Facturando
junto a Rick Cabrera… Johnny Ventura y Shakira de fondo
Febrero 04 del 2024
Como dominicano, para mí,
porque no exijo que cada quien mire las cosas con mis mismos ojos, la victoria más
desgarradora, más impactante sentimentalmente, de todo el baloncesto masculino
de la NCAA, División I, no implicaba a ningún jugador nacido en «Quisqueya la bella», o descendiente de
hijos de esta tierra, ni a ningún jugador rotulado como «rutilante estrella»,
fue simplemente el triunfo de Northwestern State Demons (6-16, 4-5 Southland Conference, 5-4 en casa, 1-10 en la
carretera, 0-2 en territorios neutrales) ante Texas A&M-Commerce Lions (8-14, 2-7 Southland Conference, 6-5
en The Field House de Commerce,
Texas, 2-9 fuera de casa, 0-0 en canchas neutrales), 70 por 57 (33/22, 37/35),
en el Prather Coliseum (3,400
asientos) de Natchitoches, Louisiana. |
Rick Cabrera |
¿Qué tenía ese juego que le hacía contar con un no sé qué, que no sabía
yo, teniendo su qué se yo?... hubiera preguntado Johnny Ventura a ritmo
de merengue… un no sé yo, que implicaba el primer enfrentamiento de Rick
Cabrera (Dic.04.1976 en Spring Valley, New York), actualmente nuestro único entrenador
en División I, que se topaba con el equipo donde había jugado su papá, Hugo
Rafael Cabrera Lora, entonces conocida como East Texas State University, quien
hasta la aparición y trayectoria de Al Horford, estuvo considerado por todos
como el mejor jugador dominicano del baloncesto. ¡Que se sepa!...
No ha sido un camino llano el haberse colocado al frente de los Demons, recibió un equipo desmantelado;
su predecesor aceptó un trabajo con Austin Peay Governors, y
se llevó a seis de los jugadores de la pasada estación, incluyendo al
dominicano Hansel Enmanuel (Hansel
Enmanuel Donato Domínguez, 6’05, 170, SG, sophomore,
Oct.24.2003 en Santo Domingo).
La versión 2023-24 de los Demons no incluye un solo
jugador que haya marcado un punto para la academia en tiempos pretéritos. «El
hijo de Hugo» tuvo que buscarse todos los jugadores, en una fecha donde
los prospectos más interesantes ya están comprometidos. Pero a Corey Gipson no
le han salido tan bien las cosas en esta campaña, díganos que por aquello de
que: «la ley de Dios no come trampas y
el que se las come se les atrabanca». |
Duane Posey |
Justin Wilson (6’09, 220, PF, senior,
Ene.09.2001 de Dallas, Texas; una campaña con South Carolina State; también con
McLennan Community College) colocó 17 enteros, y sumó 8 rebotes; Chase Forte (6’04,
190, SG, junior, Jun.18.2001 de
Raleigh, North Carolina; militó por dos temporadas en Gulf Coast State Eagles, y una más con UNC-Asheville Bulldogs), dejó caer otros 15, 6
rebotes, y 5 asistencias; y Cliff Davis (6’02, 185, PG, junior, de Thomasville,
Georgia; también llega desde Chipola (Florida), se fue a las duchas con 10, 5
rebotes.
En tres instantes de la
primera mitad, Northwestern State llegó a tener una ventaja de 20 unidades:
8:03 por jugar (25 por 5), 6:03 (27 por 7), y 4:53 (29 por 9), para llegar a la
pausa larga con una diferencia de 11 enteros. Pero los Lions empataron una primera vez, en el complementario, a 48 iguales
(12:24 antes del sonido de la chicharra), tomaron ventaja de dos, 50 por 48
(10:42), y hubo tres emparejamientos más: 10:25 (a 50 por bando), 8:30 (52 iguales),
y 7:14 (a 54).
En los últimos siete minutos
de acción, los Demons anotaron 16
tantos, mientras frisaban a los Lions en
apenas 3 unidades. |
Cliff Davis |
En Mar.06.2024 (miércoles) volverán
a medirse Demons y Lions, esta vez en Commerce. Sólo mirar
a Rick desandar los pasos de Hugo debería ser un espectáculo que no tendría precio;
último día de la serie regular para ambas escuadras. Ni Shakira facturaría
tantas emociones.
A Hugo le escuché decir: «yo
me creía plenamente adaptado a la vida en los Estados Unidos, llevaba años
viviendo en New York, empezaba a tener algunos reconocimientos, pero irme a
estudiar y jugar a Commerce, fue una experiencia más difícil de lo que jamás
imaginé»
La distancia entre Commerce,
Texas, y Natchitoches, Louisiana, es de 368 kilómetros, que se cubren por la I-49
S en 3 horas y 38 minutos.
A Hugo, «El Inmenso», donde quiera que estés.
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