sábado, 30 de marzo de 2013


¿Legales o mentirosos?

Así de sencillo, la vida es hundirse o nadar. Hoy escribo con verdadero luto en el corazón. Siempre he tenido la certeza de que estas líneas llegan a donde quiero que sean leídas y se entienda; se que muchos están de acuerdo con mis planteamientos, pero la mayoría calla ante mis observaciones por simple cobardía. Muy temprano en la mañana, apenas minutos de publicar mi anterior articulo, El reino del na’ es na’, Ramón Rodríguez, El Teacher, presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) señaló en una de las páginas donde lo reproduzco en Facebook, que le gustaba, pero antes de que el gallo cantara tres veces borró el comentario. Cosas tenedes, el Cid, que farán fablar las piedras, pues por cualquier niñería facéis

Ramón Rodríguez en acto de la ABADINA
campaña a  la iglesia.

En tiempos del ingeniero Frank Herasme como presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) se vendía la idea de que la disciplina se había desarrollado en base a los 42 torneos de carácter nacional que hay o habían repartidos en la geografía nacional. Hoy todos sabemos que no ha sido así, ese modelo colapsó y hay que luchar a brazo partido desde las categorías formativas, empezando por el adiestramiento de nuestros técnicos. El propio Herasme admitió a regañadientes, al término de su mandato, la certidumbre.

Pese a las distinguidas posiciones logradas por la selección nacional absoluta masculina en los eventos nacionales durante el periodo 2011-12, más allá del año 2020 no se vislumbra nada esperanzador en el panorama del baloncesto dominicano, a menos que se empiece a trabajar en lo inmediato. Creo que hasta ahí se puede llegar con el material existente, pero el relevo cada vez será más cuesta arriba. Cada vez se nos roba la expectativa de seguir escalando primeros planos, no existimos en las categorías formativas y las ilusiones siempre deberían estar delante de nosotros.

El baloncesto dominicano está lleno de directivos tristes, entrenadores afligidos, monitores apenados, clubes desconsolados, jugadores abatidos, encerrados en una burbuja de egocentrismo, avaricia, comodidad, ambición, interés, que no les permite salir al encuentro con la gente; nadie está dispuesto a ser mediador entre la disciplina y la comunidad, ser un abnegado ente de movilización, tener un mínimo de altruismo o un gesto de generosidad.

Tenemos coleccionistas de novedades, no guardamos las antigüedades para la historia, nadie es pastor en medio de su rebaño, tampoco pescadores de buenos proyectos para el mañana. Terminados en simples gestores, ninguno de los actores que rondan el baloncesto dominicano pone en juego su propia piel y mucho menos el corazón. Parodiando las palabras del Papa Francisco en la Misa Crismal (Mar.28.2013): tenemos un verdadero conflicto de identidad deportiva, una amenaza para todos, a la que se suma una crisis de la civilización, y hay que encontrar la manera de barrenar su ola, meterse mar adentro en nombre del baloncesto y echar las redes.

Pero nada parece cambiar. La arbitrariedad, la gastrimargia, la prepotencia, la infinita apetencia, la exclusión, el afán de lucro, el atropello, la vanagloria, la iniquidad, la avaricia, la omisión, la soberbia, la petulancia, la pereza, la voracidad, pecados a los que son tan adictos nuestros dirigentes pseudo-populares, algunos de los cuales han pasado toda la gama de adhesiones con sueldos del Estado, cobraron con Joaquín Balaguer, con Leonel Fernández Reyna, con Hipólito Mejía Domínguez y hay aún quienes esquilmaron a Antonio Guzmán Fernández y Salvador Jorge Blanco; ese es el signo de este tiempo, por más que intenten disimularlo.

Este año el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional estará dedicado al 50 aniversario de los clubes San Lázaro y Mauricio Báez. En principio, sólo al Mauricio Báez y a Leo Corporan, sin ir más lejos, debido a la genuflexión de El Teacher ante El Marchante, como le gusta ser llamado al editor deportivo de El Nacional. Alguien le recordó que los lazareños habían sido fundados meses antes que los mauricianos. Arregló el entuerto y nadie sabe si mantiene la dedicatoria al autor de la columna Te Enteraste.

El evento ya se pospuso una primera vez, ahora iniciará la primera semana de mayo. Se deduce que una vez más el calendario se hervirá en olla de presión. Dos meses ante los apuros frente a la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), más equipos, más gastos y la siempre imperiosa necesidad de buscar recursos. Requerimientos que se buscarán en el sector público, pues ya nadie se acerca al sector privado, ante la destemplada caída de aceptación de estos eventos. Se sabe que el alcalde de Santo Domingo Este y presidente del Comité Organizador, Juan De Los Santos, apoyará plenamente a los equipos de la zona oriental (Los Mina y Villa Duarte).

San Lázaro, San Carlos, Mejoramiento Social (BAMESO), Rafael Barias, El Millón, Huellas del Siglo, Los Mina y Villa Duarte, ocho conjuntos que se disputaran una apretada agenda, sin descanso, tratando de hacer de tripas corazón y nueva vez, dejando enganchados a todos los actores. Por lo que me surgen algunas interrogantes:

  1. ¿Qué castigo reciben aquellas instituciones que año tras año acumulan faltas en los pagos a su personal técnico y su plantilla de jugadores?
  2. ¿Están contabilizadas las deudas de los equipos y tiene la ABADINA o la FEDOMBAL conocimiento de ellas?
  3. ¿Cuántos entrenadores y jugadores firmaron contratos con los equipos a los cuales representaron? Antes era obligación depositar una copia de esos contratos, en sobre lacrado, en las oficinas de ABADINA.
  4. ¿Alguno de los propios entrenadores o jugadores tiene contratos de trabajo firmado con algún agente FIBA reconocido o por lo menos, cuenta con un abogado laboral que los pueda asesorar?
  5. ¿Continuarán apelando las entidades miembros de ABADINA al inhabilitado “derecho de reserva” con lo que los clubes dominicanos, incluyendo la propia LNB, pretenden mantener control sobre los jugadores? Esto es simple y llanamente un atropello a la movilidad laboral que en todas partes es libre y por demás, concentrándonos en el baloncesto, viola los principios de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA)
  6. ¿Cumple alguno de los clubes antes señalados con las disposiciones tributarias de la República Dominicana?
  7. ¿Tiene alguna de las entidades sus estatutos legales establecidos?
  8. En caso de tener una respuesta positiva, ¿se cumplen los mismos?
  9. El Jardín de las Lujurías
  10. ¿Cuenta alguno de los clubes afiliados a la ABADINA o de cualquier otra asociación del país con número del Registro Nacional de Contribuyentes? (recibí la noticia de que San Lázaro, San Carlos, El Millón, Huellas del Siglo y Los Mina tienen sus números de RNC)
  11. ¿Cuenta alguno de los clubes afiliados a la ABADINA o de cualquier otra asociación del país con un registro de sus afiliados?

Si por lo menos una de las respuestas es negativa, el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito Nacional y todos los restantes eventos superiores del país son ilegales en su totalidad. Igualmente son ilegales todos los equipos y entidades deportivas que funcionan en el territorio nacional. Tristemente, aunque hay hombres y mujeres que pretenden hacer baloncesto dentro de nuestra geografía, hay que cambiar de forma contundente la manera de ver las cosas.

La Avaricia
Hace años, el país adoptó una Ley General del Deporte (Ley 356-05 promulgada por el Poder Ejecutivo el 15 de septiembre del año 2005.) que no ha servido para nada. El derrotero ha sido el mismo. Tanto ayer como hoy, esa normativa debió proponer un nuevo modelo de representación y acción dentro del campo correspondiente. Fomentar las asociaciones deportivas en la formación de nuevos valores y establecer modelos de responsabilidad jurídica y económica para las instituciones que desarrollan actividades de carácter profesional. Hace años que los clubes debieron convertirse en corporaciones o mínimamente en entidades legalmente reconocidas.

El propio Rodríguez recibió de su antecesor, ingeniero Johnny Marte, una entidad donde no se emitió un solo registro contable. Antes, Marte había recibido la misma ABADINA bajo cientos de rumores de la mala contabilidad atribuidos a Manuel Adolfo –Cholo- Suero Guerrero y nada se demostró. Rodríguez acogió en su pasada gestión una ABADINA de manos de Roberto Ramírez sin que mediara un solo papel, después que este último eliminara toda la documentación de las oficinas del Palacio de los Deportes. Ramírez borro gran parte de la historia del baloncesto capitalino y nadie lo sancionó, pero como vivimos en el reino del na’ e’ na’, este sujeto mantiene un cachivache, mamotreto, chirimbolo o armatoste llamado Federación Dominicana de Clubes, cargado a la nomina del estado y reconocido por el Comité Olímpico Dominicano (COD).

Roberto Ramírez
(Perdón, perdón… meses atrás, Edwin Castillo, presidente del Club La Ciénega y Adriano Meregildo, presidente del Club Loma del Chivo, en ese momento ambos ejecutivos de ABADINA, me indicaron que evitara referirme a don Roberto Ramírez, o como se llame realmente, porque tenia un ejercito de abogados listo para defenderlo de mis ofensas y además, era una de las figuras más excelsas del deporte dominicano… y que su nombre era santa palabra). A este pendejo lo que hay que ponerle una cofia, una escarcela, una mandorla y elevarlo a la diestra del padre, beatificarlo por todas sus buenas acciones en pro del deporte nacional. Momento para carcajearme, para reírme, para descoyuntarme… ¡y punto!

Los clubes y ligas deportivos deberían ser asociaciones privadas sin ánimo de lucro, con personalidad jurídica, integrados por personas físicas o jurídicas, que tengan por objeto principal la práctica del deporte y que desarrollen su actividad básicamente en su lugar de competencias, donde radicará su domicilio. Para el reconocimiento de un club deportivo deberán presentarse ante la Dirección de Ligas y Clubes del Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC) con los siguientes documentos:
  • Escrito de solicitud suscrito por los promotores o por la persona a la que se haya otorgado la representación en el acta fundacional.
  • Acta fundacional, formalizada en documento público o privado, en la que se manifieste la voluntad de los promotores de constituir un club o liga deportivo y los estatutos por los que se regirá. Ambos documentos serán suscritos por, al menos, tres personas físicas o jurídicas.
  • Acta del acuerdo de aprobación de los estatutos o certificado expedido al respecto.
Deberá otorgarse el acta fundacional en documento público cuando en la constitución del club participe, al menos, una persona jurídica.

En todo club deportivo existirán, al menos, los órganos siguientes:
  • Una Asamblea General o equivalente, órgano supremo de gobierno.
  • Un Presidente.
  • Una Junta Directiva.
  • Una Comisión Electoral.
  • Un Secretario. Podrá existir, asimismo, un Interventor o Comisión de Intervención.

Podrán existir, entre otras, las siguientes categorías de miembros de los clubes deportivos:
  • Socios o asociados de pleno derecho.
  • Abonados o colaboradores.
  • Deportistas.
  • Técnicos. 

Los clubes y ligas deportivos que, por participar en competiciones deportivas oficiales de carácter profesional, deban adoptar la forma de sociedad reconocida ante la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), se regirán por lo dispuesto en la normativa nacional aplicable; no obstante, cuando algún equipo de las sociedades anónimas deportivas que no participe en competiciones de carácter profesional, desee hacerlo en competiciones oficiales, deberá constituir una sección deportiva.

La tónica en el país ha sido muy diferente, cualquier Juan de los Palotes, forma un club o liga y de inmediato busca como cargar la misma a la nomina oficial. Luis Mercedes, de la liga del mismo nombre, dedicado a la enseñanza del béisbol, que recibe el reconocimiento de la prensa deportiva dominicana, carga mensualmente al presupuesto de MIDEREC la nada despreciable suma de 120 mil pesos dominicanos (3 mil dólares de los Estados Unidos, al cambio de la fecha), pese a ello, cobra cuota de inscripción, mensualidades, una o dos veces al año suma uniformes para la practica de la actividad, que son cobrados a los padres que han depositado su confianza en el, y utiliza los terrenos del Gobierno Dominicano de manera gratuita, entre otras menudencias. Este es sólo un ejemplo y mil historias que no se dicen. El descrédito de nuestra clase deportiva está alcanzando cotas vergonzosas incluso para nuestros propios estándares.

Luis Mercedes
Todas esas ligas y clubes, asociaciones, federaciones y cualquier otra actividad ligada al deporte terminan convertidas en mera propiedad de sus dirigentes. Antidemocráticas, sin reglas claras y desdibujando la masa social que debería estar adscritas a ellas y para coronar los desaciertos, impidiendo que otras personas participen y colaboren en los procesos. Uno de los ejemplos más elocuentes son los bajo techo que dejó inaugurados Leonel Fernández Reyna al termino de su gestión 2004-12, ninguno ha servido para una real practica deportiva; los mismos son alquilados para actos de diferentes índoles y a las ligas añejas de baloncesto o voleibol, sin que nadie tenga la responsabilidad de rendir cuentas por esos emolumentos.

¿Cuándo ocurrirá en el deporte nacional que uno de sus traidores admita sus trampas, como acaba de hacer Lance Armstrong? ¿Cuándo veremos a un dirigente deportivo enrojecerse delante de un periodista y admitir que su conducta ha sido inadecuada, que la ambición le convirtió en otra persona, que lo que hizo está mal?... “soborné, me enriquecí, me llevé el dinero a los bancos y financieras o lo coloque en prestamos usureros, unté a compañeritos que recalificaban actividades dudosas, pagué con dinero público en sobres manila a compañeros del partido, y mentí todo el tiempo. Lo siento mucho: me he equivocado, me arrepiento de todo ello”.

La vida es un ring en el que a veces nos peleamos con la realidad, y a veces nos enamoramos de ella. Ante semejante púgil, la estrategia más acertada incorpora una buena dosis de humor ácido, que además no mancha. Riesgos, mejor correrlos todos. Y si amaga con un golpe bajo, el gancho de izquierda, o el crochet de derecha, depende, la noquea. Pero vuelve a levantarse. Así, sin ganadores ni perdedores, que en este tetrágono odiamos la violencia, hasta que suene la campana.

Mi psicólogo dice que la verdad está sobrevalorada. Que le otorgamos una trascendencia de la que carece. Puede ser. Entre una mentira hermosa y una verdad horrible, ¿quién no prefiere la primera? ¿Cuántas veces hemos odiado conocer la realidad, con lo contentos que estábamos con nuestra mentira, tan incompleta y deliciosa? De todos modos, la cuestión no es decidir si preferimos ver la realidad o no, sea ésta espantosa o su opuesto. Es, más bien, otra, de consecuencias trascendentales y de compleja resolución. ... si todo esto ocurre, y ocurre, entonces la cuestión es que tenemos un problema estructural en nuestra clase deportiva que, verdaderamente, asusta.

Ursula Kroeeber LeGuin escribió en Los Desposeídos que: “no puedes comprar la revolución. No puedes hacer la revolución. Sólo puedes ser la revolución. Está en tu espíritu o no está en ningún sitio”. El francés George Brassens agregó: "la única revolución es intentar mejorar uno mismo esperando que los demás también lo hagan". Mientras el mexicano Carlos Fuentes señaló: “las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada”. Al igual que como se dice en las editoriales, en una revolución o en una novela la parte más interesante es inventar el final, hasta el momento el prologo de la administración de Rodríguez no promete nada bueno.

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