Flor y la
autenticidad a tope, pa’ que tu sepa’
Mayo 26.2018
Hay quienes morirán “con las botas puestas” y Flor Meléndez Montañéz (Ene.12.1947 en
Cidra) es uno de esos personajes. Ídolo de generaciones, no importa como usted
lo escriba, baloncesto, básquet, basquetbol, básquetbol, basquete, pallacanestro,
basketball, basket, si hay alguien de este lado del mundo que talló su nombre
con las mejores historia de la disciplina es este boricua, pa’ que tu sepa’.
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Meléndez Montañéz (foto El Nuevo Día) |
La
memoria se tatúa de muchas maneras; la mía con el baloncesto de Puerto Rico
empezó cuando casi todas las tardes bajaba desde el ensanche La Fe hasta el
parque Independencia (hoy, trayecto impensable de por lo menos 3 horas de duración,
entre la ida y el regreso), ahí en el kilómetro cero frente al parque
Independencia, a comprar El Mundo de
Puerto Rico, que para entonces se expedía a sólo 15 centavos. Tenía más o menos
15 años, después Leandro De La Cruz retransmitía los partidos del circuito
superior en La Hora del Baloncesto. ¡Aquello
era la leche!
Fue
el momento de las cinco coronas consecutivas de los Vaqueros de Bayamón, la
presencia de Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de 1972, ya William –Red-
Holzman (Ago.10.1920 en Brooklyn; Nov.13.1998 en New Hyde Park, New York) había
pasado por Ponce, pero ahí estaban Del Harris, Tom Nissalke, Ray Amalbert, Gene
Bartow, Lucio –Lou- Rossini, Howard
Shannon, Herb Brown, Larry Brown, Johnny Bach, Jim Boeheim, Doug Moe,
P.J. Carlessimo, Paul Westhead, Sam Jones, Bill Guthridge y aún no llegaban Robert
Corn, Phil Jackson o Sam Worthen… los del chicharrón contaban
con Billy Baum, ahora dermatólogo, Luis Brignoni, Rubén Montañéz, Rubén
Rodríguez, Mariano –Tito- Ortiz,
Alberto Zamot y hasta Julio Toro (como activo hasta 1974), casi despidiéndose
de las canchas; las luchas interminables eran frente a los Piratas de
Quebradillas de Pedro Hernández y los Cardenales de Río Piedras.
Por
supuesto, los del Guajataca con esa pareja invencible de Raymond Dalmau y
Neftalí Rivera, Wilfredo –Chiqui-
Burgos, John Candelaria, Steve Dalmau, Carlos Hernández, Juan López: mientras
los capitalinos reunían a Ángel –Grillo-
Allende, Earl Brown, Ángel- Caco-
Cancel, Wilson Oquendo.
Los
señoriales Leones de Ponce, los siempre aguerridos Atléticos de San Germán, los
desaparecidos Santos de San Juan, los eternos Cangrejeros de Santurce, un paseo
evocador de grandísimos tiempos.
Rubén
Adorno (Cangrejeros),
Roberto Álvarez (Santos), José Andrés –Josean-
Báez (Leones), Carlos –Charlie-
Bermúdez (Leones), Sammy Betancourt (Santos), Héctor- El Mago- Blondet (Capitanes de Arecibo), Antonio –Súper- Cabrero (Brujos de Guayama),
Ricky Calzada (Criollos de Caguas), Mickey Coll (Gallitos de Isabela), Teofilo
Cruz Downs (Cangrejeros), Joseph –Joe-
Gamboa (Criollos), Diego Gomila (Brujos), Tomas –Guabina- Gutiérrez (Indios de Mayagüez; como reza la pagina oficial
del baloncesto superior puertorriqueño: figura clave de los Leones desde el
1957 hasta el 1971 donde ganó 5 campeonatos y obtuvo 4 subcampeonatos… para
1961 Jugador mas Valioso y escolta del mejor armador de la época, Juan –Pachín- Vicens).
También, Joe Hatton
(Leones), José –Cheo-Mangual
(Indios), William –Bill- McCadney
(Capitanes), Ralph Menar (Indios), Raymond Milligan (Santos), José –Joe- Pacheco (Leones), José Paris
(Atléticos), Richard –Richie- Pietri
(Atléticos), Rafael –Raffi- Rafolds
(Gallitos), Marcos –Pipo- Rivera
(Cangrejeros), James –Jimmy- Thordsen
(Gallitos), Michael Vicens (Leones) y por supuesto Meléndez Montañéz (Gigantes
de Carolina).
Meléndez Montañéz fue
uno de los primeros refuerzos en el baloncesto dominicano en ese inolvidable año
de 1974, repartiéndose entre los Astros y Carolina. Para 1979 dirigió el equipo
de Puerto Rico para los Juegos Panamericanos y en esa ocasión le confesó a Iván
Brea: “le hubiera podido ganar a los
dominicanos por mucho más, pero todos saben el respeto que tengo por ese país”;
el juego transcurrió, 134- 91, Jul.02.1979). Después lo vimos con la selección
de Argentina, la de Panamá y con trabajo también en España, Brasil, Venezuela y
la propia República Dominicana.
El veterano hombre de
baloncesto aceptó tomar las riendas de los Atléticos de San Germán, que marchan
con marca de 2-8 y seis caídas consecutivas, en un calendario de 36 juegos por
equipos; los monstruos anaranjados han tenido registro de 82-107 en las últimas
cinco campañas y solo en la estación 2015 alcanzaron números positivos (24-20).
Los Atléticos reúnen 14 campeonatos y 11 sub-campeonatos. El color del conjunto
se debe a que Ubaldino Ramírez de Arellano Quiñones, dentista, senador estatal
y “el padre del baloncesto en la ciudad
de las lomas”, estudió y regresó de Princeton University e iluminó esos
colores para el conjunto de su localidad; desde 1930. Ramírez de Arellano se anexó,
como dirigente, los dos primeros campeonatos de la franquicia (1932 y 1938).
Meléndez Montañéz toma
el relevo de Fernando Toro, quien hacia su debut como capataz pese a estar
desde 1987 a los lados de las líneas cuando se inició en Cabo Rojo, su ciudad
natal; fue el asistente del conocido Nelson Colón en los Leones de Ponce (2013 al 2017); ya había laborado como asistente de
los anaranjados en las temporadas 2003, 2004, 2010, 2011 y 2012.
Hace un año, el nativo
de Cidra se convirtió en el primer dirigente en
alcanzar 600 victorias en el baloncesto superior puertorriqueño (Abr.24.2017,
en un triunfo 105-100 de los Caciques de Humacao sobre los Brujos de Guayama).
San Germán ha estado produciendo 83.3 puntos por jornada, sobresaliendo
ofensivamente Raphiael Putney (14.3), O.J. Mayo (14.1), Sosa, Isaac (10.4) y
Carlos –Yao- López (10.1), concede
89.0 enteros en cada salida a la duela.
Las
huellas que Meléndez Montañéz nos brinda cada día, más que sus logros sobre el
tabloncillo, son la autenticidad, la verdad, el ardor, el entusiasmo, el
denuedo, en un mundo cada vez más tormentoso; ese mismo personaje que nos
asombra a todos con un humor luminoso.
Para
el baloncesto dominicano y para muchos de los que hemos pululado alrededor de
el, es ese hermano mayor que nos sirve a todos como interlocutor único, irremplazable.
Desde que aceptó esa condena, sin grilletes, que es servir al
deporte y al prójimo, inició una trayectoria fulgurante, aún siendo un jugador
activo.
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