lunes, 12 de noviembre de 2012


De nuevo las apariencias nos engañan

Medina Sánchez
Mucha gente ha pedido paciencia ante la administración de Danilo Medina Sánchez, quien apenas cumplirá tres meses al frente del Gobierno Dominicano. Aquella frase de que encontró un maletín lleno de facturas vencidas ha sido sepulturera, desde entonces todo se ha paralizado. Hemos terminado habitando el país de los muertos vivientes. Nadie tiene un peso en el bolsillo, todo está detenido.

Durante la campaña electoral el sector deportivo que le apoyaba estaba bajo la dirección de Junior Brea, tradicional gerente de esta especialidad, y quien concitó a incontables figuras de la actividad del músculo y la mente. El discurso del 16 de agosto fue una pieza que todo el mundo aprobó, sin ser esperanzadora. Los nombramientos que se realizaron horas más tarde resultaron un verdadero dolor de cabeza para la población, el embrión del descreimiento.

El Ministerio de Deportes quedó en manos de Jaime David Fernández Mirabal, ex vice-Presidente de la República, ex ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales y miembro del Comité Político del partido oficial, el de la Liberación Dominicana (PLD). Desde entonces, en materia deportiva no es mucho lo que se ha realizado.

Fernández Mirabal nombró seis vice-ministros, Gerardo Mercedes Suero Correa pasó de la dirección administrativa a la técnica, Soterio Ramírez Martínez del ostracismo de la parte oriental de la ciudad de Santo Domingo a la sede central, quienes ya ostentaban la posición; colocó a Marcos Aurelio Díaz Domínguez al nadador de aguas abiertas en deportes para todos, Emmanuel Trinidad Puello pasó a la dirección del PARNI (Programa de Atletas de Alto Rendimiento, Nuevos Valores e Inmortales), nombró a Circe Yadira Issa Job, como encargada de las instalaciones, y a Reyes Aníbal Portorreal Capellán, como su administrativo.

En las nominas de MIDEREC publicadas en su página electrónica, en el 2011 los vice-ministros devengaban poco mas de 60 mil pesos dominicanos mensuales, a abril del 2012 se les subió a 80 mil pesos mensuales, pero en esta administración están recibiendo la nada despreciable suma de 187,500 pesos mensuales. El salario del ministro estaba anteriormente en 75 mil pesos mensuales y el doctor Fernández Mirabal recibe 250 mil pesos dominicanos mensuales. Todo ello en un momento donde el Presidente de la República exige sacrificios más allá de lo propiamente humano al resto de la población.

Después, MIDEREC ha desaparecido de los diarios. Un cabalgata en el día de San Miguel y un convivio para diferentes actividades recreativas (nov.03/05). El nombramiento de Teresa Duran al frente de un departamento de género y Milagros Cabral como directora de deportes para la ciudad capital.

Quiérase o no, con auxilios o sin apoyos, los periodistas dominicanos no dejan escapar dos actividades básicas: el béisbol invernal y la secretaria de deportes, y desde esta última las noticias lucen como si estuvieran en un dique. Si desde MIDEREC hay otras actividades parece que las organiza el Servicio Secreto de la Policía Nacional, como se acostumbra a decir en los medios.

Para cualquiera que hubiera sido designado en la posición era un reto enorme emular la gestión de Felipe –El Jay- Payano, ocho años en la misma, el funcionario que más tiempo ha estado al frente de la misma y el que más recursos ha manejado. Amen de sus extrovertidas salidas, la obtención en su tarea de 4 medallas olímpicas, dos de oro y dos de plata, su presencia masiva en los medios, su apego a los momentos importantes logrados en su reinado, el masivo apoyo a muchos deportistas y el haber relegado el mantenimiento de las instalaciones. El manejo político de sus actuaciones, no apartado de cierto aire de clientelismo, dejaron una huella difícil de superar.

Muchos dominicanos empezamos a ver como el necesario dialogo, el consenso que siempre se solicita, empieza a dejarse de lado, luce que las ínfulas partidarias están primero que los auxilios que necesita la población. No hay objetivos claros sobre estrategias por parte de Medina Sánchez y en un pobre ejercicio intelectual sólo se quiere la nueva reforma tributaria como única vía de recaudar recursos frescos. Sólo se advierten correcciones minúsculas, mientras se busca mantener desunidas las fuerzas opositoras con el único fin de tener poder ilimitado.

Con su cara pétrea, Fernández Mirabal no ha traído una sola propuesta al ministerio de Deportes. Es uno de los tantos que está convencido que la suma de culpas y de responsabilidades fueron de los otros. Medina Sánchez nos repitió que estaba listo para gobernar y para ello se requiere un poco más que la simple ecuación de aumentar las cargas impositivas, lo que hasta el momento supone un floja gestión presidencial, no ha evidenciado en ningún instante el haber puesto distancia frente la complicada realidad que sabia antes de ocupar la primera magistratura del estado. Algo no ha funcionado y no está funcionando bien.

Los que estamos invitados a compartir las angustias nacionales vivimos preocupados, justamente por la percepción de la actualidad que Medina Sánchez desgrana delante de todos. Una visión que en el calendario político se hubiera ajustado más a las vísperas de la ascensión el 16 de agosto. Parece que el periodo de transición no valió para nada y no sucedió nada. Esa unidad responsable para recibir el gobierno nunca admitió la necesidad de ciertas correcciones, pero se explayaron sobre los dolores de Europa y Estados Unidos por la crisis económica y los contrapuso con la supuesta prosperidad dominicana.

El divorcio entre las palabras y los hechos está a la vista. Las designaciones y ratificaciones han golpeado sin cesar las esperanzas de los dominicanos. Renace aquel viejo espécimen de que el peledeísmo jamás tuvo las necesarias cantidades de adeptos para ocupar posiciones clave dentro de la estructura estatal. Las digitalizaciones de Medina Sánchez frente a los nombramientos muestra que se sigue pensando y trabajando como cucarda. Así iremos al fracaso en todos los órdenes, con la victoria siempre encomillada de los políticos. Esos desacoples evidentes de los peledeístas son los que tienden a empalidecer cualquier reflejo auspicioso de la política vernácula.

¿Las convocatorias al dialogo, al presencia del Consejo Económico y Social (CES) son para ampliar el abanico de opiniones y obrar en consecuencia o sólo para envolver la formalidad de un reclamo social que queda estampado en las urnas?

El Presidente de la República va diciendo y haciendo por lo bajo demasiadas cosas que desdibujan el suave paisaje de apertura política que se esfuerza en exhibir el peledeísmo. La imposición de la reforma tributaria, el escaso esfuerzo del Senado de la República que vuelve a actuar como sello gomigrafo, es una búsqueda para disponer de abundancia de la caja y contar con dineros que hasta el momento sólo han servido para aumentar los niveles de corrupción.

Bosch
El peledeísmo se bambolea entre una figura de Juan Bosch, al se le reconoce escasamente y una transversalidad que figura sólo en folletos de la historia.

La mirada aislada de la dirigencia política encontró en la Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) unas líneas subrayadas, con matices, un punto de vista diferente en el documento más sustancial que haya elaborado en el ciclo del peledeísmo. Los aprecios políticos parecen irse desvigorizando con el desaire de la reforma tributaria. Cabe preguntarse hasta que punto Medina Sánchez está acorralado por las fuerzas del leonelismo. En cualquier momento los legisladores de su propio partido le bloquean cualquier iniciativa tendiente a una mejoría en la calidad de vida de los dominicanos. Urgen las soluciones para el dilema de las estadísticas destruidas y la inflación disfrazada.

El locuaz equipo económico de Medina Sánchez es el mismo de Fernández Reyna y sufre frecuentes alucinaciones, presume que la brecha entre el gobierno y el pueblo es muy estrecha, que están sintonizados con las mayorías nacionales y que todo parece funcionar. Quizás sólo la muerte los haga disuadir de esta patología de la presunción.

Pese a lo temprano del gobierno de Medina Sánchez y los esfuerzos que hace Leonel Fernández Reyna para su vuelta en el 2016 es muy probable que el país no quiera embarcarse en nuevas oportunidades para este grupo rapaz y mentiroso, que no ha superado ninguna de las crisis que ha enfrentado, pero ha sabido disfrazar las cuentas nacionales.

Hay signos que los tiempos marcan, como el advenimiento entre dirigencia política, sindicalistas poco corrompidos, movimientos sociales de avanzada y cúpula empresarial en la construcción de consensos y la conciliación en forma ordenada; la capacidad de gestión frente al Estado y la previsibilidad en las reglas de juego. Un tópico especial habrá que dedicarle a la estabilidad macroeconómica, la inflación y la urgencia de estadísticas confiables. El problema era empezar y ya se lograron las primeras comuniones. La falta de calidad institucional es, sin dudas, un antiguo problema, se requieren debates y búsqueda de soluciones más o menos inmediatas que permitan luego abordar pacientemente aquella reforma atropellante y nefasta.

Lo de Brea no fue el único caso, en el Ministerio de Cultura se designó al cantante y publicista José Antonio Rodríguez, quizás el único movimiento realizado dentro de esa entidad. Rodríguez, a quien Álvaro Arvelo hijo lo acusa en sus comentarios en el popular programa radial El Gobierno de la Mañana de analfabeto, ocupa la posición que estaba destinada para el intelectual Pedro Vergés, pero nadie se explica el rumbo que tomó su nombramiento.

No pocos tratan de descifrar la lógica política de Medina Sánchez, quien promete aún como si estuviera en campaña y hace todo lo contrario, como aquella frase lapidaria: “actuaré contra la corrupción sólo por el rumor público”, para terminar nombrando en la lucha contra el robo de cuello blanco a Marino Vinicio Castillo Rodríguez, conocido por todos como Vincho y quien ya advirtió que la emprendería con quien osara tocar la figura de Fernández Reyna. Después, Medina Sánchez cerró los ojos, tampoco abrió los oídos.
Fernández Reyna

Medina Sánchez amaga con abrir los brazos en público, pero Fernández Reyna no ceja, desde su escondite, con los combates que se le aproximan, tampoco contra el fardo de su pesada sombra.

Pareciera que el gobierno tiene autismo. La gente reclama frente a la inseguridad, los altos precios, los contratos lesivos firmados en la administración Fernández Reyna, la sensatez, los abusos que se comenten todos los días y a todos los niveles frente a la ciudadanía, que se detenga la indudable corrupción, que haya más trabajo, que los impuestos no se sigan comiendo los magros salarios de los dominicanos, que los hijos de todos puedan tener acceso a una educación digna, que se pueda andar sin miedo en las calles, y los adultos puedan ser tratados con respeto. Temas que afectan la vida todos los días. No parece demasiado, sólo es apego al civismo, a la moralidad de los funcionarios públicos, al cumplimiento de las leyes. El Presidente de la República no escucha, parece que va en contra de esas solicitudes y ello es preocupante.

Pareciera que desde el peledeísmo hay una conspiración diabólica contra la sociedad dominicana. Cada día estos señores, desde su Comité Político hasta su más humilde funcionario parecen que bajan la bandera de la patria para entregarla al mejor postor.

Las manifestaciones que se adornan con diferentes matices van en aumento. Hay cientos de reclamos que son validos. No se puede beneficiar más la burocracia nacional y continuar sacudiendo el bolsillo de los dominicanos. Falta gerencia política capaz de presentar un modelo alternativo.

Medina Sánchez da señales de ser un rey desnudo. El gobierno parece que poco entiende de los tiempos que se viven, ubicándose cada vez más lejos del corazón del pueblo. Este reduccionismo oficialista sólo ayudara a complicar más las cosas. Como si no nos quisiera a todos blancos, no nos quisiera a todos morados, lo único que desea es vernos a todos más pobres.

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