sábado, 26 de enero de 2013


La madre de todas las muertes mediáticas

A más de uno le gustaría pensar que asistimos a los últimos días de vida de Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de Venezuela desde 1999 y quien resultó electo el pasado 7 de octubre para el periodo 2013-19; cargo al que debió jurar el pasado 10 de enero, según reza la Constitución de esa nación sudamericana. Es un dilatado desfallecer mediático que mantiene cautivo a media humanidad. Muchos otros, en especial sus seguidores, esperan un milagro divino, lleno de misericordia, para que de manera expedita y sorpresiva pueda ingresar por sus propios pies al Palacio de Miraflores.

Pocos nacionales son tan sensibles como los venezolanos al momento de sentir ingerencia en sus asuntos internos. De uno a otro extremo, desde el Zulia y Cabimas hasta el oriente, pasando por Anzoátegui, Monagas y Sucre, desde Caracas hasta San Simón del Cocuy, nadie acepta que los extranjeros metamos las narices en los temas propios de un país inmensamente rico que no ha podido superar el subdesarrollo en más de 80 años de bonanza petrolera.

En su afán de promover la “revolución bolivariana o el socialismo del siglo XXI”, el propio Chávez Frías ha tenido episodios de amplia ingerencia en naciones vecinas y en otras no tan cercanas. Quien ha sido Presidente de Venezuela, por tantos años, ha querido llevar su obra e ideas, su influencia y también su presencia a otros confines, algunas veces de manera muy osada.

Solo hay que mirar a quienes han estado en La Habana en este principio de año para saber lo que decimos. Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Vicente Correa Delgado, José Daniel Ortega Saavedra, José Alberto Mujica Cordano, Juan Evo Morales Ayma, entre otros, son parte de su circulo intimo y quizás de más de una travesura.

Para entender un poco más a los venezolanos y sus políticos hay que adentrarse de lleno a un término muy particular de la juerga local y que define también al resto de los habilidosos “lideres” de nuevo cuño en América Latina: guabinoso. Proviene de un pez de río que abunda por esas zonas. Significa resbaladizo, escurridizo, baboso, esquivo, que saca la vuelta, aquel que no adopta una posición responsable con los tema a tratar, “lo uno y lo otro, pero también todo lo contrario. Bajo ese manto se puede encubrir toda la perversidad, toda la corrupción, el hurto de los bienes públicos, la creación de enormes fortunas y grupo para-empresariales, a los que estamos tan acostumbrados en nuestros países.

La Venezuela de inicios de este año 2013 es toda una incertidumbre. No hay Presidente de la República, hay un enorme antagonismo entre los actores de primera línea, no hay decisión de llamar a las elecciones constitucionalmente obligatorias ante la falta del primer mandatario, no hay información certera sobre la salud de Chávez Frías, recluido en La Habana desde el 10 de diciembre del pasado año, los militares están al acecho de cualquier novedad y para colmo, la bandera cubana ondea en diversas partes del territorio bolivariano; escasea el pollo, papel higiénico, harina pan, harina de trigo, aceite, huevos, leche, legumbres, azúcar, medicamentos (en especial broncodilatadores y antibióticos) pasta dental y paro de contar. Tiempo para que los “boliburgueses” continúen haciendo su agosto.

Tras los triunfos abrumadores de Chávez Frías se han sentido los síntomas sociales de los ajustes de corte “revolucionario”, las expropiaciones graciosas, el desamparo del aparato productivo, la desatención a la producción agropecuaria. El incremento a cifras históricas del índice de desocupación, sin redes sociales que sirvieran de contención al deterioro de la salud y la educación pública. La confrontación por parte del estado ha estado siempre presente y muchos sectores de la clase media no tienen miedo a las protestas, sabiendo que en el camino recibirán todo tipo de ataques, incluyendo algunos muy virulentos.

Ante la ausencia de novedades un chiste sobre el decreto que nombró a Elías Jaua Milano como ministro de Relaciones Exteriores, el 15 de enero, se pasea por el mundo. Por bajo cuerda se dice que Chávez Frías le dijo a Nicolás Maduro Moros, en visita a su lecho de enfermo, con voz débil, poco audible: “no me han dada agua desde ayer y el zoquete entendió nombra a Jaua canciller”.

Chávez Frías designó a Maduro Moros como su sucesor político, para presentarse a nuevas elecciones en caso de quedar incapacitado. Al no poder juramentarse le correspondía a Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Nacional, tomar posesión al cargo y llamar a elecciones en 30 días.

Chávez Frías es un hombre que genera enormes pasiones pero también profundas animadversiones. En su prolongado ejercicio del poder ha abierto insondables diferencias entre los suyos, hay heridas que tardarán mucho tiempo en cerrarse. Ha encaminado a su país hacia límites jamás sospechados con el solo hecho de colocar la nación a la vista de todos, pero no ha solucionado los problemas básicos de la economía y Venezuela continua siendo un país sub-desarrollado.

La “revolución bolivariana” tiene un enorme fardo de “robolución”. Bajo su paraguas se han beneficiado muchos de sus acólitos y familiares, ha cometido todo tipo de pecados en la administración pública y los recursos que genera la explotación petrolera se han distraído como nunca antes.

En República Dominicana, muy especialmente en los medios de opinión, el gobierno de Chávez Frías ha contado siempre con todo el favor de los periodistas insertados en ellos. Muchos de los embajadores venezolanos se han convertido en habituales en programas de radio y televisión, exponiendo todas las bondades de su gobierno, siendo el más lenguaraz, lengüilargo y alcahuete Francisco Belisario Landis (general en retiro), quien duró seis años en la posición, a su regreso a Caracas pasó a ocupar el cargo de vice-ministro de Seguridad Ciudadana.

Además, el cuento de Petro-Caribe, la panacea que mantiene a flote la economía dominicana, pero que jamás ha beneficiado a nadie, sólo los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana desde el 2005. Los derivados del petróleo tienen en República Dominicana los valores más elevados de toda América y uno de los más costosos de todo el globo terráqueo. En estos días alcanzan una subida espiral peligrosa contra los bolsillos de los usuarios, más o menos un 1 por ciento semanal, mientras en todo el territorio nacional se hacen misas y manifestaciones a favor de la salud de Chávez Frías. Inclusive ateos, antirreligiosos y cismáticos están asistiendo a las iglesias católicas de forma fervorosa.

Al conocerse el decreto con el nombramiento de Jaua Milano, la oposición solicitó que se permitiera una delegación de médicos y figuras públicas para conocer de primera mano el estado de salud de Chávez Frías; nadie respondió a la misma. En el fin de semana pasado (mientras celebrábamos a la Virgen de la Altagracia y Barak Obama se juramentaba para un segundo periodo) se comentó que el paciente había sido desahuciado y se estarían haciendo los aprestos para trasladarlo a la capital venezolana y que allí pudiera exhalar el último de sus suspiros. Se espera no repetir la historia de José Cipriano Castro que murió en Santurce (Puerto Rico) en el año de 1924, asediado por los agentes al servicio de Juan Vicente Gómez.

Los niveles de información sobre el padecimiento del presidente Chávez Frías han sido reservados desde el primer instante; nadie supo jamás que es lo que tiene. Maduro Moros han sido tan cínico que informó el 18 de enero ante un puñado de niños que: “Chávez está enfermo porque no comía ni dormía trabajando por el pueblo”. Después de esto fue a refugiarse en su hinduismo tratando de imponerse el sosiego, tratando de conocer si los personajes que lo rodean están influidos por los movimientos de los cielos. Mientras ello sucede, la economía está paralizada y Venezuela está al borde de una devaluación de la moneda de no menos de un 300 por ciento.

Existe una verdadera degradación de la institucionalidad democrática, las autoridades no garantizan una convivencia pacifica y Cabello Rondón ya señaló: “esperaremos a nuestros opositores con rodilla en tierra, fusil al hombro y bayoneta calada”.

Vivimos un nuevo capítulo de la ruptura de la legalización, costumbre repetida de nuestra región; el oportunismo de las cúpulas partidarias se niegan a aceptar la ausencia del Presidente de la República y han optado por un camino casi mágico, fascinante, un jefe de estado presente, pero virtual, gobernando desde algún lugar del globo, con un vicario convertido en virrey (Maduro Moros), pero la realidad de hoy es que Chávez Frías no gobierna, nadie sabe de él, sólo se conocen reportes orwellianos que lo pintan de cuerpo entero y enterado de la situación pero sin imagen que pueda refrendar todas las buenas acciones.

Maduro Moros ha basado su retórica política con feroces criticas contra el capitalismo y el consumismo, situación que ha calado en Cuba. Fidel Castro podría definirlo como “nuestro hombre en Venezuela”, debido a que está dispuesto a continuar las ayudas anuales contabilizadas entre 10 mil y 40 mil millones de dólares. Cabello Rondón es reticente a los vínculos con La Habana, pero amordazado por los Castro por la forma en que lleva a cabo sus operaciones, algunas muy ligadas a temas delicados. Jaua Milano es un cuadro mayor del chavismo.

Para tenerlos a todos a raya, los hermanos Castro mantienen en Caracas a Ramiro Valdés Menéndez, conocido como “Charco de Sangre”, de 80 años de edad, también como Gadafi Antillano (por su excéntrica arrogancia), Donatien, Marques de Sade (por el sadismo, el perfeccionismo y su ateismo radical), El Amo de la Censura, El Príncipe del Terror, El Dzerzhinsky Cubano (en honor a Felix Edmundovich Dzerzhinsky fundador de la policía secreta bolchevique que más tarde se conocería como KGB) y el Carnicero de Artemisa; una de las figuras cimeras del proceso cubano. Con él 4,500 hombres de los organismos militares de elite, divididos en 9 batallones, 2 generales, 4 coroneles, 8 tenientes coroneles, 6 capitanes de fragata, 25 oficiales, legalmente aceptados, todos bajo el mando del general de división Leonardo Andollo Valdez.

En paréntesis, en la crisis entre Francisco Alberto Caamaño Deñó y el grupo de Amaury Germán Aristy, Valdés Menéndez y Manuel Piñeiro, conocido como Barbarroja, encargados de exportar la revolución cubana, los servicios de inteligencia y varios ministerios, le deben una explicación al pueblo dominicano. Piñeiro falleció en 1998, apenas con 65 años (¿el héroe olvidado?), pero sus archivos deberán estar disponibles en algún momento. Valdés Menéndez ha sido el incondicional más grande que ha tenido Fidel Castro, a niveles de servilismo inclusive, pero su hermano Raúl tiene instrucciones dadas a sus escoltas de que si en su presencia toca su arma, inmediatamente sea liquidado.

La diputada María Corina Machado comentó en el programa radial Aló, Ciudadano: “la violación de la soberanía venezolana por el gobierno cubano es promovida y financiada por el gobierno de Venezuela. Existe un gobierno de los Castro en Venezuela. El principal objetivo es en estos momentos lograr un gobierno venezolano para Venezuela”.

Se estima que hay más de 70 mil cubanos en territorio venezolano en labores de inteligencia bajo la coordinación de un sujeto llamado José Lavandero, quien despacha desde el Fuerte Tiuna (el complejo militar más importante de Venezuela, sede del Ministerio de Defensa, la Comandancia General del Ejercito, las academias militares, la Guardia Nacional, la escuela de Formación de Oficiales de la Fuerzas Armadas de Cooperación –EFOFAC- y otras instituciones).

“Hemos vuelto a una situación similar a la de 1811 cuando se firmó el acta de independencia y se inició el proceso contra la corona española. Estos señores que hablan tanto de patriotismo y soberanía nos han convertido en vasallos del régimen cubano. Cuando las colonias han desaparecido en el mundo, insólitamente Venezuela es una colonia de Cuba”, señaló Héctor Pérez Marcano en un panel organizado por el diario El Nacional llamado La injerencia indebida de Cuba en Venezuela. En el mismo tenor se manifestó Enrique Aristeguieta Gramcko: “nunca antes habíamos sufrido una sumisión tan vergonzosa frente a un país extranjero”. Agregó: “por primera vez en la historia después de 1830, hay un pabellón de un país extranjero que florea en medio de organismos oficiales y hasta en instalaciones militares, al lado de la bandera venezolana”.

Quizás esta sea la venganza de Fidel Castro tras el descorazonante encuentro con Rómulo Betancourt, apenas 21 días después del triunfo de la Revolución Cubana, definido como breve y áspero, del que no se conoce una sola fotografía, y donde el líder cubano solicitó petróleo a Venezuela. Betancourt estaba irritado porque los cubanos llegaron a Maiquetía fuertemente armados y pese a la estrecha relación que tenía con Manuel Urrutia Lleó, Osvaldo Dorticos Torrado y Raúl Roa García (los dos primeros llegaron a ser presidentes de Cuba y el último el más sensacional diplomático después de la revolución), la respuesta resultó: “el pueblo venezolano no regala su petróleo, lo vende y no habrá excepción en este caso.

Económicamente, la estrategia de postergar los ajustes en los precios de una dilatada lista de artículos, que sólo pueden ser modificados por el gobierno, y la entrega a cuentagotas de dólares para las importaciones, impide el despegue de un proceso inflacionario, pero solo de noviembre a diciembre del pasado año se registró un salto de un 3.5 por ciento, el mayor en los últimos 33 meses. Hay un chiste en las redes sociales que reza: “el que diga que en Venezuela hay escasez es un ciego, vende patria, oligarca, fascista, pitiyanqui, juega al golf, antipueblo, Judas Iscarotes, mala cama, majunche, y pupilo de mister Busch”.

El Banco Central de Venezuela mantiene una política de financiar al gobierno mediante el incremento de la masa monetaria. Las estadísticas oficiales registran que en 2012 la cantidad de dinero en efectivo y depositada en la banca experimentó el mayor incremento en términos reales de los últimos siete años tras un salto de 33,6 por ciento, ayudada por el gasto del Gobierno y el propio Banco Central. Para inyectar dinero a la economía se utilizan varias vías. La primera es financiando a PDVSA (Petróleos de Venezuela, S.A.) y a otras empresas públicas. Se imprimen bolívares y con estos recursos se compran bonos. Una vez PDVSA y las otras compañías tienen el dinero en caja lo gastan para cubrir compromisos y los fondos ingresan a la economía. Al cierre del 2012 PDVSA había recibido financiamiento por el orden de 165 mil millones de bolívares (al cambio oficial, mas de 38 mil millones de dólares) y el resto de las empresas públicas han obtenido una inyección de 15 mil 514 millones. 

Hace pocos días, Maduro Moros compareció ante la Asamblea Nacional para rendir el informe de la gestión del gobierno en el 2012, mostrando una impericia total sobre lo que sucede en su propio régimen. No pudo articular ningún juicio ni balance, dejando a 30 millones de venezolanos sin conocer las ideas del Poder Ejecutivo para resolver sus problemas cotidianos. Simultáneamente se mandaban a confeccionar en China 2 millones de gorras que se utilizaran en la campaña por la Presidencia de la República, promoviendo al destinado heredero, sabiendo que el regreso de Chávez Frías depende de la indulgencia divina.

Marino González, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática fue enfático al señalar: “en materia de producción agraria, entre los años de 2004 y 2008, el gobierno ha realizado 779 expropiaciones en todo el territorio nacional, 579 en el sector agrícola. Como consecuencia de ello y de una política económica que va en detrimento de la producción nacional, los venezolanos somos cada día más dependientes de las importaciones. Este gobierno ha arrasado nuestros campos, expropia, nacionaliza y desmejora las empresas generadoras de empleos. En la década previa al actual gobierno las importaciones de alimentos promediaban 75 dólares por persona al año. Para el 2008, según cifras oficiales, las importaciones alcanzaron 7,100 millones de dólares solo en alimentos, cerca de 260 dólares por persona, un incremento del 346 por ciento”.

Después de la imagen de Chávez Frías publicada en el español diario El País (Ene.24.2013), Maduro Moros salió presuroso para La Habana, como alma que llevaba el diablo, para despacharse con: “el líder se encuentra en su mejor momento después de la cirugía, tiene una sonrisa que llena de luz y sus pensamientos están iluminados”.

De todo lo dicho sobre el Presidente de Venezuela, de toda esa maraña de mentiras, prefiero quedarme con las palabras de la Cristina: “¡hasta siempre!”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario