lunes, 29 de junio de 2015

Turismo griego

República Dominicana lleva disputados dos partidos en el Mundial de la especialidad sub-19 masculina que se desarrolla en Grecia y ciertamente ha salido muy bien parada en asuntos del marcador, pero más allá de eso se han sumado dos derrotas, que pudieron traducirse en victorias; triunfos que hubieran servido para ruidos destemplados de unas destellantes “bocinas” que se sabe agenciar la llamada “nueva era” del baloncesto dominicano y el exhibicionismo descarnado de Rafael Fernando Uribe Vásquez, pero le han faltado fundamentos y serenidad a los chicos.

Para unos jóvenes que viven por primera vez un sin número de experiencias los reveses han debido tener un muy mal sabor; lo interesante es saber si podrán componerse y continuar adelante con sus vidas y algunos mantenerse dentro de la actividad sin traumas, convertidos en profesionales, algunos dentro del deporte y otros en las carreras que decidan continuar.

El manejo de la parte humana es un vector que no cuenta para las autoridades de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), que sólo hace regodearse en sus medallas y logros magnificados por la enorme cantidad de opinantes de poca monta que tienen agenciados. A este baloncesto, periodísticamente, se le está haciendo un escaso favor.

Se han efectuado dos partidos en tierras helenas, precisamente frente a grandes selecciones europeas: Serbia y
Grecia, estos últimos quinteto dueños de casa. Equipos de sólida formación que debieron estar obligados a defendernos, un oponente exótico y desconocido, pero la imposición del dirigente José –Maita- Mercedes Del Rosario es muy distinta: los hemos llevado a defenderse de nosotros; de protegerse a si mismos y no aspectos meramente deportivos, de nuestra virulencia física, de una agresividad inusitada que tarde o temprano pasará factura. Nos hemos liado a los golpes, olvidando lo básico del juego. Así, aunque el marcador nos diga que hemos estado cerca, es apenas una alucinación.

Frente a Serbia, allá, con unas diez horas de vuelo de diferencia, aconteció lo mismo que pasó la noche antes en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo, en el partido de los Leones: no teníamos una jugada de saque preparada; no supimos que hacer en el instante definitorio y la culpa tiene un solo responsable: Mercedes Del Rosario y su intransigente sequito: Melvyn López Guillen y Juan Matos... ¿son estos nuestros únicos entrenadores?

Para muchos, Regil Leonidas Eurípides Herasme Díaz, a quien todos conocemos como Frank, ha sido el más sórdido presidente de la FEDOMBAL, inclusive lo creen todos los miembros del actual Comité Ejecutivo, que de una u otra manera fueron llevados ahí por él, pero a la hora que Mercedes Del Rosario, López Guillen y Matos le plantearon hacerse cargo de las selecciones nacionales, en el año 2009, se levantó y dijo no.

En la actualidad estos burdos comerciantes se han enquistado en la institución, como si tuvieran poco más de un dedo en la frente; atrancados y protegidos por Uribe Vásquez y este Comité Ejecutivo que cada día crece más.

Quizás este cuerpo técnico, aliñado con un ser insípido como Oliver Antigua, debió aprender unas líneas de la filosofía de Marcelo Bielsa (Rosario, 1955, profesor nacional de Educación Física, entrenador argentino de futbol, actualmente en Francia; selección argentina 1998-2006; selección chilena, 2007-11): “prefiero el protagonismo con la pelota antes que la especulación y estar en el campo rival antes que en el propio. Más tiempo en posesión de la pelota antes que intentando recuperarla; utilizar el reglamento para que el juego sea mejor y no para sacar ventaja. Y, en la medida de lo posible, anticipación de todas las líneas en el desarrollo del juego".

Estos chicos, muchas veces provenientes de hogares carenciados, pese a su buena fortuna de haber superado un Centro-Basket y un Panamericano, aún tienen miedo escénico. Miedo escénico que solo se minimiza con la repetición de las jugadas, la mecanización de los sistemas, practicando muchas veces, haciendo lo preestablecido, para tratar de cometer el mínimo margen de error. Ya se nos señaló: “no hubo una concentración previa”, pese a que llevan tres años en relativa comunión; se nos vendió: “no tenemos la cantidad de topes necesarios” y se nos repitió: “único equipo dominicano que alguna vez se iba a concentrar en Europa”.

¡Las mismas majaderías de Eduardo Najri!


De Pedro Cabiya he tomado la siguiente frase (http://www.pedrocabiya.com/2015/06/a-todos-mis-nuevos-amigos-conservadores-y-patriotas-15-2/): “ni se inmuten cuando un liberal los llame intolerantes; yo doy fe de que igualmente intolerantes pueden ser ellos. Para las mismas personas fui “genio” cuando refrendé sus posturas y “bruto” cuando las cuestioné. Supongo que si bien los conservadores tienen a sus neonacionalokarios, los liberales tienen a sus neoliberalokarios también. Pero eso no es sorprendente. Cada quien es miembro, soldado y prisionero de la tribu a la que pertenece. Y si bien quizá no me haya ganado el título de “patriota”, por lo menos el de “traidor” ya me lo habrán retirado, ¿no?

La responsabilidad de los fracasos a quien se le atribuye… ¿al entrenador, a los jugadores, a los dirigentes?... ¿a nadie?... aquí, en cada situación se eliminan las responsabilidades, todo ello por no jugar ordenado, donde se respeten las posiciones y donde los jugadores aprendan a desmarcarse y después de los intentos ofensivos, rápidamente volver a plantarse defensivamente.

Como me dijo ese nuevo mártir de “la nueva era” convertido con el paso de los días en una inmensa montaña de boñiga, ahora fracasando con los Leones de Santo Domingo, Fausto Julián Suero Bueno el 22 de octubre del 2013: “vi a Maita muy creído, desde hace tiempo se le han subido los humos a la cabeza y así continuará, apoyado por Rafelin, porque no entendemos que hay que crear una escuela de entrenadores de baloncesto, como Argentina tiene a sus Bilardo y Menotti, como Puerto Rico a Meléndez y a Toro”. ¡Una cosa es con guitarra y otra con violín!

El baloncesto es una actividad dinámica, es puro movimiento, como dicen los mexicanos: “el deporte ráfaga”, por lo que está en constante evolución. Se despliega la preparación física, pero también el ordenamiento táctico que deben emplear los entrenadores. En todas partes del mundo se buscan actualizar los conocimientos técnicos y se revalidan licencias. Mientras ello ocurre, en República Dominicana vivimos apegados a mitos y a artificios. El último entrenador que tuvo Mercedes Del Rosario en la selección nacional fue Miguel Cruceta; una vez escuché un comentario que me retrotrajo a la realidad que siempre ha vivido el baloncesto dominicano: “Cruceta terminó su ciclo con la selección, se fue a Nueva York y se perdió; Carlos Morales concluyó su espacio con Puerto Rico y saltó a comentarista de ESPN”.

Lo único que no variará jamás en el deporte del baloncesto es que el balón es el mejor amigo del jugador y hay que cuidarlo en cada posesión. Es el artificio que nos llevará siempre a la victoria; lo que permitirá sumar puntos. Por ello, no existe motivo alguno para que un jugador esté parado dentro de la duela; todas las circunstancias que se afrontan en una cancha es motivo para estar corriendo con el balón o detrás de él. El técnico tiene que conseguir que cada posesión de la pelota permita un avance fluido, pero no existirá claridad si no hay circulación, si los jugadores no se desmarcan de sus defensores; si esto no se logra, el jugador termina asustado y recurre a lo físico; comprometes tu zona defensiva, te atacan y si no arriesgas, pierdes la pelota.


Tolerancia y paciencia no están en el actual diccionario del baloncesto dominicano. Por eso las ofensivas se notan torpes y atropellantes. Con “la nueva era”, con Najri y su SouthGate hemos aprendido que hay que bendecir todo lo que sea victoria y lo contrario es imperdonable. En el baloncesto el modo de hacer las cosas es más importante, además, denota educación deportiva. Pretendemos que todos los jugadores sean iguales y respondan de la misma manera; la creatividad no se encuentra a la vuelta, ni se siembra, después de cercenada.

El baloncesto de esta segunda década del siglo XXI es sutil, enérgico, sugerente, sorpresivo y hacendoso, por ello las composiciones del quinteto inicial tienen a variarse infinidad de veces. Pero en Grecia y en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), nuestro último templo a la mezquindad, las rotaciones se hacen cortas en exceso. Es un absurdo plantearse que todos los partidos sean iguales, hay que tratar de dominar y protagonizar todo lo que se pueda, con fluidez, como hablábamos antes, atacando más tiempo que el que se defiende, cuidando las posesiones y haciendo que el colectivo se sienta más cómodo en el orden que con la espontaneidad.

Mercedes Del Rosario ha tenido tres veranos para mejorar y ha seguido especulando; en lo personal siempre he tenido enormes dudas sobre su capacidad, técnicamente es un tonto con la fama de haber sido un aceptable jugador, necesario en su momento, pero nada más. Cada vez ha sabido que nos falta capacidad ofensiva, que hemos carecido de estatura, pero se mantiene invariable a sus prerrogativas, a sus “jugadores favoritos”, a sus intereses personales, a su compromiso con la dominicanidad.

Uribe Vásquez colgó en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: “con más físico en el equipo otro final sería”… ¿por qué no trabajó para conseguirlo?... ¿eso no lo sabían hasta los chinos de Bonao?... ¿si lo tenía tan claro por qué no buscó alternativas como unas excusas y palabras de buena crianza con la mamá de Rodney Miller?... ¿por qué no se desprendió de ese círculo despótico donde tiene tomadas las almas de Pedro Pablo Pérez y Suero Bueno como reclutadores?

Antes de viajar a Europa se desató la polémica entre sus planteamientos y la Fundación Deportiva Minaya, hasta la fecha asociada a la FEDOMBAL, y se hicieron verdaderos cuestionamientos. Entre otras perlas salieron a relucir: “Debería sorprenderme que cortaran a Oliver García de la u-17, pero mientras Maita este ahí, nada me sorprenderá”… “J. Rodríguez y R. Polanco están en la u-19 porque en este momento son dominicanos no residentes y no santiaguenses”… “Oliver García y Aneury Parra dos santiaguenses que son victimas de Maita en las selecciones u-19 y u-16”… “Andrés Félix, quizás jugador número 12 de la u-19 dizque invitado a la selección nacional de mayores. Así no”.

Estas derrotas tienen varios dueños y por supuesto, tienen onda expansiva; dejará secuelas en el corto y el mediano plazo. Los problemas no nacieron en las inferioridades, sino en las formas. Lo bueno es que todos son identificables: Uribe Vásquez, Mercedes Del Rosario, López Guillen, Juan Matos, Pedro Pablo Pérez, Oliver Antigua, Suero Bueno, quizás hayan algunos más, y ahí, las oficinas del Palacio de los Deportes quedarán siempre envueltas en la incertidumbre e interrogantes.

Ha perdido República Dominicana y su cacareado nuevo baloncesto; somos inferiores desde lo táctico, lo técnico y también en nuestra personalidad para afrontar nuestros rivales. El espectáculo de la Arena México llevado a Grecia por Mercedes Del Rosario no responde por su falta de inteligencia y a la confianza que deben tener los jugadores a la hora de tomar decisiones, para atacar y defender.

Perdió el yo especulativo de Mercedes Del Rosario, por no marcar, por no tener juego, por no tener variantes, por su falta de liderazgo y su falta de inteligencia; por no aceptar cambiar cuando sentía que los rivales lo superaban y no creó las situaciones suficientes para ir más lejos que su estraperlo. Cuando no llegaba el canasto, quedaba la sensación de que había que pobrar con la elaboración de las jugadas; esos eran los momentos que se necesitaba definición.

Las pocas o muchas virtudes de un jugador no se esfuman por un traspié, se evaporan cuando se debe de ajustar para recuperar el poderío que decimos tener. Pierden López Guillen, Matos y Antigua que nunca han tenido la noción de la realidad; uno cuida sus intereses, el otro vela por su protector, y el tercero por los jugadores que ya tiene reclutados para su universidad.


Este grupo finaliza un ciclo, tristemente esta entrampado entre los intereses de Uribe Vásquez, Pérez y los hermanos Antigua, en primera instancia; se dice que hay compromisos contractuales en contradicciones con las reglamentaciones de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), ahora guardados bajo siete llaves, pero que en algún momento saldrán a la luz publica; por el mal trato a los chicos, por el manejo indiscriminado hacia algunos, por las tratativas de los dirigentes, pero de que habrá un punto de quiebre, lo habrá.

La única posibilidad de colgarse una verdadera medalla mundialista en sus cuellos es que logren romper esas cadenas, colocadas desde las oficinas del Palacio de los Deportes, la perversidad que ahí se respira, y encausen sus carreras para que se conviertan en individuos útiles a la sociedad; mientras tanto, que disfruten sus momentos de esparcimiento. Es lo único que se les puede decir.

De las selecciones de igual nivel en los últimos 12 años, sólo Manuel Elpidio Fortuna, Juan Pablo Montas y Karl-Anthony Towns han llegado a la selección absoluta. Después hay 81 ejemplos de chicos que por una u otra razón se han quedado en el camino. Quizás algunos más puedan llegar, pero el espejo está ahí, irradiando sus señales. FEDOMBAL, incapaz de cicatrizar sus heridas, siempre ha considerado que sus proyectos juveniles son desechables.


El camino es la educación, en las aulas, y nada más.

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