miércoles, 14 de mayo de 2014

Recuento para un lunes cualquiera

El merito inicial de Rafael Uribe Vásquez al frente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) fue tratar de aglutinar a todos los sectores que se habían apartado de ella, al redil volvieron mansos y cimarrones con pocas excepciones. Ese éxito con que corrió en los primeros meses se fue desdibujando cuando los intereses empezaron a ser manifiestos, cuando el fiel se inclinó hacia determinados amigos, y la gestión se convirtió en rentista y unipersonal.

Uribe Vásquez se transformó, muy posiblemente con conocimiento de causa o endiosado por voces que buscan la pesca en ríos revueltos y turbulentos, quizás comiéndose con la vista a quienes le ofrecían beneficios a costa de esfuerzo escaso, periodistas incluidos, sin tener una cultura del baloncesto bien arraigada y se equivocó, pensó que él era la encarnación misma de la disciplina, una versión tropicalizada de James Naismith, un nuevo A. B. Saperstein, la reaparición de José Cláudio dos Reis, o un William Jones dominicano; empezó así a sumar desaciertos, los que ha tratado de disimular por los desempeños de la selección juvenil en el 2013 y el hito de la clasificación al Mundial de España, sumado todo ello a la amplia presencia mediática.

Quizás nunca antes leyó los nombres citados en las líneas previas, pero que tome nota y vaya aprendiendo. Porque estos rasgos los está devorando, como siempre, con inusitada atención.

Mientras se vende a los varones y sus logros, la rama femenina se esconde, se guarda y se busca pase desapercibida. Se han ensayado más de una decena de formulas y todas han dado al traste. Se buscó al cubano Ariel Portuondo Delgado, se comisionó a viejos conocidos como Radhames Paulino, Luis Rojas, Juan Matos, Julio César Javier, entre otros elementos, para terminar repitiendo las mismas ecuaciones. Se intentó llevar a Teresa Duran, quien no las tiene todas consigo dentro del Comité Ejecutivo de la FEDOMBAL y nada. Inclusive, la presencia un tanto refrescante de Joan Molina, mejor ponderado que muchos de los mencionados no surtió efecto. El carro del baloncesto femenino dominicano no termina de arrancar.


Se habla de Cristóbal Marte y su proyecto de selecciones nacionales para el voleibol que capta las chicas, desde temprana edad, como principal escollo para el desarrollo de las féminas, pero se niega confesar que ningún padre consciente dejaría sus hijas en manos de muchos de los que han pasado por los programas de FEDOMBAL.

Han faltado muchos pantalones entre los asociados del baloncesto femenino. No gregüescos en el sentido de pretender subir de manera expedita las falditas y bajar los panticitos (bragas, bombachas, blúmers, se decía en mi infancia), para eso no ha recordado la vergüenza, ni el pudor; taleguillas para comportarse como hombres, tener ética, madurez, solvencia moral y respetar las alumnas.

En mi caso particular fui nombrado por Uribe Vásquez en una rimbombante comisión de selecciones nacionales, para nada; a las pocas semanas se conoció el listado de jugadores que conformarían el quinteto dominicano del año 2012, donde ninguno de los miembros de la comisión tuvimos la oportunidad de expresar nuestros criterios. Por supuesto, presenté mi abdicación de manera formal. Uribe Vásquez que no responde por escrito, que pretende manejarse sólo verbalmente o mediante un teléfono celular, y que antes de estampar una firma se confiesa con el mismo Lucifer, prefiriendo delegar en sus actuales subalternos, me indicó que no aceptaba mi renuncia; contadas veces he regresado por las oficinas de la entidad, pero ni nombre aparece aún como figurante de la misma y ello me produce escozor.

Antes de cumplir seis meses en el cargo, me encuentro con un técnico de la disciplina que me señala: “el baloncesto salió de Guatemala (en obvia referencia al ingeniero Frank Herasme), para caer en guatepeor (Uribe Vásquez); eran tiempos donde aún me resistía a creerlo.

Para la misma época Uribe Vásquez reunió en sus oficinas a todos los que habíamos fungido como agentes de jugadores, asistimos Frank Brito, Jordán Olivo, Julián Suero Bueno y un servidor, para trazar lineamientos de los agentes en República Dominicana… por supuesto, hay un listado enorme de pelafustanes metidos a la actividad, muchos con conocimiento de la propia FEDOMBAL. Primera, única reunión y sin resultados. El presidente de la entidad federada aprovechó para lanzar la especie de que se disponía a cobrar el 10 por ciento de los contratos de los jugadores, moción que me pareció absurda. Del grupo sólo mantengo contacto ocasional, cada vez más distante, con Suero Bueno.

Semanas después en su cuenta de Twitter, Brito realizó un comentario traído por los pelos: “he leído 76,000 artículos de Luis Rafael Madera y en ninguno he encontrado algo positivo”. Por supuesto, la respuesta, en privado, no se hizo esperar.

Hace más o menos un año, el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano celebró un acto al que asistí. Allí se exaltaba a Felipe –El Jey- Payano como miembro de honor junto a otras figuras. En su exposición, el pasado ministro de Deportes habló de los jugadores de tiempos pasados del baloncesto; sentado a mi lado Uribe Vásquez saltó de su asiento, teniendo el detalle de aferrarse a sus teléfonos celulares, para preguntarme por qué Payano no se refería a los jugadores de la actualidad. Mi respuesta fue simple: “tenemos que crear nuevos
ídolos”.

No hay un solo jugador dominicano menor de 30 años que resulte conocido socialmente. La gente pasa de largo y nuestros muchachos no llaman la atención de nadie; antes Hugo Cabrera, Luis Manuel Prince, Miguel Rozón, Francisco Prats Ceara, Aldo Leschhorn, Héctor Báez, Héctor Monegro, Vinicio Muñoz, Antonio Sibilio, Víctor Gerónimo, Evaristo Pérez, y paro de contar, eran objetos de atención pública. La mayoría profesionales en las diferentes ramas del saber y algunos a los que la fama les alcanzó para vivir de ella. La involución ha sido enorme.

El espacio público dominicano es cada vez más reacio a tolerar la disciplina del baloncesto, pese al amplio nivel de aceptación en las masas jóvenes. Cada día los patrocinios escasean y cuando aparecen son cada vez más exiguos; la calidad de los promotores es descarnadamente despreciable; los entrenadores no aparentan su donaire ni su formación y en algunos casos parecen exponentes de la música urbana; y los muchachos cada vez menos tolerantes a la enseñanza, más indisciplinados, más frágiles y menos preparados para el provenir.

Al final, este será un año muy difícil para la FEDOMBAL. Uribe Vásquez habla, discute y platica y no hace los cálculos. También he sacado mis cuentas y todo me indica que será cuesta arriba, con pendiente pronunciada, y al mínimo resbalón, chao, adiós, arrivederchi, sayonara, bye.

“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”, Ralph Waldo Emerson.

En la rendición de memorias del año 2013 organizada fastuosamente por FEDOMBAL, que me pareció más un acto cirquense que efectivista, se señaló 17 compromisos internacionales para el cursante año; antes de una semana la cifra se había reducido a 11. Se habló de un presupuesto de 76 millones de pesos, cifra grosera cuando apenas se reciben 1.2 millones de pesos mensuales por parte del Ministerio de Deportes (MIDEREC), donde imagino que estarán incluidos los pasajes que se recibirán desde FIBA y otros emolumentos del comité organizador de los eventos a asistir. No pasó por desapercibido el homenaje a Eduardo Najri y José Miguel Bonetti Du-Breil, “los aportes han sido extraordinarios para la institución, la selección nacional masculina de mayores y para todo el país por los excelentes resultados que se han obtenidos desde que la empresa SouthGate administra el equipo nacional de baloncesto”.

La periodista Consuelo Despradel define este tipo de alusiones como lamber-plus. En el caso de Uribe Vásquez frente a Najri y Bonetti hubo un lamber-plus compuesto, refinado siete veces, como hacen los cocaleros en las selvas del Perú con la pasta básica de cocaína, y encima agregó más extracto concentrado de lamber-plus, extracto fluido de lamber-plus y remató con esencia de lamber-plus. En los programas del humorista Jochi Santos le hubieran cantado el estribillo: lambón, lambón, lambón.

En la administración de Julio Subero este se proclamó como la persona que más había realizado por el baloncesto dominicano, escribí días después en El Nacional un listado de alrededor de 50 personas que consideraba merecían ese honor; en tal sentido las cosas no han variado. ¿Ha homenajeado Uribe Vásquez a
alguna figura del pasado?... insisto sobre su poca cultura en materia de baloncesto.

La atención está centrada en el desempeño en el Panamericano Juvenil y en el Mundial de España; cualquier triunfo en esos eventos bien valdría la pena, pero el sacrificio será enorme. Los rivales están servidos, armados con garras y dientes, y como yo, también FEDOMBAL sacó sus cuentas. Sin pecar de un optimismo ilustrado, creo que las mías están más claras que la de ellos y más en consonancia con la realidad.

Uribe Vásquez debería de una vez y por todas dejar de vivir en la borrachera que pretende convertir en eterna y empezar a reparar la casa; cumplir con la misión que todos pensamos alguna vez asumiría, sembrar la verdadera semilla para el futuro de la disciplina y plantarse como un hombrecito frente a las tentaciones del destino. ¡Con una mano no basta!

Hay que regular los procesos eleccionarios de las diferentes asociaciones, dejar la burda comedia de pretender colocar mediante elección simple, y planchas consensuadas, a sus amigos y relacionados, muchos ya convertidos en compadres y sentar la razón. Los tiempos no se repiten y esta era, que jamás adquirirá letras mayúsculas, está muy distante de cualquier otra era.

Después, organizar esas mismas asociaciones, dotándolas de los materiales y capacitación permanente para que puedan desempeñar sus responsabilidades. Fuera del Distrito Nacional, San Cristóbal, La Romana, San Pedro de Macorís, Santiago, provincia de Santo Domingo, Hato Mayor, La Vega, Puerto Plata, Duarte y María Trinidad Sánchez, más una o dos que se me puedan escapar, ¿cuál asociación ha aportado jugadores para cualquier selección nacional?

Hablamos de casi 20 asociaciones provinciales que no tienen ninguna presencia ni incidencia alguna a la hora de mostrar sus productos. Más de la mitad de la territoriedad dominicana. ¿Qué se hace en provincias tan fértiles y necesitadas de alicientes como San Juan de la Maguana, Sánchez Ramírez, Altagracia, Barahona, Independencia o Pedernales?

¿Qué asociación obliga a sus instituciones base a adecuarse a los tiempos?... ¿qué incidencia tiene el baloncesto en la provincia de La Vega fuera de su ciudad cabecera?, para poner un ejemplo... ¿qué nivel de baloncesto y cuantas entidades clubisticas tienen municipios como Jarabacoa, Constanza, Jima Arriba, Ranchito, Tireo, Río Verde, Buena Vista y Las Carolinas?

Los hechos en los deportes no son casuales, los precede el trabajo por años. Uribe Vásquez nos ha querido vender que tiene la presencia de un dios mitológico, un Midas moderno, que toca y convierte en oro. Lo que quizás olvida es que los logros de los que presume, además del esfuerzo personal de los protagonistas, no han tenido una estructura organizada y eficaz detrás de ellos. No se ha empezado por los niños, primeros merecedores de preparación, competencias aptas, instalaciones adecuadas, medios económicos suficientes y estímulos que hagan atractiva la práctica de la disciplina.

En el enrevesado guión de la gestión de Uribe Vásquez está llegando el tiempo que los parches servirán de muy poco. El baloncesto dominicano perdió la pasión por el balón. Se ha cambiado el entusiasmo por la actividad por resultados. El baloncesto tiene que ser analizado desde épocas muy anteriores, pero acá sólo importan los últimos cinco minutos. Vivimos a contramano de las tendencias. El mundo entero vive una revolución, y encontramos selecciones sin tanta historia como Finlandia y Ucrania, rivales directos en el Mundial de España, que han implementado políticas en sus bases.

Werner Karl Heisenberg (físico alemán, 1901-76) escribió una vez: “las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas”. Cuanto más justa y evolucionada es una sociedad, mayores son las posibilidades de sus ciudadanos en desarrollarse, sean estos rubios o morenos, altos o bajos, mulatos, blancos o negros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario