Gloria
al bravo pueblo
que el yugo lanzó,
la ley respetando,
la virtud y honor.
Cuando Joaquín Balaguer Ricardo regresó a la Presidencia de la República en el año de 1986, con toda la curtiembre de un hombre de estado, señaló ante la Asamblea Nacional, solo para enrostrarle a su predecesor Salvador Jorge Blanco (Jorge de apellido, se ha dicho que del mismo tronco de los Turbay en Colombia), que: “este es un país rico malamente administrado”. La situación económica venezolana ha sido desde hace unos 45 años lo más parecido a esa lacónica frase.
que el yugo lanzó,
la ley respetando,
la virtud y honor.
Cuando Joaquín Balaguer Ricardo regresó a la Presidencia de la República en el año de 1986, con toda la curtiembre de un hombre de estado, señaló ante la Asamblea Nacional, solo para enrostrarle a su predecesor Salvador Jorge Blanco (Jorge de apellido, se ha dicho que del mismo tronco de los Turbay en Colombia), que: “este es un país rico malamente administrado”. La situación económica venezolana ha sido desde hace unos 45 años lo más parecido a esa lacónica frase.
Pocas
naciones sobre el globo terráqueo han tenido la suerte de tantas riquezas en su
suelo como la patria de Bolívar, pero también pocos estados han realizado tan
salvaje e impresionante derroche de recursos.
Venezuela es la quinta economía de
America Latina superada sólo por Brasil, México, Argentina y Colombia. El
petróleo es desde hace tiempo su principal producto de exportación y desde 1922
se explota a gran escala. Para 1999 el envío de bienes y servicios petroleros
representaba el 76 por ciento de todas las ventas al extranjero, para el 2012
la misma se elevó a 96 por ciento. Venezuela es también el quinto país
petrolero del mundo y posee las mayores reservas del planeta, por encima de
Arabia Saudita. Las exportaciones de crudo le brindaron ingresos entre 1999 y
2013 por 760 mil millones de dólares de los Estados Unidos de America.
Durante el
siglo XX los venezolanos vivieron dos férreas dictaduras, la de Juan Vicente
Gómez (1910-1935) y la
de Marcos Pérez Jiménez (1953-1958); a partir de 1958
hubo un admirable interludio democrático hasta 1970, con las administraciones
de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Rafael Caldera. Después, el valor del “oro
negro” se disparó y las gestiones de Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins,
Jaime Lusinchi y de nuevo Pérez sucumbieron ante los infinitos ingresos para no
ser jamás el mejor ejemplo de gestión eficiente, al punto de dar al traste con
el sistema de partidos que encabezaban Acción Democrática (socialdemócrata) y
el COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente,
socialcristiano).
Para la
época de grandes tensiones sociales y políticas, a inicios de la década de los
años de 1990, existió una propaganda que rezaba inundando todo el espectro
radiofónico: “venezolano, el petróleo eres tu”.
En el
último tramo de Pérez emergió la estampa del coronel Hugo Rafael Chávez Frías
quien en Feb.04.1992, concibió, planeó, maduró y fraguó un golpe de estado.
Pérez no terminó su mandato, separado de sus funciones (May.21.1993) y
posteriormente destituido la acción judicial lo acusó de malversación de fondos
para convertirse en el único presidente en la historia venezolana en ser
depuesto. Antes de las elecciones de 1994 donde regresó Caldera, con 78 años de
edad y muy disminuido, obstentaron la presidencia interina de la nación el
médico Octavo Lepage y el abogado, político y periodista Ramón J. Velásquez.
Chávez
Frías (Movimiento Quinta República) gana las elecciones del 6 de diciembre de
1998 con 56.2 por ciento de los sufragios emitidos, superando por 16.23 puntos
porcentuales a Henrique Salas Romer (Proyecto Venezuela). En un tercer lugar
figuró la ex reina de belleza Irene Sáez con apenas un 2.82 por ciento. Hubo
además otros ocho aspirantes.
Desde 1999
Venezuela vive el fenómeno del llamado socialismo del siglo XXI. Pero la marcha
de chavismo no produjo los cambios necesarios para llevar a esa nación a
niveles considerables de desarrollo. Por el contrario, la sociedad venezolana
se fracturó aún más; se abrieron nuevas heridas y se causó una voluminosa polarización.
Chávez
Frías llegó para someter a toda Venezuela a los más profundos cambios
estructurales. Modificó la Constitución, agregó una estrella más a la bandera,
proclamó el fin de la influencia del imperialismo, llamó escuálidos a sus
adversarios, ganó innumeras elecciones, recorrió la nación con un boina roja y
teñía del mismo color hasta el último rincón donde se presentaba, inundó las
ciudades con hordas de nuevos inquilinos, regaló la nacionalidad a miles de
recién llegados con la única finalidad de convertirlos en votos, transmutó la radio y la televisión en una trinchera
para dirigirse a seguidores y enfrentar a disidentes, pero a la postre
esos cambios no llegaron. No cerró ninguna herida, no suturó el tejido social,
infligió nuevos cortes sobre la epidermis y golpeó sin cesar a la clase media.
Venezuela es hoy una sociedad que no resiste seguir viviendo en la inequidad
social.
Con las políticas de Chávez Frías
por primera vez en la historia la
marginalidad recibió en forma directa entre el
El chavismo realizó una gigantesca
transferencia de recursos hacia los sectores populares. En el camino un
porcentaje de los 228 mil millones de dólares destinados al combate de la
pobreza se agenciaron otros rumbos; para ser consecuentes con los “robulucionarios” o “boliburgueses” digamos que se distrajeron 57 mil millones de
dólares… al cambio dominicano de la fecha 2 billones, 468 mil 100 millones de
pesos. Solo a Chávez Frías se le calculó una fortuna de 112 mil 580 millones de
pesos dominicanos, para ser conservadores.
El social/militarismo bolivariano en que se convirtió el Socialismo del Siglo XXI, es el
mismo que aspira transformar a Venezuela en un gran acantonamiento, con un abstracción
vestida de verde oliva; que aboga por una militarización de la sociedad al
servicio terminante del proyecto gobernante, que suscita una corrupción fulminante,
despótica e impune, que criminaliza la protesta social, e
impone un capitalismo de estado salvaje y explotador. Es un propósito despreciable que
patrocina el espionaje social, y elimina el principio de la presunción de
inocencia, aspectos contemplados en la Ley del Sistema Nacional de
Inteligencia y Contrainteligencia.
El de los cipayos que le entonan
loas a un imaginario "legado del fallecido "iluminado de Sabaneta.
Los
amplísimos recursos con que cuenta la nación sudamericana colocaron a su
presidente en el vértice el huracán, todas las miradas se volcaron hacia su
figura y muchos empezaron a emularlo. Rafael Vicente Correa en Ecuador, José
Daniel Ortega en Nicaragua, Juan Evo Morales en Bolivia, José Alberto Mujica en
Uruguay, Néstor Carlos Kirchner en Argentina, obra que continuó su viuda
Cristina Elisabeth Fernández, y por supuesto, no podía faltar la figura
paternal de Fidel Alejandro Castro desde La Habana.
Ramiro Valdez Menendez y Hugo Chavez |
La
influencia de Castro y el régimen cubano se hizo cada vez más patética. Los
vuelos entre Maiquetía y Boyeros son cosa común. Se ha tratado de omitir la
presencia cubana en Venezuela, cada vez más decisiva, para terminar con unas
declaraciones recientes de Nicolás Maduro Moros donde indicaban que las grandes
decisiones de ese país se toman en Cuba. Quizás olvidó que ya Venezuela lanzó
el yugo a los opresores, respetando la ley, la virtud y el honor. ¡Abajo cadenas!, reza el himno nacional.
Chávez Frías basó buena parte de su
influencia en conceder potestad a los cubanos, ello actuó como efecto domino en
la región frente a las naciones que abrazaron su influjo, pero también a
premiar a la claque militar que le acompañó en sus intentos golpistas. A partir
del 1999 se desarrolló una creciente militarización de la sociedad venezolana
que no refleja una alianza entre civiles y militares, sino el
predominio de lo militar sobre lo civil, inclusive en áreas que en la mayoría
de los países de la región pertenecen al ámbito ciudadano.
Como escribí en mi articulo La
madre de todas las muertes mediáticas el hombre fuerte de los cubanos
en Venezuela ha sido Ramiro Valdés Menéndez,
conocido como “Charco de Sangre”, ya con más de 80 años de edad, también como
Gadafi Antillano (por su excéntrica arrogancia), Donatien, Marques de Sade (por
el sadismo, el perfeccionismo y su ateismo radical), El Amo de la Censura , El Príncipe del
Terror, El Dzerzhinsky Cubano (en honor a Felix Edmundovich Dzerzhinsky
fundador de la policía secreta bolchevique que más tarde se conocería como KGB)
y el Carnicero de Artemisa; una de las figuras cimeras del proceso cubano. Con
él 4,500 hombres de los organismos militares de elite, divididos en 9
batallones, 2 generales, 4 coroneles, 8 tenientes coroneles, 6 capitanes de
fragata, 25 oficiales, legalmente aceptados, todos bajo el mando del general de
división Leonardo Andollo Valdez.
En Venezuela coexiste un retorcido
socialismo mezclado con un agresivo belicismo, remiendo ideológico no distante
doctrinariamente con el nacionalismo germano o con el fascismo italiano y que
no tiene nada en común con los postulados propuestos por Marx y Engels. Al
margen del falso y pirotécnico anticapitalismo del ungido de Miraflores, Estados
Unidos sigue siendo el primer destino del petróleo venezolano.
Paradójicamente el gran financista
de la revolución bolivariana es Estados Unidos, gracias a la venta de 800 mil
barriles diarios de petróleo crudo y derivados por parte de Petroleros de Venezuela (PDVSA). La
sangría económica, con rasgos faraónicos, que se ha realizado al margen de las
necesidades del país en sectores como educación, salud, ciencias, desarrollo
profesional, etc., se trata de sustentar bajo la peregrina hipótesis d e una posible intervención estadounidense.
Es el social/militarismo de Norberto Ceresole (Caudillo-Ejercito-Masa,
1999), credo apocalíptico de la nueva logia militar bolivariana fundada por el
occiso del cuartel
de la Montaña y
continuada por los “Centauros de Chávez” quienes controlan el poder. Venezuela
padece las consecuencias de un gobierno militar dirigido por una pestilente
cúpula uniformada obcecada por el poder. El investido de Maduro es solo un
bufón quien con su lenguaje escatológico y prostibulario cumple las órdenes del
gorilato social fascista.
Cabello |
Allí entra en escena la figura de
Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Nacional y uno de los
aventureros que acompañó a Chávez Frías en su lance de 1992, que sin lugar a dudas
evoca la figura de José David Toro Ruilova, coronel boliviano quien tomó las
riendas del gobierno por medio de un golpe de estado después de la derrota
sufrida por el ejercito en la Guerra del Chaco (1932-1935); este grupo de
bolivianos trató de poner en practica lineamientos basados en el nazismo al
cual disfrazaron de socialista. Otras falsificaciones ideológicas en América
Latina incluyen a Luis Carlos Prestes y Getúlio Dornelles Vargas en Brasil,
Juan Domingo Perón en Argentina, Juan Francisco Velasco Alvarado en Perú y Juan
José Torres González también en Bolivia.
La ignominiosa militarización del gobierno bolivariano ha logrado asumir
la conducción política, 48 por ciento de las gobernaciones y 35 por ciento de
los ministerios, y más recientemente la dirección económica, la elite militar
controla el 75 por ciento del presupuesto nacional y de la seguridad pública. Han institucionalizado la
retrógrada doctrina de Seguridad
y Defensa Nacional, curiosamente adoptada por los gobiernos militares
del Cono
Sur en la década
de los años de 1970 y 1980. Esta prédica reaccionaria además de promover el
exterminio del enemigo
interno, epíteto para la oposición política, a fin de procurar
una “paz
interna” y
proporcionarle a las fuerzas armadas una supuesta legitimación como últimas salvadoras de la nación, fomenta la militarización del lenguaje y de
los comportamientos políticos, una disciplina férrea, una verticalidad
prusiana, así como la promoción del mesianismo militar.
Amen de
el incremento significativo del gasto militar que se ha destinado
fundamentalmente a la adquisición de armamento (aviones, helicópteros, fusiles,
tanques, vehículos blindados, sistemas de defensa aérea, sistemas de misiles y
baterías móviles de lanzacohetes, etc.), incluyendo además aumentos salariales
y la modernización de la infraestructura de sus instalaciones.
Además, con el apoyo explícito de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) se
ha fortalecido la operatividad de los grupos paramilitares, entre ellos los Tupamaros, el Colectivo La Piedrita, el grupo
Carapaica, quienes actúan básicamente en los ámbitos urbanos. Igualmente el
Frente Bolivariano de Liberación (FBL), banda de cuatreros que opera en la
frontera colombiana con el apoyo logístico de la FAN.
Todo en Venezuela pasa estrepitosamente, cada hecho supera
al anterior, la realidad realmente se señorea cada día, pero nada bueno se
vislumbra en la lontananza y la ciudadanía luce absorta, abstraída, atónita,
boquiabierta. Cuesta asimilar que el balance final de años de ingresos
multimillonarios arroje un déficit extraordinario, incluso en campos de difícil
recuperación.
El fin del ciclo se acerca, será necesario reparar el daño,
habida la pesada carga que quedará para llevar hacia adelante.
Maduro Moros |
El socialismo ha herido de muerte la calidad de vida de los
venezolanos, se ha producido una caída estrepitosa del entramado social y los
años por venir serán mayores testigos de esta situación.
Distorsiones de la historia y de la
realidad que podrían llegar a enloquecer al mejor plantado. Las falacias
cotidianas han desvalorizado el ya menoscabado valor de la palabra oral y escrita.
Se resquebrajaron las normas de convivencia. Nadie respeta a nada ni a nadie.
Las instituciones todas están hechas trizas.
Socialismo del siglo XXI, una
trampa en el laboratorio de mentes descabelladas.
Gritemos con brío:
¡Muera la opresión!
Compatriotas fieles,
la fuerza es la unión;
y desde el Empíreo
el Supremo Autor
un sublime aliento
al pueblo infundió.
¡Muera la opresión!
Compatriotas fieles,
la fuerza es la unión;
y desde el Empíreo
el Supremo Autor
un sublime aliento
al pueblo infundió.
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