lunes, 27 de junio de 2011

San Lázaro 2011

Por primera vez desde el 2005 el tradicional equipo de San Lázaro no alcanza la post-temporada del Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional; resultó el primer eliminado en la inédita versión recortada. Este año diferentes factores se unieron a la crisis económica que azota el país para que el quinteto de Jobo Bonito, que inicialmente lucía muy sólido cayera estrepitosamente para acumular marca de apenas 1 triunfo frente a 7 reveses.

Antes de que rompieran las acciones los lazareños anunciaron novedades, pero todas parecieron quedar en el tintero. La primera era que estarían a cargo del veterano entrenador Rey Castro, con la encomienda de lanzarse a formar nuevos valores y producir una necesaria transformación en este y todos los demás equipos a lo largo de la geografía nacional.

Después se divulgó la incorporación de Héctor Báez, quien parece tener la suficiencia de aceptar todo lo que le cae en las manos, en los momentos que corren es encargado de selecciones nacionales dentro de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y funcionario de los Cocolos de San Pedro que Macorís, grupo que actuará en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB). Nunca se le vio en el Palacio de los Deportes.

Al final, las riendas de los vecinos de la Santomé quedaron en manos de Julio César Javier, conocido por todos como Ayata. El veterano dirigente Manuel –Cholo- Suero cargó en solitario con el peso administrativo de la escuadra.

Con Santos Martínez, Carlos Morban, Carlos Paniagua, David Zabala y Josué Abreu, más los importados Derrick Ben Davenport y Tommy Mason-Griffin, la cosa era para pelear por la corona.

El veterano delantero Paniagua no se enfundó la casaca por razones económicas. Una disputa con  el ex-gerente Junior Páez dejó traslucir que seguimos entrando a las duelas con compromisos solo de palabras y nada más. La disputa entre el uno y el otro era de 1:2 y se resolvió de manera inaudita: el jugador prefirió una carta de libertad antes de cobrar por lo trabajado.

En el transcurso de la justa Carlos Morban, Ralph Mata y Mawel Soler también fueron puestos en libertad.

Mason-Griffin, de apenas 20 años de edad y 5-11 de estatura, duró solo 2 partidos (12.5 puntos, 4.5 rebotes y 3.0 asistencias, con porcentajes de 32 desde el campo, 29 detrás del arco y 25 desde la línea). Egresado de la Universidad de Oklahoma en el 2010, antiguo McDonald’s All-American y señalado como uno de los mejores 4 point-guards de toda la nación al salir de la escuela secundaria, dueño de un dribbling endemoniado, debió de ser uno de los grandes jugadores importados que pisó el Palacio de los Deportes, parece que las alas se le quemaron en Alemania donde jugó en el Ulm de primera división.

Davenport, de presencia poco imponente, un veterano centro de 6-10 pero de apenas 184 libras, nacido en 1978 (Mar.06) y salido de Texas Christian University, no pudo dejar establecido que era una nueva versión del siempre recordado Willie –La Boa- Jones. Será uno de esos refuerzos cuyo nombre se perderá con los tiempos, promedió 11.8 puntos y 9.8 rebotes, mientras lanzaba para un 44.2 por ciento desde el campo y 60.0 por ciento desde la línea.

El centro lazareño ha jugado en Italia con el Bergamo (2001-02, 11.3 puntos, 6.1 rebotes y 1.4 bloqueos), Turquía con el Fenerbahce (2002-03, 16.5 puntos, 8.6 rebotes, 0.9 asistencias y 3.3 bloqueos), Francia con  el Dijon (2003-04: 10.5 puntos, 6.5 rebotes y 1.5 bloqueos), en el 2004-05 estuvo en la D-League con el Ashville. Ese mismo 2004-05 regresó a Turquía para jugar con el Turk Telekom en 18 juegos, dejando 14.9 puntos, 6.1 rebotes y 1.5 asistencias. Su carrera colegial fue elocuente. Lo más reciente fue una participación en Siria en la campaña 2008-09 y en la 2009-10 en la segunda división de Turquía con el Vestelspor Manisa, donde compiló 15.5 puntos, 7.1 rebotes, 1.2 asistencias y 1.1 lances bloqueados.

Como era de esperar, Santos Martínez regresó para ser punto luminoso. Las incursiones al final de la estación de Wilkin Bonilla y Wilkin Tejeda no pasaron por desapercibidas, pero el daño estaba fraguado. David Zabala perdió parte de su protagonismo. Josué Abreu no secó toda la pólvora para martillar como es costumbre. Todos estos factores dejan a San Lázaro listo para una profunda revisión.

Martínez terminó con 20.3 puntos, tercero en la liga, 7.1 rebotes y 2.6 asistencias. Los 10 canastos validos para tres rayitas, marca en un partido de vuelta regular muestran su consistencia y capacidad. Es efectivo desde todos los ángulos y muy acertado desde la línea. Posiblemente el jugador más versátil de todos los que vieron acción en esta versión de la justa que corre desde el 1974.

Los lazareños fueron el equipo menos ofensivo del clásico, 76.6 por partido, pero co-lideres en rebotes capturados con 41.3, y sus porcentajes colectivos no fueron los mejores: 39.9 desde el campo, 34.3 detrás del arco y un pobre 58.3 desde la línea, tienen que ser mejorados. Perdieron 13 balones por juego, Elisma demostró que aún le queda una buena defensa aérea, pese a contar con 36 años de edad.

El nativo de Miami y egresado de Georgia Tech, selección de Seattle Supersonics en el draft de 1997, ha tenido un largo periplo internacional. Ha tenido dos paradas en Israel (Hapoel Eilat y Ironi Ramat Gan), dos en Italia (Verona y Sassari), dos en Filipinas (Prefoods Tender Juicy Hotdogs y Barangay Ginebra Kings), Bélgica, Irán, Kuwait, la ABA, la D-League, la CBA, México, Puerto Rico, Venezuela y por supuesto, su cotidianidad en el baloncesto dominicano. Ha tenido invitaciones a los campamentos de Toronto Raptors y Boston Celtics.

San Lázaro promedió 81.3 puntos en la primera mitad, pero permitieron 86.3 tantos en un circuito donde la ofensiva no es precisamente un lujo y la defensa no es tal. En la segunda parte de la justa apenas promediaron 72.0 puntos, pero en los tres últimos juegos descendieron a 65.7 de promedio, lo que descarna la debilidad en que se sumergió esta escuadra.

El veterano Josué Abreu terminó con media de 12.0 puntos, 2.8 rebotes y 0.7 asistencias. Pese a ser un buen lanzador desde la línea, desde el campo las cosas son diferentes.

Wilkin Bonilla, que llegó a última hora, mostró su valía en apenas 4 juegos. Otorgó 4.0 asistencias y contribuyó con 9.3 puntos. Estuvo cortante desde los libres y detrás del arco se fue para un 50 por ciento, aunque sólo en 14 ocasiones.

Edwin Carela estuvo involucrado en 115 minutos y promedió 8.7 puntos, aunque es fatal desde la línea. Zabala apenas dejó 5.8 puntos y 1.6 asistencias interviniendo en todos los juegos de los lazareños. Los demás aportes no fueron de consideración, salvo el veterano Wilkin Tejeda que puso 7.3 rebotes y 4.3 puntos en 21 minutos por noche.

San Lázaro tiene que trabajar en base a jóvenes figuras para el 2012. Nombres como Israel Martínez y Bebo Jorge deberán ser parte importante de las escuadras en el futuro. Además, la institución siempre ha trabajado en su cantera, con altos y bajos, por lo que la recuperación no deberá ser muy traumática, contrario a lo que acontece con otros conjuntos que intervienen en la categoría.

La experiencia de este 2011 debe ser de estimulo a los lazareños, trabajar con tiempo y recuperar la franja perdida sobre la cancha.








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