sábado, 29 de junio de 2013

Mr. Smallest Penis 2013


Imagino que no habrá ningún dominicano participando en el Mr. Smallest Penis 2013, concurso que se realizará en la ciudad de Nueva York el próximo 20 de julio y donde se busca al poseedor del pene más pequeño en el condado de Brooklyn, en el que además se tratará de exaltar las virtudes de los caballeros que muchas veces son criticados por no contar con un “arma mortal” entre las piernas.

Muchos de los conceptos externados aquí, forman parte del articulo Reggaetón, dembow, machismo y cultura nacional publicado el 24 de junio del 2013 en acento.com.do por la analista Sandra Mustelier Ayala

Los dominicanos somos en gran mayoría mentirosos, machistas y mujeriegos sin importar consecuencias, imagen que se ha difundido por el mundo como reguero de pólvora. En los tiempos que corren nuestros más caros valores de identidad cultural están cediendo ante la inmediatez, la emotividad superficial, el consumismo, la banalidad y lo vulgar. El machismo tiene unas raíces profundas dentro de nuestra sociedad y es un grave prejuicio sociocultural alimentado por la muy particular historia nacional.

El machismo, según define Antonio De Moya en la revista Rexpuestas, es una vertiente del sexismo o prejuicio sexual, que se expresa por lo regular, de manera inconsciente en la mayoría de las sociedades humanas. Este sistema de creencias o ideología clasifica por grados de superioridad e inferioridad a los seres humanos según el grado en que actúan; esta clasificación se hace de acuerdo a las expectativas supuestamente “esenciales”, “naturales” o “biológicas” de lo que representa ser un “verdadero hombre” o una “verdadera mujer”.

Los hombres dominicanos, sin distingos de clase social, ni de raza, ni de grado académico siguen postrados en patrones machistas de un pasado legado por sus padres –léase tanto la madre como el padre- que veía a la mujer como objeto de propiedad privada, cuyo fin único era procrear y “esperar en casa”, muchas veces en actitud sumisa al “jefe”, al esposo que por demás, como buen machista, tenía varias amantes fuera del hogar principal, como necesidad de reafirmación de su virilidad y “condición de hombre”, y por supuesto, de su baja autoestima.

Desde temprana edad, los varones son llevados a estar conscientes de su conducta que puede hacer que otros sospechen que ellos no son “hombres verdaderos”. Esta conciencia puede hacerse casi de una forma paranoica
hacia los adolescentes varones que no cumplen las normas. Esa conciencia es producto de un proceso orientado hacia la construcción de un varón dominante. Los padres temen fuertemente que sus hijos varones eventualmente pudieran exhibir características consideradas femeninas e indeseables para su propia imagen social. Por ello, la madre tiende a conducirse como la guardiana de la sexualidad del hijo, probablemente para evitar cualquier posible cuestionamiento de la misma masculinidad del padre. De esta forma, los varones dominicanos son criados en un ambiente fuertemente restrictivo y prohibitivo, que seguramente deteriora su espontaneidad, autenticidad y alegría, produciendo mucha hipocresía y neurosis.

Desde hace años se viene clamando por una buena educación sexual en las escuelas y colegios, pero la decisión es postergada por los políticos y el Ministerio de Educación, mientras la pornografía gana terreno y podría acabar erigiéndose -si no lo ha hecho ya- como la gran fuente de aprendizaje en este campo para los niños y adolescentes, que tienen estos contenidos a un simple click de distancia desde muy pequeños. Un reciente estudio de la Universidad de Middlesex, en Inglaterra, ha lanzado esta alerta y reclama más educación afectivo-sexual en las escuelas para combatir la más que segura imagen distorsionada sobre las relaciones que obtendrán los jóvenes del porno. "El currículum en formación sexual de los niños tiene que crecer y adquirir más relevancia, además de incluir educación sobre pornografía", reclama el texto.

La educación sexual suele ir acompañada de gran controversia por las muy distintas formas de entenderla. Al estar tan imbricada la visión de la sexualidad y las relaciones afectivas con valores morales y éticos, la polémica provoca la parálisis en las políticas públicas de los Estados, quedando reducidas estas enseñanzas a unos pocos contenidos -centrados en la biología- en las asignaturas de ciencias, y cualquier formación o taller adicional, al albur de la implicación y las ganas del equipo de profesores. O a la orientación ideológica de los centros; en el caso de las escuelas católicas, en ocasiones chocan con las evidencias científicas.

Las fuentes de información principales de las que se nutren los jóvenes sobre sexualidad siempre han sido muy parecidas, aunque ahora son mucho más accesibles a través de los medios electrónicos. "En 1982 se presentó una investigación pionera sobre la información sexual y el comportamiento de la población escolar en la que se demostraba que los estudiantes que tenían de 11 a 18 años de edad se informaban con pornografía -como si fueran libros de educación sexual- que obtenían en sus propias casas; hoy la consiguen en las redes sociales y las nuevas tecnologías, por lo que incluso la Unión Europea alerta de la necesidad de formación del alumnado y los diversos colectivos de profesionales para aprender a desarrollar habilidades de reconocimiento y defensa contra la violencia sexual", señala Fernando Barragán, profesor de la Universidad de La Laguna en España.

Que no haya una educación sexual reglada y basada en hechos científicos no quiere decir que los chicos no tengan preguntas y necesiten respuestas. Buscan otras maneras de aprender. Cuando se aprende sobre el sexo a través de lo que los medios mayoritariamente difunden, o recurriendo al porno, lo que se recibe es la reproducción de estereotipos machistas, de relaciones violentas y basadas en falsas expectativas. Se reproduce un modelo coitocéntrico, una sexualidad reducida al coito que además deja fuera las prácticas de cuidado mutuo y muchas opciones diferentes de las de la heterosexualidad, por lo que muchas personas se pueden sentir marginadas.

La pornografía se ha relacionado en distintas investigaciones con actitudes poco realistas sobre el sexo y disfuncionales sobre las relaciones y conductas sexuales permisivas; con la creencia de que las mujeres son objetos; con pensamientos más frecuentes sobre el sexo; incertidumbre sexual el grado en que los niños y los jóvenes no tienen claro su orientación sexual, creencias y valores; y actitudes machistas. Estos contenidos empiezan a llegar a la vida de los niños cuando están aún en primaria, de 6 a 12 años de edad.

La escuela es la única palanca universal que tenemos para garantizar que todos los niños están protegidos y construyen la capacidad de resistencia frente a los posibles efectos de la pornografía en sus relaciones. El contenido de la educación sexual y sobre relaciones debe abarcar el acceso y la exposición a la pornografía, así como las prácticas sexuales que son relevantes para las vidas y experiencias de los jóvenes.

La educación sexual que se promueve desde la Iglesia Católica, es culpable de los retrocesos en estas enseñanzas de los últimos tiempos. La educación sexual es un derecho fundamental que debe asegurar la integridad y la libertad de los ciudadanos. Negar el derecho a la libertad de elección de la preferencia sexual, la forma de matrimonio o cualquier forma de limitación del derecho al aborto son expresiones de violencia. Los retrocesos progresivos en todas partes del mundo están llevando a una grave emergencia de la homofobia y la violencia contra las mujeres. La educación sexual debe promover la felicidad humana y, al mismo tiempo, enseñar a diferenciar entre los comportamientos que producen placer y los que implican violencia, algo que difícilmente puede aprenderse a través de los medios electrónicos.

Un aspecto a estudiar es la influencia de la música popular de amplia difusión de este tiempo, también llamada “música del género urbano” o reggaeton, que no se limita en recursos, aún cuando afecte a la sociedad y a los aspectos culturales nacionales, para aprovechar su comercialización. La sociedad dominicana está siendo conducida en consumidora acrítica de los productos culturales detractores de nuestros valores socioculturales. El uso de la imagen femenina llega a niveles alarmantes de degradación de aspectos como dignidad, sacrificio, probidad, entereza, integridad, decoro, consideración, abnegación, entrega para su familia y la sociedad.

La música urbana producida en República Dominicana, adornada por las más incongruentes frases que se pueden concatenar en el idioma castellano, y desde hace dos años exaltada hasta la premiación de los galardones Casandra o Soberano (ahora envueltos en disputa legal teniendo como partes a la Cervecería Nacional Dominicana, la Asociación de Cronistas de Artes y los familiares de “la soberana” Casandra Damirón), máximo exponente de la música y manifestaciones artísticas del país, se erige como reafirmación del machismo en sus más elevadas cotas. Hay letras que desvirtúan la mentalidad de niños y adolescentes, y sus fantasías infantiles.

Hay niños y jóvenes que tatarean esas canciones como si se tratara del Himno Nacional y para peor, asumen esos mensajes como buenos y validos. la mayoría de esos reggaetones  poseen una base armónica estereotipada, estática, sin variaciones ni versatilidad rítmica ni estilística; tienen textos carentes de imágenes poéticas, son portadoras de alto contenido de agresividad y propositivas de patrones conductuales negativos; devienen invitación constante a actitudes machistas, refuerzan la imagen del hombre como el clásico “macho sexual” o “macho sojuzgador” y la de la mujer, como objeto sexual, como la sumisa, plegada a los designios del “hombre dominador”. Escasas son las letras por el mejoramiento de la convivencia social armónica.

Debiéramos reflexionar en cuanto a la necesidad de una educación estética de la población para que pueda discernir entre una obra de arte y una que no lo es.

Pero la degradación de las costumbres traspasa nuestras fronteras. En Venezuela, en esa patria grande, bolivariana y “socialista” se ha permitido que modelos disfrazadas de próceres nacionales, en la conmemoración 192 de la Batalla de Carabobo, aparecieran semidesnudas y con un bodypaint que simulaba los uniformes de los patriotas de la época independentista, delante de niños y adolescentes (fin de semana del 22/24 de junio, 2013).

Volviendo a aquella competencia que originó esté articulo, y en la que vuelvo a asegurar que no habrá ningún dominicano, nadie se acercará a celebrar a “los que trabajan mucho más duro que los otros”, según considera Aimee Arcuolo, administradora de la barra King's County Bar, en el vecindario de Bushwick. 

Esa convocatoria está abierta para aquellos que entiendan que son los reyes de la pequeñez. Sus miembros no pueden medir más de 8 pulgadas, ya que serán penalizados teniendo que pagar una ronda de bebidas. ¡Oh dominicanos que se vanagloriarán ese día!... se enfatizó, además, que todos pueden tener la seguridad de que no se permitirán cámaras -ni de vídeo ni de fotos- en el evento, para así poder evitar distracciones y que la celebración no sea empañada por personas irrespetuosas. El bar está localizado en el 286 de la calle Siegel (cerca de la estación del tren L, de la avenida Morgan). Los asistentes tienen que ser mayores de 21 años, así como también los aspirantes a la corona.

No es necesario que los caballeros desfilen desnudos. Sin embargo, deben estar dispuestos a desfilar en un traje de baño que les será provisto y a ser mojados mientras caminan en la pasarela. Además, los participantes competirán en las categorías de talento, número musical y preguntas del jurado. El ganador recibirá una corona, así como el título Mr. Smallest Penis 2013 y $200 en efectivo, los cuales también podrá donar a alguna causa benéfica. 

La señorita Arcuolo informó que hay varios aspirantes en la lista, y que ha recibido solicitudes de entradas de varios dominicanos, con la sola finalidad de observar. Solicité las iniciales de esos tenderos y cualquiera se queda asombrado, en tiempos donde la rancia estirpe conservadora de República Dominicana se opone al nombramiento como embajador de los Estados Unidos de un activita por los derechos de los homosexuales, lesbianas y transgéneros.


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