn Monegro, Prats, Prince, Quezada, Rozon, Taveras y Tejeda, fueron nuestros doce caballeros.

El Centro-Basket juvenil que le siguió produjo figuras interesantes: Ismael Cristóbal Tapia, un tirador y armador de 6’02; Leopoldo Ortiz, un capaz armador de 6’04; Candido Antonio –Chicho- Sibilio, un delantero de 6’08; Héctor Vinicio Muñoz, un delantero de 6’07; Froilan Tavares Cross, un delantero fuerte de 6’05; José Amable Frometa Ceara, un delantero/centro de 6’08; Mario –El Cocolo- Berson, un acrobático armador de 6’03; Pedro Antonio Haché Polanco (6’02), Rafael Ulises Hall-Cala (6’03), Ramón –El Mamito- De La Cruz (6’02), Sergio –Clemente- Polanco (6’00), y Julio César –Lulú- Arias (6’02) completaban el listado.

Para el Centro-Basket de 1975, Sibilio y Muñoz están integrados al seleccionado absoluto; aparece la figura de Hugo Cabrera (6’07), residente en Estados Unidos y cursando estudios en East Texas State University, quien ya había participado someramente en varias actividades en el país. Únicamente Sibilio se perfilaba como un jugador plenamente interior. En ese entonces Puerto Rico, nuestra guía y referencia, tenía a Teo Cruz Downs (6’09) jugando desde 1958 (estuvo en cinco ediciones de los Juegos Olímpicos), Charlie Bermúdez (6’07), Jimmy Thordsen (6’07), Roberto Valderas (6’08) y un interminable Earl Brown (6’11); además sin llegar a la selección Steven Sewell (6’10), Víctor Sequola (6’09), más adelante
Teo Cruz, con el balón
aparecieron Danny Dunne (6’10) y Frankie Torruellas (7’01).

En el Centro-Basket de Panamá donde República Dominicana alcanzó la medalla dorada se incluyeron por primera vez Evaristo Pérez (6’08) y Víctor Chacón (6’10). Pérez jugaba para el San Carlos y rápidamente marchó a los Estados Unidos, llegando a militar en Michigan State University. Chacón lo hacía para los Astros de Montecarlo, estuvo también en Estados Unidos y llegó a jugar en Iowa State University. Coincidencialmente ambos reforzaron en España, Puerto Rico y Brasil.

Chacón, desconcertante, medalaganario, dinosaurico, excéntrico si que quiere por un asunto de personalidad, fue nuestro primer jugador que alcanzó los 6’10 de estatura, también tuvo una breve parada en Argentina que de no haber sido por sus ocurrencias le habría permitido establecerse allí con la etiqueta de ídolo. Esos centímetros le bastaron para estar en la selección nacional por espacio de 16 años, apoyado siempre por el trabajo
Evaristo Pérez
incombustible de Evaristo Pérez y los demás artífices que fueron apareciendo en el camino.

Para los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de 1982 efectuados en La Habana, el técnico Osiris Duquela integra al petromacorisano Julián –El Bombo- McKelly (6’10), conocido por sus grandes dotes defensivas y quien después se labró un camino interesante en Estados Unidos, nunca estudiado; recibió de St. Francis College en la ciudad de Nueva York y allá se ha dedicado al trabajo.
McKelly, segundo jugador con 6’10 y por supuesto, también en el seleccionado dominicano.

Para esos tiempos surge la figura de Narciso Wessin Liranzo, alto, espigado, como decía mi mamá: elegante, quizás más interesado en sus asuntos académicos que en forjarse una carrera dentro del baloncesto (es en la actualidad un arquitecto de notable éxito). Jugó para San Lázaro, por breve tiempo, pero sus 6’10 de estatura resultaron inolvidables. No llegó a la selección nacional.
Julián McKelly

En la selección juvenil de 1983, como caídos del cielo, se incluyen a Alfred William –Tito- Horford (7’01) y José –El Grillo- Vargas (6’10), descubiertos por Eduardo Gómez, en las tierras cañeras de la región este en los programas que desarrollaba la empresa Gulf & Western, en ese entonces propietaria del Central Romana bajo el mando de Charles Bluhdorn (también inclúyase la franquicia de Miss Universo, Paramount Pictures, Madison Square Garden y por extensión los New York Rangers y los New York Knicks, la editora Simon & Schuster, Puerto Rico Sugar Company, la manufacturera de repuestos de automóviles APS Holding, New Jersey Zinc, Consolidated Cigars, entre otras empresas).

Al año siguiente, en el Pre-Mundial de Brasil ya Vargas
José Vargas
estaba en el seleccionado absoluto. De forma coincidente, ambos son seleccionados en el sorteo de novatos de la NBA en el año de 1988, Vargas saliendo de Louisiana State University y Horford desde la Universidad de Miami, después de un tormentoso periplo universitario que incluyeron sanciones de la NCAA. Vargas y Horford, jugadores cuatro y cinco con 6’10 o más de estatura en el baloncesto dominicano.

El Pre-Mundial de 1993, en San Juan, Puerto Rico, nos brindó la ocasión única de observar en una cancha a Pérez, Chacón, Vargas y Horford. Centro-Basket de 1995, en Santo Domingo, nos regaló a Jaime Peterson (6’09), importado desde la ciudad de Nueva York.
 
Pichardo
En los Juegos Panamericanos del año 2003 se hace presente la figura de Miguel Ángel Pichardo (6’10), jugador formado en España. Estuvo varios años en la competencia. Con el sumamos seis jugadores con 6’10 o más de estatura.

En el año 2005 se nacionaliza al ala/pívot Josh Asselin de 6’11 de estatura, un jugador intermitente con el seleccionado nacional y que sólo ha jugado en dos ocasiones en el país. El norteamericano no es un jugador interior a tiempo completo y en ese entonces, su inclusión en el equipo nacional resultó muy cuestionada, ya que la mayoría de los técnicos consideraban que se necesitaba más presencia debajo de la tabla. Séptimo jugador con 6’10 o más desde el piso.

En la última mitad de sus doce años como presidente de la FEDOMBAL de Frank Herasme (2006-12), más de 40 nombres diferentes pasaron por el equipo nacional, incluyendo un amplio desfile de entrenadores, pero no se incluyó estatura. Los cambios eran producto del humor presidencial y el acercamiento intermitente con Héctor Báez o Pedro Pablo Pérez; un año uno y al siguiente el otro. En todo ese berenjenal, Báez era más técnico, más exigente, con propensión al futuro, Pérez ha sido siempre un burdo comerciante; aún navega en las aguas de la selección con el apoyo de Najri.
Yack Michael Martínez

En esos años, donde los centímetros no eran competentes Yack Michael Martínez (6’08) y Marlon Martínez (6’07) se hacían con las interminables luchas debajo de los tableros. Una década atrás, Soterio Ramírez (6’08), ahora vice-ministro de Deportes (desde el año 2004), y tío el gran capitán, había hecho lo propio. Entre los años de Ramírez y Yack Michael giró siempre la figura aglutinadora y eficiente de Franklin Western, quien desde su posición marcaba los ritmos del equipo dominicano.

En el año 2006, José Cabrera (6’09), un nativo de Yaguate (San Cristóbal) integró la selección que asistió a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe y con apenas 2.0 puntos por juego, Herasme declaró en Diario Libre: “ahí está el futuro del juego interior dominicano”. Nunca más se le observó en los entrenamientos de los seleccionados; hoy Cabrera está en España, con 31 años, jugará la campaña 2015-16 en el L’Hospitalet. Otro jugador interior ha sido Alexis Montas (6’09), digno de mejor trato por los seleccionadores. Su participación con el conjunto nacional ha sido intermitente pese a su gran envergadura física.
 
Rodrigo Madera
En el año 2007 estuvo con la selección sub-17 de pívot Rodrigo Madera (6’10), para entonces muy crudo. Concluyó sus estudios secundarios y marchó a Oklahoma donde jugó un año a nivel de escuelas secundarias con números impresionantes, posteriormente aceptó una beca en Canadá donde jugó en St. Francis Xavier bajo las ordenes de Steve Konchalski, pasado entrenador nacional, trabajando bajo los parámetros de hombres altos del seleccionado canadiense. Nunca más fue invitado a las prácticas de la selección dominicana. Octavo jugador con 6’10 o más de tamaño.

En el año 2008 se integra a la selección dominicana Al Horford, hijo de Tito, ya convertido en jugador de la NBA con Atlanta Hawks, y después de haber tenido una extraordinaria carrera en la Universidad de Florida; alcanzó dos títulos nacionales. Con el paso del tiempo, Horford se ha convertido en el más laureado jugador dominicano de todos los tiempos; si por trayectoria es, también en el mejor, sin olvidar jamás los que vinieron antes. Noveno jugador con 6’10 o más de estatura.
 
Al Horford
Para la selección del año 2009 que estuvo al mando del entrenador Julio Toro, Pre-Mundial efectuado en San Juan, se incluye a Charlie Villanueva (6’11), dominicano que ya había jugado para el equipo sub-21 de los Estados Unidos que asistió al Panamericano de la especialidad celebrado en Halifax (Canadá) en el año 2005. En ese mismo equipo brotó por primera vez el nombre de Alejandro Salas Flores (6’09).

Con Villanueva sumamos diez jugadores de 6’10 o más de estatura. Villanueva es un jugador del perímetro, rara vez lucha en la zona restringida, no va bajo ningún concepto a la lucha por los rebotes. sus disparos suelen ser mortíferos, cuando está en buena forma física. Su inconsistencia no le ha permitido hacerse un hueco entre los mejores del negocio.

En la selección juvenil del año 2011 aparece el nombre de Karl-Anthony Towns (6’11), de ahí en adelante ha tenido un paso arrollador en todos los niveles donde ha participado. En el 2012 ya es incluido en la selección absoluta de República Dominicana y en este año 2015 resultó el primer elegido en el sorteo de novatos de la NBA por el equipo de Minnesota Timberwolves. Towns, decimoprimero entre los hombres altos del baloncesto dominicano. Ese mismo sub-17 del 2011 incluyó al santiagués Luis Santos (6’09) que jugará en South Florida a las órdenes de Orlando Antigua a partir de la venidera campaña.
 
Towns
En la selección sub-17 del año 2013 asoma la figura de Rodney Miller con 6’11, para entonces falto de experiencias y de corpulencia, pero quien con trabajo y dedicación se ha ido labrando un nombre en el baloncesto de escuelas secundarias en los Estados Unidos. Miller es apenas el duodécimo jugador dominicano que supera los 6’10 de estatura.

En el 2013 se agrega a la selección el centro/delantero Eloy Vargas de 6’11, con breves pasos por las universidades de Florida y Kentucky, obteniendo un anillo de campeón nacional con esta última; previamente había practicado con la selección juvenil del año 2005 donde lució muy mal, y estuvo en la pre-selección del 2011, de la que fue cortado.
 
Eloy Vargas
Con Vargas se llegó a la cifra de 13 jugadores en el baloncesto dominicano con 6’10 de estatura, en un lapso de 40 años, contando desde los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe efectuados en el país en el año de 1974.

En la ciudad de Nueva York están los hermanos Joey De La Rosa con 6’11 de estatura y 250 libras y Adonis De La Rosa con 7’00 y 322 libras de peso. Ambos jugando para St. John’s University en la estación 2014-15. El primero figuró en 18 partidos repartiendo 84 minutos en la cancha, encestó 9 puntos, atrapó 16 rebotes y cometió 20 faltas personales en apenas 4.7 minutos por juego, cumpliendo su elegibilidad académica. El más joven no pisó la cancha por no reunir los requerimientos académicos. En la estación 2015-16 jugará para Willison State College en Willison, Dakota del Norte, a las ordenes del entrenador Cory Fehringer.

Adonis De La Rosa
Con los De La Rosa llegaríamos a 15 hombres altos. Existe la duda si alguna vez serán invitados a la selección nacional.


Hasta la fecha, que se conozcan no hay más hombres de esos tamaños.

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