viernes, 3 de enero de 2020


Agrios edulcorados…
Caso 384: me compré unos zapatitos que no me aprietan… ¿me darán calor las medias?
Enero 02 del 2020


Según mis cuentas, no publicaba un agrio edulcorado desde May.31.2019. Vamos a empezar este 2020 rescatando esos lanzamientos breves, ligeramente distendidos, por lo general no deportivos.

En mi closet siempre ha existido al menos un par de calzados Clarks por cerca de 35 años. Los primeros los compré en Puerto Rico en Sears de Plaza Carolina; mi entrañable amigo César Santos Rivera, un hermano del alma, que en Santo Domingo había sido propietario de La Opera de El Conde hasta 1986, y quien tenía un local en ese centro comercial al que llamó Classe, me apuntó: “¡muchacho, esos zapatos no se acaban jamás!.


Mi primera acción comercial del año que inicia fue acercarme a la tienda Clarks de Sambil, en el cuadrante de la avenida San Martin, Máximo Gómez, John F. Kennedy, y la calle que la separa de la estación de servicio que una vez fue de Tomás Gómez Checo, ex-lanzador de las Águilas Cibaeñas, servicial vecino, sus hijos fueron mis compañeros de infancia y adolescencia, y aún su yerno José Danilo Báez Ureña es mi odontólogo. Ahí estuve, regalándome un par más.

Había recibido otro par como regalo de cumpleaños.

Entre otras preciosidades en el 2019 toleré como piropos: complicado, enigmático, difícil, prepotente, ¡viejo trujillista!, aunque debo admitir que ese me dolió, desadaptado, inadaptado social, amargado, critico, ¡Mamut!... el cretino de los cítricos, me llamó uno con apodo de damisela que pretendía le escribiera para obtener trabajo y publicar bajo su nombre, ¡gratuitamente!


Por suerte el camino me enseñó que más allá de mis atributos y debilidades, hay que tener valores por sobre todas las cosas, una pizca de espiritualidad; y como decía Nelson Mandela (Nelson Rolihlahla Mandela, Jul.18.1918 en Mvezo, Unión Sudafricana; Dic.05.2013 en Johannesburgo, Gauteng, Sudáfrica): “el valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence sus temores”.

La propaganda del Gobierno Dominicano apunta que quiere “jóvenes críticos, analíticos, reflexivos”. Quizás, personajes más cerca de lo que me siento ser y tomando distancia de los entes que son diferentes a mí.

¿Dónde están los que hablan de mí?... ¿dónde?... ¿por qué nunca dan las caras?...

Como me gusta la soledad, me encanta sentir que detrás de mí hay un desierto interminable con vistas al Mar Caribe, la experiencia de caminar entre los montes antes de llegar al azul de ese mar cotidiano, con sus colores. Tratar de mirarme entre la inmensidad de las aguas.

Me gustaría imaginar que todos mis conciudadanos pensarán y analizarán, que serán capaces de comprender lo que escuchan y lo que leen, quizás resulte una quimera; más en este año que habrá dos torneos electorales. Sería ideal que todos votáramos a los mejores y no a los que se replican sabiendo que son corruptos e inmorales; que los hay de todos los colores.


Por cierto... ¿olvidó la Junta Central Electoral que había que imprimir boletas para los sufragios?... ¿cuánto será el monto que imprimirá Editora Corripio?... ¿cuántas se le otorgarán a Diario Libre Impresos?... ¿por qué no se planificó esas tiradas con el Instituto Técnico Salesiano?... y así contribuir a paliar las enormes desigualdades que se exhiben en República Dominicana, y que la institución forme nuevos valores en las artes que imparte. Para las elecciones del año 2016 se tiraron 23 millones de papeletas.

Así que concluyo diciendo, que para mis momentos de soledad, para los instantes en que la tristeza pretenda abrazarme, ya tengo mis Clarks, porque un zapato consuela.


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