miércoles, 10 de abril de 2019


Ganó Virginia la NCAA mostrando el corazón de un caballero

Abril 08 del 2019


Al final, como pronosticó el entrenador Carlos Morales, ganó el que llegó primero a 50 unidades; Virginia Cavaliers tocó primero la media centena, necesitó agregar 35 enteros y añadir cinco minutos para finalmente domesticar a Texas Tech Red Raiders, la universidad más bella al oeste del Mississippi, hasta llegar a Stanford”, de acuerdo al escritor James Albert Michener (Feb.03.1907 en Doylestown, Pennsylvania; Oct.16.1997 en Austin, Texas). Las acciones en el US Bank Stadium de Minnneapolis colmado a capacidad concluyeron 85 por 77 (32/29, primera mitad; 36/39, complemento; 68/68, a la conclusión del tiempo reglamentario; 17/9, tiempo añadido), sin resquicio para el desinterés.


El dominicano Brandone Francis fue el mejor en el equipo de Chris Beard con 17 enteros, sumó 4 rebotes, mientras conectaba 7-de-12 desde el campo, incluyendo 3-de-7 desde más allá del arco, el total más alto registrado a su paso por los Red Raiders. Francis se convirtió en tendencia en las redes sociales, muchos comentarios, inclusive uno muy hipócrita de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), pero entre todos sobresalía uno de mi hijo mayor Luis Madera Cirio en su cuenta de Twitter: “cinco años después de su muerte, y gracias a Brandone Francis, se siguen viendo los resultados del trabajo de Héctor Báez en La Romana (Héctor Jacinto Báez Pérez, Dic.12.1955 en La Romana; Feb.22.2014 en La Romana. Sin dudas alguien que cubrió efectivamente cada paso dentro del baloncesto, jugador, técnico, gerente, el más capaz de nuestra generación y por lo que se aprecia, de la que nos seguirá también). Y pensar que todavía no es Salón de la Fama, que vergüenza”.

En las páginas de los diarios, nada o muy poco… “se publica lo que los dueños de los periódicos o los editores, con alguna libertad, quieren”, me señaló una cronista. ¿Así están los tiempos?... ¿y la información veraz, objetiva, diáfana?... en una reunión reciente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SID) los representantes dominicanos se mordieron la lengua cuando allí debieron exponer la mordaza que pretende colocar el Gobierno Dominicano a los escasos periodistas dominicanos que no se han dejado seducir por los emolumentos y estipendios que se otorgan por distintas vías.


Además del dominicano, otro jugador latinoamericano estuvo ahí, Francisco Caffaro (7’01, 235, C/PF, freshman, May.19.2000 en San Jorge, Santa Fe, reside en El Trébol, Santa Fe) de Argentina, quien a pesar de no poder jugar un sólo minuto, por lesión, se consagró campeón de la NCAA con la Universidad de Virginia.

Si bien es cierto que ambos equipos mostraron sus armas defensivas, casi excelsas, la ofensiva fue que los colocó en la ruta al título; ambos trataban de ahogarse a cada minuto, a cada instante, en cada posesión, como rivales que sabían que no había más que ese día para llenarse de leyendas, vestirse con el traje de Zeus; hay que agregar la madurez y la fortaleza de Francis, quien en los momentos decisivos, cuando el virtuoso resguardo Orange and Blue a su canasta parecía conseguir sus objetivos, reflotaba a unos Red Raiders con el agua hasta las narices. El colofón parecía convertirse en un rio sin final, uno y otro lograban columpiarse cuando no había más remedio.
Francis

Las lecciones que se pueden conocer de estos 45 minutos son infinitas, nos dicen entre otros muchas cosas que ambos dirigentes, tanto Tony Bennett (Anthony Guy Bennett, Jun.001.1969 en Clintonville, Wisconsin, único entrenador vivo en ganar en tres ocasiones el Henry Iba Award for National Coach of the Year, sólo un mítico John Wooden alcanzó un galardón más, señalado como el mejor entrenador defensivo vivo desde el año 2015, hijo de una leyenda de los banquillos como Dick Bennett para quien jugó en Wisconsin-Green Bay, donde estuvo también el dominicano Benito Flores) como Chris Beard (Christopher Michael Beard; Feb.18.1973 en Marietta, Georgia, sirvió 10 años en  Lubbock como asistente de Bobby Knight y Pat Knight, se reinventó marchándose a la División II con McMurry War Hawks, una estación, y Angelo State Rams, dos campañas, a principios de esta década. Pasó en el 2015-16 por Arkansas-Little Rock Trojans donde consiguió 30-5; firmó como capataz en UNLV, pero en menos de tres semanas aprovechó la partida de Tubby Smith a Memphis y se hizo con la vacante… uno, porque sus tres hijas viven en Lubbock (está divorciado) y dos, porque en esta universidad dio sus primeros pasos en los banquillos), terminarán convertidos en referencia del baloncesto universitario, de esos que dejarán huellas profundas al pasar, y se especula que en los próximos 20 años ambos serán referencia obligada. No dude verlos de nuevo, en un futuro cercano, en estas instancias.


Desde hace ya doce meses, el equipo de Bennett había convivido con la sombra de aquella derrota frente a UMBC y ha bailado entre cocodrilos durante el torneo, víboras venenosas dispuestas a impregnar el más mortífero tóxico psicofármaco, evitando dentelladas casi en cada parada, viviendo a golpe de milagros para colocarse en la final. Primero ante Purdue Boilermakers, con la canasta in extremis que forzó la prórroga, y en semifinales ante unos Auburn Tigers que tenían la victoria en el bolsillo después de un parcial de 0-14: de 57-47 (a 5:24 del final) a 57-61 a falta de sólo 17 segundos, hasta que apareció Kyle Guy.

Beard capeó la fama del recién llegado, "el tipo más importante de la Final Four pero al que nadie conoce", apuntó un periodista, más de una de las universidades con programa rimbombante ha puesto los ojos sobre él, y detrás, Mark Adams, su gurú defensivo y un veterano que estaba fuera del negocio después de graduarse hace cuatro décadas en Texas Tech y entrenar por casi todos los rincones del país. Adams es el padre del kill drill, el ejercicio en el que una unidad defensiva tiene que lograr tres stops seguidos contra ataques que cambian jugadores antes de poder descansar. El objetivo es la perfección, y desde luego la han logrado: los Red Raiders rompen el pick and roll central, envían los ataques rivales a los laterales o la línea de fondo, cargan ayudas con esquemas propios de otros tiempos (cuando el triple no era un arma de uso constante), cambian y ajustan con la precisión de las mejores defensas de la NBA y llegan a puntear (como mínimo) todos los tiros exteriores. Si su defensa es histórica por números, cada rival al que se han enfrentado dice después que en realidad no es lo que parece en los números: es algo muchísimo peor.
Empire State vestido de Cavs

El juego final de la temporada contó con una buena dosis de talento universitario de altísimo nivel, jugadores de mucha envergadura, inteligentes, competitivos y atléticos; compromiso y sentido colectivo personificado, aquellos que tienen el potencial de ser estrellas en la NBA. Su lado amargo es desnudar a los que pese a las grandes cifras, los elogios más halagüeños, quedan desvestidos en los momentos apremiantes; los ejemplos son infinitos. Hunter de Virginia está en el lugar ocho en los pronósticos del draft para este verano. La estrella de Texas Tech, Jarrett Culver, elevado ya a los altares, sería la selección número cuatro, en los actuales momentos, de acuerdo a un borrador simulado que generó el técnico Ricky O'Donnell. 

La escuadra de Tony Bennett, en el tiempo añadido, logró un lapso de 11-0que resultó sepulturero, los Red Raiders no reaccionaron hasta que apareció un canasto de Kyler Edwards (6’03, 200, SG, freshman, May.03.1999 de Arlington, Texas) a falta de 17 segundos en la pizarra. En ese fatídico tiempo extra, un canasto de Mooney valido para tres, más otro logro ofrecieron a los Red Raiders una temprana ventaja de 73 por 70 antes de la andanada de los Cavaliers, quienes tomaron el control y no volvieron a mirar atrás; Texas Tech se limitó a 4-de-11 en sus lances en esos 5 minutos, incluyendo un 1-de-5 en triples, siendo superados 17 por 9, con un 12-de-12 desde la línea de los suspiros y una ventaja en la captura de rebotes de 7 por 3.


De'Andre Hunter (6’07, 225, SG, sophomore, Dic.02.1997 en Philadelphia, Pennsylvania) cargó con la responsabilidad ofensiva de los Cavaliers desgranando 27 puntos, se anexó 9 rebotes y cristalizó 4-de-5 intentos desde hay que afinar la puntería, pese a no colocar números en la casilla de anotación hasta el minuto 18; Kyle Guy (6’02, 175, PG, junior, Ago.11.1998 en Indianapolis, Indiana) sumó 24, y Ty Jerome (6’05, 195, SG, junior, Jul.07.1997 en New York, New York, reside en New Rochelle, New York) colocó 16 con la guinda de 6 rebotes y 8 asistencias.

Guy estuvo los 45 minutos sobre la madera, pero Hunter y Jerome también pasaron de los 40 minutos. Culver, Moretti, y Mooney también desmenuzaron 40 minutos o más sobre la duela. El dominicano Francis pasó 37 sobre la tabla.

Los ganadores consiguieron el 45.8 por ciento de sus lances de campo (27-de-59), el mismo porcentaje en sus intentos desde las profundidades 45.8 por ciento (11-de-24), y 87.0 por ciento en sus visitas a la línea (20-de-23), se apuntaron 39 rebotes, 28 de ellos defensivos, se repartieron 15 asistencias, 3 bloqueos, 4 robos de balón, 11 balones perdidos y cometieron 15 faltas personales. Alcanzaron 16 tantos en segundas oportunidades, 16 puntos en la pintura, la banca sumó 6 tantos, apenas 2 enteros en fast-break y se generaron 10 rayitas por pérdidas del balón del rival en un partido que se empató en 9 ocasiones y cambió de mando 13 oportunidades.


Los Red Raiders, en el revés, lograron el 42.9 por ciento de sus disparos de campo (27-de-63), incluyendo un 33.3 por ciento en sus aventuras desde las profundidades (10-de-30), y un 86.7 por ciento desde la línea (13-de-15), atraparon 32 rebotes, con 23 defensivos, se repartieron 9 asistencias, perdieron 8 balones, robaron 6 y bloquearon 3; alcanzaron 9 unidades en segundas oportunidades, fabricaron 22 tantos en la pintura, la banca generó 29 rayitas y 11 tantas salieron de los errores del rival.

¿Fue el último juego de Hunter y de Jerome al servicio de Bennett?

¿Qué pensará el dominicano Ron Sánchez de este logro?... Sánchez llegó a Virginia de manos de Bennett, fue su asistente en Washington State, ese señorío de los Cavaliers pasa por las acciones del petromacorisano, “head associate coach” desde el año 2015. En Washington State el técnico dominicano primero trabajó como asistente de Dick Bennett, desde el 2003, continuó con el hijo, y ambos llegaron a Charlottesville en el 2009. En el lapso que estuvo con Virginia fue parte de tres equipos campeones de serie regular de la ACC, dos equipos campeones del ACC Tournament, y seis visitas al NCAA Tournament, incluidos en Elite Eight en el 2016. Estoy seguro que está feliz.
Francisco Caffaro

Los Cavaliers estarán en Charlottesville a partir de las 4:00 de la tarde del martes, pero en las oficinas Bennett empezará a romperse la cabeza tratando de ver si un multifacético Hunter salta definitivamente a la NBA este verano.

Virginia (35-3, 16-2 ACC) se apuntó su primer título nacional, pero además, extendió su marca de victorias para una campaña a 35; Jerome se convirtió en el miembro número cuarenta y nueve en alcanzar la mítica suma de 1,000 dentro de la universidad, sumando 1,011 con un año de elegibilidad; el mismo Jerome empató en la tercera posición con sus 202 asistencias, en la lista historia de asistencia por año; Guy, también con un año más de elegibilidad, se colocó en el lugar 23 entre los mejores anotadores del programa, reuniendo 1,323 tantos; Hunter, a quien le restan dos años de elegibilidad, anotó 20 o más puntos por ocasión 12 con el uniforme de los Cavaliers; Guy se encontró con su partido número 16 con 20 puntos o más; Guy resultó electo Jugador Más Valioso del Final Four; y a él se unían Hunter y Jerome en el NCAA Final Four All-Tournament Team  junto a Jarrett Culver (6’06, 190, SG, sophomore, Feb.20.1999 en Lubbock, Texas) y Matt Mooney (6’03, 205, SG, senior, Jun.04.1997 de Wauconda, Illinois) de Texas Tech.

Todos podríamos pensar que el multipremiado Ralph Sampson encabeza el listado histórico, pero en realidad es el cuarto en el escalafón con 2,228, le superan Bryant Stith (2,516), actualmente asistente en el conjunto de Old Dominion University; Jeff Lamp (2,317), mejor anotador de la liga española en 1992; y Buzzy Wilkinson (2,233).

El trío de Guy-Hunter-Jerome se combinó para 67 de los 85 puntos de Virginia. Mooney no replicó su rendimiento épico de las semifinales, pero terminó en dobles figuras contra los Wahoos y Culver tuvo problemas en el campo todo el camino (5-de-22 desde el campo, 0-de-6 de tres), aunque fue la amenaza ofensiva más destacada cuando los Red Raiders necesitaban engrampar canastas al final del tiempo regular para forzar el tiempo extra; antes y después como me señaló el compañero con quien observaba las acciones “parecía desculado”, más diplomáticamente diré que lucía desdibujado.

Virginia se convirtió en la trigésimo sexta universidad en capturar el campeonato de baloncesto universitario de la NCAA. Resultó además, el título para un equipo que nunca había llegado a estas instancias de Magic Johnson y Michigan State cuando superaron a Larry Bird e Indiana State en Mar.26.1979. Tony Bennett se garantizó el pináculo del baloncesto universitario por primera ocasión en su carrera

La Universidad de California en Los Ángeles es la académica con más títulos alcanzados, once (1964, 1965, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973, 1975, 1995), le sigue Kentucky con nueve (1948, 1949, 1951, 1958, 1978, 1996, 1998, 2012), North Carolina ostenta seis (1957, 1982, 1993, 2005, 2009, 2017) y Duke, cinco (1991, 1992, 2001, 2010, 2015), lo mismo que Indiana (1940, 1953, 1976, 1981, 1987).

Múltiples coronas han alcanzado también Connecticut, cuatro (1999, 2004, 2011, 2014), Kansas, tres (1952, 1988, 2008), Villanova, tres (1985, 2016, 2018), Cincinnati, dos (1961, 1962), Florida, dos (2006, 2007), Michigan State, dos (1979, 2000), Louisville, dos (1980, 1986), North Carolina State (1974, 1983), Oklahoma State, dos (1945, 1946), y San Francisco, dos (1955, 1956). Una diadema exhiben: Arizona (1997), Arkansas (1994), California (1959), CCNY (1950), Georgetown (1984), Holy Cross (1947), La Salle (1954), Loyola-Chicago (1963), Marquette (1977), Maryland (2002), Michigan (1989), Ohio State (1960), Oregon (1939), UNLV (1990), Stanford (1942), Syracuse (2003), UTEP (1966), Utah (1944), Wisconsin (1941) y Wyoming (1943).

En el plano individual, el dirigente con más títulos es John Wooden que se apuntó 10, todos con UCLA (1964, 1965, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973, 1975), le secunda Mike Krzyzewski con cinco, todos con Duke (1991, 1992, 2001, 2010, 2015), cuatro tiene Adolph Rupp, todos con Kentucky (1948, 1949, 1951, 1958). Tres cuentan Jim Calhoun (1999, 2004, 2011), todos con Connecticut; Bobby Knight (1976, 1981, 1987), todos con Indiana; y Roy Williams (2005, 2009, 2017) todos con North Carolina.


Dos coronas alcanzaron: Denny Crum (1980, 1986) con Louisville; Billy Donovan (2006, 2007) con Florida; Henry Iba (1945, 1946) con Oklahoma State; Ed Jucker (1961, 1962) con Cincinnati; Branch McCracken (1940, 1953) con Indiana; Dean Smith (1982, 1993) con North Carolina; Phil Woolpert (1955, 1956) con San Francisco; y Jay Wright (2016, 2018) con Villanova.

Una corona exhiben, colocados por orden alfabético: Phog Allen (1952), Jim Boeheim (2003), Larry Brown (1988), John Calipari (2012), Everett Dean (1942), Steve Fisher (1989), Bud Foster (1941), Joe B. Hall (1978), Jim Harrick (1995), Don Haskins (1966), Jud Heathcote (1979), Howard Hobson (1939), Nat Holman (1950), George Ireland (1963), Tom Izzo (2000), Doggie Julian (1947), Ken Loeffler (1954), Rollie Massimino (1985), Al McGuire (1977), Frank McGuire (1957), Pete Newell (1959), Kevin Ollie (2014), Lute Olson (1997), Vadal Peterson (1944), Rick Pitino (1996, 2013, esta última declarada vacante por violación a las normas de la NCAA), Nolan Richardson (1994), Bill Self (2008), Everett Shelton (1943), Norm Sloan (1974), Tubby Smith (1998), Jerry Tarkanian (1990), Fred Taylor (1960), John Thompson (1984), Jim Valvano (1983), y Gary Williams (2002).


Entre los entrenadores activos, se cuenta: Mike Krzyzewski con cinco coronas (1991, 1992, 2001, 2010, 2015); Roy Williams con tres (2005, 2009, 2017); Jim Calhoun, otras tres (1999, 2004, 2011); Jay Wright suma dos (2016, 2018); y una se reparten Jim Boeheim (2003), John Calipari (2012), Tom Izzo (2000), Bill Self (2008) y Tubby Smith (1998).

Los títulos de Kentucky han conocido cinco entrenadores: Adolph Rupp, Joe B. Hall, Rick Pitino, Tubby Smith y John Calipari; los de Kansas, tres: Phog Allen, Larry Brown, y Bill Self. Nortth Carolina también ha visto como tres entrenadores le han llevado a la gloria; Frank McGuire, Dean Smith, y Roy Williams. Dos capataces han tenido, en sus momentos de mayor brillantez: Connecticut: Jim Calhoun y Kevin Ollie; Indiana: Branch McCracken y Bobby Knight; Michigan State: Jud Heathcote y Tom Izzo; North Carolina State: Norm Sloan y Jim Valvano; UCLA: John Wooden y Jim Harrick; y Villanova: Rollie Massimino y Jay Wright.

Oficialmente, Rick Pitino es el único técnico que ha llevado al Final Four tres equipos diferentes: Providence (1987), Kentucky (1993, 1996, 1997) y Louisville (2005). John Calipari también condujo tres equipos diferentes al Final Four, pero Massachusetts y Memphis fueron descartados por violaciones a las normativas de la NCAA.


Doce “head coaches” han llegado al Final Four con dos equipos diferentes: Roy Williams, Eddie Sutton, Frank McGuire, Lon Kruger, Hugh Durham, Jack Gardner, Lute Olson, Gene Bartow, Forddy Anderson, Lee Rose, Bob Huggins, y Lou Henson. Larry Brown llevó a UCLA al Final Four de 1980, pero fue desbancado debido a violaciones a los manuales de la NCAA. También llegó con Kansas en 1986 y 1988.

Hasta el choque entre Cavaliers y Red Raiders, el partido final había conocido siete alargues: North Carolina 54, Kansas 53… tres tiempos adicionales (1957); Utah 42, Dartmouth 40 (1944); Cincinnati 65, Ohio St. 60 (1961); Loyola 60, Cincinnati 58 (1963); Michigan 80, Seton Hall 79 (1989); Arizona 84, Kentucky 79 (1997); y Kansas 75, Memphis 68 (2008).


La victoria y coronación de los Cavaliers llegó tras 388 días después del más aplastante revés emocional que jamás haya conocido el Big Dance (en el año de 1963 Loyola-Chicago Ramblers produjo la mayor diferencia de puntos que haya conocido el NCAA Tournament superando a Tennessee Tech Golden Eagles, 111 por 47. Un abismo de 64 tantos ante de doblegar a Cincinnati Bearcats en el juego por el campeonato, 60 por 58). Los miembros del equipo de Virginia parecían perros de presa detrás de cada balón, la velocidad en sus desplazamientos defensivos y el movimiento efectivo del balón lograron sus metras; los Red Raiders jamás fueron un convidado de piedra, a pesar de haber fallado sus 8 primeros lanzamientos, enseñaron a cada paso por qué son una máquina de provocar cortocircuitos que llena de terror el corazón de sus rivales, un equipo que jamás tenía la opción de rendirse como una posibilidad.

Hoy contamos con un campeón inédito en el baloncesto masculino de la NCAA.

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