domingo, 19 de mayo de 2013


La negación como constante

Me causó mucha sorpresa leer por Facebook, cara e’libro como le dice un muy querido amigo, que las sillas del salón de conferencias de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), en la pasada administración del ingeniero Johnny Marte habían salido de paseo, con la atenuante, que no se firmó ningún comprobante de salida, tampoco existía la intención de devolverlas. Al cabo del tiempo fueron ubicadas en un prostíbulo en la margen occidental del río Ozama; una mañana, después de mucho insistir por parte de varios dolientes de la institución, como por arte de magia, emergieron en el lugar de donde nunca debieron salir.

 

ABADINA nunca fue una pasión para el ingeniero Marte, era frecuente que pasara semanas sin que visitara las oficinas del Palacio de los Deportes; tengo la particular impresión que es un amante de la exposición en los medios, siempre ha sido así, desde los tiempos de juventud, donde era uno de los mejores exponentes del baile de la música disco y después cuando ejercía como disc-jockey; por ello, muchas veces desatiende asuntos que en su mundillo no son prioritarios. En su gestión pasaron infinidad de situaciones que no debieron suceder. Pero así es el juego de la política deportiva y la entidad rectora del baloncesto capitalino cada vez está más devaluada.

 

Ramón Rodríguez, El Teacher, actual presidente de la ABADINA esta cavando la tumba de la actividad en la ciudad de Santo Domingo. Más de uno me ha señalado que su presidencia es sólo una estratagema para entregarle de manera definitiva la que fuera la plaza más importante del baloncesto en República Dominicana a la Liga Nacional de Baloncesto (LNB).

 

Se barajan muchas teorías, en demasía me gustaría decir, pero cuando el río suena es porque agua trae. La más socorrida es que ha apostado a la desaparición de un evento que corre desde el 1974, con una historia muy ornamentada, llena de citas y números, de verdaderos ídolos de la población que disfruta de la actividad, con la única finalidad de que el Club Deportivo y Cultural Mauricio Báez pueda tener un nicho dentro de la competición de la LNB. De hecho, hay un averno enorme entre sectores de la directiva de la entidad deportiva con sede en Villa Juana.

 

Con anterioridad el Mauricio Báez había solicitado su ingreso a la LNB, para la ocasión, citando palabras del periodista Leo Corporán, se le entregó una carta al licenciado Federico Lalane José, presidente del circuito profesional, para que sometiera la moción. Lalane José, ex presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), es también cabeza de la comisión que administra el complejo deportivo y cultural del Mauricio Báez. La relación entre Lalane José y el periodista Corporán, asesor ad-vitam del club y principal figura de la misma, es muy estrecha, forjada en el famoso Bloque Olímpico, al cual me he referido con anterioridad.

 

Además, ambos pertenecen a Los Toby, un grupo de amigos de variadas pintas que tradicionalmente ha buscado espacios para influir en la sociedad dominicana. Entre otros integrantes figuran Luis Mejía Oviedo, actual presidente del Comité Olímpico Dominicano (COD) y el publicista Nandy Rivas, de dilatada trayectoria, ex cantante del grupo Los Solmeños que brilló en la década de los años de 1950 (Tito Saldaña, Horacio Pichardo y Rafael Pichardo, componían el cuarteto vocal además de Rivas), quien en los últimos tiempos estuvo muy ligado a la administración de Leonel Fernández Reyna.

 

Los mauricianos han mantenido la postura de estar ausentes de la justa capitalina, pese a que intervienen en todas las competiciones de categorías formativas, debido a que no existen “condiciones” para su participación. La negativa del pleno de la LNB al Mauricio Báez se produjo previo a la temporada 2011 y se entendió como un doblaje de pulso tanto a Lalane José como a Corporán. Este último no disimuló su enojo a través de su columna Te Enteraste en el vespertino El Nacional. Por los dueños de los equipos de la liga profesional José Miguel Bonetti Du-Breil desarrolló una guerra de twitter en las redes sociales frente al periodista, quien también tiene conexiones con el presidente de los Leones de Santo Domingo y Leones del Escogido (en el béisbol), su tío Luis Manuel Bonetti, ex secretario administrativo de la Presidencia en el periodo 2004-12 de Fernández Reyna, como Presidente de la República.

 

Los gestos corporales de El Teacher menguan con el paso de los días. Hay mucha gente expectante, gente envuelta en los equipos participantes, que ya amenazaron con detener el torneo si los recursos prometidos por el Comité Organizador no empiezan a fluir. Es innegable un “olor a miedo” dentro de los miembros de ABADINA y ahora lucen como sibilinas las palabras del ingeniero Frank Herasme, ex presidente de FEDOMBAL y contendiente por la presidencia de ABADINA frente a Rodríguez en diciembre pasado: “posiblemente se han agotado todas las oportunidades para el baloncesto de la capital y mi opositor no cuenta con la capacidad gerencial ni administrativa para hacerle frente a lo que se aproxima: la muerte definitiva del baloncesto en el Distrito Nacional”.

 

La división de la actividad en dos grupos de equipos, seleccionados sin ningún criterio, también ofrece pie para que se perciba la posibilidad que tanto el presidente de la ABADINA, como el presidente del Comité Organizador, Juan De Los Santos, alcalde el municipio este de la ciudad de Santo Domingo, presidente de la Federación Dominicana de Municipios, propietario de la cadena de bancas de lotería Juancito’s Sports y persona ligada al actual Presidente de la República, hayan producido la misma con la finalidad de favorecer a los equipos de la margen oriental del río Ozama.

 

Todas las definiciones del basket capitalino en la actualidad están en las manos de Juan De Los Santos y de El Teacher, para nada el Comité Ejecutivo de la ABADINA, y hay muchas quejas al respecto. Hay turnos que se saltan, bolos que no salen y boletos que no se premian. Hay que prestar mucha atención en cualquier decisión que se tome. Está próximo el momento en que no dudo se empezará a intimidar, amenazar y chicanear a más de un interesado. No hay mosca que vuele sin que De Los Santos o Rodríguez la autoricen.

 

La decisión que tomó El Teacher, de hacer la mejor ABADINA le está costando muy caro. El Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional debió ser un tramite de rutina parta la actividad y la renovación obligada a producirse siempre, a cada instante, cada año, era lo único que bendeciría la actividad, que trazaría las pautas, pero no ha sido así, nos entregamos a las dadivas y los dirigentes y muchos entrenadores se convirtieron en oportunistas gorrones; la institución, los clubes y demás figurantes se encargaron de mutilar la gallina de los huevos de oro. Ahora nos encontramos que estamos acéfalos, nadie quiere darse cuenta y seguimos moviéndonos sin orientación.

 

El baloncesto que ha montado ABADINA, primero en las instalaciones del Mauricio Báez y ahora en el Pabellón de Voleibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte (donde por cierto, hay un hijo de puta que le está cobrando a la entidad la suma de 6 mil pesos dominicanos por jornada, por el solo hecho de mantener las luces encendidas en el espacio de los juegos), es la reproducción analógica de toda la actividad en el país. Tampoco contiene ningún signo que pueda diferenciarlo de los demás, salpicado, por supuesto, por la mala prensa que tiene. El mensaje que se está enviando es que estamos sumidos en una grave crisis.

 

La historia que vivimos en nuestra actividad es como la de aquellos que concurren con un disco rayado a los velorios; se repiten frases a la medida, que no consuelan a nadie, pero tampoco alegran la vida de ningún ser humano. Nadie los ha obligado a hacerlos, pero una suerte de narcisismo habla por ellos y buscan que en medio del dolor, los deudos recuerdan que ellos estuvieron presentes y consolaron, pero nadie más, por pesados, prefabricados e imprudentes.

 

Esta última imagen me recuerda a Edwin Castillo, vocal de la ABADINA, presidente del Club La Ciénega, único sobreviviente de la pasada directiva que manejaba el ingeniero Johnny Marte. Quien me llamó; pensé que era para acordar el momento donde terminaría de pagar la deuda que aún tiene con mi hijo mayor y que se ha convertido en incobrable. El muy osado marcó mi número para recordarme que no debía mencionar jamás a Roberto Ramírez en mis artículos. La Ciénega está en una de las márgenes del río Ozama. ¡Santo Dios!

                 

De los muertos celebres, todos sienten la necesidad de hablar y se adopta la posición que apunta hacia las mayorías. La todología nacional es pasión, verdadero sentimiento que arrastra a todos, pero aquí nadie se está conmoviendo de los padecimientos del baloncesto. Ya hemos empezado a comentar de lo bueno que eran otros tiempos, aunque nadie los haya vivido. La que importa es hablar, subirnos al tren donde todos se creen estar. Y si todos putean, puteamos con ellos.

 

Los estados calamitosos, la situación de cuidados intensivos, la agonía, no se celebran nunca. Quizás sea una frase hecha, como para no quedar insensible, pero en esta lenta amargura hay muchos que están festejando como verdaderos hijos de puta. Es la cara culposa de la misma moneda, que en su anverso tiene el axioma de “un hijo de puta menos”, frase hermana con aquella “siempre se mueren los buenos con tantos malandros sueltos”. Ante la enorme congoja cotidiana, ante la cruz que cargamos todos los días, ante la zozobra renovada con cada salida del sol, y muy a pesar de las buenas intensiones, siempre se mueren todos, nosotros también.

 

Algunas muertes pueden resultar un alivio si se las encara como una oportunidad de cambio, aunque costará entender que no necesariamente son motivo de alegría. El baloncesto debió estar hace tiempo rozagante y gozando de buena salud, pero el pasado recibe como único uso la justificación de todos nuestros males. Los males siempre serán de otros, los que tampoco están exculpados… Frank Herasme, Federico Lalane José, Julio Subero, Manuel –Cholo- Suero, Johnny Marte, Edsel –Negro- Vila, Pedro Pablo Díaz, para dejar algunos nombres… para conformarnos con la referencia moral que fue Virgilio Travieso Soto. En la mayoría de todos estos personajes ha vivido siempre un pequeño Rafael Leonidas Trujillo Molina.

 

Nadie dentro de nuestra actividad ha encarado un instante como una posibilidad de cambio, aunque sea para el sacrificio colectivo. Tengo un amigo que me repite: “si es por robar que se escalan puestos, pues hagamos un pastel más grande, si el biscocho que nos estamos comiendo es de una libra, hagamos a la vuelta de 5 años, uno de 5 libras, que República Dominicana tiene todas las herramientas para estar entre la elite mundialista”.

 

No me gusta la situación que estamos viviendo, tampoco es motivo para júbilo. El generalísimo está más vivo que nunca, y no sólo está vivo, esta rozagante y gozando de buena salud. Trujillo vive en cada uno de nuestros jerarcas deportivos y no entremos en el mundo de los políticos y los periodistas pagados por estos, que aún cuentan lo mal que lo pasaron en la época donde “la era era era” o en los 12 años de Joaquín Balaguer, mientras nos invitan a un café en el amplio balcón de su casa en Los Mogotes o en Jarabacoa o en Casa de Campo o los fastuosos viaje a Vail (Colorado), injustificable.

 

Trujillo y el propio Balaguer están más vivos que nunca, en una sociedad que no mira más allá de sus narices, donde todos los políticos y actores, como en este caso del baloncesto, se traicionan cada día; están vivos en las manifestaciones que se usan para festejar que ya no están, como si fuera ayer, mientras la realidad y el pasado nos aplastan y finalizados esos actos, los lugares donde se han efectuado vuelven a servir de hotel, a cielo abierto, de varios depauperados. Están más vivos que nunca que cada violación de los derechos individuales, que día a día se producen en nuestra sociedad, pero que jamás se intentan abordar, ni mencionar (César Medina, Julio Martínez Pozo, Euri Cabral, Miguel Franjul, Vinicio Castillo Seman, Abigail Soto, Víctor Gómez Casanova, José La Luz, Ramón Núñez Ramírez, Felipe Romero, Rafael Núñez, Aristofanes Urbaez, Delis Herasme y otras hierbas aromáticas) porque estamos en democracia y eso debería ser suficiente.

 

Trujillo y Balaguer me saludan cada vez que alguien quiere esconder la pobreza y acusar de desestabilizador del sistema al que la denuncia. Viven en cada uno de los agujeros que esta llamada democracia no puede tapar, ni ocultar, pero que rellena con cientos de fantasmas, incluido el de la represión militar.

 

Los problemas heredados que no llegamos a resolver pasan a ser propios; hay un daño gigante que han recibido Rafael Uribe Vásquez en la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) y Ramón Rodríguez, El Teacher, en la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA), imposibles de disimular con una falsa imagen de progreso, que nos estalla cada día. Cada día transitamos por la senda equivocada, pero no faltará nunca un lambón que nos diga que los sueños aniquilados hoy se hacen realidad… hay que terminar con el país donde el pobre se muere pobre y la política sigue siendo el camino más rápido para hacer rico y dejar aquella cruz del hijo de Machepa. Volverse un tutumpote sirviéndose del pueblo usando como escudo el partido.

 

Lo que no se termina de entender es que necesitamos aplicaciones reales sobre los aspectos donde nos toca desenvolvernos. Estas tienen que compadecerse con la realidad, pues hay síntomas de rechazo y de hartazgo que están marcando un cambio de tendencia hacia otras disciplinas y pareceres. Cuando las anormalidades se naturalizan lo excepcional se hace cotidiano. Así degradamos todo visillo de sistema democrático, se divide la sociedad y se afectan todo tipo de relaciones.

 

Aquí todo el mundo calla porque está convencido de que alguna migaja le caerá de aquellos que perpretan el vamos por el todo. Estos nuevos regimenes necesitan un periodismo adocenado y acrítico. Terminaré con unas palabras de Miguel de Unamuno: “sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas”.

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