domingo, 2 de agosto de 2015

Patria y patriotas

Desde hace un buen tiempo, se escucha cuando se están conformando las representaciones deportivas dominicanas que hay que acudir al llamado de la patria, como una obligación… los primeros clarines se asomaron con el narrador de béisbol Ricky Noboa, cada vez que Miguel Tejada se enfundaba el uniforme de la representación nacional a la Serie del Caribe indicaba que: “respondió al llamado de la patria”.
Gráfica de Horacio Cardo

Ahora, se ha empezado a emplear en el baloncesto, especialmente después del anuncio de Al Horford de que no iba a estar presente en el Pre-Olímpico de México que se llevará a cabo desde finales de agosto. No sólo se ha promovido su uso, sino que se hace con saña, animadversión, crueldad, cólera y enojo.

¿El llamado de la patria o el llamado de Eduardo Najri?... repito: ¿el llamado de la patria o el llamado de Eduardo Najri?

Estemos claro, aunque el flamante “gerente” de la selección dominicano no sabe ni en que pie está parado, por su falta de cultura baloncelistica, tiene el poder de la convocatoria, concedido por Frank Herasme en el 2011 y santiguado innumeras veces por Rafael Fernando Uribe Vásquez; él invita a quien de la su santa gana, quizás auxiliado por sus ayudantes, que a la postre nadie sabe quienes son, pero los nombres se repiten y por ello el glorioso despertar no termina de aparecer. En este aspecto la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) nunca ha dicho ni esta boca es mía.


En el IV Congreso de la FEDOMBAL efectuado en los salones del Club Mauricio Báez se fijó una posición frente al manejo de SouthGate por parte de la selección nacional masculina absoluta, con la que el actual presidente de la entidad, Uribe Vásquez, estuvo plenamente de acuerdo. La redacción de la misma le correspondió un servidor y copia se le entregó al profesor Osiris Tejada Cessé. Se nombraron una serie de condicionantes que nunca se han llevado a cabo, pese a que todo el mundo estaba de acuerdo en que el representativo continuara en manos de SouthGate.

A la llegada de Uribe Vásquez a la presidencia de la FEDOMBAL nombró una “comisión de selecciones nacionales”, la cual se reunió en una sola ocasión. Se conversó en extremo y se quedó tomar posiciones en una próxima asamblea, en 30 días, que nunca existió. Cuando SouthGate anunció los pre-seleccionados a Centro-Basket y Pre-Olímpico del 2012, sin que se conocieran los puntos de vistas de la comisión este servidor renunció de manera isofacta. Hasta hace escasos meses ni nombre continuaba figurando entre los integrantes de la misma. Alabé el día que comprobé que mi nombre había sido eliminado de ese cachivache.

La gestión de Najri ha alcanzado para estar cerca de los primeros planos y ello ha sido suficiente para desatar ese mundillo de bocinas pagadas que mantiene a su alrededor. Sus declaraciones, quizás sin proponerlo, dejan un enorme rastro para seguirle los pasos; en sus palabras generalmente hay buena crianza, pero siempre deja espacio para mostrar sus debilidades. La prensa deportiva se ha convertido en ciega, sorda y muda respecto a la realidad que vive el baloncesto dominicano. Nadie disiente y todos repiten al unísono que los carriles sostienen la marcha de las ruedas.

¿Quiénes patrocinaban las transmisiones del Mundial de Baloncesto el año pasado?... cuatro o cinco empresas y si a ellas usted le resta Delta Comercial, MercaSID y FERQUIDO, no hay mucho más que decir.

También tienen la potestad de dejar fuera de las convocatorias a quienes no consideran convenientes a sus intereses. El último ejemplo es Yack Michael Martínez y ello deja mucho para hablar. El gran capitán ha sido el postrimero, pero sólo hay que seguirle el rastro a la actual gestión de la selección de Najri para ver quienes se quedan fuera, el primero fue Charlie Villanueva. Cuando las cosas no salen bien Najri le tira la responsabilidad a FEDOMBAL, pero su presidente es tan pusilánime que no desperdiga ocasión para señalar que Eduardo Najri ha sido el más grande contribuyente del baloncesto dominicano.


¡Baboso!

Todos sabemos de los planes continuistas de Uribe Vásquez, quien ya le pidió públicamente a Najri que se mantenga al frente del seleccionado masculino de mayores, por lo menos cuatro años más, pero este par le ha venido haciendo un daño considerable al baloncesto dominicano. ¡Reelección sólo cuando se está en el poder!

Cuatro años es el periodo que aspira Uribe Vásquez para continuar al frente de la FEDOMBAL y después tratar de asaltar el Comité Olímpico Dominicano (COD). Luis Mejía Oviedo haciéndose el bobo frente a las recomendaciones de su “carnal” Leonardo de Jesús Heredia Castillo, alias Leo Corporan, y permitiendo que desde las mismas oficinas del COD se anuncie “la nueva era del olimpismo”… espero que cuando despierte, como pasó con Herasme, el agua no esté hirviendo.

Las nubes obscuras que se ciernen sobre el deporte dominicano no tienen parangón.

Como publicó el buen amigo Federico Borras: “SouthGate nunca ha publicado sus estados contables en cuanto al manejo del seleccionado nacional. No se sabe nada de las aportaciones ni de los gastos. Se maneja siempre fuera del país ¿por qué?, ¿dónde se publican esas cuentas?, ¿cuánto dinero da SouthGate a la FEDOMBAL?, ¿se le da a la institución o a su presidente?, ¿cuál es el uso, si en verdad SouthGate, da algún dinero a la federación que se le da al mismo?, ¿cuáles han sido los aportes de SEDEFIR ahora MIDEREC, a los gerentes del seleccionado nacional?, ¿cuál es la nómina real del seleccionado nacional?, ¿dónde está el contrato de arrendamiento del seleccionado nacional a esta empresa privada?, ¿las categorías formativas del país, las asociaciones y clubes del país, reciben utilería por los partidos de fogueos del seleccionado nacional con universidades norteamericanas?,
¿cuál fue el salario de John Calipari?, ¿el de Orlando Antigua?, ¿el de Atkinson?, ¿por qué el hermano de Orlando Antigua, sólo asiste a los viajes y no da ninguna práctica en Dominicana?, ¿cuánto cobra?, ¿cuánto ganan por dirigir los seleccionados nacionales, Maíta Mercedes y Melvyn López?”.

Hernán Cortes barrenó sus naves en Yucatán (no hubo quema como tradicionalmente se ha difundido) para que sus hombres no regresaran a España. ¿Será Iztacalco donde Najri y Uribe Vásquez quemen sus naves?

El escritor uruguayo Jorge Majfud señaló: “por todos lados vemos inflamados discursos patrióticos, actos públicos, guerras y matanzas, ofensas y contra ofensas, ceremonias de honor y ritos solemnes impulsados por esa orgullosa y arbitraria discriminación que se llama patriotismo. Claro, no se pueden montar discursos en nombre de los intereses de una clase social, ya que la tradición no es suficiente para sostener un concepto moralmente insignificante y generalmente negativo, como lo es el concepto de «interés». Por lo tanto, se apela a un concepto de larga y bien construida tradición positiva: el patriotismo. Con ello, se niega la división interna de la sociedad afirmando la división externa. La división interna —de clases, de intereses— no desaparece, pero se vuelve invisible y, a la larga, se consolida con la sangre del patriota que no pertenece al reducido círculo de los intereses que la promueven. El patriota muere religiosamente por su patria. Su patria concede medallas a sus padres, a sus hijos, y toda la seguridad a sus «intereses». Así, morir es un honor. El honor no procede de una reflexión moral sino del discurso patriótico, del rito, de los símbolos nacionales, de una virtual trascendencia del individuo en la «salvación» de su patria”.


Agrega: “no voy a entrar ahora a analizar el significado de la trágica sustitución de interés real por patriotismo interesado. Simplemente me bastará con anotar que sólo la idea de «patriotismo» es insostenible, desde un punto de vista humano, desde la conciencia de la especie a la que pertenecemos. Es más: el patriotismo no sólo es insostenible para cualquier humanismo, sino que se lo usa para destruir a una humanidad que busca, desesperadamente, su conciencia universal”.

Continua diciendo: “El sentimiento patriótico es pasivo y activo, es impulsado por los ritos, por los discursos y por las ceremonias. Pero también es el motor de todas ellas. El patriotismo es la conciencia egoísta de la tribu que le impide la evolución a un estado de conciencia universal: la conciencia humana. El patriotismo es uno de los mitos más consolidados desde los últimos siglos. Por naturaleza, el patriotismo no sólo es la confirmación casi inocente de la pérdida de individualidad en beneficio de un símbolo artificial, creado por la milenaria tendencia humana del dominio de una tribu sobre las otras”.

Finalizaba: “Yo me reconozco como uruguayo. Reconozco una vaga región cultural llamada Uruguay. Pero de ninguna manera soy patriota. Me niego a ser patriota como me niego a responder a una raza —otra histórica arbitrariedad de la ignorancia humana—. Me niego a inyectarme ese sentimiento militarista. Ser patriota es confirmar la arbitrariedad de haber nacido en un lugar cualquiera de este mundo, negando el mismo derecho que merece un africano o un asiático de merecer mi más profundo respeto, mi más firma defensa como ser humano. Desde niños, las instituciones sociales nos imponen ese sentimiento. Hace varios años uno de mis personajes, en el momento de jurar «dar la vida por su bandera» en su tierna infancia, gritó «no juro», alegando que ese juramento era inválido e inútil, que gracias a ese juramento los asesinos y corruptos podían recibir sus credenciales de ciudadanía igual que cualquier honesto trabajador. Etc. Estoy de acuerdo con mi propio personaje. ¿Por qué debo amar a un desconocido compatriota más que a un desconocido australiano o más que a un desconocido portugués? ¿Por qué habría de entregar mi vida por una región del mundo en desmedro de otra? ¿Por qué el Uruguay habría de ser más sagrado que el Congo o Singapur? ¿Por qué debo considerar a mis compatriotas más hermanos que un argelino o un mexicano? Sí, me siento culturalmente más próximo a otro uruguayo, compartimos una historia, una forma de sentir el mundo, de hablar, de comer. Pero eso no le da prioridad a ningún compatriota mío a ser considerado más ser humano que cualquier otro. Por todo eso, y por mucho más, no soy patriota. Seré patriota el día que se reconozca como única patria a la humanidad —así, sin discriminaciones”.


Los medios periodísticos dominicanos borraron de sus páginas las situaciones escandalosas que se vinculan con el poder o al enriquecimiento ilícito de algún funcionario. Las organizaciones de la sociedad civil y hasta ciertas organizaciones de empresarios reclaman por comportamientos decentes en el ejercicio de funciones públicas, casi penando.

Uribe Vásquez tiene formación de funcionario público, piensa y actúa como tal, por lo que no dudamos sea capaz de cualquier indelicadeza. Organizaciones internacionales han reconocido a la corrupción de los agentes públicos como un mal que socava la legitimidad de las instituciones democráticas, atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia, así como el desarrollo integral de un pueblo, en este caso, también dentro del reducido mundillo de una disciplina deportiva.


Hace tiempo que dentro de la cúpula de la FEDOMBAL se borró la norma de que el poder debe ser ágil y efectivo, pero con límites claros y democráticos para todos; con equilibrio y transparencia. Las respuestas del COD ante cualquier acto de indelicadeza, de cualquier disciplina deportiva en el país, han sido deficientes, tardías, si alguna vez se han planteado, pero todos tenemos la percepción de que han sido inexistentes. De este modo, el deporte dominicano no ha podido alcanzar su objetivo principal, la aplicación de las sanciones que prevén las normas ante su incumplimiento. Es imprescindible, entonces, plantear propuestas serias para enfrentar eficazmente el fenómeno, no sólo de los actos de corrupción, también de la incapacidad de los dirigentes.



El patriotismo de “la nueva era”, siempre refugio de la canallada,  lo único que busca es salvar el futuro personal de Uribe Vásquez y de Najri. En lo particular me parece una prueba incontestable, axiomática, evidente, del nivel de desvergüenza, desfachatez, procacidad, casi patológicos, a que ha llegado este par en nuestro deporte. Por eso, en el baloncesto y en el deporte dominicano hablar de personas decentes es casi imposible.

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