Cuartas de talón al culo (uno de dos)
El baloncesto dominicano está manejado hoy por dos
personas que nunca practicaron la actividad. Rafael Fernando Uribe Vásquez,
presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y Eduardo
Najri, gerente de la selección nacional absoluta masculina, representante
visible de la empresa SouthGate. Si ambos hubieran sido jugadores, seguro lo
habrían hecho en las posiciones altas de la cancha porque son hombres que miden
una cuarta del talón al culo.
Manuel de Regla Lugo Barinas |
Nadie sabe en realidad quien está primero si Uribe Vásquez
o Najri, porque el primero sólo hace mostrarse genuflexo frente al segundo en
cualquier movimiento y este navega placido en las aguas sin ningún tipo de réplicas,
sin ninguna exigencia; tiene licencia para bendecir y abominar.
El baloncesto es un deporte donde la esbeltez de los
actores juega un papel determinante. No existen 64 casillas como en el ajedrez,
pero el juego tiene sus fases y facetas. Este dúo santo para nada, ni a la hora
de la siesta, no comparte la idea, considera que todo depende de lo que ellos
piensen o crean, mal o bien, por lo que no tienen parámetros para evaluar los números
que se manejan en la disciplina actualmente. Han llegado tan lejos, que para
este verano y ante la escasez de centímetros del equipo nacional han dicho y
vendido, repetida por las múltiples bocinas, que República Dominicana jugará un
“baloncesto inteligente”.
Manuel –Varilla- Lugo Barinas fue nuestro primer
referente de envergadura, actuó en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del
Caribe de 1946 y 1954; se estableció en Puerto Rico donde defendió los colores
de los Piratas de Quebradillas. Era un hombre de 6’03 desde el piso.
Hasta 1970 el techo de la actividad fue Eddy Rodríguez
como sus 6’06 de estatura. Dos años más tarde cuando la selección estuvo en
manos de Steve Clark se integraron Víctor Batista (6’08) y Aldo Leschhron
(6’06) para el viaje frente a universidades del estado de Florida. Batista
nunca más estuvo en el seleccionado nacional y Leschhron se convirtió en pieza
indispensable. Horacio –Pachón- Quezada (6’05) fue reservista en el Centro-Basket
de 1973. ¡Nuestras torres!
Leschhorn |
Para los Juegos Deportivos Centroamericanos y del
Caribe de 1974 no hubo grandes variaciones, pero se adicionó Eduardo Gómez
(6’03) quien manejaba el balón pese a ser “un hombre alto”. Astacio, Cotes, De
La Cruz, Gómez, Leschhorn Monegro, Prats, Prince, Quezada, Rozon, Taveras y Tejeda,
fueron nuestros doce caballeros.
El Centro-Basket juvenil que le siguió produjo figuras
interesantes: Ismael Cristóbal Tapia, un tirador y armador de 6’02; Leopoldo
Ortiz, un capaz armador de 6’04; Candido Antonio –Chicho- Sibilio, un delantero
de 6’08; Héctor Vinicio Muñoz, un delantero de 6’07; Froilan Tavares Cross, un
delantero fuerte de 6’05; José Amable Frometa Ceara, un delantero/centro de
6’08; Mario –El Cocolo- Berson, un acrobático armador de 6’03; Pedro Antonio Haché
Polanco (6’02), Rafael Ulises Hall-Cala (6’03), Ramón –El Mamito- De La Cruz
(6’02), Sergio –Clemente- Polanco (6’00), y Julio César –Lulú- Arias (6’02) completaban
el listado.
Para el Centro-Basket de 1975, Sibilio y Muñoz están
integrados al seleccionado absoluto; aparece la figura de Hugo Cabrera (6’07), residente
en Estados Unidos y cursando estudios en East Texas State University, quien ya había
participado someramente en varias actividades en el país. Únicamente Sibilio se
perfilaba como un jugador plenamente interior. En ese entonces Puerto Rico,
nuestra guía y referencia, tenía a Teo Cruz Downs (6’09) jugando desde 1958 (estuvo
en cinco ediciones de los Juegos Olímpicos), Charlie Bermúdez (6’07), Jimmy
Thordsen (6’07), Roberto Valderas (6’08) y un interminable Earl Brown (6’11); además
sin llegar a la selección Steven Sewell (6’10), Víctor Sequola (6’09), más
adelante
aparecieron Danny Dunne (6’10) y Frankie Torruellas (7’01).
Teo Cruz, con el balón |
En el Centro-Basket de Panamá donde República
Dominicana alcanzó la medalla dorada se incluyeron por primera vez Evaristo Pérez
(6’08) y Víctor Chacón (6’10). Pérez jugaba para el San Carlos y rápidamente marchó
a los Estados Unidos, llegando a militar en Michigan State University. Chacón
lo hacía para los Astros de Montecarlo, estuvo también en Estados Unidos y
llegó a jugar en Iowa State University. Coincidencialmente ambos reforzaron en
España, Puerto Rico y Brasil.
Chacón, desconcertante, medalaganario, dinosaurico,
excéntrico si que quiere por un asunto de personalidad, fue nuestro primer
jugador que alcanzó los 6’10 de estatura, también tuvo una breve parada en
Argentina que de no haber sido por sus ocurrencias le habría permitido
establecerse allí con la etiqueta de ídolo. Esos centímetros le bastaron para
estar en la selección nacional por espacio de 16 años, apoyado siempre por el
trabajo
incombustible de Evaristo Pérez y los demás artífices que fueron
apareciendo en el camino.
Evaristo Pérez |
Para los Juegos Deportivos Centroamericanos y del
Caribe de 1982 efectuados en La Habana, el técnico Osiris Duquela integra al
petromacorisano Julián –El Bombo- McKelly (6’10), conocido por sus grandes dotes
defensivas y quien después se labró un camino interesante en Estados Unidos,
nunca estudiado; recibió de St. Francis College en la ciudad de Nueva York y allá
se ha dedicado al trabajo.
McKelly, segundo jugador con 6’10 y por supuesto, también
en el seleccionado dominicano.
Para esos tiempos surge la figura de Narciso Wessin
Liranzo, alto, espigado, como decía mi mamá: elegante, quizás más interesado en
sus asuntos académicos que en forjarse una carrera dentro del baloncesto (es en
la actualidad un arquitecto de notable éxito). Jugó para San Lázaro, por breve tiempo,
pero sus 6’10 de estatura resultaron inolvidables. No llegó a la selección nacional.
Julián McKelly |
En la selección juvenil de 1983, como caídos del
cielo, se incluyen a Alfred William –Tito- Horford (7’01) y José –El Grillo-
Vargas (6’10), descubiertos por Eduardo Gómez, en las tierras cañeras de la región
este en los programas que desarrollaba la empresa Gulf & Western, en ese
entonces propietaria del Central Romana bajo el mando de Charles Bluhdorn (también
inclúyase la franquicia de Miss Universo, Paramount Pictures, Madison Square
Garden y por extensión los New York Rangers y los New York Knicks, la editora
Simon & Schuster, Puerto Rico Sugar Company, la manufacturera de repuestos
de automóviles APS Holding, New Jersey Zinc, Consolidated Cigars, entre otras
empresas).
Al año siguiente, en el Pre-Mundial de Brasil ya
Vargas
estaba en el seleccionado absoluto. De forma coincidente, ambos son
seleccionados en el sorteo de novatos de la NBA en el año de 1988, Vargas saliendo
de Louisiana State University y Horford desde la Universidad de Miami, después
de un tormentoso periplo universitario que incluyeron sanciones de la NCAA. Vargas
y Horford, jugadores cuatro y cinco con 6’10 o más de estatura en el baloncesto
dominicano.
José Vargas |
El Pre-Mundial de 1993, en San Juan, Puerto Rico, nos brindó
la ocasión única de observar en una cancha a Pérez, Chacón, Vargas y Horford. Centro-Basket
de 1995, en Santo Domingo, nos regaló a Jaime Peterson (6’09), importado desde
la ciudad de Nueva York.
En los Juegos Panamericanos del año 2003 se hace
presente la figura de Miguel Ángel Pichardo (6’10), jugador formado en España.
Estuvo varios años en la competencia. Con el sumamos seis jugadores con 6’10 o más
de estatura.
En el año 2005 se nacionaliza al ala/pívot Josh
Asselin de 6’11 de estatura, un jugador intermitente con el seleccionado
nacional y que sólo ha jugado en dos ocasiones en el país. El norteamericano no
es un jugador interior a tiempo completo y en ese entonces, su inclusión en el equipo
nacional resultó muy cuestionada, ya que la mayoría de los técnicos
consideraban que se necesitaba más presencia debajo de la tabla. Séptimo
jugador con 6’10 o más desde el piso.
En la última mitad de sus doce años como presidente de
la FEDOMBAL de Frank Herasme (2006-12), más de 40 nombres diferentes pasaron
por el equipo nacional, incluyendo un amplio desfile de entrenadores, pero no
se incluyó estatura. Los cambios eran producto del humor presidencial y el
acercamiento intermitente con Héctor Báez o Pedro Pablo Pérez; un año uno y al
siguiente el otro. En todo ese berenjenal, Báez era más técnico, más exigente,
con propensión al futuro, Pérez ha sido siempre un burdo comerciante; aún navega
en las aguas de la selección con el apoyo de Najri.
Yack Michael Martínez |
En esos años, donde los centímetros no eran competentes
Yack Michael Martínez (6’08) y Marlon Martínez (6’07) se hacían con las
interminables luchas debajo de los tableros. Una década atrás, Soterio Ramírez
(6’08), ahora vice-ministro de Deportes (desde el año 2004), y tío el gran capitán,
había hecho lo propio. Entre los años de Ramírez y Yack Michael giró siempre la
figura aglutinadora y eficiente de Franklin Western, quien desde su posición
marcaba los ritmos del equipo dominicano.
En el año 2006, José Cabrera (6’09), un nativo de
Yaguate (San Cristóbal) integró la selección que asistió a los Juegos
Deportivos Centroamericanos y del Caribe y con apenas 2.0 puntos por juego,
Herasme declaró en Diario Libre: “ahí está el futuro del juego interior
dominicano”. Nunca más se le observó en los entrenamientos de los
seleccionados; hoy Cabrera está en España, con 31 años, jugará la campaña
2015-16 en el L’Hospitalet. Otro jugador interior ha sido Alexis Montas (6’09),
digno de mejor trato por los seleccionadores. Su participación con el conjunto
nacional ha sido intermitente pese a su gran envergadura física.
En el año 2007 estuvo con la selección sub-17 de pívot
Rodrigo Madera (6’10), para entonces muy crudo. Concluyó sus estudios
secundarios y marchó a Oklahoma donde jugó un año a nivel de escuelas
secundarias con números impresionantes, posteriormente aceptó una beca en
Canadá donde jugó en St. Francis Xavier bajo las ordenes de Steve Konchalski,
pasado entrenador nacional, trabajando
bajo los parámetros de hombres altos del seleccionado canadiense. Nunca más fue
invitado a las prácticas de la selección dominicana.
Octavo jugador con 6’10 o más de tamaño.
En el año 2008 se integra a la selección dominicana Al
Horford, hijo de Tito, ya convertido en jugador de la NBA con Atlanta Hawks, y
después de haber tenido una extraordinaria carrera en la Universidad de
Florida; alcanzó dos títulos nacionales. Con el paso del tiempo, Horford se ha
convertido en el más laureado jugador dominicano de todos los tiempos; si por
trayectoria es, también en el mejor, sin olvidar jamás los que vinieron antes. Noveno
jugador con 6’10 o más de estatura.
Para la selección del año 2009 que estuvo al mando del
entrenador Julio Toro, Pre-Mundial efectuado en San Juan, se incluye a Charlie
Villanueva (6’11), dominicano que ya había jugado para el equipo sub-21 de los
Estados Unidos que asistió al Panamericano de la especialidad celebrado en
Halifax (Canadá) en el año 2005. En ese mismo equipo brotó por primera vez el
nombre de Alejandro Salas Flores (6’09).
Con Villanueva sumamos diez jugadores de 6’10 o más de
estatura. Villanueva es un jugador del perímetro, rara vez lucha en la zona
restringida, no va bajo ningún concepto a la lucha por los rebotes. sus
disparos suelen ser mortíferos, cuando está en buena forma física. Su inconsistencia
no le ha permitido hacerse un hueco entre los mejores del negocio.
En la selección juvenil del año 2011 aparece el nombre
de Karl-Anthony Towns (6’11), de ahí en adelante ha tenido un paso arrollador
en todos los niveles donde ha participado. En el 2012 ya es incluido en la
selección absoluta de República Dominicana y en este año 2015 resultó el primer
elegido en el sorteo de novatos de la NBA por el equipo de Minnesota
Timberwolves. Towns, decimoprimero entre los hombres altos del baloncesto
dominicano. Ese mismo sub-17 del 2011 incluyó al santiagués Luis Santos (6’09)
que jugará en South Florida a las órdenes de Orlando Antigua a partir de la venidera
campaña.
En la selección sub-17 del año 2013 asoma la figura de
Rodney Miller con 6’11, para entonces falto de experiencias y de corpulencia,
pero quien con trabajo y dedicación se ha ido labrando un nombre en el
baloncesto de escuelas secundarias en los Estados Unidos. Miller es apenas el
duodécimo jugador dominicano que supera los 6’10 de estatura.
En el 2013 se agrega a la selección el
centro/delantero Eloy Vargas de 6’11, con breves pasos por las universidades de
Florida y Kentucky, obteniendo un anillo de campeón nacional con esta última;
previamente había practicado con la selección juvenil del año 2005 donde lució
muy mal, y estuvo en la pre-selección del 2011, de la que fue cortado.
Con Vargas se llegó a la cifra de 13 jugadores en el
baloncesto dominicano con 6’10 de estatura, en un lapso de 40 años, contando
desde los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe efectuados en el país
en el año de 1974.
En la ciudad de Nueva York están los hermanos Joey De
La Rosa con 6’11 de estatura y 250 libras y Adonis De La Rosa con 7’00 y 322
libras de peso. Ambos jugando para St. John’s University en la estación
2014-15. El primero figuró en 18 partidos repartiendo 84 minutos en la cancha,
encestó 9 puntos, atrapó 16 rebotes y cometió 20 faltas personales en apenas
4.7 minutos por juego, cumpliendo su elegibilidad académica. El más joven no
pisó la cancha por no reunir los requerimientos académicos. En la estación
2015-16 jugará para Willison State College
en Willison, Dakota del Norte, a las ordenes del entrenador Cory Fehringer.
Adonis De La Rosa |
Con los De La Rosa llegaríamos
a 15 hombres altos. Existe la duda si alguna vez serán invitados a la selección
nacional.
Hasta la fecha, que se conozcan no hay más hombres de
esos tamaños.
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