martes, 6 de noviembre de 2012


Carta a Leo Corporan... editor de deportes El Nacional 


Señor
D. Leo Corporan
Editor Deportivo
El Nacional
Ave. San Martín, 236
Santo Domingo, D.N.



Muy señor nuestro:

Con mucha tristeza he leído su columna Te Enteraste de fecha 1 de noviembre del cursante año donde aborda los incidentes que se suscitaron en el Estadio Quisqueya después de partido correspondiente al 31 de octubre del campeonato invernal de béisbol profesional. Una acción que pudo terminar en situaciones mayúsculas, con pérdidas de vidas, y que jamás debió ser tratada con tanto desparpajo, y tanta desfachatez.

Los temas serios de la vida nacional y del deporte, que es la rama donde mayormente nos desenvolvemos deben ser enfocados con mayor responsabilidad, no se pueden obviar los principios fundamentales del periodismo, aquellos que parecen perder vigencia en el mundo que vivimos; por ello siempre habrá que apelar a la ética, explicación pragmática de la eficacia. Estamos asistiendo a la muerte de Violeta en La Traviata de Verdi a ritmo de vals. El informar es un deber, un ministerio. A ello se agrega que usted es el editor deportivo con más tiempo en la posición.

La Liga Dominicana de Béisbol Profesional se ha mostrado siempre arrogante frente a los fanáticos, que son la materia prima del espectáculo, al punto que las pasiones se han postergado hasta las etapas finales de los torneos, no hay una promoción efectiva para la captación de nuevos seguidores, y a estas alturas cabe preguntarse si Leonardo Matos Berrido, su presidente, ha estado en capacidad de estar al frente de la entidad con un grado de ecuanimidad.

De los servicios de seguridad siempre se han abierto enormes interrogantes; hemos tenido la percepción de que ese cuerpo no tiene la equidad para cumplir adecuadamente con sus labores. Las revisiones que se producen en las puertas de los estadios son asquerosas; las acciones dentro de las instalaciones muestran que actúan como simple horda, por demás grosera y abusadora; y frente a un incidente mayor responden con una enorme insuficiencia, insolvencia, incompetencia e impericia. Sólo el hecho de disparar al aire, en un evento público muestra su incapacidad.


¿Qué protocolos se le exige a la seguridad del béisbol dominicano para garantizarle al publico un trabajo adecuado?, ¿qué pruebas psicotécnicas se aplican para evaluar las aptitudes y rasgos de personalidad de los aspirantes?, ¿cuál es la idoneidad de este grupo de jóvenes?, ¿qué adiestramiento reciben para el cumplimiento de sus labores?

Con la provocación del señor Sánchez Caro, después de su criminal actitud, y la seguridad de LIDOM se ha adquirido un perfil de mal relato, uno más de una larga cadena que en diferentes oportunidades vivimos; como un abrir de esos libros que todos hemos leído alguna vez, llenos de boberías, faceta que se cumple también en nuestros diarios, solo deseando llegar al último párrafo.

El problema de eludir los temas y faltar a la responsabilidad es pensar que todo es un cuento y la cadena suele ser infinita hasta el mismo instante en que los hombres deciden, quizás ahora, quizás aquí, ponerle fin.

Sin más por el momento, aprovechamos para saludarle y quedar de usted,

Muy atentamente,






Luis Rafael Madera Campillo
Noviembre 6 del 2012


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