Relatos y Maquillajes
jueves, 30 de mayo de 2013
Asistí
por primera vez a una actividad de
Cada
conjunto dispone de una reserva de 25 jugadores y además tiene la opción de
contratar a 3 jugadores foráneos. La calificación de reserva es en exceso
amplia. Según los parámetros de
Inclusive
en la misma Asociación Nacional de Baloncesto (NBA, por sus siglas en inglés)
las disposiciones para los nuevos elegidos por los equipos tienen limites tolerables
y admitidos. Hay que agregar, que ningún equipo en el mundo está en capacidad
de sobrellevar una nomina de 25 jugadores, pese a los emolumentos que recibe.
En
el último congreso de
Antes
del draft, palabras de buena crianza
de Federico Lalane José, presidente de la liga. También del ingeniero Rafael
Uribe Vásquez, presidente de FEDOMBAL, y de un representante del Scotiabank,
patrocinador oficial del circuito.
Me
llamó la atención el discurso del ingeniero Uribe Vásquez. Ponderó el trabajo
de la institución bajo su mando, del compromiso que está haciendo en las categorías
formativas y de la proyectada producción de jugadores para el futuro. Es muy
pronto para hablar de recoger frutos en la actual administración de FEDOMBAL,
pero la faena de base tampoco se vislumbra para soñar con un halagador y
expectante exceso.
La
renovación del baloncesto dominicano se ha dejado a la cantera de Estados
Unidos; una vez, para 1995, Héctor Báez tomó las riendas de la misma con más corazón
que interés pecuniario, pero el testigo lo arrebató Pedro Pablo Pérez buscando más
beneficio particular que esfuerzo, tratando de escalar posiciones de
influencia, lo que ha sido en exceso perjudicial; se atraen únicamente a los jugadores
de su interés, se han desperdiciado oportunidades lujosísimas, no hay un
efectivo trabajo en la captación de promesas hijos de dominicanos y para
muestra no hay un solo hijo o hija de dominicanos con apellido anglosajón. Todo
queda en el barrio en Washington Heights, en lo superfluo.
Tampoco
pasa con buenas calificaciones
Siempre
habrá jugadores en el país. Contamos con una enorme capacidad atlética y con
relativa frecuencia aparece un muchacho de buena estatura, pero nada más. Estamos
varios pasos atrás en lo relativo a los fundamentos y también contamos con una
enorme deficiencia educacional; nadie corrige las lagunas con las que suben los
jóvenes al máximo nivel, porque la teoría de nuestros entrenadores es sólo
dirigir. La única estrategia para los hombres altos es colocarlos en medio de
la cancha y hacerlos levantar los brazos… ¡no se enseña!
Olvidamos
también que el elemento fundamental para educar es la familia y dentro de
nuestra sociedad esta está derrumbándose; creamos verdaderos monstruos provenientes
de hogares disfuncionales, con madres haciendo más trabajo que el recomendado,
y padres, que si existen sólo piensan en el trago, la infidelidad y el juego de
lotería.
Vienen
entonces las interrogantes, la virtual inexistencia de facilitadores que ayuden
a la disciplina, las virtudes de todos los que estamos envueltos en el
baloncesto dominicano, el reiterado juego sin instrucción, nuestra negativa a
usar las herramientas de la información… pondré como ejemplo tres jugadores que
en la actualidad militan con el conjunto Huellas del Siglo del populoso sector
de Cristo Rey en la capital dominicana: Henry Valdez, Smailin Encarnación y
Roddy Ramírez.
Valdez
es un producto local que se quedó en el camino, es unidimensional, juega como
delantero fuerte en cuerpo de delantero pequeño, pobre físico para la posición,
que no ha sido trabajado con la intensidad que necesita. Tiene pocas herramientas
fuera de su coraje, es inefectivo con el balón en las manos fuera de la zona
pintada. Su delito es actuar simplemente debajo de los tableros. Poca capacidad
a la hora de crear sus propios lances, labor que se ve obstaculizada cuando los
defensores tienen mayor envergadura. Fue tanteado para la selección nacional en
el 2010 y cortado a la primera de la hora.
Encarnación
es un escolta anotador limitado por su tamaño y fortaleza física. Conocido como
El Secreto, se desarrolló en el populoso sector de Los Alcarrizos, donde
aprendió jugando fuera de sistemas organizados. Tiene muchos signos de
interrogación con respecto a su potencial. Es rápido con el balón, pero sólo en
el juego de carrera. Tiene la habilidad de encestar, algunas veces
torrencialmente, pero no mucho más. Es vulnerable ante competidores mejor
dotados; defensivamente tiene muchas carencias ya que carece de longitud,
velocidad lateral y la estatura no le ayuda. Nunca será una pieza para ser
evaluada para el equipo nacional.
Ramírez,
elegido este año en el draft de
Mientras el baloncesto dominicano no apueste a una comunión
de sus actores que no le tenga miedo a la variedad de ideas, no saldrá del
marasmo. Es siempre saludable la diversidad de criterios. El juego democrático
del baloncesto en el país ha transitado por la dolorosa experiencia de los
enfrentamientos, pero hubo interludios donde se fabricaron acuerdos
fundamentales y algunos momentos de felicidad y beneficio colectivo. En estos
instantes hay una fuerte división, aunque parece reinar una intensa calma, pero
los intereses terminarán por romper con toda posibilidad de entendimiento. Los diálogos
son infecundos y la convivencia y tolerancia se borraron de las canchas. El
aborrecimiento, la antipatía, la envidia, la pasioncilla, la soberbia,
deshonran la vida.
Los actores del baloncesto dominicano pretenden ocultar sus
deficiencias por siempre, pero ahora más que nunca están saliendo a flote. La creación
de una superliga muestra las falencias, el llevar a la selección nacional a
planos interesantes, aún sin ser verdaderamente relevantes, muestra las mismas
necesidades. No podemos continuar camuflando épicamente nuestras urgencias.
La historia se revierte contra los protagonistas, que
lanzan sus perros de presa tratando de controlar lo que oficialmente se niega.
Se trata de lograr esos controles de muy diversas maneras, la exclusión es la primera
variante. Las respuestas van más allá de las absurdas negaciones de algo tan
obvio, porque las carencias están y son un desafío para las administraciones y
no se tienen respuestas eficientes. ¿Las culpas?... primero de los que han
estado, clubes, asociaciones y federaciones; la administración Uribe Vásquez tiene
que dar un cambio de proporciones enormes para no caer en el mismo abismo.
El control de las asociaciones mediante el dejar hacer, sin
recibir nada a cambio, sin supervisiones, es una medida efectista e inútil. No
es recibir emolumentos de torneos superiores que todos sabemos no lo son, esos
eventos son fiesta popular, de varias semanas, que permiten a
Ni FEDOMBAL ni MIDEREC garantiza el control de acciones sustentables.
Los controles en República Dominicana parecen no existir jamás y las
verificaciones sólo influyen en los planes electorales de los oficialistas. Lo
que necesita FEDOMBAL es labrarse una cara más amable con lo que deberían ser
sus ejecutorias para que cambie el malhumor de la sociedad frente a sus políticas.
Hasta ahora, ningún presidente del organismo rector del baloncesto nacional se
ha zambullido en estudiar las variantes para lograr un mejor funcionamiento.
Hay que empezar a admitir nuevas formulas que los viejos regimenes no
aceptaban.
Así caemos de nuevo en el sorteo de jugadores de nuevo
ingreso. La primera elección por parte de los Reales de
En estos momentos todo el mundo lo ve como un jugadorzazo
porque mete pelotas en torneos de poca monta, a sus 20 años juega las
posiciones de escolta y delantero pequeño con apenas 6’02 de estatura (1,88) y
menos de
Mendoza es pequeñísimo para las posiciones que juega. No es
un proyecto para la selección nacional y algo fundamental, se pierde en los sistemas
pese a tener un aceptable manejo del balón. Le falta mucho físico que deberá
trabajar más allá de la simple preparación física, requiere de una enorme
ingesta calórica, a la que no está acostumbrado. Su proyección no es elocuente
pese a que juega con energía e intensidad. Posiblemente no acepte su escaso
protagonismo a niveles más altos porque se ha acostumbrado a tomar decisiones
dentro de los parámetros individuales, siguiendo el juego dominicano y quizás
se desencante. La capacidad de conducción no es su fuerte pese a su alzada y
siempre existirá la legítima preocupación sobre la capacidad de ser creativo
dentro de la duela.
Tristemente, para ser una escogencia de primer pick no será un dinamo eficiente para
despuntar y cargar con un equipo a instancias de calidad.
Segundo resultó Chris Flores, seleccionado por los Cocolos
de San Pedro de Macorís, un chico de 6’02 de estatura que jugó en los Estados
Unidos para la modesta New Jersey Institute of Technology, acaparando
importantes titulares. Ya estuvo en Santiago con el Pueblo Nuevo demostrando
que puede aportar con solidez. Nativo de Dorchester (Massachusetts), terminó
como quinto mejor anotador en la historia de la universidad (1,724 puntos), líder
en partidos jugados (122), séptimo en asistencias (330) y tercero en balones
robados (212). Promedió 16.9 puntos en la estación 2012-13, con 3.9 rebotes,
2.9 asistencias, 2.4 balones robados, 2.8 bolas perdidas, mientras lanzaba para
39.0 por ciento desde el campo, 34.8 por ciento detrás del arco y 76.3 por
ciento desde la línea.
Sea para sus propios proyectos, para los clubes que hacen
deporte en todo el país o para servir de finca a
Las promesas de una nueva era en el baloncesto dominicano deberían
convertirse en trabajo incesante para permanecer en la punta de los picos más
altos, alimentar las alegrías del arduo camino y convertirse en luz de nuevos
tiempos.
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