Plan Altura
He seguido con especial interés los artículos de
Carlos Sánchez relativos al baloncesto en el matutino Diario Libre. A su favor
hay que decir que siempre me ha parecido un periodista honesto, informado,
responsable y además una persona solidaria. En fecha May.05.2015 nos regaló un
trabajo que tituló: Las categorías menores están nutridas de altura. Hasta ahí todo
bien.
Entre otras tantas funciones, el deber de una
federación de baloncesto es captar a los elementos con las condiciones físicas
necesarias para el deporte, en el nuestro, muy particularmente la altura,
después trabajar de manera incesante con estos chicos y pulir sus habilidades.
La Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) ha manifestado en varias
ocasiones que ha trabajado con el tamaño de los muchachos que están repartidos
en toda la geografía nacional.
La crónica señalaba que 45 jugadores forman parte de
los programas sub-15, sub-17 y sub-19, sin enumerar
aquellos del grupo sub-19
que estudian en los Estados Unidos. Siendo optimistas, estas selecciones no
superan el número de 60 jóvenes, por lo que la criba se producirá sin mayores
desavenencias. Quizás algún entrenador con alma de pillo se le ha acercado a
algún padre para negociar el viaje de su hijo; quizás, quizás, quizás… ¡como
dice la canción!
Aquí todo el mundo está agenciándosela como puede. No
importan perversidades, no importar crear frustraciones hasta la eternidad en
chicos inocentes, muchas veces carentes de todo, hasta de afecto. Esos
perversos no ven el baloncesto como un conjunto de valores, costumbres y normas
a los que se ha llegado en un momento evolutivo de la sociedad, sino como una
dificultad, como una enfermedad, como una malignidad, con la que es preciso
arrasar para imponer sus “curaciones”. Así no se llegará a ninguna parte.
El baloncesto dominicano no sabe lo que realmente le
espera cuando Uribe Vásquez deje FEDOMBAL. Lo mínimo: “un maletín lleno de
facturas por pagar”.
Don Koehler |
Un programa de altura envuelve evaluaciones médicas,
pruebas de velocidad, agilidad, coordinación y saltos; conlleva un seguimiento
científico de los muchachos porque estos surgen y necesariamente hay que
desarrollarlos. Hay que brindar asistencia médica permanente, nutrición
balanceada y suficiente, rellenar deficiencias, vestimenta y calzados, aspectos
odontológicos, y por supuesto, asesoría psicológica.
Los hombres altos en particular deben ser colmados de
inquietudes y conocimientos de forma individual, refinando el trabajo que
permanentemente deben tener los clubes de base.
El baloncesto se ha definido siempre como un deporte
cuyo objetivo es convertir tantos, en este caso puntos, lanzando una pelota
hacia un cesto colocado de manera horizontal, a determinada altura, evitando
que el oponente consiga una cifra mayor en el número de conversiones. La
búsqueda de protagonistas con mayores posibilidades de lograr los objetivos ha
sido la tarea de los responsables de esos equipos. Los jugadores de mayor
tamaño tienen enormes posibilidades por encontrarse siempre cerca de las
canastas, salvando las trampas defensivas del rival.
Los programas de altura son una búsqueda de chicos y
chicas con tallas superiores a la media normal; valores estipulados según la
edad. Deben iniciarse inmediatamente los chicos abandonan el mini-baloncesto, a
los 13 años de edad y finalizar 5 años después, a los 18. El objetivo final es
el perfeccionamiento de las cualidades de los jóvenes insertados en los mismos,
la enseñanza y mejoramiento de las características generales del individuo, con
la finalidad de convertirlos en atletas de alto rendimiento.
Un programa de altura debe integrar además del
organismo federado al Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), el
Instituto Nacional de Educación Física (INEFI), el Ministerio de Educación, las
asociaciones provinciales, sin excepción, los representantes de MIDEREC en las
provincias, y los supervisores de educación física que deben existir en las
diferentes provincias del país.
Manute Bol y Tyrone Bogues |
FEDOMBAL debería tener una planilla de este trabajo,
donde se incluya aspectos como talla para la edad requerida, nombres y
apellidos completos, sexo, fecha de nacimiento, número de identificación
personal (de tenerlo), domicilio, ciudad donde vive, nombre de ambos padres y
teléfonos de contacto, teléfono del hogar, número de teléfono móvil, correo
electrónico, escuela a la que asiste, estatura, peso, club de origen, provincia
a la que pertenece.
Por igual, FEDOMBAL debió elaborar un sistema y
mecanismos de seguimientos periódicos de los jóvenes, manteniendo comunicación
con los entrenadores con la finalidad de compartir necesidades y objetivos
comunes. Confeccionar un plan de trabajo anual de los participantes, individual
y específico para cada jugador, con el fin de mejorar las aptitudes generales y
particulares de los chicos, que debe ser responsabilidad del entrenador local y
la asociación provincial. Además, realizar evaluaciones periódicas, por medio
de concentraciones, con la finalidad de tener indicadores específicos de la
evolución de la tarea de los jugadores.
Nuestra FEDOMBAL en el momento de visitar las
asociaciones reunió a los entrenadores de las diferentes comunidades, montó una
brevísima charla en manos de los miembros del Colegio de Entrenadores de
Baloncesto de República Dominicana (CODEBAL) y de la misma forma, apiñó por
espacio de poco más de dos horas, en el mejor de los casos a los chicos que
fueron mostrados por los responsables de las asociaciones provinciales. ¡Todo
en menos de cuatro horas!
Hubo concentraciones que supieron realizarse en dos
localidades diferentes el mismo día.
¿Plan de altura?... ¿responsabilidad con el
baloncesto?... ¿justificación de gastos superfluos?... tengo la impresión que
cada día estamos más enhilados con “la nueva era”, un mamotreto que sólo cabe
en la cabeza de Rafael Fernando Uribe Vásquez y sus secuaces.
Pavel Podkolsin |
El escrito de Sánchez nos habla de jugadores de 5’08,
5’09, 5’10 y 5’11, que no deberían estar contemplados jamás en un programa de
altura. Los programas de altura se inician con niños de 12 años con 6’02 de
estatura y niñas de igual edad con 5’07 de estatura.
Hay un chico de 6’09 de estatura con 15 años de edad
nativo de San Pedro de Macorís, Cristian Lora (señalo su nombre porque está
incluido en el articulo de referencia), de quien ya se anuncia integrará la
selección sub-17 este verano. Lo que debió agregar Uribe Vásquez, el
entrevistado, es la proyección de crecimiento que se tiene con este joven y los
estudios que se han realizado para saber hasta donde sería capaz de estirarse.
Excelente proyección también muestra, siempre de
acuerdo a Uribe Vásquez, Carlos Elián Florián Gómez, 6’08, 14 años, nativo de
Barahona, pero Brayan De La Cruz, 6’04, 14 años, nativo de Bonao, está en la
cota minima para su edad.
Las tallas para varones, sin aspavientos ni sorpresas,
según las edades son: 12 años: 6’01; 13 años: 6’02; 14 años: 6’04; 15 años,
6’06; 16 años, 6’07; y 17 años, 6’08.
Para las damitas corre de la siguiente manera: 12
años: 5’07; 13 años: 5’09; 14 años: 5’11; 15 años: 6’01; 16 años: 6’03; y 17
años: 6’04.
No se cual es el criterio utilizado por FEDOMBAL, pero
si las únicas piezas a exhibir son los dos chicos altos
mencionados, no se ha
trabajado con honestidad ni programas. Ello no me parece nada raro en “la nueva
era”.
Amaya Valdemoro |
Más temprano que tarde Uribe Vásquez tendrá que pedir
disculpas por todo el daño que le está haciendo al baloncesto dominicano. Ha
querido convertirse en una estrella en el firmamento del deporte dominicano sin
ninguna esencia. Esto no es una competencia de rock-and-roll. Su actitud inquisitorial está fuera de época, pero
mientras llega su salida de la FEDOMBAL es capaz de cualquier cosa.
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