Versión 2022 - número 1
Febrero 26 del 2022
Hoy, Feb.26.2022, quien en vida se llamó Rafael Joaquín Madera
Castillo, pasaba a otras dimensiones hace justamente 30 años, como se lee en su
tumba: «quien tanto amó, está con Dios».
Con muchas virtudes y otros tantos defectos, lo he recordado cada día de ese
extenso lapso, para ser exactos 10,958 amaneceres.Rafael Joaquín Madera Castillo
Inagotable, sagaz, sociable (condición que no heredé, pero si mis vástagos), servicial, comprometido, irrepetible, como muchos otros padres en todo el globo terráqueo que se dedican a lo suyo. Mi mamá decía que si hubiese sido mujer hubiera terminado en «cuero» (dominicanismo de prostituta), porque no sabía decir que no. Teniendo como 14 o 15 años mi tía Frida (Frida Stresse Cépeda de Verdier, aún entre nosotros) me apuntó: «te tengo miedo, los hijos de gatos cazan ratones, y tú eres hijo de Rafael Madera»; en ese momento no la comprendí.
Si usted, quiere recordarlo junto a mí, mi tía Marina, su hermana, aún entre nosotros, quien me dijo hace poco «son solo 86 que tengo, conduzco y me valgo por mí misma»; una de las tres mujeres en todo el globo terráqueo con los ojos azules más profundos que jamás haya conocido, mis hermanos Dora Elisa, María Isabel (viuda de Francisco), Maritza, Rosa Linda, Ruth, Rosangelis, y Michael, libere una brevísima plegaria, sin importar su confesión. Allá, en la dimensión que esté, sonreirá gustoso.
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