El filósofo que nos dejó a Mafalda para intentar entender un manicomio
redondo
Septiembre 30 del 2020
Este miércoles (Sep.30. 2020), casi al filo del mediodía, nos dejó Joaquín
Salvador Lavado Tejón, había nacido en Guaymallén, provincia de Mendoza en Jul.17.1932,
hijo de españoles, y sumaba 88 años de edad; murió en Mendoza, donde había regresado
desde el 2017. Fue caricaturista, en sus inicios recibió la influencia de su
tío el pintor y diseñador Joaquín Tejón, pero todos los conocíamos por Quino, el creador de Mafalda.
Desde 1945 ya publicaba. Pero la que lo llevaría a la fama mundial
nació, con su primera publicación en la prensa argentina, en Sep.29.1964,
justamente ayer hacían 56 años. Se
trataba de una tierna e inocente, pero muy crítica, niña de 4 años, que según
algunos "no podía tener una fecha
más propicia para su nacimiento que el inicio de la revolucionaria década de
los 60". su inocencia, su sentido crítico, la plática constante con
sus padres no solo de la vida cotidiana sino de los hechos que rodeaban la
actualidad de su tiempo, la rebeldía frecuente, feminista antes que de las
feministas, y siempore muy contestataria fueron los artificios que llevaron al
público a dejarse cortejar por Mafalda desde el primer momento.
Según su creador: «una niña que
intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en
este mundo».
La visión feminista de Mafalda es difícil de negar, tanto que en 2018,
Ediciones de la Flor, que publica a Quino
en la Argentina, editó «Mafalda: femenino singular», una
selección de viñetas que «dan buena
cuenta del carácter feminista de esta niña que a sus seis años reivindica la
curiosidad, la educación, el espíritu crítico y el papel de la mujer en el
mundo», de acuerdo con la descripción de la editorial.
En 2013, Quino hablaba así de
Mafalda para el diario español El País:
«las preferencias del público son
misteriosas. Yo jamás la dibujé para chicos y sin embargo fueron los lectores
más agradecidos». De sus viñetas, dibujadas entre 1964 y 1973, salían
tantas verdades que esta jovencita que declaraba la guerra a los males del
mundo y a la sopa, se convirtió en nuestra pesimista favorita, pero siempre con
un dejo de ilustración que fascinaba.
José Pablo Feinmann escribió para Pagina
12 en May.18.2014: «¿cómo la niña
libertaria, idealista, tramada por los mejores valores de la condición humana,
iba a emitir juicios en un país en que los juicios solían pagarse con la vida?».
Como suele ocurrir, la historia de Mafalda, desde entonces, siempre
estuvo ligada a la de Quino. El
dibujante había sido contratado en 1962 para hacer unos dibujos publicitarios
para la marca de lavadoras Mansfield de
la empresa argentina de electrodomésticos Siam Di Tella, un encargo de la
agencia de publicidad Agnes. Para ellos fue el primer dibujo de Mafalda.
La campaña no fue aceptada y las viñetas se archivaron. Dos años después,
Quino rescató los dibujos de un cajón,
y la imagen de Mafalda apareció por primera vez en la revista Primera Plana (Sep.29.1964). Un año
después estaba en las páginas del periódico El
Mundo. En 1967, convertida en un ícono de las historietas, los comics, estaba en la revista Siete Días, que la publicó hasta Jun.25.1973,
cuando Quino sintió que el personaje
estaba agotado y dejó de dibujarla. Más de medio siglo después, su visión del
mundo, sus frases más célebres y su ironía, siguen tan vigentes como en ese
entonces y continúan siendo referentes de la realidad latinoamericana.
En Republicas Dominicana, apareció en el vespertino El Nacional (hablo de memoria). Pese a
que no se editó una tira de Mafalda en 47 años, sigue tan vigente como todas y
cada una de sus ediciones.
Mafalda pese a ser argentina, era también de todos: boliviana, brasileña,
chilena, colombiana, cubana, dominicana, ecuatoriana, hondureña, mexicana, nicaragüense,
panameña, paraguaya, puertorriqueña, uruguaya, venezolana, por todas las
similitudes que soportaban las juventudes de cada una de nuestras naciones.
«A medio mundo le gustan los
perros, y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau», reflexión
que hacia Mafalda en el libro Mafalda 3 luego de que su amigo
Manolito le preguntara cómo podían gustarle The
Beatles si no entendía lo que decían. En Mafalda 4 apuntaba: «al final, ¿cómo es el asunto? ¿uno va
llevando su vida adelante, o la vida se lo lleva por delante a uno?»,
conclusión a la que llega Mafalda cuando se imagina a sí misma en la
adolescencia, adultez y vejez, esta última etapa usando bastón y claramente
desmejorada.
Por su obra, Quino había sido
honrado con el premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades en
el 2014; Medalla de la Orden y las Letras de Francia; Palma de Oro en el Salón
Internacional del Humorismo de Bordighera de 1978; 1982 Cartoonist of the Year según el Salón Internacional de
Humorismo de Montreal, Canadá; Premio Max und Moritz a mejor tira cómica
internacional por Mafalda, otorgado por el tercer Salón Internacional del Cómic
de Erlangen en 1984; maestro de arte por la Secretaría de Cultura del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires en 1998,; Premios Haxtur al Autor que Amamos, año 2000,
Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias; premio de caricatura
La Catrina, otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en
2003; Fundación Príncipe Claus para la Cultura y el Desarrollo de La Haya en
2005; Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa 2014; Orden al
Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda de Chile, ceremonia encabezada por la
presidenta Michelle Bachelet en enero de 2015, entre otros múltiples
reconocimientos por sus creaciones.
Mafalda fue traducida a 15 idiomas y editada en más de 30 países. En
1969 se publicó en Italia con prólogo del filósofo y escritor Umberto Eco, diciéndonos:
«Mafalda es una heroína iracunda que
rechaza al mundo tal cual es. Es una pequeña cuestionadora reivindicando su
derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo del universo
adulterado por los padres».
En una ocasión Quino apuntó: «no es necesario decir todo lo que se piensa,
lo que sí es necesario es pensar todo lo que se dice», y él lo hizo en cada
uno de sus dibujos.
Pagina Dos de Radio Televisión
Española nos recordaba que con Quino
aprendimos a ser: «utópicos realistas,
como Mafalda; soñadores, como Felipe; trabajadores, como Manolito;
enamoradizos, como Susanita; filósofos, como Miguelito; irreverentes, como
Guille; luchadores, como Libertad».
La periodista argentina Rosario Agostini escribió: «cómo se hace para abrazar a Mafalda?... ha
perdido a su papá y nosotros a uno de los buenos… QEPD Quino».
«Debiera haber un día en la
semana en el que los informativos nos engañaran un poco dando buenas noticias».
«Indudablemente, la primavera es
lo más publicitario que tiene la vida».
«Tenemos hombres de principios,
lástima que nunca los dejen pasar del principio». «» «» «» «»
«Como siempre: lo urgente no deja
tiempo para lo importante».
«Hoy quiero vivir sin darme
cuenta».
«Mamá, cuando conociste a papá,
¿sentiste que te devoraban las llamas de la pasión o apenas algo se te tostaba?».
«Bueno, pero y el espíritu ¿a qué
edad empieza a necesitar maquillarse?». «» «» «» »
«¿Qué habrán hecho algunos pobres
sures para merecer ciertos nortes?».
«¿Y Dios habrá patentado esta
idea del manicomio redondo?».
«¡Que levanten la mano los que
estén hartos de ver el mundo manejado con los pies!».
«Cuando me dicen, gracias por
todo lo que nos diste, respondí, ¿qué les di?», expresó el dibujante en una
entrevista con la Agencia Española de Noticias (EFE) en el 2016, donde además fue
consultado sobre cuál es el recuerdo que le gustaría dejar entre sus
seguidores, no le costó reconocer que «el
de alguien que hizo pensar a la gente las cosas que pasan».
Reynaldo Sietecase, también periodista argentino, publicó: «hace años le hice una entrevista pública a
Quino en la Biblio Argentina de Rosario (Biblioteca Argentina Dr. Juan
Álvarez, en la ciudad de Rosario) y le
pregunté si se imaginaba a Mafalda de grande y me dijo: "imposible, sería
una detenida desaparecida". Gracias Maestro por hacernos reír y pensar».
¿Se marchó Quino a otras
dimensiones?... será difícil asimilarlo, porque nos deja a Mafalda que es y será
inmortal, por su inmensa humanidad, su empatía con la gente, su exquisito humor
sobre cuestiones muy serias como la justicia, la libertad, el poder... ¡hasta
siempre maestro!
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