jueves, 1 de septiembre de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 271: El Rey en Punta Cana… o llorar a veces
Sep.01.2016

¿Qué Romeo Santos tendrá una villa en Punta Cana?

¡Eso a nadie debería de impórtale!

¿Qué le alquilará la villa a sus fanáticos?... ¡mucho menos!

La prensa dominicana tiene muy poco que decir, desde hace tiempo, y se abarrota de pequeñeces.

En su concierto de Hard Rock Hotel & Casino (Ago.27.2016) se destapó como una grosería mayúscula: “los que tengan dinero aquí esta noche háganse como que son pobres porque yo tengo más que ustedes. Despiértense, anímense”. A nadie le importa tampoco la cantidad de dinero que pueda o deje de tener Santos; unos estaban ahí por el gusto a sus canciones y otros, imagino que no pocos, para hacer el bulto… por supuesto, estos últimos, por lo general, ocupan posiciones de privilegio. Las entradas más inasequibles.

Si Romeo Santos es carne de consumo para lugares más accesibles como el Estadio Olímpico de Santo Domingo o el Estadio Cibao de Santiago, allí estará mejor conectado con los asistentes.

El y tantísimas gente también deberían de recordarse que existen otros puntos con ansias de disfrutar de un espectáculo importante: Bani, Azua, San Juan de la Maguana, Barahona, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, Samaná, Nagua, Puerto Plata, Montecristi, San Francisco de Macorís, La Vega, Mao, Jarabacoa, entre tantos otros. Lugares que llena alguien tan popular como cualquiera llamado Anthony Santos. Que llenaba Fernando Villalona, por ejemplo, y tantos artistas más.

Hay públicos y públicos y lanzarse una aventura para Punta Cana, dos horas de camino desde Santo Domingo (… imagínese venir de Barahona de manera individual o colectiva), concierto, tragos, poca hidratación, poquísima comida, más licor y dos horas de regreso puede traer sus consecuencias, como le pasó a la pareja de venezolanos que se accidentó en Boca Chica.

Mi último concierto fuera de Santo Domingo lo viví en Santiago, hace ya 16 años, cuando me lancé para ver a Juan Luis Guerra en el Estadio Cibao. Era un sábado lluvioso y el regreso con esa carretera muy húmeda me tensó hasta lo imposible. En encanta tomar carretera de noche, pero hay algunas cosas que hay que dejar a un lado; ya he tenido dos accidentes, primero con un caballo (mayo del 2012) y después con un camión (enero 2016), ambos viniendo desde La Romana a Santo Domingo (tramo obligado para todo el que va a Punta Cana).

Santos en lugar de intentar “jumpear al público” debería acercarse a la Iglesia Católica, en uno de los diarios nacionales de la fecha (Sep.01.2016), hay un excelente trabajo sobre la función social que realizan, y tratar de asistirlos, sin aspavientos ni cable conectados a las baterías; mucho mejor si es lejos de las cámaras y de las redes sociales. Igual ejercicio realizan otras comunidades religiosas, por lo que la oferta es amplia. Oscar De La Renta, por ejemplo, creó programas que se han mantenido después de su partida.


Dicen que los hombres somos perros y jugamos al amor. 

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