viernes, 2 de octubre de 2015

Las dictaduras del silencio
A Ricardo Rodríguez Mella con mis más caros afectos.
Quizás yo no sepa el por qué de esta dedicatoria pero el si sabrá porque.

En lo particular me sorprendió lo rápido que desapareció de la prensa nacional el tema de la selección nacional absoluta de baloncesto en la rama masculina después de asistir a México a la Copa de las Américas, esta vez Pre-Olímpico. Cristóbal Marte Hoffiz responsable de las selecciones nacionales femeninas de voleibol ha señalado que aquí reina la “dictadura del silencio”, y en lo privativo estoy plenamente convencido de ello. Lo único que ha perdurado son los señalamientos a Al Horford como responsable de esa desilusión.

La participación dominicana en tierras aztecas terminó convertida en el más rotundo y concluyente fracaso. A todos se nos vendió la idea de que a México se iba con su solo objetivo: alcanzar de manera directa la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el año venidero. No había términos medios, aquello era todo o nada. No existieron discrepancias, los que están envueltos en esa retórica de la interminable sordina asintieron; para esos cabrones lo único era glorificar las palabras de Rafael Fernando Uribe Vásquez, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y de Eduardo Najri, gerente general del grupo.

No me cansaré de repetirlo: desde que Najri asumió la gerencia de la selección absoluta masculina nos ha remachado la misma novela año tras año. Los trazos son idénticos, sólo hay que buscar los diarios nacionales para comprobar; pero no hay peores ciegos que aquellos que no quieren ver. Primero es la selección del dirigente, entre febrero y mayo; después las quejas por la falta de partidos de fogueos de calidad; y finalmente, entrado junio el llamado de los componentes de las pre-selección. Entre actos, palabras de buena crianza y lisonjas, muchas adulaciones, por la “especializada” prensa, amen de las estupideces laudatorias al presidente de FEDOMBAL.

¿Usted ha escuchado alguna publicidad de la empresa Rama Auto-Import fuera del mundo del baloncesto?... ¿bajo cuales parámetros Delta Comercial se anuncia en programas dirigidos, sobre todo en determinadas épocas del año, a un público que debe ahorrar toda una vida para comprarse un auto modesto?... ¿cuál es el interés de FERQUIDO de entregar propaganda en medios donde los escuchas apenas se interesarían por sembrar unas pocas flores en los balcones de sus casas?


La conquista de México nos convertiría en novísimos Hernán Cortes, aquel que se hizo con la Malinche y terminó convertido en marqués del Valle de Oaxaca y capitán general de Nueva España. Pocos se mostraron incrédulos, apenas unas breves líneas para dejarnos en limpio que se encontraría alguna resistencia; Horford era nuestra Malintzin, nuestra diosa de las hierbas, ”en un fuste, seis rostros y una sola máscara”, como escribió Miguel Ángel Menéndez (Izamal, 1904 – México, 1982). Ya antes se había dispuesto cercenar la cabeza de Yack Michael Martínez como una vez se hizo con Cuauhtemoc.

En el camino las historias que todos sabemos: la contratación de un dirigente sin experiencia como Kenny Atkinson, la renuncia de Ron Sánchez, las imposiciones de Bill Bayno y David Díaz como asistentes, una pre-selección con un 30 por ciento de ausencias, una concentración donde primaba la laxitud y tres topes con equipos armados a la carrera; la distracción del Baloncesto sin Fronteras, y unos resultados en la Copa Tuto Marchand nada halagüeños.

La interminable espera: Minnesota le dará el permiso a Towns… no arriesgaremos a Montero para salvaguardar su carrera… Roberts está en la misma condición de Towns… ¡nos falta estatura!, dijeron algunos… solo nos faltaron los ¡saltos mortales, hombres por los aíres, patadas voladoras, esto es la lucha libre, el deporte mas famoso del mundo y el preferido por las damas!... los mensajes de texto entre Arelys Reynoso, mamá de Horford, y todos los que le respondieron, inclusive algunos ofensivos. Circo, tramoya, espectáculo, variedades… de los 17 atletas que se presentaron a los entrenamientos en Atlanta había nueve que podían accionar en la posición dos y uno de antemano tenía la posición ganada, además un solo centro; una verdadera desproporción. Si nadie auscultó esa pre-selección hemos de admitir que Najri no sabe ni mierda de baloncesto y está rodeado de imbéciles… ¿o hay algo más que no se sabe?

Después, pretender luchar con Eloy Vargas, Edward Santana, J.J. García, Orlando Sánchez y Eulis Báez en el poste bajo era cuesta arriba. Asignarle minutos a Francisco García para desenvolverse en la posición cuatro era un soberbio disparate; por igual, estipularle la función de líder del conjunto.

¿Culpas?... ¡como si no las hubiera!... nadie es responsable, nadie carga con el peso de la desilusión; a todo esto, alegremente, Uribe Vásquez, como quien caga y no lo siente, señala en el Listín Diario (Sep.16.2015): “Eduardo Najri seguirá siendo nuestro gerente porque lleva de 5-4”… yo entendí que Najri seguiría al lado de Uribe Vásquez por los buenos negocios que han sabido realizar desde el año 2012. ¡Así de sencillo!


¡La herencia maldita de Frank Herasme!

En la Serie del Caribe de 1977, cuando los Tigres del Licey ganaron en el Estadio Universitario de Caracas, Ricardo Carty hizo historia. Despachó unos aldabonazos espectaculares y le regaló ese bate a Joaquín Balaguer Ricardo, entonces Presidente de la República. Me he imaginado a Uribe Vásquez y a Najri haciendo juegos perversos con ese instrumento, casi al punto de tocar los cielos con las manos. Una pieza de color negro de 42 pulgadas de largo y 2 y tres/cuartos de diámetro.

Uribe Vásquez y Najri han cebado el baloncesto dominicano con himnos y banderas hasta adocenarlo. En ese tenor la pesca seguirá siendo abundante. El hombre que conectó con el baloncesto humillado por la dilatada presencia de Herasme, tocó los pecados de este, en el más deleznable acto de traición, como un Calígula de estos tiempos, para “devolver la dignidad”. Quien aún no esté convencido de que este carajo es un conspirador impenitente, un intrigante empedernido, un pérfido recalcitrante, un apóstata perverso, un villano retorcido e hipócrita reiterativo, que se compre un gato prieto.

El patrioterismo que se ha puesto en marcha es más bien un sentimiento de congoja ante el potencial de República Dominicana y cómo lo echamos a perder. No tenemos al mejor jugador del mundo, pero tenemos dos exponentes en la elite, inclusive uno sin lanzar una sola pelota.

Existen dominicanos que logran vencer los obstáculos de nuestra propia imbecilidad, nuestras envidias, nuestros odios, que consiguen evitar las formidables máquinas de impedir que construyamos tan eficientemente y muy lejos, acaso sin esperarlo. Pero trascienden.

Muchos dominicanos destacados hoy no viven en el país, tenemos médicos, jugadores de béisbol, una egiptóloga, científicos de primera línea. Muchos de nuestros próceres murieron en el exilio, iniciando por nuestro fundador Juan Pablo Duarte, sino despreciados, olvidados. Más acá en el tiempo, otros sufrieron la incomprensión y destrato: inclúyase a Eduardo Brito, enfermo y maltrecho en el leprocomio de Nigua. Sin contar todos los talentos que debieron irse del país en tiempos oscuros, por falta de oportunidades, por los sucios manejos de nuestros políticos.

Este mismo fin de semana conseguí la biografía in extenso del doctor Francisco Castellanos Abreu (San Francisco de Macorís, 1909 / Caracas, 2004), uno de los padres de la pediatría moderna en Venezuela. Para que no fuese yo el único en manejarla se la remití al doctor Herbert Stern que ya tiene publicados dos tomos de la historia de la medicina en el país. Entre nosotros, el doctor Castellanos Abreu es un perfecto desconocido. Para no cansar con ejemplos, el psicólogo dominicano Jaime O. Lugo Pérez (Santiago, 1928 – Fullerton, California, 2003), escribió el libro básico de texto para las escuelas de psicología en China Popular, siendo merecedor del premio Orquídea de Oro; otro desconocido (http://obits.ocregister.com/obituaries/orangecounty/obituary.aspx?n=james-o-lugo&pid=1011397).


Si, tenemos una fabrica de talentos y otra para destruirlos, para malograrlos, tenemos que admitir que República Dominicana es un desperdicio.

Nuestras selecciones siempre han dejado que desear y pese a ello, siempre han estado al tris de conseguir buenos logros. Hasta el momento ni la FEDOMBAL ni la gestión de Najri han conseguido montar un equipo serio. Los cambios de entrenadores, la deficiencia de estos en el aspecto de integración, la filosofía que debe tener cada selección con aspiraciones, la nula transición a un conjunto más joven, el desconocimiento de la actividad, el espejismo de John Calipari… ¿para qué?... todo ello ha sido una gestión cosmética. Ahí hay secretos comerciales inconfesables. No se dicen ni se comparten por temor a que a uno le digan mudo y entre ellos se metan cuernitos o se tomen la entrepierna o se muerdan una teta.

Mañana se le pedirá a García que regrese, porque aquí no importa nada, vivimos en el país del na’ e’ na’. Si fuéramos honestos tendríamos que admitir que el desafío es mayúsculo; para empezar que ese equipo juegue y gane sin Horford y sin Towns, pero también sin Martínez, sin Santana, sin Báez, sin García, sin Coronado, sin Fortuna, sin Flores, pero tampoco con ese esperpento llamado James Maye. Acto seguido, calmar la ansiedad de la ausencia en un vestuario huérfano de liderazgo; Gerardo Suero se vanaglorió de que podía asumirlo y se dejó comer los caramelos.


No vale pensar si Horford, Towns o Martínez nos van a salvar. Ahora hay que hacer un equipo pensando en varios años, con la salvedad de que de repente, nos quedamos sin estatura en el mejor momento de los hombres altos del país, por las estupideces, engreimientos, desatinos y maniqueísmos de Uribe Vásquez y Najri.

Para resolver un problema lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo con toda su crudeza, y hay que verlo como es y aquí nadie está en eso. Debería existir una norma para que la actuación de Najri y compartes, incluyendo los entrenadores, desmenucen, examinen, investiguen, pregunten, vuelvan a preguntar, revisen y respondan cada una de los procedimientos llevados a cabo, inclusive los económicos, las dudas, las teorías, las especulaciones que siempre han existido alrededor del equipo de baloncesto.

Cuenta una leyenda que Uribe Vásquez, como buen sureño, visitó un curioso, en otras partes pitoniso, antes de partir para México. El hombre le tomó la mano y mirando su palma le dijo: “…hijo mío, veo un momento glorioso en este septiembre… veo una personalidad dominicana… militar, vestidito de gala… idolatrado… ovacionado en el Palacio de los Deportes de otro país donde se habla español, bendecido por la cúpula de una institución internacional… convocando multitudes a su regreso a Santo Domingo …” Y allí partió feliz Rafael Fernando, se lo comentó a Eduardito, se lo mencionó a El Yipi, llamó a Leito; allá iba buscando su sueño de perpetrarse en la FEDOMBAL y escalar el Comité Olímpico Dominicano, además de pedir que Freddy Pérez vuelva al tren gubernamental. El sábado 12 de septiembre, solo, enojado y mirando por la ventana de su hotel confirmó finalmente que aquel vidente lo chingó. Hay que entenderlo.


Hay gente que todavía insiste en que tenemos un baloncesto del primer nivel mundialista, maduro, y que FEDOMBAL y SouthGate son infalibles en su devenir. Son los mismos maricones de siempre que andan por ahí quejándose de que, por ejemplo, Horford le dijo “no” a la patria. Nación Deportiva, el programa meridiano de ESPN Dominicana está regalando algunos objetos y en estos días sorteará una camiseta autografiada de Horford; llamó un chusco para decir: “si me toca ese premio, en el mismo parqueo de la emisora le prendo un fósforo”… así estamos de inflados.

Hay muchas furias que nos acosan y es imposible estar sereno. Nos rodea la pelotera que se ha tornado generalizada y casi permanente. El baloncesto dominicano de hoy merece otro destino. Debemos sublevarnos frente a este estado de cosas, un llamado de atención, una demanda para parar la pelota enloquecida. Tenemos en la mano un panfleto, o una moderna apelación a esa pretérita forma de escrito que siempre vuelve, que aparece cuando la actualidad lo reclama, cuando las ideas arden, cuando es necesario, en el camino al infierno, ser claro, breve y categórico.

Hay que poner el estetoscopio sobre el corazón de este pobre baloncesto y reportar sin anestesia un diagnóstico angustioso: tratamos de ser ricos, cultos, educados y decentes; en unas cuantas décadas nos convertimos en pobres, mal educados y corruptos. La crónica periodística recoge día a día datos que no son nuevos, males que sin embargo van tomando formas cada vez más difíciles de revertir, pero se vive en una dictadura del silencio. La pobreza en la educación da lugar a una falta de valores básicos, que a su vez abre camino a la corrupción, que forja siempre una matriz perversa que desemboca en el absolutismo, y así siguiendo.

No quedarse callado, levantar la voz, decir a los gritos eso que duele, eso que lastima, como una forma única de empezar a sanar. Esa es la consigna.

Uribe Vásquez y Eduardo Najri son dos forajidos, al mejor estilo del viejo oeste, que disparan contra el baloncesto dominicano; de la pistola de uno saben balas que matan, y del otro, balas que quitan la fe y la esperanza de que acá se llegue a hacer justicia. Los demonios andan sueltos y creen que han triunfado.


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