martes, 29 de diciembre de 2015

La altura de las torres

Los políticos dominicanos jugaron siempre con la posibilidad de un Joaquín Balaguer Ricardo inmortal e invencible quien terminó cediendo la Presidencia de la República, y tiempo después falleció. Inmortal e invencible, así era la propaganda de secuaces y rivales, primero fueron 12 años, resucitó y se instaló en el Palacio Nacional por 10 años más. Recientemente se jugó al siempre invicto Leonel Fernández Reyna, que si bien no ha perdido un torneo electoral, se vio obligado a dar paso a Danilo Medina Sánchez, su compañero de partido, quien lo ha marginado de toda posibilidad, por lo menos de momento.


“¡Yo soy el que soy, un ser puro, inmortal e invencible!
¡Puro, inmortal e invencible!
¡Puro, inmortal e invencible!
¡Puro, inmortal e invencible!
¡Puro, inmortal e invencible en mi aquí y ahora!
¡Yo soy la verdad, yo soy la justicia, yo soy luz!
¡Verdad, justicia, luz!, ¡verdad, justicia, luz!, ¡verdad, justicia, luz!
¡Irradio, irradio, irradio!
¡Irradio en mi aquí y ahora!
¡Aquí, ahora y eternamente!”
El libro de Maat / El legado de Hermes Trismegisto


En mi intima convicción no hay inmortales y muchos menos invencibles, inclusive las armas más sofisticadas tienen un punto de doblez, un agujero para su desactivación, un talón de Aquiles. Lo que si tenemos en este albor del siglo XXI es mucha gente con poder, sin formación ni preparación adecuadas, que se ha valido de las malas artes para alcanzar posiciones en las que hay toma de decisiones.

A un alma se le mide por la amplitud de sus deseos, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de sus torres”, Gustave Flaubert, francés (1921-1880).

El presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafael Fernando Uribe Vásquez, a quien todos conocemos por el alias de Rafelin, apuesta por su permanencia en el cargo, más allá de octubre del 2016, considerándose invencible e inmortal, y mantenerse así, aquí, ahora y eternamente.


Algunos de sus acólitos me han llamado después de mis últimos escritos para decirme que: “Uribe no pierde ni de Dios que baje del cielo en su reelección”. No entiendo las preocupaciones que giran alrededor de este grupo; montón de buenos para nada, que con sus acciones, como he señalado en innumeras oportunidades, sólo le hacen daño a la actividad. Mantener una apuesta tan fastuosa es de altísimo riesgo, sabiendo que hay sectores que adversan, inclusive dentro del mismo Comité Ejecutivo de la FEDOMBAL. Algo parecido señaló Hugo Rafael Chávez Frías varios lustros atrás (diciembre 1999) y el deslave producto de las lluvias borró de golpe todo el estado Vargas, incluida la laboriosa comunidad de La Guaira.

El accionar de Uribe Vásquez me recuerda un chiste que escuché alguna vez:
Va un político en su carro con placa oficial, pasa por un lugar donde ve a un pastor de ovejas y le dice al chofer:
- Para ahí que quiero joder a ese pastor, me gusta mucho vacilar a esta gente y sacarles la lengua.

El chofer para el vehiculo y el político se baja, se acerca al pastor y le dice:
-Buenos días buen hombre.
-Buenos días tenga usted señor. Responde el pastor.
-Tiene un buen rebaño.
-Si señor muy bueno.
-Y si le digo, echando un vistazo así por encima, cuantas ovejas tiene, ¿me da una?
-Pues si acierta usted le doy a escoger la que quiera y son todas de muy buena calidad.
Va el político, señala con el dedo por encima de ellas y le dice:
-354.
El pastor, todo asustado, le pregunta:
-¿Y como pudo usted acertar así tan pronto, solo echando un vistazo?
-Es que yo soy una persona estudiada con carrera y algo se nos nota.
-Pues escoja usted la que quiera y llévesela.
El político coge el animal, lo pone sobre los hombros, y cuando se iba a marchar, le dice el pastor:
-Oiga, y si yo le digo quien es usted, ¿me la devuelve?
-Pues si, si sabe quien soy se la devuelvo.
-Usted es el Ministro de agricultura y ganadería.
-Anda y ¿como lo sabe usted?
- Porque en vez de coger la oveja, usted cogió al perro.


A Uribe Vásquez se le podría adornar perfectamente con aquella frase que se le atribuye al general José De San Martín: “la soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”.

Uribe Vásquez, como tantas veces lo ha pregonado el buen amigo Federico Borrás, tiene una gestión ilegal, avalada por los que en su momento decidieron acompañarle para suceder a Frank Herasme. Súmese a ello que es un ente cruel, despiadado, implacable, “como todo superhombre que se respete”, según le han escuchado en círculos íntimos. Es insensible al clima, también a los hombres. Esto lo conduce a las peores complicaciones y a más de una bajeza. Consiente cándidamente los arrebatos de quienes se tornan en sus secuaces. Sufre de una excesiva disposición para humillar y desconsiderar.


El tipo vive en una ficción constante. Que desvarío emocional en esa cabeza. Debería, seriamente, tratarse con Héctor Guerrero Heredia, un reputado psiquiatra dominicano, para que le ayude a atar más de un circuito distraído, o mejor, ese broad colapsado donde quizás alguna vez subsistió una neurona. El acceso al doctor Guerrero Heredia lo tiene a la mano; colocó a su hermano Mario Guerrero Heredia, como gerente general de la selección sub-17 que este año representó República Dominicana más allá de nuestras fronteras. Ello sin arraigo previo en el deporte del baloncesto.

Uribe Vásquez ha querido hacer mucho ruido con lo que llamó “la nueva era del baloncesto”, pero sus ideas son antiquísimas y su accionar del siglo XVII en tiempos de la inquisición. Sus maquinaciones le han arrebatado los sentidos. En algún momento tendrá que resignarse. Quizás cuando ya sea tarde y encuentre que sus sucesores decidieron evaluar su paso por la FEDOMBAL. Un servidor lo hace todos los días. No le valdrán sus relaciones militares, ni sus nexos políticos, ni “su fortuna”, ni las conexiones mercantilistas que ha tejido.


La violencia de sus imágenes convoca toda la dicha actual y posible; nunca ha regido el principio de que: “una idea que no nos transforma de algún modo no sirve para nada”, porque es mejor pasar por la vida llenando una maleta de perversidades que un serón de buenas acciones. Los conceptos epistemológicos están ausentes de la “deslumbrante” FEDOMBAL.

La formulación básica de la vida de Uribe Vásquez se encuentra en la primera persona del singular: debo ser el señor de mi mismo; señor de mis propias virtudes. En el pasado las virtudes eran dueñas de uno, pero ahora no pueden ser apenas uno de muchos instrumentos. Donde ha quedado corto es que no ha podido doblegar el poder de sus virtudes y sus defectos y aprender a usarlos. La malignidad le corroe toda su alma.

Con Uribe Vásquez el baloncesto perdió todo vestigio de inocencia, sin duda razonable. Las relaciones entre la actividad y el dinero se han tornado peligrosas. No es que no lo sospecháramos, porque tan inocentes no éramos, sino porque esta gestión nos demostró, hasta la saciedad, que la atracción mutua entre el poder político, en este caso de política deportiva, y el poder económico puede superar cualquier barrera legal, ideológica, ética o estética. Supimos también más allá de toda duda, que estas autoridades de FEDOMBAL no tienen por nosotros más respeto intelectual que el que se tiene por un niño de pecho.

Por eso, los argumentos con que se ha pretendido justificar los diversos entuertos y malabares develados, y los que faltan, han sido de un nivel preescolar. La inocencia del baloncesto se vio fuertemente resentida, también, al observar que Uribe Vásquez y en su defecto Junior Páez, también conocido como El Yipi, cobran impuestos a todas las actividades donde esté envuelto un balón y un aro, pero no nos trata igual a todos, porque a algunos, más iguales que otros, les perdona faltas que a nosotros nos castiga.

Será difícil encontrar dominicanos dispuestos a creer en los discursos que ensalzan “la nueva era” y su gestor, en las ofertas y en las vocaciones de servicio a la actividad. La inocencia será un bien escaso. La candidez no se hallará por ninguna parte y la ingenuidad será cosa del pasado.



Así como la inocencia, cuando se pierde, no regresa nunca más, estimo difícil que volvamos a ver con iguales ojos los programas de Uribe Vásquez, siempre impuestos, las solicitudes de aval donde priman los intereses, las mínimas exigencias relativas a rendiciones de cuenta, como pasó con Ramón Rodríguez, también conocido como El Teacher, por deseo expreso de Leonardo de Jesús Heredia Castillo, alias Leo Corporán, y los resguardos para la transparencia. Ya nunca más dejaremos de mirar con suspicacia las donaciones desinteresadas, los aportes voluntarios y las declaraciones de principios.

“Una vez Confucio caminaba junto a un discípulo por unas montañas de tupida arboleda. Sentían mucha sed, por lo que mandó a su alumno que bajara al riachuelo por un poco de agua”.
“Cuando Zi Lu, el adepto, se incorporó después de saciarse en las cristalinas aguas, sintió que su pelo se erizaba al ver a un tigre a su espalda con las dos patas delanteras levantadas, en plena acción de ataque y que se le venía encima. Sentía tal pánico que empezó a mover mecánicamente las manos en una desesperada defensa instintiva. Fracciones de segundo antes de que la terrible pata de la fiera lo derribara de un golpe, se hizo de lado y se apoderó, no se sabe cómo, de la cola del tigre y tiró de ella con frenesí una y otra vez, con movimientos desenfrenados. Al final, vio que la fiera se alejaba gimiendo, quedándose él atónito, con la cola del tigre en las manos”.

“Un buen rato después, cuando recuperó la calma de sus nervios destrozados, volvió con el agua y el exótico botín de su hazaña. Preguntó al maestro cómo matan al tigre los más valerosos. Confucio le contestó:
—Los héroes lo hacen asestándole golpes en la cabeza, los menos valientes lo hacen tirando de sus orejas, y los cobardes se apoderan únicamente de la cola”.
“El discípulo de Confucio se sintió burlado. Arrojó lejos la cola del tigre y metió una piedra en su bolsillo. Odiaba a su maestro creyendo que le había enviado por agua para que la fiera lo matara. Quería vengarse con esa piedra justiciera, pero antes preguntó:
—Maestro, ¿cómo matan los más valerosos?
—Los más valerosos matan con pincel, los menos valientes lo hacen con la lengua.
-¿Y los cobardes?
—Con la piedra en el bolsillo.
Su discípulo se estremeció de miedo y se puso de rodillas ante su sabio tutor. De ahí en adelante se convirtió en el alumno más fiel y más brillante de Confucio”.
 (Fuente: 101 cuentos clásicos de la China, recopilación de Chang Shiru y Ramiro Calle, Editorial EDAF, Madrid, 1996.)


Este Uribe Vásquez señala que todo el que no sigue sus líneas, banales hasta en los suspiros, está contra la actividad en el país. Todos somos mentirosos, frustrados, amargados, resentidos, superados por los nuevos tiempos, disgustados, rencorosos y hasta maniáticos. Nunca ha recogido sus ofensas, ni pidió disculpas, ni pegó con cinta adhesiva esa boca de donde salen toda clase de improperios, mientras repite el acto de fe a sus “verdades selladas” ante cualquier evidencia. Realidad que sobra en cambio contra los medios adictos a esta gestión federativa, que no ha querido ver una pizca de sinrazón en sus desmedradas acciones, se ha negado a publicar datos y noticias incómodas para ellos en ese y otros terrenos, y dado eco a acusaciones contra figuras de oposición que se probaron luego por completo falsas.

El divorcio entre la propaganda generada por FEDOMBAL y la realidad hace cada vez más ruido a medida que el dominio de Uribe Vásquez transcurre: no puede ser de otro modo, si FEDOMBAL dice que hay 800 niños en los campamentos, siempre la misma cifra, coincidencialmente, se repite que se trabaja hasta en lo más profundo de nuestros campos y ciudades y que nuestros niños han superado cualquier limitante técnica, amen de que las asociaciones reciben todo tipo de estímulos y utilería.


El negacionismo es el último salvavidas al que puede aferrarse antes que en octubre del 2016 se derrumbe toda su fachada.

“Uribe nuestro que estás en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas del baloncesto dominicano, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación de una actividad más desarrollada, mas líbranos de la maldad de los que pregonan contra ti y tus buenas acciones, como el delito de manejarnos según tus designios, porque de nosotros y nosotras es el baloncesto de la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Rafelin”. Este panfleto se le cayó a uno de tantos lambiscones, que holgadamente se señaló: -tómalo, léelo, empápate, esto repartiremos en la próxima reunión del Comité Ejecutivo.



Las ilustraciones que acompañan esta nota son obra de la artista georgiana Hannah Fait Yata.

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