La nochebuena de Zach Auguste
“Con su sensible ojo de
prófugo Encarnación Mendoza había distinguido el perfil de un árbol a veinte
pasos, razón por la cual pensó que la noche iba a decaer. Anduvo acertado en su
cálculo; donde empezó a equivocarse fue al sacar conclusiones de esa
observación. Pues como el día se acercaba era de rigor buscar escondite, y él
se preguntaba si debía internarse en los cerros que tenía a su derecha o en el
cañaveral que le quedaba a la izquierda. Para su desgracia, escogió el cañaveral.
Hora y media más tarde el sol del día 24 alumbraba los campos y calentaba
ligeramente a Encarnación Mendoza, que yacía bocarriba tendido sobre hojas de
caña”, Juan Bosch, La Nochebuena de Encarnación Mendoza.
El jugador de origen haitiano Zach Auguste está invitado a la pre-selección nacional de Grecia que
participará en el Euro-Basket de este 2017, del 31 de agosto al 17 de
septiembre, para ser exactos. Zachary
Elias Auguste, que es su nombre completo, nació en Cambridge,
Massachusetts en Jul.08.1993, mide 6’10,
pesa 245 libras y puede jugar como ala fuerte y como centro.
Estuvo el verano pasado con Los Angeles Lakers,
luego de que no fuera elegido en el draft
de la NBA en el 2016, quienes lo mantuvieron en los entrenamientos hasta
mediados de octubre, y de ahí saltó al Muratbey Uşak Sportif de la liga turca con sede en
la ciudad de Uşak, donde promedió 11.6 puntos, 8.8 rebotes y 0.6 asistencias
por juego. Con un 58.3 por ciento de aciertos en sus intentos desde el campo.
Excelente atleta, muy rápido para su envergadura, aunque juega siempre muy
cerca de los canastos. Tiene buena estatura para las posiciones donde se
desempeña. Además de su velocidad agrega longitud y seguridad en las manos lo
que le hace brillar ofensivamente.
No se
aventura jamás desde las largas distancias. Su versatilidad le permite cubrir
mucho terreno en los momentos defensivos. Buen rebotero especialmente del lado
ajeno de la cancha. Militó por cuatro años en el conjunto de la Universidad de
Notre Dame, en el estado de Indiana, los Fighting
Irish. Lo
que de por si no indica que “no es un
rulo“, habla de sus capacidades, personalidad y virtudes académicas.
La mamá de Auguste es la ciudadana griega Lia
Tzimouli, pero su padre de origen haitiano, Jean Bazile Auguste, jugador de
futbol en su juventud, vivió varios años en República Dominicana; aquí
cerquita, en el ensanche La Fe. ¡Nada más
que decir magistrado!
Insisto… ¿y los organismos de seguimiento de la
Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL)?... ¿no son ellos que viven del
baloncesto, por el baloncesto y para el baloncesto?... ¡cuerda de sinvergüenzas!
¿Qué nadie lo vio?... ¿qué nadie supo de él?... ¿y
el seguimiento que debía hacer Orlando Antigua como reclutador de Kentucky?...
¿y el seguimiento que debía hacer Ron Sánchez como reclutador de Virginia?...
¿y el seguimiento que debía hacer Oliver Antigua como reclutador de Manhattan, de Seton Hall y
después de South Florida?... en las finales regionales de “la locura de marzo” del año 2015 chocó de frente contra
Karl-Anthony Towns, para ser preciosos en Mar.28.2015, cuando Kentucky y Notre
Dame se enfrentaron. El partido finalizó 68-66 a favor de los Wildcats, con Towns reuniendo 25 puntos,
5 rebotes y 4 asistencias. Auguste terminó aquella confrontación con 20 enteros
y 9 rebotes. Para los que llevan anotaciones les ofreceré el siguiente dato:
Kentucky no falló un lance de campo en los últimos 12 minutos del partido.
¿Qué hacía Pedro Pablo Pérez en Nueva York?... ¿y
la llamada Asociación de Baloncesto Dominicana en Nueva York?... ¿y los cientos
de scouts de FEDOMBAL en Nueva
York?... ¿cuáles son las medidas que emprenderá la nueva Asociación de
Baloncesto Dominicana en Nueva York ahora a cargo de la ex-jugadora Carmen Gómez?...
levantó la mano junto a Fernando Teruel Capri y muchos otros, que no se que conexión
tendrán con el baloncesto y jamás han vuelto a decir esta boca es mía; y que conste,
eso fue en marzo pasado, han transcurrido cuatro meses… ¡puros cuentos chinos!... ¡vividores todos!
Todos estos carajetes que he mencionado les importa
poco la suerte del baloncesto dominicano. Como diría Álvaro Arvelo Guerrero: “F-Y en inglés para todos ellos”.
¿Qué pasó, pregunto por enésima vez, con Sebastian
Sáez?
Dos jugadores de primera línea en Europa que no
fueron detectados a tiempo; uno formado exclusivamente en los Estados Unidos.
¿Qué pasó con Adonys Henríquez?... ¿nadie se
recuerda de él?... ¿qué pasará con su substituto en Central Florida, César De
Jesús, un chico de 6’02, 195, que juega la posición dos, de Nueva Jersey?...
egresado de la prestigiosa Mt. Zion Prep de Baltimore. ¿Alguna vez se le verá
el pellejo a Rodney Miller que juega en la Universidad de Miami?... el muchacho
se puso en 260 libras y con esos 7’00 de estatura, sin dejar de recordar que
nació en Dic.29.1996. Debería de volver a intentarse con él, pese a que sus
números en su campaña de novato no fueron nada interesantes en un equipo lleno
de talento como los Hurricanes, ahora
bajo la dirección de Jim Larrañaga, pero las pasiones y las cobardías tienen
mucho peso en el bakebol dominicano.
¡El
bakebol!
Los ejemplos serian eternos, y no es desde ahora. Pasó
con muchos y muchas. Me salta a la memoria el nombre de Eugene Waldron (6’03,
185 de Long Island City, New York) militó a nivel universitario hasta el año
1984 con Syracuse University, con una fuerte presencia en la cancha, buen
manejador del balón, y un lance respetable. Imparable desde la línea, pasó el
primer año en la banca detrás de Eddie Moss, Marty Headd y Erich Santifer, pero
después se hizo indispensable en un esquema
que incluía al canadiense Leo Rautins y donde Dwayne –The Pearl- Washington conducía la pelota. Terminó como el segundo
mejor en la casilla de asistencias en toda la historia de los Orangemen (detrás de Moss). Jugó
profesionalmente en Gran Bretaña, y entre el 2005 y el 2008 fue comentarista
para la cadena de radio de la universidad.
Kenny Hutchinson, un guard de Nueva York con condiciones inigualables, en su momento se consideró
el primero de toda la nación, antes que Luis Felipe López, que Allen Iverson,
que Michael Jordan, pero sus problemas de conducta no le permitieron avanzar
(seria adicción a la cocaína). Tenía en los registros 6’05 de estatura y jugaba
la posición uno, jugó en la Secundaria Benjamin Franklin (sus compañeros aquí
fueron Richie Adams, Gary Springer y Wayne Alexander) y también en la Martin
Luther King (hizo pareja con Walter Berry). Era habitual encontrarlo en la
cancha de Rucker Park. Fue reclutado por North Carolina State University, pero eligió
la Universidad de Arkansas; allí ese viejo zorro llamado Nolan Richardson, trató
de sacarlo adelante, pero fallo en las pruebas de control.
Adams en su momento también fue uno de los
prospectos más celebrados del baloncesto colegial, militó en la Universidad de
Nevada en Las Vegas bajo las riendas de Jerry –El Tiburón- Tarkanian, draft
de Washington Bullets en el 1985, nunca llegó a jugar en la liga grande, estuvo
en Argentina; al día siguiente de su selección por Washington fue arrestado en
el Bronx por robo de automóviles, fue acusado de robar dinero a una mujer, y también
por un segundo vehiculo, consumió drogas pesadas (específicamente cocaína). Arrestado
por homicidio involuntario en 1996 de una joven de 15 años; años más tarde fue
condenado por asesinato y condenado a 25 años de cárcel. Comenzó originalmente
a cumplir su condena en la prisión de Rikers Island antes de trasladarse al
norte de Nueva York. Su condena no terminará hasta 2023.
Las historias en este tenor serían interminables,
eternas.
Mientras el hacha va y viene, Auguste se comprometió
para jugar la estación 2017-18 con el Panathinaikos griego.
“Desamarren ese muerto
y tírenlo ahí adentro, que no podemo seguir mojándono”, seguía la narración
de Bosch.
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