martes, 6 de junio de 2017

Agrios edulcorados…
Caso 345: El Gallo, el desorden total y lo que nada nos cuesta
Jun.06.2017        

Tomado de la cuenta de Twitter del comunicador Félix Victorino (Jun.06.2017), presentador en cadena de Noticias (canal 37), quien se define a si mismo como: “aprendiz de todo, maestro de nada”: “Luis Acosta Moreta, El Gallo, desfila entre pitos y tamboras frente al edificio de la Suprema Corte de Justicia en vigilia para que Punta Catalina no se paralice”.

Acosta Moreta
En la Suprema Corte de Justicia el magistrado Francisco Antonio Ortega Polanco, de 48 años de edad, conoce en instrucción el expediente de los sobornos de la firma Odebrecht en República Dominicana, frente a los que el Ministerio Público solicitó una medida de coerción por 18 meses y la declaración de “complejo”. Están envueltos un ministro de estado, dos senadores y un diputado, además de otras 11 personas. Punta Catalina es el paraje donde están ubicadas las generadoras de electricidad que Odebrecht está construyendo en los actuales momentos.

En horas de la tarde el Ministerio Público concluyó su presentación contra los acusados, reiteró la coerción por 18 meses en la Cárcel Preventiva de Najayo o en la Penitenciaria Nacional de La Victoria. Para el acusado Ángel Rondón Rijo se solicitó el encierro en La Victoria, exclusivamente, y para los demás en Najayo. La defensa tendrá 20 minutos parea exponer sus argumentos, por imputado. La parte acusadora dispuso de dos horas y 30 minutos para su presentación.


El Gallo es el mote singular de un hombre que se ha hecho eterno en una entelequia llamada Dirección de Desarrollo de la Comunidad (DGDC), un tipo de escasas luces, anteriormente miembro del Partido Reformista que encabezaba Joaquín Balaguer Ricardo, después cerró filas con Fernando Álvarez Bogaert, hasta que engrampó con Leonel Fernández Reyna, seguido de la creación, formación y tomar una presidencia hasta el imaginario de una insubstancial parcela política que nombró Partido Unión Demócrata Cristiana (UDC).

Sólo en la auditoria practicada por la Cámara de Cuentas de la República Dominicana a la UDC en el año 2009, se encontró que Acosta Moreta gastó de los dineros recibidos de la Junta Central Electoral (JCE), fondos públicos, más en arreglos florales que en la confección de elementos para actos proselitistas.

Recomendaba en ese entonces el organismo oficial a la UDC: apertura de una cuenta bancaria a nombre del partiducho de marras; cumplimiento de los controles de ingresos; anexar comprobantes justificativos que soporten pagos realizados; formalización de mecanismos de fondos en avance para manejar los gastos en efectivo, proporcionando responsabilidad para los beneficiarios; realizar las conciliaciones bancarias; presentación de soportes documentales que avalen saldos y cuentas por pagar; realización de un inventario de activos fijos. ¡El total desorden!... o ¡lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta!

Acosta Moreta es un tipo de escasas luces, que precisamente a base de espectáculos escandalosos y de escasa monta, de esas baratijas con pitos, tamboras, baton-ballet, organiza singulares distracciones a falta de vuelos más elevados, haciéndose el gracioso, sin ton ni son, pero tiene exceso de revoluciones como aliado del gobernante Partido de la Liberación Dominicana.

Las referencias que tengo sobre su persona no son favorables. He buscado hasta con la lámpara de Diógenes alguien que me emita una opinión benévola sobre su persona o su desempeño como funcionario público, y me llega el silencio. En el 2014 se anunció que se interpondría una querella en su contra por supuesta malversación de fondos públicos que involucra una suma de unos 150 millones de pesos en perjuicio del Estado Dominicano (al cambio estimado en ese momento: tres millones quinientos setenta y un mil dólares, moneda de los Estados Unidos de América). ¿En qué habrá quedado eso?... esa cantidad se consumió entre los años 2007 al 2014 sólo en la compra de combustibles para los vehículos de la institución que dirige.

En cualquier lugar del globo terráqueo una institución como la que está enquistado El Gallo no existiría, solo en República Dominicana, su sustentabilidad es imposible porque es apenas una carga para el Estado Dominicano, clientelar, populista, para saciar el hambre de su casi propietario y unos pocos seguidores que no deben extenderse más allá de los dedos de las manos, pero también absurda, y una amenaza para el flujo democrático del país. Instrumento infuncional para fines absurdos, ya nada útiles en política; un agujero en las cuentas públicas.


De tanto exprimir el Presupuesto Nacional, los crecimientos a tasas chinas, pese a que se siguen disfrazando, hemos terminado llenos de déficit, y para peor, quebrantos crecientes. Nada llega a cubrir las distracciones a que tiene sometido la Presidencia de la República a todo el país; cada ves tenemos más beneficiarios ajenos a una función especifica y más instituciones con duplicidad de funciones, inclúyase también Solidaridad, Progresando con Solidaridad, Bono-gas, Bono-luz y hasta las 27 modalidades diferentes de este perverso sistema.

Cuesta mucho entender en República Dominicana que los gastos son actualizados automáticamente pero los recursos tributarios dependen de los movimientos económicos y en estos momentos estamos atados de manos y pies. El Gobierno Dominicano no afloja las presiones fiscales. Demasiadas perdidas en una economía débil.

De las acciones de Acosta Moreta nadie está orgulloso, por el contrario, atemorizan porque todos sabemos el altísimo costo que nos representa a los dominicanos, pero el sigue ahí, “subido en el palo”. Nadie lo admira, nadie lo sigue, nadie lo eleva a estratos más dignos; quizás algunos de sus líderes pensaron alguna vez que debió tener otro paradigma de excelencia en lo moral y en lo político, pero ha devenido en un personaje de ficción, de ideales y proceder ligado a este convulso y desacreditado medio político en el que vivimos.


Los hombres son lo que hacen, no lo que dicen.

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