viernes, 29 de septiembre de 2017

Hipocresías sutiles de mansos y sumisos… espejo de la crisis deportiva dominicana


Entre el 14 y el 30 de julio pasado, hace apenas dos meses, la Federación Internacional de Natación (FINA) celebró en las ciudades húngaras de Budapest y Balatonfüred su campeonato mundial; la primera es la capital y la segunda está a dos horas en ferrocarril, para muchos la ciudad más hermosa de toda la región, su mayor atracción es su paseo costero llamado Tagore setány, la enorme y bien cuidad arbolada permiten pasear por las orillas del lago, donde viven multitud de cisnes y patos que, lejos de temer al ser humano, se acercan en busca de comida; hay restaurantes, comida rápida, heladerías, bares y terrazas, también los principales hoteles. Pero no solo eso, al lado del paseo hay un precioso parque, con calles empedradas que suben al centro de la ciudad.

No hubo imagen que llegara de Hungría en ese lapso que no llamara la atención; todas deslumbraban, reflejaban una belleza indescriptible. La capital húngara, de las ciudades mpas liricas y embrujantes de Eurriopa Central, destino de culto. Su aspecto más superficial es ya de por sí capaz de producir un amor a primera vista. Es una ciudad con dos partes como cosidas por este hilo suturante que es el Danubio, cuyas aguas transcurren entre sus barrios históricos: las exuberantes colinas plenas de vegetación de Buda, coronadas por el Castillo Real en la orilla derecha; y el comienzo de la estepa húngara en Pest, en la orilla izquierda, donde se halla el neogótico edificio del Parlamento, con su cúpula, sus torreones y otras filigranas arquitectónicas. Crónica e historia, conquistadores, invasores y pacificadores, guerras y revoluciones han dejado a lo largo de los siglos huellas indelebles en la bellísima capital de Hungría, cinco veces destruida e igual número de veces reconstruida sobre sus ruinas.
Danubio a su paso pro Budapest

Quizás Ljubljana, capital de Eslovenia, a 500 kilómetros de distancia, eterna prisionera del dragón,  donde se entrecruzan la atmósfera mediterránea con el encanto señorial de las grandes villas centroeuropeas gracias a la visión del arquitecto Jože Plečnik  (Ene.23.1872 en Ljubljana, entonces Imperio Austrohúngaro; Ene.07.1957 también en Ljubljana, entonces Yugoslavia), quien la cambió en una moderna Atenas, con guiños a la presunción de Viena o Praga y el innegable legado art nouveau, se le pueda comparar. Ciudades mágicas que empezamos a descubrir tras la caída de los muros de Europa Oriental.

Alli, en los escenarios húngaros, bajo la sombra de una de las partes arquitectónicamente más interesantes de la capital magiar, ciudadela y el gran conjunto de Varhegy, la fortaleza, auténtica concentración de arte e historia, además de excepcional observatorio panorámico, se compitió en natación, nado sincronizado, saltos, saltos de gran altura o high-driving  (modalidad con implicaciones de espectacularidad, ejercicio acrobático que se disputó en Batthyany, en el terraplén del río Danubio ubicado en el distrito de Buda: los hombres se lanzan desde una plataforma de 27 metros y las damas desde otra colocada a 20 metros), natación en aguas abiertas y waterpolo.
Iglesia de Santa Ana en Batthyany

República Dominicana no tuvo representantes, pero si concurrentes; hasta allí llegaron Radhamés Tavárez, presidente de la Federación Dominicana de Natación (FEDONA) acompañado de su vice-presidente Henry Osvaldo Mejía Oviedo, actual miembro de la Junta Central Electoral (JCE), presidente del Ateneo Dominicano, hermano del presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD), recién llevado a un puesto ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI) y quien sabe cuantas cosas más, para no hacer nada.

No me extrañaría, ni me sorprendería en lo más mínimo que en la próximas votaciones del COD (2018) un segundo Mejía Oviedo esté ocupando una trinchera dentro de nuestro autóctono olimpismo, por supuesto Luisin sin ceder la posición cimera… ¡más bueno que es así!
Tavárez y Henry Mejía Oviedo en Budapest



¡Se jodió Rafelin!... no desfilará en Tokio empuñando la bandera dominicana.

Para que vayamos al mambo y terminemos esta pieza, sucedió, acaeció, ocurrió, se verificó, y aconteció en Budapest que estos dos tunantes no asistieron jamás a uno de los centros de competición, y que conste que habían cuatro diferentes instalaciones: la Arena Danubio (natación, natación sincronizada y saltos), el lago Balatón en Balatonfüred (natación en aguas abiertas), el río Danubio frente a la plaza Batthyány (saltos de gran altura), y el Centro Nacional de Natación Alfréd Hajós (waterpolo).

¿Así se hace patria?... ¿así podemos llegar a contar en el porvenir con una buena natación?... ¿así estamos bien representados por presidentes y directivos de federaciones y asociaciones que pululan en el deporte dominicano?... ¡no sea usted pendejo!

¿Qué quien me lo dijo?... podía decir como Rafael Antonio –Max- Reynoso (Ene.09.1927 en Santiago; Nov.02.1996 en Santo Domingo), aunque en el campo los mayores lo llegaron a conocer como Fellito Palito… ¡me lo dijo Adela!... pero tanto Radhamés Tavárez como Mejía Oviedo II, saben quien es mi confidente.
Otro disco nuevo suena en Budapest

No dudaría que mientras pasaban horas de ocio permanente conocieran de la costumbre magiar de frecuentar los baños termales, rito que se transmite desde tiempos inmemoriales. Pasar en ellos la hora del descanso laboral constituye un hábito inveterado.

En el siglo XIII, Santa Isabel, reina de Hungría (Jul.07.1207; Nov.21.1231, en húngaro: Szent Erzsébet; en alemán: Elisabeth von Thüringen), hija del rey Andrés II (1175-1235, quien reinó desde el año 1205 hasta su muerte), El Hierosolimitano (que proviene de Jerusalén), y de Gertrudis de Andechs-Meraria (asesinada en el año 1213), fundó uno de los baños más famosos de la ciudad.

Posteriormente, los turcos que a partir de 1541 ocuparon la ciudad durante 145 años, multiplicaron piscinas y todavía hoy existe un establecimiento, el Rudas, que conserva una bellísima sala central cubierta con una impresionante cúpula en recuerdo a la práctica de los baños turcos. Durante el siglo XIX, las aguas medicinales fueron utilizadas científicamente en la construcción del baño Császár, en la isla Margarita, en medio del río Danubio, y del baño Lukács. Más recientemente se erigieron los suntuosos establecimientos de Széchenyi y Géllert.

Santa Isabel, que quedó viuda siendo aún joven, dedicó su riqueza a los pobres, construyó hospitales y allí atendió personalmente a los necesitados. A partir de su canonización, apenas cinco años después de su fallecimiento, en 1236, se convirtió en un símbolo de caridad cristiana para toda Europa, extendiéndose su culto rápido y profundamente a territorios germánicos, polacos, húngaros, checos, hasta los italianos, ibéricos y franceses.
Tavárez haciendo turismo en el Danubio

Del Directorio Franciscano extraje los siguientes párrafos: “Dietrich de Apolda refiere en la biografía de esta santa que, una noche del verano de 1207, Klingsohr de Transilvania anunció al landgrave Herman de Turingia, que el rey de Hungría acababa de tener una hija que había de distinguirse por su santidad y contraería matrimonio con el hijo de Herman. En efecto, esa misma noche, Andrés II de Hungría y su esposa, Gertrudis de Andechs-Meraria, tuvieron una hijita que nació en Presburgo (Bratislava) o en Saros-Patak. El matrimonio profetizado por Klingsohr ofrecía grandes ventajas políticas, por lo cual, la recién nacida Isabel fue prometida en matrimonio al hijo mayor de Herman. Cuando la niña tenía unos cuatro años, sus padres la enviaron al castillo de Wartburg, cerca de Eisenach, para que se educase en la corte de Turingia con su futuro esposo. Durante su juventud, Isabel hubo de soportar la hostilidad de algunos miembros de la corte que no apreciaban su bondad; pero en cambio, el joven Luis se enamoró cada vez más de ella. Se cuenta que siempre que Luis pasaba por una ciudad compraba un regalo para su prometida, ya fuese una navaja, o una bolsa, o unos guantes, o un rosario de coral”.

En 1221, cuando Luis tenía veintiún años y había heredado ya de su padre la dignidad de landgrave e Isabel tenía catorce, se celebró el matrimonio, a pesar de que algunos habían aconsejado a Luis que hiciese volver a Isabel a Hungría, pues la unión no le convenía. El joven declaró que estaba dispuesto a perder una montaña de oro antes que la mano de Isabel. Según los cronistas, Isabel era «muy hermosa, elegante, morena, seria, modesta, bondadosa en sus palabras, fervorosa en la oración, muy generosa con los pobres y llena siempre de bondad y de amor divino». Se dice también que era bella y «modesta como una doncella», prudente, paciente y leal; los hombres tenían confianza en ella y su pueblo la amaba. Pero la vida de matrimonio de la santa sólo duró seis años”.


Un escritor inglés califica ese lapso de «idilio de arrebatado amor, de ardor místico, de felicidad casi infantil, como rara vez se encuentra en las novelas que se leen, ni en la experiencia humana». Dios concedió tres hijos a la pareja: Herman, que nació en 1222 y murió a los diecinueve años, Sofía, que fue más tarde duquesa de Brabante, y la beata Gertrudis de Aldenhurg”.

El castillo de Wartburg se levantaba sobre una colina muy empinada, a la que no podían subir los inválidos. (La colina se llamaba «Rompe-rodillas»). Así pues, Santa Isabel construyó un hospital al pie del monte, y solía ir allí a dar de comer a los inválidos con sus propias manos, a hacerles la cama y a asistirlos en medio de los calores más abrumadores del verano. Además, acostumbraba pagar la educación de los niños pobres, especialmente de los huérfanos. Fundó también otro hospital en el que se atendía a veintiocho personas y, diariamente alimentaba a novecientos pobres en su castillo, sin contar a los que ayudaba en otras partes de sus dominios. Por lo tanto, puede decirse con verdad que sus bienes eran el patrimonio de los pobres. Sin embargo, la caridad de la santa no era indiscreta”.
Castillo de Wartburg

Allí, para no cansar mucho, Estados Unidos pescó 46 preseas (21-12-13), le siguió China con 30 (12-12-6), Rusia se hizo con 25 (11-6-89, Francia totalizó 9 (6-1-2), Reino Unido se apuntó con 11 (5-3-3), Italia obtuvo 16 (4-3-9), Australia se marchó con 12 (3-54), Suecia con 4 83-1-0), Hungría salvó la honra con 9 (2-5-2), Brasil subió al podio en 8 ocasiones (24-2), España se colgó 6 (1-5-0), Holanda hizo lo mismo con 6 (1-4-19, Canadá se apuntó con 7 (1-1-5), Malasia consiguió 2 (1-0-1), África del Sur levantó 2 (11-0-1), y para cerrar el circulo de los medallistas dorados Croacia se enganchó 1 (1-0-0).

Japón alcanzó 9 (0-4-5), lo mismo que Ucrania (0-2-79, y Alemania apenas 3 (0-2-1).

Entre los países de America Latina, además de Brasil, se contaron únicamente México con 2 (0-2-09, y Ecuador con 1 (0-1-0).

En Hungría el norteamericano Caeleb Dressel (Ago.16.1996 en Green Cove Springs, Florida) se reveló como el nadador más dotado para concitar la atención que dejaba vacante Michael Phelps, después de los Juegos Olímpicos del 2016, y convertirse en referencia de la natación masculina para los próximos años, sumó siete medallas de oro, es un ciclón desatado que puede marcar una época en las pruebas de velocidad, tanto libre como de mariposa. Dressel perteneció a la hornada prodigiosa que formó y entrenó, hasta hace tres años, Sergio –Sergi- López Miró (Ago.15.1968 en Barcelona; ex–nadador) en la Bolles School, a cuyo club sigue perteneciendo. Formaban parte de ella también dos campeones olímpicos como el espaldista Ryan Murphy y el nadador Joseph Schooling de Singapur.
Rudas, baño termal en Budapest

Dressel en Budapest ganó con una autoridad pocas veces vista el hectómetro (100 metros), batió el récord estadounidense en dos ocasiones dejándolo en la final en 47.17. Eso le situó como el tercer hombre más rápido de la historia en la distancia, con bañador textil. El récord del brasileño César Augusto Cielo Filho (Ene.10.1987 en Santa Barbara d’Oeste, Sao Paulo) de 46.91 en los 100 metros libres parece a su alcance.

El deporte dominicano no puede permitirse bajo ningún concepto ese sinfín de peripecias amenas, por suerte o por desgracia, acompañada de tantos lujos, por eso nuestros eternos resultados superfluos, nimios, ociosos, churriguerescos, insignificantes.

De manera intermitente vamos logrando encontrar una buena cadencia para retratar a los anti- héroes del deporte “made in Dominican Republic”, imbuidos en torbellinos, pavoneos y los encadenamiento precipitados de todos los hechos; como horizonte, la falta de duración; como modelos, la seducción y la estafa. Multiplican imágenes de sí mismos en casi cada recoveco de su accionar, sin transfigurar los paisajes de sus actividades.
Caeleb Dressel

Prefacios fulgurantes de camaleónicos cánticos. Deslizan en cada situación crucial de sus vidas una similitud inconfensable, por supuesto por omisión e ignorancia, como escena salida de Un tranvía llamado deseo (A Streetcar named Desire), obra maestra de Tennessee Williams, ganadora del Premio Pulitzer en 1948 donde leemos: “existe un solo pecado imperdonable: la crueldad deliberada. Todo lo demás puede perdonarse. Eso, jamás”.

Novelas mundanas que se repiten basadas en el conocimiento íntimo de las necesidades y atrocidades que se cometen en el nombre del deporte dominicano, de las confidencias recibidas en la más encumbrada oficina de la Pedro Henríquez Ureña, a la vez proustiano fresco, simbolista, crónica contemporánea y roman à clef (para que nos entendamos, cristianamente, tecnicismo empleado en la escritura de novelas en las que ciertos personajes o situaciones, representan, de una forma más o menos explícita, a personas o situaciones reales).
Arena Danubio

Este deporte vernáculo cultiva un talante tan cordialmente malintencionado y una ética despiadada con mayúsculas, a la medida de unas situaciones en perdurable metamorfosis.

Mientras tanto, aquí, con acceso a la escritura encuentro una forma de gozo que con ondulante destreza me sirve para construir mundos con palabras. Como Truman Capote (Truman García Capote, quien nació como Truman Streckfus, Sep.30.1924 en New Orleans, Louisiana; Ago.25.1984 en Los Ángeles, California): “sufro con los escollos de la puntuación y las complejidades diabólicas de separar los párrafos”.

Sep.29.2017


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