Agrios
edulcorados…
Caso
384: me
compré unos zapatitos que no me aprietan… ¿me darán calor las medias?
Enero
02 del 2020
Según
mis cuentas, no publicaba un agrio edulcorado desde May.31.2019.
Vamos a empezar este 2020 rescatando esos lanzamientos breves, ligeramente
distendidos, por lo general no deportivos.
En
mi closet siempre ha existido al menos un par de calzados Clarks por cerca de 35 años. Los primeros los compré en Puerto Rico
en Sears de Plaza Carolina; mi entrañable amigo César Santos Rivera, un hermano
del alma, que en Santo Domingo había sido propietario de La Opera de El Conde hasta 1986, y quien tenía un local en ese
centro comercial al que llamó Classe,
me apuntó: “¡muchacho, esos zapatos no se
acaban jamás!”.
Mi
primera acción comercial del año que inicia fue acercarme a la tienda Clarks de Sambil, en el cuadrante de la
avenida San Martin, Máximo Gómez, John F. Kennedy, y la calle que la separa de
la estación de servicio que una vez fue de Tomás Gómez Checo, ex-lanzador de
las Águilas Cibaeñas, servicial vecino, sus hijos fueron mis compañeros de
infancia y adolescencia, y aún su yerno José Danilo Báez Ureña es mi odontólogo.
Ahí estuve, regalándome un par más.
Había
recibido otro par como regalo de cumpleaños.
Entre
otras preciosidades en el 2019 toleré como piropos: complicado, enigmático,
difícil, prepotente, ¡viejo trujillista!,
aunque debo admitir que ese me dolió, desadaptado, inadaptado social, amargado,
critico, ¡Mamut!... el cretino de los cítricos, me llamó uno
con apodo de damisela que pretendía le escribiera para obtener trabajo y
publicar bajo su nombre, ¡gratuitamente!
Por
suerte el camino me enseñó que más allá de mis atributos y debilidades, hay que
tener valores por sobre todas las cosas, una pizca de espiritualidad; y como
decía Nelson Mandela (Nelson Rolihlahla Mandela, Jul.18.1918 en Mvezo, Unión
Sudafricana; Dic.05.2013 en Johannesburgo, Gauteng, Sudáfrica): “el valiente no es el que no siente miedo,
sino el que vence sus temores”.
La
propaganda del Gobierno Dominicano apunta que quiere “jóvenes críticos, analíticos, reflexivos”. Quizás, personajes más
cerca de lo que me siento ser y tomando distancia de los entes que son
diferentes a mí.
¿Dónde
están los que hablan de mí?... ¿dónde?... ¿por qué nunca dan las caras?...
Como
me gusta la soledad, me encanta sentir que detrás de mí hay un desierto
interminable con vistas al Mar Caribe, la experiencia de caminar entre los
montes antes de llegar al azul de ese mar cotidiano, con sus colores. Tratar de
mirarme entre la inmensidad de las aguas.
Me
gustaría imaginar que todos mis conciudadanos pensarán y analizarán, que serán
capaces de comprender lo que escuchan y lo que leen, quizás resulte una quimera;
más en este año que habrá dos torneos electorales. Sería ideal que todos votáramos
a los mejores y no a los que se replican sabiendo que son corruptos e inmorales;
que los hay de todos los colores.
Por
cierto... ¿olvidó la Junta Central Electoral que había que imprimir boletas
para los sufragios?... ¿cuánto será el monto que imprimirá Editora Corripio?...
¿cuántas se le otorgarán a Diario Libre Impresos?... ¿por qué no se planificó
esas tiradas con el Instituto Técnico Salesiano?... y así contribuir a paliar
las enormes desigualdades que se exhiben en República Dominicana, y que la institución
forme nuevos valores en las artes que imparte. Para las elecciones del año 2016
se tiraron 23 millones de papeletas.
Así
que concluyo diciendo, que para mis momentos de soledad, para los instantes en
que la tristeza pretenda abrazarme, ya tengo mis Clarks, porque un zapato consuela.
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