sábado, 18 de julio de 2015

Toronto, una semana después

República Dominicana amaneció (Jul.18.2015) en el lugar número 13 en el medallero de los Juegos Deportivos Panamericanos que se están celebrando en la ciudad de Toronto (Canadá); estamos a mitad del camino. En las tres últimas versiones de este clásico americano se terminó en la posición 9 (nueve), Santo Domingo-2003, Río de Janeiro-2007 y Guadalajara-2011, por lo que hay que remontar solidamente en los días que restan, de lo contrario, pasaremos a ser el hazmerreír de la comunidad deportiva continental.


Una medalla dorada, dos de plata y cinco de bronce ha sido la segada quisqueyana; si de simple. Ya pasamos la vergüenza de dos boxeadores que no superaron la prueba del dopaje, inclusive el abanderado nacional, Juan Ramón Solano, a lo que se sumó un jugador de béisbol. Los deportes de conjunto saltan al ruedo.

El Comité Olímpico Dominicano (COD) en boca de su presidente Luis Mejía Oviedo no quiso emitir ningún comentario antes de partir a Canadá; prefirió indicar que los resultados hablarán. Los pronósticos pro-positivos siempre son tan halagüeños que los he mirado con absoluta cautela; somos vencedores antes de iniciar cualquier competencia, como si no existieran los rivales, como si no se fuera a lidiar y disputar supremacías y posiciones. Se falló en la versión correspondiente a los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz a finales del 2014 y todo se calló.
 
Mejía Oviedo
Por supuesto, los responsables de la delegación es el COD, únicamente y nadie más; que por demás, tiene un departamento de proyección dirigido por el técnico cubano Bernardo Antonio Mesa, mejor conocido como Toni, para mí, un soberano corcho. A estas instancias son muy escasos las posibilidades de sorpresas, un esfuerzo inaudito, una hazaña para dejar a todos boquiabiertos, una situación inesperada, pero es lo menos que suele ocurrir a este nivel. Esta dirección técnica además de Mesa incluye nombres para no ser mencionados jamás, cómplices por comisión.

En El Nuevo Diario (Mar.03.2015), Mesa ofreció las siguientes declaraciones: “el Comité Olímpico Dominicano está priorizando y dijo que a los Juegos Panamericanos de Toronto sólo asistirán las disciplinas que tengan posibilidades de ganar medallas”. Agregó: “sólo irán a ese evento los atletas medallistas en los pasados Juegos Centroamericanos”.

Por supuesto, los primeros señalamientos serán al ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal, con cuya gestión no estoy de acuerdo, pero será el chivo expiatorio. Ahí llegaran las miradas  consabidas, las culpas por la demora en los fondos; siempre el peculio. Nadie habla de técnicas ni de perfiles. Nadie rebate a Mejía Oviedo ni a Mesa, pero también el director técnico del ministerio anda por tierras canadienses, Fernando Teruel Capri.

Fernández Mirabal
Hay que ser honestos, meses atrás Cristóbal Marte, responsable del voleibol femenino de República Dominicana, señaló el deporte es un río revuelto donde cada quien va a buscar ganancias. En todos los casos, absolutamente todos, réditos, y por supuesto, en otros, buscar lavar una imagen llena de indelicadezas; hay muchas, demasiadas en los hombres que integran la cúpula olímpica dominicana, convertidos en parásitos de la cosa pública y donde lo que menos interesa es la practica deportiva.

Casos particulares, faltan dedos para contar.

Acá nunca se ha realizado una evaluación honesta de las diferentes federaciones. Pero tampoco de sus directivos y sus entrenadores.

El caso más patético ha sido el de la levantadora de pesos Yudelkis Contreras, quien hace cuatro años, al regresar de Guadalajara se evaluó y recomendó que debiera subir de categoría y se le mantuvo en la misma que había sido una reina indiscutida. Así el COD y la Federación de Pesas le infligieron una puñalada rastrera a su máximo exponente.
Contreras

La gimnasta Yamilet Peña está convertida en un ídolo nacional, primera medallista en las competencias de gimnasia, hasta ahí muy bien, pero se insiste en mantenerla ejecutando el Salto Produnova, una prueba casi imposible, donde se busca, por el grado de dificultad, acumular puntos, pero es esconde, y este es nuestro caso, las formas más técnicas y exquisitas de la especialidad. Una modalidad a todo o nada. Años atrás nadie zanjó las diferencias entre Jaime Casanova, entonces presidente de la Federación de Judo y el atleta José Vicbart Geraldino.

¿Qué calidad, por ejemplo, tiene Radhamés Tavarez, actual presidente de la Federación Dominicana de Natación, para ser jefe de delegación?... por supuesto, este fue un “peje” que nunca vio una piscina en su vida.

¿Dónde está el revelo de Félix Sánchez?... ¿se ha utilizado su nombre y su figura para desarrollar el atletismo en sus diferentes facetas dentro de nuestras fronteras?... ¿dónde está el baloncesto femenino que se perdió en las últimas décadas?... ¿dónde está nuestro voleibol de varones que es prácticamente inexistente?... ¿dónde se ha ido nuestro béisbol que es el buque insignia del deporte nacional?...

Arrendel
Irnos a los puños y a las patadas, además de demostrar que tenemos sangre en las venas no es todo el deporte que necesitamos. Cuando hay que pensar, mejorar técnicas, estudiar a los contrarios, unirnos como nación, nos desaparecemos; los atletas recuren a la emotividad, ¡un-dos-tres Dominicana!, y los entrenadores se muerden las uñas. Revela nuestras graves fallas educativas.

Hace años he señalado que estamos al borde del precipicio, a punto de resbalar hacia el despeñadero. Creo que llegó el momento. Todos tratarán de borrar sus huellas; nadie se quitará de sus funciones, tampoco nadie se atreverá a pedir que se vayan. Por supuesto, hay una crónica deportiva graciosa que prefiere callar para salvaguardar algunas entradas.

La nueva era del olimpismo” proclamó Rafael Fernando Uribe Vásquez antes de posar sus nalgas en las sillas del Comité Ejecutivo del COD, apoyado por otros dos pelafustanes. Eso de nuevas eras y eras gloriosas como que terminan hundiendo lo poco de dominicanidad que queda en nuestros tuétanos.

Los gobiernos han utilizado los escenarios deportivos para sacar provecho a sus políticas y magnificar su proyección. Nuestros vecinos cubanos supieron hacer acopio de ello; en esto, Felipe –El Jey- Payano era un artista. Lo supo hacer hasta con un descolorido nadador de nombre Marcos Díaz que nunca se destacó dentro de una piscina y lo lanzaron a las aguas abiertas, hasta vendérnoslo por ojo, boca y nariz, sin que haya conseguido nada fuera de lo común.

Payano
La administración de Fernández Mirabal borró el deporte de elite y el COD quedó cruzado de brazos. Era mejor debatir en la prensa adocenada y no instar a sus federaciones a trabajar. La pretendida masificación de las actuales autoridades de Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC) han sido un fiasco; mucho apoyo a eventos donde lo único que persiste es la acostumbrada “búsqueda”.

Juegos Fronterizos, Juegos de la Mujer, Campamentos de Semana Santa, Campamentos de Verano, juegos provinciales, Juegos Escolares en coordinación con el Ministerio de Educación, y así varias versiones más, pero nada de captación, nada de seguimiento, nada de mejoramiento. Todos con el santo beneplácito del COD. Porque Payano era bueno para estar en los primeros planos de las fotografías, pero nadie dice nada del eterno primer plano del presidente del COD, un moderno Eteocles.

Por supuesto, los burócratas saldrán a defender sus posiciones. La propia MIDEREC acaba de concluir un curso para entrenadores y monitores y mucho de los capacitadores lo único que hacían era burlarse de las habilidades de esos chicos. Chicos, quizás bien intencionados, pero sin la suficiente solidez académica para captar, en primer lugar, y luego, transmitir, los conceptos enseñados. Tenemos cientos de bachilleres que no saben ni leer ni escribir, gracias a la permisividad de nuestro sistema educativo.

Durante su existencia el COD no ha impuesto penas frente a las acciones deleznables
Sánchez
cometidas por sus miembros; advertir, denunciar y perseguir a los imputados no ha sido su fuerte: el dopaje de Juana Arrendel quedó su castigo, sólo sufrió la atleta; los demás casos de aparición de substancias prohibidas han quedado sin sanción, sólo el atleta. Los señalamientos sobre fondos que no son bien administrados, pasan de largo, sin indicar las complicidades con presidentes de federaciones que se hacen eternos en sus posiciones. El acoso sexual, las violaciones son situaciones ignoradas, pero sabidas de todos.

Cada grupo social fija sus límites morales y éticos en la aceptación o condena de las acciones; las leyes y la actuación de los tribunales nos defienden como comunidad por los valores que penamos o permitimos. Todos tenemos la percepción de que no importan las razones como tampoco importan las pruebas; se trata de ensuciar las causas, de hacer sospechosos a quienes investigan en el deporte nacional y de limpiar a quienes están escamados. Hay delitos, como los deportivos donde se debe marcar de inmediato la clara frontera de lo prohibido, ello nos definirá mejor como sociedad.

La inconsistencia de la política deportiva dominicana estaba adormecida debajo de las alfombras de Mejía Oviedo y Fernández Mirabal, en ese mar de fondo en que se ha desenvuelto este deporte y el fracaso estaba a la vuelta de la esquina. La receta de MIDEREC para el cumplimiento de sus compromisos es realmente pobre frente a los desequilibrios vigentes, pero la capacidad del COD queda al descubierto; se quedó sin ideas sólo apoyado por un grupo de empresarios que han creado el proyecto Creando Sueños Olímpicos (CRESO); las cuentas pendientes se hacen interminables.

La construcción de un futuro colectivo se logra generando políticas permanentes, promoviendo más inclusión social como política de estado y con un relacionamiento más estratégico con el mundo, estas son algunas de las aristas que ni MIDEREC ni el COD están dispuestas a aceptar. La magnitud de lo que parece inexplicable crece día a día.

El discurso del COD y de la propia MIDEREC no tiene relación alguna con lo que hacen o pueden hacer. Faltan palabras para designar o explicar la cuota diaria de problemas, necesidades insatisfechas y deseo frustrado. No hay energías con excentricidades en las palabras de Mejía Oviedo y de Fernández Mirabal, se convirtieron en repetitivos; caen y no saben como ponerse de pie. No hay secretos, no hay optimismos, no hay esperanzas, todo se hace trizas.

De visita en el cementerio escuché llorar en la tumba de Horacio A. Veras Gómez, director de deportes de Joaquín Balaguer y después, administrador de correos, al saber que su pupilo Antonio Acosta se mantiene como secretario general del COD; pasé también por la casa de Manuel de Jesús Pérez Gómez, mejor conocido como Freddy, y percibí como reía al saber que su discípulo Uribe Vásquez era miembro del COD.
Eteotles

¡Así las cosas, Mejía, así las cosas!

Nuestra crisis deportiva, prodiga en descalificaciones y falta de rentabilidad colectiva, no terminará mientras no se tomen medidas necesarias frente a los eternos guarecidos dentro del mundillo deportivo; desaconsejar desde el punto de vista técnico es materia recurrente, contorciones sobre los resultados que se dejan caer, un alto en el camino para la redeportivizacion colectiva. Las preocupaciones ya sobrevuelan, siempre en voz baja entre los acólitos del COD, pero se hacen grandes en las calles.

Si el deporte dominicano no repunta en lo inmediato, además de lo marcada que ya está la gestión de Fernández Mirabal, podría terminar el ciclo de Mejía Oviedo como uno de los grandes despechados. Necesariamente tiene que venir una etapa de desarrollo deportivo nacional, donde las federaciones logren desendeudarse, colocar personas más honestas al frente de las mismas y conseguir la inclusión de sectores que han sido marginados. Por supuesto, terminar con algunos negocios donde se puede encontrar mucha tela por donde cortar. Es el equilibrio retórico al que está condenado el deportista. Debe prometer sin criticar, fusionar lo que se va con lo que se viene.

La ampliación presupuestaria en propaganda tanto de MIDEREC como del COD obedece al hecho de que echar a rodar mentiras que la realidad desmiente una y otra vez cuesta cada vez más esfuerzo y, por lo tanto, más dinero.

Nadie toma las precauciones de tomar distancia para ganar perspectiva. Nos hemos vuelto incapaces como sociedad de dar respuesta a nuestras interrogantes, para terminar enredados en los hilos de las distintas versiones. La historia del fracaso deportivo nacional está ya para ser narrada, alcanzó resonancia y debemos empezar a escribir. Hay enormes piezas que unir del rompecabezas.

Mejía Oviedo buscará copar el cartel, tratará de imponer sus maniobras distractivas e impondrá clausurar el concepto de verdad. Los que andan cerca de la verdad son apartados… ¿por qué será que Leonardo de Jesús Heredia Castillo, mejor conocido como Leo Corporan, siempre está tan cerca de las causas del COD?...

De momento, las preguntas permanecerán sin respuestas, el poder del COD tratará de continuar moviéndose en las sombras para que la verdad siga clausurada. Detrás del fracaso deportivo nacional hay algo que parece muy claro, hay una inmensa corrupción envilecida, y por extensión, la degradación de una sociedad que los convalida cada cuatro años, pero que ya se cansó.


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