Turismo griego
República Dominicana lleva disputados dos partidos en
el Mundial de la especialidad sub-19 masculina que se desarrolla en Grecia y
ciertamente ha salido muy bien parada en asuntos del marcador, pero más allá de
eso se han sumado dos derrotas, que pudieron traducirse en victorias; triunfos
que hubieran servido para ruidos destemplados de unas destellantes “bocinas”
que se sabe agenciar la llamada “nueva era” del baloncesto dominicano y el
exhibicionismo descarnado de Rafael Fernando Uribe Vásquez, pero le han faltado
fundamentos y serenidad a los chicos.
Para unos jóvenes que viven por primera vez un sin
número de experiencias los reveses han debido tener un muy mal sabor; lo
interesante es saber si podrán componerse y continuar adelante con sus vidas y
algunos mantenerse dentro de la actividad sin traumas, convertidos en
profesionales, algunos dentro del deporte y otros en las carreras que decidan
continuar.
El manejo de la parte humana es un vector que no
cuenta para las autoridades de la Federación Dominicana de Baloncesto
(FEDOMBAL), que sólo hace regodearse en sus medallas y logros magnificados por
la enorme cantidad de opinantes de poca monta que tienen agenciados. A este
baloncesto, periodísticamente, se le está haciendo un escaso favor.
Se han efectuado dos partidos en tierras helenas,
precisamente frente a grandes selecciones europeas: Serbia y
Grecia, estos
últimos quinteto dueños de casa. Equipos de sólida formación que debieron estar
obligados a defendernos, un oponente exótico y desconocido, pero la imposición
del dirigente José –Maita- Mercedes Del Rosario es muy distinta: los hemos
llevado a defenderse de nosotros; de protegerse a si mismos y no aspectos
meramente deportivos, de nuestra virulencia física, de una agresividad inusitada
que tarde o temprano pasará factura. Nos hemos liado a los golpes, olvidando lo
básico del juego. Así, aunque el marcador nos diga que hemos estado cerca, es
apenas una alucinación.
Frente a Serbia, allá, con unas diez horas de vuelo de
diferencia, aconteció lo mismo que pasó la noche antes en el Palacio de los
Deportes de Santo Domingo, en el partido de los Leones: no teníamos una jugada
de saque preparada; no supimos que hacer en el instante definitorio y la culpa
tiene un solo responsable: Mercedes Del Rosario y su intransigente sequito:
Melvyn López Guillen y Juan Matos... ¿son estos nuestros únicos entrenadores?
Para muchos, Regil Leonidas
Eurípides Herasme Díaz, a quien todos conocemos como Frank, ha sido el más
sórdido presidente de la FEDOMBAL, inclusive lo creen todos los miembros del
actual Comité Ejecutivo, que de una u otra manera fueron llevados ahí por él,
pero a la hora que Mercedes Del Rosario, López
Guillen y Matos le plantearon hacerse cargo de las selecciones nacionales, en
el año 2009, se levantó y dijo no.
En la actualidad estos burdos comerciantes se han
enquistado en la institución, como si tuvieran poco más de un dedo en la
frente; atrancados y protegidos por Uribe Vásquez y este Comité Ejecutivo que
cada día crece más.
Quizás este
cuerpo técnico, aliñado con un ser insípido como Oliver Antigua, debió aprender
unas líneas de la filosofía de Marcelo Bielsa (Rosario, 1955, profesor nacional
de Educación Física, entrenador argentino de futbol, actualmente en Francia;
selección argentina 1998-2006; selección chilena, 2007-11): “prefiero el
protagonismo con la pelota antes que la especulación y estar en el campo rival
antes que en el propio. Más tiempo en posesión de la pelota antes que
intentando recuperarla; utilizar el reglamento para que el juego sea mejor y no
para sacar ventaja. Y, en la medida de lo posible, anticipación de todas las
líneas en el desarrollo del juego".
Estos chicos, muchas veces provenientes de
hogares carenciados, pese a su buena fortuna de haber superado un Centro-Basket
y un Panamericano, aún tienen miedo escénico. Miedo escénico que solo se
minimiza con la repetición de las jugadas, la mecanización de los sistemas,
practicando muchas veces, haciendo lo preestablecido, para tratar de cometer el
mínimo margen de error. Ya se nos señaló: “no hubo una concentración previa”,
pese a que llevan tres años en relativa comunión; se nos vendió: “no tenemos la
cantidad de topes necesarios” y se nos repitió: “único equipo dominicano que
alguna vez se iba a concentrar en Europa”.
¡Las mismas majaderías de Eduardo Najri!
De Pedro Cabiya he tomado la siguiente frase (http://www.pedrocabiya.com/2015/06/a-todos-mis-nuevos-amigos-conservadores-y-patriotas-15-2/):
“ni
se inmuten cuando un liberal los llame intolerantes; yo doy fe de que
igualmente intolerantes pueden ser ellos. Para
las mismas personas fui “genio” cuando refrendé sus posturas y “bruto” cuando
las cuestioné. Supongo que si bien los conservadores tienen a sus neonacionalokarios, los liberales tienen a sus neoliberalokarios también.
Pero eso no es sorprendente. Cada quien es miembro, soldado y prisionero de la
tribu a la que pertenece. Y si bien quizá no me haya ganado el título de
“patriota”, por lo menos el de “traidor” ya me lo habrán retirado, ¿no?”
La responsabilidad de los fracasos a quien se
le atribuye… ¿al entrenador, a los jugadores, a los dirigentes?... ¿a nadie?...
aquí, en cada situación se eliminan las responsabilidades, todo ello por no
jugar ordenado, donde se respeten las posiciones y donde los jugadores aprendan
a desmarcarse y después de los intentos ofensivos, rápidamente volver a
plantarse defensivamente.
Como me dijo ese nuevo mártir de “la nueva era”
convertido con el paso de los días en una inmensa montaña de boñiga, ahora
fracasando con los Leones de Santo Domingo, Fausto Julián Suero Bueno el 22 de
octubre del 2013: “vi a Maita muy creído, desde hace tiempo se le han
subido los humos a la cabeza y así continuará, apoyado por Rafelin, porque no entendemos que hay que crear una
escuela de entrenadores de baloncesto, como Argentina tiene a sus Bilardo y
Menotti, como Puerto Rico a Meléndez y a Toro”. ¡Una cosa es con guitarra y
otra con violín!
El baloncesto es una actividad dinámica, es puro
movimiento, como dicen los mexicanos: “el deporte ráfaga”, por lo que está en
constante evolución. Se despliega la preparación física, pero también el
ordenamiento táctico que deben emplear los entrenadores. En todas partes del
mundo se buscan actualizar los conocimientos técnicos y se revalidan licencias.
Mientras ello ocurre, en República Dominicana vivimos apegados a mitos y a
artificios. El último entrenador que tuvo Mercedes Del Rosario en la selección
nacional fue Miguel Cruceta; una vez escuché un comentario que me retrotrajo a
la realidad que siempre ha vivido el baloncesto dominicano: “Cruceta terminó su ciclo con la selección,
se fue a Nueva York y se perdió; Carlos Morales concluyó su espacio con Puerto
Rico y saltó a comentarista de ESPN”.
Lo único que no variará jamás en el deporte del baloncesto
es que el balón es el mejor amigo del jugador y hay que cuidarlo en cada
posesión. Es el artificio que nos llevará siempre a la victoria; lo que
permitirá sumar puntos. Por ello, no existe motivo alguno para que un jugador
esté parado dentro de la duela; todas las circunstancias que se afrontan en una
cancha es motivo para estar corriendo con el balón o detrás de él. El técnico
tiene que conseguir que cada posesión de la pelota permita un avance fluido,
pero no existirá claridad si no hay circulación, si los jugadores no se
desmarcan de sus defensores; si esto no se logra, el jugador termina asustado y
recurre a lo físico; comprometes tu zona defensiva, te atacan y si no
arriesgas, pierdes la pelota.
Tolerancia y paciencia no están en el actual diccionario
del baloncesto dominicano. Por eso las ofensivas se notan torpes y
atropellantes. Con “la nueva era”, con Najri y su SouthGate hemos aprendido que
hay que bendecir todo lo que sea victoria y lo contrario es imperdonable. En el
baloncesto el modo de hacer las cosas es más importante, además, denota
educación deportiva. Pretendemos que todos los jugadores sean iguales y
respondan de la misma manera; la creatividad no se encuentra a la vuelta, ni se
siembra, después de cercenada.
El baloncesto de esta segunda década del siglo XXI es
sutil, enérgico, sugerente, sorpresivo y hacendoso, por ello las composiciones
del quinteto inicial tienen a variarse infinidad de veces. Pero en Grecia y en
la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), nuestro último templo a la mezquindad,
las rotaciones se hacen cortas en exceso. Es un absurdo plantearse que todos
los partidos sean iguales, hay que tratar de dominar y protagonizar todo lo que
se pueda, con fluidez, como hablábamos antes, atacando más tiempo que el que se
defiende, cuidando las posesiones y haciendo que el colectivo se sienta más cómodo
en el orden que con la espontaneidad.
Mercedes Del Rosario ha tenido tres veranos para
mejorar y ha seguido especulando; en lo personal siempre he tenido enormes
dudas sobre su capacidad, técnicamente es un tonto con la fama de haber sido un
aceptable jugador, necesario en su momento, pero nada más. Cada vez ha sabido
que nos falta capacidad ofensiva, que hemos carecido de estatura, pero se
mantiene invariable a sus prerrogativas, a sus “jugadores favoritos”, a sus
intereses personales, a su compromiso con la dominicanidad.
Uribe Vásquez colgó en su cuenta de Twitter el
siguiente mensaje: “con más físico en el equipo otro final sería”… ¿por qué no trabajó
para conseguirlo?... ¿eso no lo sabían hasta los chinos de Bonao?... ¿si lo tenía
tan claro por qué no buscó alternativas como unas excusas y palabras de buena
crianza con la mamá de Rodney Miller?... ¿por qué no se desprendió de ese círculo
despótico donde tiene tomadas las almas de Pedro Pablo Pérez y Suero Bueno como
reclutadores?
Antes de viajar a Europa se desató la polémica entre
sus planteamientos y la Fundación Deportiva Minaya, hasta la fecha asociada a
la FEDOMBAL, y se hicieron verdaderos cuestionamientos. Entre otras perlas
salieron a relucir: “Debería sorprenderme que cortaran a Oliver García de la
u-17, pero mientras Maita este ahí, nada me sorprenderá”… “J. Rodríguez y R.
Polanco están en la u-19 porque en este momento son dominicanos no residentes y
no santiaguenses”… “Oliver García y Aneury Parra dos santiaguenses que son
victimas de Maita en las selecciones u-19 y u-16”… “Andrés Félix, quizás
jugador número 12 de la u-19 dizque invitado a la selección nacional de
mayores. Así no”.
Estas derrotas tienen varios dueños y por supuesto,
tienen onda expansiva; dejará secuelas en el corto y el mediano plazo. Los
problemas no nacieron en las inferioridades, sino en las formas. Lo bueno es que todos son identificables: Uribe Vásquez, Mercedes Del
Rosario, López Guillen, Juan Matos, Pedro Pablo Pérez, Oliver Antigua, Suero
Bueno, quizás hayan algunos más, y ahí, las oficinas del Palacio de los
Deportes quedarán siempre envueltas en la incertidumbre e
interrogantes.
Ha perdido República Dominicana y su cacareado nuevo
baloncesto; somos inferiores desde lo táctico, lo técnico y también en nuestra
personalidad para afrontar nuestros rivales. El espectáculo de la Arena México
llevado a Grecia por Mercedes Del Rosario no responde por su falta de
inteligencia y a la confianza que deben tener los jugadores a la hora de tomar
decisiones, para atacar y defender.
Perdió el yo especulativo de Mercedes Del Rosario, por
no marcar, por no tener juego, por no tener variantes, por su falta de
liderazgo y su falta de inteligencia; por no aceptar cambiar cuando sentía que
los rivales lo superaban y no creó las situaciones suficientes para ir más
lejos que su estraperlo. Cuando no llegaba el canasto, quedaba la sensación de
que había que pobrar con la elaboración de las jugadas; esos eran los momentos
que se necesitaba definición.
Las pocas o muchas virtudes de un jugador no se
esfuman por un traspié, se evaporan cuando se debe de ajustar para recuperar el
poderío que decimos tener. Pierden López Guillen, Matos y Antigua que nunca han
tenido la noción de la realidad; uno cuida sus intereses, el otro vela por su
protector, y el tercero por los jugadores que ya tiene reclutados para su
universidad.
Este grupo finaliza un ciclo, tristemente esta entrampado
entre los intereses de Uribe Vásquez, Pérez y los hermanos Antigua, en primera
instancia; se dice que hay compromisos contractuales en contradicciones con las
reglamentaciones de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), ahora
guardados bajo siete llaves, pero que en algún momento saldrán a la luz
publica; por el mal trato a los chicos, por el manejo indiscriminado hacia
algunos, por las tratativas de los dirigentes, pero de que habrá un punto de
quiebre, lo habrá.
La única posibilidad de colgarse una verdadera medalla
mundialista en sus cuellos es que logren romper esas cadenas, colocadas desde
las oficinas del Palacio de los Deportes, la perversidad que ahí se respira, y
encausen sus carreras para que se conviertan en individuos útiles a la
sociedad; mientras tanto, que disfruten sus momentos de esparcimiento. Es lo único
que se les puede decir.
De las selecciones de igual nivel en los últimos 12
años, sólo Manuel Elpidio Fortuna, Juan Pablo Montas y Karl-Anthony Towns han
llegado a la selección absoluta. Después hay 81 ejemplos de chicos que por una
u otra razón se han quedado en el camino. Quizás algunos más puedan llegar, pero
el espejo está ahí, irradiando sus señales. FEDOMBAL, incapaz de cicatrizar sus
heridas, siempre ha considerado que sus proyectos juveniles son desechables.
El camino es la educación, en las aulas, y nada más.
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