miércoles, 13 de enero de 2016

Agrios edulcorados…
Caso 138: Razones que frenan para creer y confiar
Ene.13.2016

Algunas veces uno espera que la gente progrese, o por lo menos mejore, intelectualmente pero no hay frutos. Que con la experiencia acumulada resulte ser más asertiva.

A esta altura de su vida y después de tanto “joder” oponiéndose al retorno del Club Mauricio Báez al Baloncesto Superior del Distrito Nacional, Leonardo de Jesús Heredia Castillo, a quien todos conocemos por el alias de Leo Corporan, sigue demostrando que quedó en la pre-historia. Cedió sólo por asuntos económicos, pero nada más hay debajo de esa manga.

Después que la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (ABADINA) le entregara el aval para disputar la versión 2016 del Torneo de Baloncesto Superior, debíamos de esperar una línea ejecutoria de mayor impacto por parte de los mauricianos, más coherente con los tiempos, por lo menos, elegante. Pero nada, lo mismo que hace 15 años, que hace 20 y que hace cuarenta.

Heredia Castillo, con pantallas acá o allá, será el comercializador de la justa completa, previo acuerdos cómplices con el actual presidente de ABADINA. Por supuesto nunca mostrará su cara en público, tampoco un contrato que ratifique las operaciones; todo bajo el obscuro manto de la connivencia y los silencios. Cuando la “piña se ponga agria” posiblemente se le esconda al titular de la ABADINA, el periodista José Monegro, porque no es lo mismo pertenecer al PLD-Leonel y creerse aún que está por encima de los compañeritos del PLD-Danilo, sabiendo que estos últimos poco quieren saber de él.


Los guisos cambiaron de sarten y las cosas no son como años atrás. Lo único seguro que queda es el Banco de Reservas, más que nada porque su compañerito y amigo Orión Mejía continua siendo cabeza en el departamento de relaciones públicas. Hoy, hasta el mismo Monegro es más potable en esos círculos morados que el mismo Heredia Castillo, pero prefirió la comodidad de la “supuesta” influencia de este último frente a los clubes.

Pasó con los Soles en la LNB (Liga Nacional de Baloncesto), les prometió villas y castillas, patrocinios gubernamentales por encima de los 7 millones de pesos y al final la familia Chalas, administradora del equipo, quedó con las manos en la cabeza. La guitarra, el violín; la guitarra, el violín; la guitarra, el violín…

Los de Villa Juana presentaron a su dirigente Melvyn López Guillen, hoy un confeso mauriciano, después de tantas veces renegar, pero hasta ahí. Por supuesto, el director técnico y después los demás. López Guillen quizás olvidó que Heredia Castillo siempre ha tenido una Black and Decker cerca de su cuello, después que se le doblegó el pulso, pues siendo un dirigente de primer año no empezó con el pie derecho y la primera reacción fue destituirlo; históricamente López Guillen ha maltratado a esos dirigentes que lo mantuvieron en el cargo.

Después de la presentación del timonel, donde por supuesto estaban Heredia Castillo y el presidente de la entidad, José Luis –El Boyón- Domínguez, la lógica indicaba que debió presentarse como buque insignia a un jugador de la cantera, un ídolo del sector o por lo menos alguien con historia.


Un servidor entendía que se traería a Gerardo Suero desde Miami, donde está, o se presentaría a su hermano Juan Miguel, quizás a Rayner Moquete, a Melvin Richardson, ¡coño!, o hasta a Daniel Núñez. Con ello se enviaba la señal de que se empezaba a trabajar en firme y era una notificación para llegar hasta los patrocinadores tradicionales de la justa.

Pero no, Mauricio Báez bendice a un virtual desconocido Oscar Balbuena como su nueva estrella.

Balbuena exhibe el mote de Paniaguita, tiene actitud para el juego, escaso físico y necesita aprender.
No es un niño; hace dos años jugó con Huellas del Siglo, sin aportar significativamente y después se ha paseado por campos y ciudades. Pero nada más. Es un jugador que nunca ha sido tomado en cuenta para las selecciones nacionales, ni en sombras.

¿Le faltó tino a los mauricianos?

Por supuesto, ahí estaba la plana mayor, encabezada por El Marchante.

Sonrisas, muchas sonrisas, sonrisas Colgate y también algunas sonrisas Crest.

Lo que nadie va a decir es que Balbuena es representado por “el agente” Frank Brito.

Lo que tampoco nadie va a decir es que está demostrado hasta la saciedad los nexos comerciales en Brito y el dirigente López Guillen.


Más de una vez denuncié que hay entrenadores que cobran réditos a los jugadores para llevarlos a participar en los diferentes torneos; hay maestros en esta práctica. Secreto a voces que ha convertido la “gerencia de operaciones” de los equipos en una función inexistente.

En vista de las circunstancias, es necesario refrescar el tema de la corrupción dentro del baloncesto dominicano; donde todo el mundo se lava las manos y se achacan a los excesos de confianza las indelicadezas de “nobles colaboradores”. Fresca está la memoria de Ramón Rodríguez, también conocido como El Teacher, quien sigue fantaseando con la posibilidad de regresar a la ABADINA.

Hay demasiados atentados contra el baloncesto de factura local, groserías, tosquedades, incorrecciones, pero es mejor mirar hacia el otro lado y tratar de hacer sus propios cocinados. Todos buscan hacer sus guisos, al final también todos amigos y hermanos, mientras los jugadores son el patito feo del espectáculo.

Lo que se necesita son señales claras, con urgencia, para no terminar rodando hacia el abismo.


Para finalizar, aunque por supuesto, todos son más sabios que yo y nunca jamás necesitan un consejo de un mamut (como me llamó Augusto Castro en su desaparecido programa Cancha Entera), tiraré esta advertencia: ¡cuídate, Boyón!


Ilustraciones de Magdalena Nishe

No hay comentarios:

Publicar un comentario