Cartas marcadas
Desde ya
se vislumbra una puja, almoneda o contienda, que podría ser interesante,
infrecuente y novedosa, entre Ramón Rodríguez, a quien todos conocemos como El Teacher, y Rafael Uribe Vásquez,
presidentes respectivos
de ambas entidades.
Mañiño, Marte, Rodriguez y Padilla |
Rodríguez
llegó al organismo capitalino en diciembre del 2012 y a fines de este año
deberá someterse a un nuevo escrutinio tratando de mantenerse en el cargo;
antes había estado en la misma posición 12 años atrás, terminando separado
“deshonrosamente” del baloncesto dominicano por disposición del presidente de
entonces, ingeniero Frank Herasme Díaz. Es menester recordar que Rodríguez
substituyó en el cargo a Roberto Ramírez, quien realizó, sin quizás, la más
funesta gestión al frente de la institución.
Bastó la
celebración del Superior del Distrito en el 2013 para que El Teacher se sentara en su poltrona, no hiciera
nada más por la
actividad dentro de su área de influencia, cambiara hábitos y costumbres,
abandonó sus viejos trajes que parecerían de difundo de mayor ancho para
cambiarlos por unas chacabanas de pésimo gusto, solo para estar a la moda, compró
unos sombreros al estilo de cualquier juglar de escasa monta y encendió el
ardor y los ánimos de las entidades que lo llevaron a la posición de presidente
de ABADINA.
En el
sorprendente lapso de 12 años, Rodríguez no hizo nada por el baloncesto, no
emitió una sola consideración, no orientó a ninguna entidad, no hacía acto de
presencia en los lugares de competencia, no representó ningún club, pero se
mantuvo asistiendo rigurosamente a las instalaciones del vespertino El Nacional
donde se convirtió en corrector de estilo, gratuito, de las columnas Te Enteraste que publica el editor
deportivo de ese rotativo Leonardo de Jesús Heredia Castillo, mejor conocido
como Leo Corporan. Por supuesto, no tenía potestad para cambiar una sola coma.
Cuando en
el 2012 todo el mundo pedía la cabeza del ingeniero Johnny Marte Bueno en la
presidencia de ABADINA (una verdadera pena que haya retirado el tinte que
cubría sus mechas), después de una gestión llena de inquietudes y ningún
resultado, algún descocado sacó del sombrero el nombre de El Teacher, solo para resucitarlo. Después de su elección,
Rodríguez se aventuró de manera breve y quizás poco satisfactoria a convertirse
en articulista de opinión en el mismo vespertino.
El Teacher y sus asesores |
Lo de
Rodríguez ha sido tan grotesco o quizás más, como su antecesor. Montó un sub-25
que presagiaba la recuperación expedita del fervor por el baloncesto en la
capital, se empeño en el Superior que se libró bajo todo tipo de suerte y
terminó desluciendo el espectáculo. No implementó las categorías formativas, y los
poquísimos eventos que puso sobre las canchas no pasaban de un fin de semana,
por categoría, cocidos al vapor y terminaron a rabazos. Con él ausente del
país, su asistente, Gilberto De La
Cruz (Mañiño, ¡ostia tío, que apodo te gastas!), ha tratado
de incidir en los resultados, ha terminado abruptamente partidos, rompe con la tónica
de sobriedad de un funcionario, deja un atroz ejemplo frente a la juventud y se
pasea con los trofeos y medallería en su vehículo.
Para peor,
entregó el baloncesto superior femenino del Distrito Nacional a la Federación Dominicana
de Clubes (FEDOCLUBES), que preside Roberto Ramírez, Pablo Reyes, Roberto Reyes
Ramírez o como se llame realmente, un mamotreto sin pie ni cabeza, que sólo se
justifica para darle continuidad en el tiempo a otro advenedizo del deporte.
Aquello me hizo recordar una escena familiar, mi abuela tenía una estufa
eléctrica pero cada vez que colocaba carne sobre ese un artefacto enorme y no
tomaba las previsiones necesarias, la misma terminaba en las fauces del gato.
Una escena
similar se repitió en la última asamblea del Club Mauricio Báez: el cuadro era
dantesco, Corporan,
Ramírez o como se llame y Nelly Manuel Doñé, encarados y
vigilantes en una elección donde se contaban con los dedos de las manos los sufragantes
que llegaban a la pubertad. Hombres entre 60 y 70 años para mantener un statu quo barrial insostenible.
Al mejor
estilo de Juan Bosch: “la carne no se puede
dejar al cuidado de los gatos… ¿comprende?”.
Las lunas
sobre la capital dominicana permanecen desveladas desde hace tiempo. Demasiada
gente haciendo daño, buscándose el
peso de la forma más descarada posible, fruto del inmediatismo y la
incapacidad. Empezamos hace tiempo difundiendo aquello de que no hay que leer…
“los libros muerden”, escuché
infinidad de veces. ¡Claro que los libros muerden!... muerden la ignorancia,
muerden la mediocridad, muerden el cerebro y lo despiertan. Hay que dejar que
los libros nos muerdan a cada instante y lo mejor es que no duelen sus
mordidas.
Al
baloncesto dominicano se le hace tarde, los reproches molestan y lastiman, pero
todo el mundo se hace cómplice y los que no se suman a la corriente, son los
malos, los pesimistas, los idealistas, los solitarios revolucionarios. Nadie ha
comprendido que los liderazgos, tantos políticos como deportivos, muchos
construidos al vapor, son una oportunidad para servir, no para lucirse,
mostrarse o sacar provechos personales. Los que juegan con cartas marcadas
quedarán en evidencia más temprano que tarde y tendrán que pagar con el
ostracismo o quizás la cárcel.
Todo lo
anterior parece una metáfora shakesperiana
sólo para describir las maquinaciones de los llamados agentes de poder del
baloncesto dominicano, pero quizás sólo el genio inglés podría hacer justicia
ante los supuestos actos de traición que se cuecen en todas partes; se tejen
componendas desde el Palacio de los Deportes, en más de una oficina, desde la
avenida San Martín al 236, desde el ensanche Piantini, desde el sector de Los
Prados, desde la prolongación Ramón Cáceres, desde la intramuros calle Santomé,
desde la avenida México; gente común queriendo hacernos creer que están por
encima de lo que la sociedad y el deporte le reclaman.
Existen luchas intestinas, promesas que no se
cumplen, sonrisas forzadas, abrazos engañosos, cosas que no se dicen pero se
piensan, cosas que se dicen pero no se traducirán en acciones del todo
positivas buscando su fracaso. Un verdadero rosario de intrigas, las más
obscuras salidas desde la redacción del diario citado. Aquí se quiere jugar a toda
catarata de bajezas, negocios turbios, traiciones, vanidades infundadas (si
existe alguna fundada), mucho dinero en juego que nunca los directivos de los
clubes en su vida soñaron y ni siquiera se capacitaron para gerenciar;
imagínese entonces cómo se pueden multiplicar las mezquindades. Este dislate
adquiere ribetes escandalosos partiendo de algo esencial: nadie es dueño de
nada. Solo de un poder transitorio dado por las propias organizaciones que
representan y las que pretenden manejar como cotos personales.
Todos los hechos señalan que se busca violentar
y alterar los tiempos constitucionales. Este despropósito busca seducir a los
que desesperan al ver que su influencia cae hecha añicos o sus negocios se
pueden consumir a la espera de las atenciones del poder político actual, que no
es el mismo al de hace 17 meses atrás, o atraer a quienes frente a lo
inevitable de su propio derrame, el fracaso del relato repetido y la perdida
del apoyo social prefieran consumirse en una salida con visos de heroicidad
ante el lento sangrado de las múltiples crisis.
Quiérase o no, la pelota continúa estando en
manos de Uribe Vásquez, pero viene ratificando la capacidad de
ampliar el campo
de sus adversarios. No todo al que se convoca a las oficinas de FEDOMBAL va a
aplaudirlo. Desde los predios de Villa Juana se busca cobrar nuevamente aquel
desplante cuando se le ofreció la presidencia de
Hizo falta que el año despuntara para que la
agenda del presidente de la
FEDOMBAL se volviera a cargar de buenos augurios, promesas
febriles, intenciones declamadas y muchos propósitos de la mejor especie. El
rigor alcanzaba con mucho menos. Tengo la percepción que se sentó y se sintió
solo en algún momento y sacó cuentas o quizás se encontró casualmente por la
calle con ese antiguo compañero de colegio, al que no veía desde la última
reunión de egresados, hace mucho, mucho tiempo. Guardo la esperanza que algo o
alguien lo ha puesto a pensar más allá del diario discurrir de la institución a
su cargo.
Hay fuegos frente al que el presidente de la ABADINA no debería jugar.
Me resisto a creer todo lo que se dice de su persona y todo lo que he leído
sobre sus desvaríos existenciales. Me he sentido defraudado porque regresó a
una institución frente a la que no tenía ningún proyecto o un programa mínimo
para encausarla y varió su actitud frente a muchísimas personas. Era penoso la
fausta danza de lisonjas, floreos, exaltaciones que mantenía frente a nuevos
actores del baloncesto de la capital, verbigracia Richard De Los Santos, que
fue el caso más sonado.
Rodríguez perdió la capacidad de discernir y
demostró que es incapaz de escuchar, quizás temiendo otro aislamiento social,
político y deportivo, como táctica o como fruto de su actuación bajo el dominio
de las pasiones contrariadas, lo que resulta excesivamente riesgoso como las
palabras incendiarias de sus asesores que expresan ideas sumamente violentas y
vengativas. Estos le recuerdan su pasado y eso le hace temblar las carnes.
¿Cuál es la trama invisible que enlaza
situaciones tan diversas?
El Teacher debe saber que el
baloncesto capitalino ha estado enfermo desde hace muchísimo tiempo, quizás
antes de que Roberto Ramírez (¿?) llegara a la ABADINA (solo ese hecho
demuestra la putrefacción reinante), que todo el mundo se le ha virado y ya no
representa a nadie; 23 de los clubes de la entidad que preside buscan conformar
una plancha donde figurarían el abogado Francisco Méndez del San Carlos como
candidato a presidente y Saturnino Martínez del Mauricio Báez como secretario
general, lo que lo dejaría sin opciones. Su ardid es apostar a su propia
presidencia con una secretaria general en manos de Johnny Marte Bueno (pasado
presidente de la entidad), Gilberto De La Cruz del Club Renacer, Edwin Castillo de La Ciénega o sacrificar un
neófito en esas luchas como Amaury Heredia Guerra, hijo de Leo Corporan y
buscar la inscripción expedita de nuevos miembros de la entidad.
Rodríguez acaba de
agregarle el condimento político a una mezcla explosiva que ya incluía su
negativa a presentar un informe económico sobrio, su ineficacia frente al
desarrollo de la disciplina en los confines de su área de trabajo, su olímpica
desaparición de los medios después de la conclusión del Superior correspondiente
al 2013, la falta de capacidad gerencial, las tarifas por manejo de las áreas
de comida y bebidas, el desaliento a la inversión en la justa máxima y la
inseguridad. La situación es suficientemente delicada como para desear
enfrentar a la FEDOMBAL
de manera olímpica.
Repito, con ciertos fuegos es mejor no jugar.
El presidente
capitalino nunca terminará de medir hasta qué punto se dañó a sí mismo
desoyendo a las mayorías y concentrándose en sus “asesores” Corporan y
Alejandro Asmar Sánchez, también conocido como Chito, un dinosaurio de la
actividad deportiva que casi llegando a los 90 años de edad se anuncia que
buscará la presidencia del Club Deportivo Naco. Ese capricho ejecutado desde un
poder que consideró sin contrapesos, termina siendo parecido a las decisiones
equivocadas, individuales o colectivas: tarde o temprano se paga un precio por
ellas. A El Teacher le está empezando
a llegar el segmento más cuantioso de esa adición. Y no tiene a quien echarle
la culpa.
Es una vergüenza
nacional que Rodríguez haya permanecido inmutable en el cargo durante casi un
año, sin tomar nota de los severos cuestionamientos de todos los colores en su
contra. No se trata de una evaluación política sobre el desempeño de sus
funciones. Es otra cosa. Por lo bajo El
Teacher está acusado de cometer delitos; esas indelicadezas se propagan
como reguero de pólvora por todos los medios sociales y en algunas estaciones
de radio, y de haberlos cometido al amparo de la transitoria impunidad que le
dio el poder.
Los miembros de la ABADINA también son
culpables por omisión, por no hacer caso firme a sus obligaciones y sólo andar
balbuceando las irregularidades de los demás; quizás en un ejercicio para hacer
lo mismo en caso de que la suerte le toque al asumir posiciones similares.
¿Por qué Onésimo Acosta (El Millón), José
Augusto Castro (Mejoramiento Social), Yerkin Agustín Figuereo (Rafael Barias),
Ramón González (Huellas del Siglo), Osvaldo Sing (San Lázaro) no terminan de
ejecutar con su abrumadora acumulación de pruebas?... los nombres anteriores
colocados por estricto orden alfabético, porque hay lectores que hacen
bembitas. ¿Qué se hará con ese suficientemente engrosado expediente que ya tiene
contundencia inapelable?... ¿dormiremos el sueño eterno antes que alguna
decisión pueda someter algunas carreras al fuego sacrifical para defender a
Rodríguez?
Corporan ha azuzado a El Teacher contra Saturnino Martínez, el único líder comunitario de
la barriada de Villa Juana, buscando hacerlo saltar del cargo del presidente
del Club Mauricio Báez para colocar en su lugar a Cesar Amaury Heredia Guerra,
Amaury Heredia Guerra (ambos carne de su carne), al inmortal del deporte José
Luis –Boyón- Domínguez o al propio Rodríguez, pero esas son otras cuentas que
no dan números positivos. Ahora incita a Rodríguez frente a Uribe Vásquez,
mientras propone que el evento máximo de la actividad sea dedicado al
Presidente de la República ,
Danilo Medina Sánchez… ¿qué se busca con tanto artificio?... ¿se hace urgente
cobrar la deuda que Leonel Fernández Reyna dejó en el Ministerio de Obras
Publicas y Comunicaciones ante la familia Heredia Guerra?... ¿el actual
ministro Gonzalo Castillo es más renuente hacia el trato con el “redactor jefe”
de la San Martín ?...
¿se agotan las balas en el escenario deportivo y se quiere confrontar a Uribe
Vásquez para castrar lo que él considera sus legitimas aspiraciones?
El futuro de Rodríguez
es más propiedad de la justicia que de la política, esa es mi percepción, pero
cada quien busca cubrirse con el manto de la impunidad, ese que algunos
miembros del partido oficial consideran que será eterno. Habrá que esperar si Corporan
sostiene el oprobio de mantenerlo a su vera con fines inconfesables. O si, por
el contrario, El Teacher está
obligado a tener un gesto decente y al menos pedir licencia hasta que su
situación se torne más diáfana. Cada minuto que permanezca en su cargo será un
costo adicional para un deporte al que cada día le sobra menos capital social
para malgastar.
En el vértigo de estos
tiempos tormentosos afloró la tentación de jugar con fuego, incluso sabiendo
cuál es el riesgo de esa práctica y cuánto nos quemamos en ocasiones anteriores
que todavía lastiman la memoria. Así, con liviandad irresponsable se extiende la discusión sobre si las
crisis obligará a El Teacher a acortar
el tiempo de su mandato.
Más de uno pensará que
le estoy echando gasolina al fuego, pero: “si tiene miedo de irse antes es
porque se va a ir antes”… Corporan seguro me hará llegar por intermedio de uno
de sus aprendices, porque además de cínico nunca da la cara: “no se ilusionen
que no nos vamos a ir antes”. A El
Teacher le repetiría la frase de Leonardo Da Vinci: “así como el hierro se
oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto”. El pleno
de los clubes de ABADINA debería decirle a Rodríguez: “hasta acá usted llegó o
cambia o se va”… ¿habrá pelotas suficientes?
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