Agrios
edulcorados…
Caso
350: Poner de moda el hashtag #MakeHibbertGreatAgain
Oct.02.2017
Para Centro-Basket 2010, que ciertamente fue un
desastre organizativo, Roy Denzil Hibbert, más llanamente Roy Hibbert (Dic.11.1986
en Queens, Nueva York) se mostró exacerbado con las condiciones que brindaba el
Palacio de los Deportes de Santo Domingo, no sin sobradas razones. Allí se apiñaron
la suma de todas las irresponsabilidades, las lluvias de esos días empañaron el
evento y dentro de la edificación las goteras y la humedad hacían verdadero
daño; para sorpresa, todos los involucrados en la organización del evento mentían
descaradamente, cínicamente y de manera desvergonzada.
FIBA-Américas amenazó con suspender el evento, y no
olvidemos que Rafael Fernando Uribe Vásquez, a quien todos conocemos por el desguabinado mote de Rafelin se había involucrado en la Federación
Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL); ejercía las funciones de tesorero: el
mayor error de Frank Herasme en su dilatado paso por la entidad deportiva. El país
cedió ante una vergüenza mayúscula; todos se lavaron las manos, caras y hasta “las verijas”. Fernando Arturo de la Altagracia
Hasbún Pichardo (Jul.27.1960), productor y empresario de televisión, de origen
palestino, quien ocasionalmente aparece con vínculos hacia el baloncesto 8incluya
a Ángel Luis Delgado en ese paquete) fue el presidente del Comité Organizador,
en este 2017 reapareció en las mismas funciones para el Centro-Basket sub-17
que se jugó acá.
Egresado de Georgetown University en el 2008, draft de Toronto Raptors en la posición
17, inmediatamente traspasado a Indiana Pacers. Hibbert en su época
universitaria trató de emular a sus antecesores Patrick Ewing, Alonzo Mourning
y Dikembe Mutombo, quienes completaban su elegibilidad académica en el recinto
de la capital americana. Llegó a los Hoyas
por recomendaciones de quien para mi es un ser inolvidable, el base de esta institución
Dwayne Bryant (entre otras tantísimas
consideraciones jugó para Estudiantes de Bahía Blanca a las ordenes de Néstor Rafael
García); Bryant jugó allí entre las campañas 1986-87 y 1989-90, señalado
siempre como: “a
classic style point guard”.
En el 2007 intervino con la escuadra de Estados Unidos
en los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, solicitó el cambio de
nacionalidad deportiva para cumplir con Jamaica, y después trató de regresar al
equipo USA. Cumplió con el conjunto con sede en Canadá, y antes de llegar a
Santo Domingo, agotó su segunda campaña en la NBA, ya con rotulo de estrella, promedió
11.7 puntos, 5.7 rebotes, en 81 partidos, 69 de ellos iniciándolos. Con los Pacers
compiló otras cinco campañas todas con cifras dobles en anotación, siempre presente
en lo relativo a la titularidad, y en la estación 2011-12 reunió su máximo
total en la casilla de rebotes 8.8. Hay que recordar que se eleva 7’02 desde el
piso con 270 libras de peso.
Para la campaña 2015-16 fue enviado a Los Angeles
Lakers (a cambio de absorber
su contrato de 15.5 millones de dólares); en Indiana querían desasirse de ese fortísimo
vínculo económico, especialmente después de haber elegido en el draft del 2015 a otro pívot: Myles Turner, 10 años más joven, con 6’11 de estatura, y
quien pasó un año en la Universidad de Texas,
y aunque abrió los 81 partidos en que intervino, sus números
en anotación (5.9) fueron los más bajos de toda
su carrera. También vio caerse los promedios de lances bloqueados, rebotes y minutos
por juego, los más bajos desde su campaña de novato.
En el verano del 2016 firmó con Charlotte
Hornets e intervino en 42 juegos con media de 5.2 puntos y 3.6 rebotes. En Feb.02.2017
fue negociado junto a Spencer Hawes a Milwaukee Bucks, pero antes de llegar a
vestirse con la franela de verde fue enviado en Feb.23.2017 a Denver Nuggets
donde apenas se asomó 6 veces a la duela y una contribución que es mejor
ignorar.
Con los Lakers ya había empezado a
demostrar que era ilimitado en aquellos equipos que buscaban una tórrida
ofensiva, está circunscrito a defender el aro, y así permanece etiquetado,
defiende y cierra tenazmente la zona pintada, olvidando que el resto de la
duela está abierta para multiplicidad de lances. Difícilmente podemos ver que
hay jugadores que en un minúsculo lapso pasan de ser All-Stars a asumir roles secundarios. Es espinoso imaginar que se está viendo al mismo jugador. En su mejor versión se comentaba que
desaparecía mucho más de lo que aparecía, además Hibbert es uno de los grandes
pívots, una versión que desapareció
misteriosamente.
Hibbert no ha tenido ningún problema fuera de la
cancha, salvo una complicación en las rodillas, ha abordado algunas de sus
confrontaciones mentales que ha sufrido en el pasado (siempre se comentó sobre
su fragilidad psicológica). Sigue siendo bueno en las cosas que era bueno, cuando se le consideró
una estrella, tiene buena presencia en los camerinos, buenos movimientos en ataque, es un inmenso eje defensivo a partir de
su enorme envergadura y su capacidad para defender el aro a partir de su salto
vertical, un arte que perfeccionó en Indiana junto a Frank Vogel y que le hizo
ser un incordio hercúleo, además es un profesional consumado.
Desafortunadamente, sus habilidades ya no son tan
valiosas ahora que el estilo de juego cambió y sus limitaciones han sido
expuestas al jugar en un equipo de medio pelo. Peor aún, no hay manera de que
pueda ajustarse.
Cuando llegó a la liga procedente de Georgetown todos los
equipos querían un centro que pudiera disuadir a los contrarios, intimidar o
cambiar los disparos cercanos a la canasta y en ese aspecto era fantástico. Fue
por demás, el ancla de algunos de los grandes equipos defensivos en Indiana, la
última línea de la defensa, y muchos asumieron que su capacidad de blindar el arco
fue lo que apoyó a los Pacers en su empuje de hace unos años. Aquello fue una miscelánea
de esquemas favorables, rodeado por jugadores adecuados que lo hicieron
destacar, bajo la dirección ejecutiva de Larry Bird, Vogel en la conducción técnica,
y ahí estaban Paul George, Lance Stephenson,
Luis Scola, George Hill, y David West.
Vale señalar de manera anecdótica que desde hace un
par de años a la fecha decidió practicar el jiu-jitsu para mejorar sus movimientos.
Quizás a este Roy Hibbert sólo
te estaría haciendo falta una cosa: minutos para mostrarse. Hoy está fuera de
rotación, sin equipo alguno, lo que en su día le cerró la puerta hoy podría
abrírsela de nuevo. Me encantaría
como señaló un periodista de Milwaukee: “debemos poner
de moda el hashtag #MakeHibbertGreatAgain”.
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