lunes, 10 de agosto de 2015

Sirenas mutiladas con una Black & Decker

Chile contra República Dominicana no es un encuentro que se produce con frecuencia en ningún ámbito, quizás en el baloncesto a nivel de selecciones es la primera ocasión, por lo menos que recuerde. En una oportunidad un equipo de esa nación sudamericana se presentó con el fin de toparse en el país, en la rama masculina, pero nada más. Pasó en Edmonton, Canadá, en el marco del Pre-Olímpico de Baloncesto Femenino y sucedió lo que nadie esperaba, las chilenas dominaron a las dominicanas con anotación de 88 enteros por 56, una ventaja de 32 unidades.

Las chilenas ganaron todos los parciales, 21-12, 25-19, 18-17, hasta dejar sin quimeras e imaginación a las dominicanas en el cierre que concluyó con un descorazonador 24-8. Que Chile haya marcado una diferencia tan grande no era un cálculo que estaba en la cabeza de muchos. Si fuéramos honestos, con un grado de dignidad, ello debería ser preocupante. Parece que nadie había escuchado por estos lados de una Ziomara Morrison, solo para citar un ejemplo.

Ariel Portuondo, el entrenador dominicano alineó para el tope contra las chilenas a Jeniffer Estrella Díaz (6’00, C, 27 años, La Vega), Génesis Evangelista Martínez (5’08, G, 22 años, Santo Domingo), Sugeiry Monsac Sierra (6’03, PF, 34 años, Santo Domingo), Andreina Paniagua Cuevas (6’00, PF, 36 años, Los Mina), y Julady Zapata (5’09, SG, 22 años, Baní). Estrella y Monsac marcaron cifras dobles en anotación.

Intervino toda la banca, que en este caso es de solo 6 jugadoras, para producir unos pálidos 18 puntos: Yamel Abreu Álvarez (5’06, PG, 19 años, Santo Domingo), Viviana Beltré Paredes (5’08, SF, 20 años, La Romana), Cheisy Hernández (5’03, G, 20 años, Santo Domingo), Johanna Morton Gratereaux (5’07, G, 27 años, Santo Domingo), Gisell Peguero (5’04, G, 23 años, Nueva York), y Marian Inés Soto Núñez (6’01, C, 23 años, Baní). Hablando de anotaciones, creo que en todo este verano las dominicanas han anotado 20 o más puntos en un cuarto una sola vez, lo que demuestra que no hay impulso para enfrentar a las oponentes.


Rafael Fernando Uribe Vásquez debió de quedarse frío y mudo mirando la pizarra, mandó a no colocar nada en el Twitter de la FEDOMBAL, montó un sainete, trató de hacer unas llamadas por medio de su inseparable teléfono celular para entender el impacto de esa aplanadora, pero se quedó sin réplicas. Su deseo de acumular poder y dinero de manera voraz le pasará factura; sus argumentaciones son tan vagas que tiene que rodearse de una serie de bocinas para hacer que a base de repetición parezcan creíbles.

El presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) ha sido caprichoso, indeciso, antojadizo, inestable, y siempre ha estado más caliente que una pipa. Quizás nunca se dará cuenta pero en la administración de Danilo Medina Sánchez sólo lo ha salvado las gracias mohosas que le sabe hacer al actual titular del Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), Jaime David Fernández Mirabal, y la siempre sospechosa amistad con el vice-ministro encargado de las finanzas, Reyes Aníbal Portorreal.

Lejos de limpiar con votos su administración le ha pasado factura a todas las asociaciones que han levantado la voz para señalar su falta de conducta, está siempre bajo sospecha y tal parece que quiere colocarse un collar de sandías como candidato a una segunda administración. Salir por los pueblos del interior con el, figurar con él en un cartel de “la nueva era”, tiene un efecto similar a pasear en moto con el mismo Belcebú. Pero se mantiene moviéndose en esos sectores sociales completamente indiferentes a la ética política y a la reflexión institucionalista, que son afectos a la desmemoria selectiva y a la relativización moral.

“Jacques, el buceador que pese a su juventud conoce todos los secretos del mar, le pregunta a la hermosísima Johanna si ella sabe cómo encontrar a una sirena en las profundidades del océano. Ella no lo sabe, de modo que el buzo, quien desde años se sumerge en las profundidades marinas sin más auxilio que el de sus pulmones, le devela el misterio: "Bajas hasta el fondo del océano, en donde el agua ya no es siquiera azul, allí donde el cielo es apenas un recuerdo, y te quedas flotando en silencio. Te quedas ahí, y tomas la decisión de si serías capaz de morir por ellas. Sólo entonces empiezan a aparecer. Vienen y te saludan, y juzgan el amor que sentís por ellas. Si ese amor es sincero, si ese amor es puro, se quedarán con vos y te llevarán para siempre."

“En el desenlace de Azul profundo, film del francés Luc Besson al que pertenece esta escena, es el veterano Enzo quien desciende al fondo del mar. Pero algo falla, como a veces sucede entre quienes practican la apnea, que es el arte de descender a las profundidades conteniendo la respiración. Cuando Enzo emerge a la superficie, le queda apenas un resto de oxígeno para despedirse. Jacques lo sostiene con sus manos, llora, y apenas su maestro perece se hunde con él en el abismo azul: cuando lo suelta, mira con ojos enrojecidos cómo el cuerpo inerte se hunde para siempre en su sepulcro”.


Hay en alemán una palabra que no tiene equivalente en otros idiomas: Schadenfreude. Designa a la alegría provocada por la desventura del otro.

Después de la jornada dominical restan los encuentros frente a Cuba, Canadá y Puerto Rico, en ese mismo orden y en días consecutivos. Tristemente, el panorama no luce halagüeño, mucho menos obsequioso. Resta saber la diferencia en el marcador.

Ese mismo conjunto lleva ocho derrotas de manera consecutiva. Tres en los partidos de exhibición en Puerto Rico, donde se jugó contra las locales, Cuba y Argentina; cuatro en los Juegos Panamericanos de Toronto (Puerto Rico, Estados Unidos, Brasil y Venezuela); y ahora frente a las chilenas. La racionalidad y la ética exigen que la derrota del otro sea la consecuencia del triunfo propio, no el objetivo de la competencia. Aquí se está demostrando que el baloncesto dominicano de la manera como se está manejando es nocivo, todo se reduce a la personalidad de un individuo, sus dictámenes y sus fantasías.

Se hace urgente que exista una nueva administración que esté caracterizada por el diálogo, por la conciliación de intereses, por la moderación, por el respeto entre los poderes deportivos, por la ausencia de propaganda complaciente y por una adecuada información pública sobre las dificultades a enfrentar y los modos de hacerlo. La experiencia demuestra que las dictaduras electas, como ha pretendido ser esta llamada “nueva era”, pueden satisfacer necesidades inmediatas de la gente, y aun las mediatas, a través de políticas narcóticas, pero terminan dividiendo a la sociedad, destruyendo la unidad y deteriorando la economía del sector.

Nuestras damas se están acostumbrado a recibir soberanas palizas, ya Estados Unidos nos derrotó por dos ocasiones por encima de 100 puntos; 100 tantos de diferencia, y nadie tomó los correctivos. Si bien pasó en la rama femenina, también esta es una responsabilidad de las autoridades, que no están trabajando y le bastan los triunfos masculinos para vanagloriarse sin haber ganado nunca nada más allá de un lejano Centro-Basket en el 2012.

De hecho, la representación criolla cambió en escasos días; no es el mismo conjunto que asistió a los Juegos Panamericanos. Esta vez no están Carmen Guzmán, ni Danilsa Andujar, dos jugadores del cinco inicial, ni tampoco Yamile Rodríguez, nuestra jugadora más alta, a quién todavía le queda mucho que aprender. La Guzmán es la jugadora de más cartel de la escuadra dominicana.


Muy por lo bajo se señala que muchos padres no están en disposición de permitir que sus hijas se inclinen a la actividad ya que aparecen seductores dispuestos siempre a inmiscuirse con las chicas, entre ellos entrenadores y directivos. El acoso llega al punto de lo grosero.

Sectores pertenecientes a las bocinas de Uribe Vásquez están pidiendo a gritos que aparezca un mecenas para la rama femenina, “un Cristóbal Marte” piden por sus medios. Lo que gasta FEDOMBAL es mantener esa prensa sensacionalista, incapaz y genuflexa, debería invertirse en el fomento y desarrollo de las categorías formativas femeninas. Inclusive, entre la delegación de técnicos cubanos que religiosamente paga MIDEREC hay un especialista en baloncesto que nunca ha estado cerca de las oficinas de FEDOMBAL, me refiero a Suleydis Estévez, quien recibe un salario de 58,357.00 pesos dominicanos.

A fin de cuentas, Uribe Vásquez pretende hacernos creer que se ha especializado en limar grandes bolas de nieve, hasta convertirlas en inofensivos granitos de pimienta. Para ello cuenta con un ejército de periodistas adictos, un Comité Olímpico Dominicano (COD) que se muestra manipulable, agentes de otras federaciones a su servicio y otras delicias de este olimpismo populista que nos venden Luis Mejía Oviedo y Leonardo de Jesús Heredia Castillo, también conocido por el mote de Leo Corporan.

Éste será recordado como el año de la vergüenza del deporte dominicano y del baloncesto en particular, no habrá necesidad de darle una explicación razonable a la sociedad, pero estos mismos dirigentes son capaces de defender con enorme vehemencia lo indefendible.

Como en el país se ha puesto de moda aquello de que “se comió un tiburón podrido”, imitando la condición política que expresara hace años R. A. Font Bernard sobre Joaquín Balaguer Ricardo, la casta de señores feudales del deporte dominicano se ha tragado una lluvia de sapos y varios tyrannosaurus rex solo para justificar indelicadezas y atropellos institucionales.


Esta vez han ido más allá, demostrando que tienen un estómago a prueba de cualquier bocado. Es penoso que la cúpula dirigencial del deporte dominicano se haya convertido en esta tropilla sin sentimientos ni pudor, y que traicionen su propia evolución histórica. Nada les importa, salvo retener su parcela. Y todo pasa, compañeros. Todo pasa.






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