¿Dónde están los millones?
La selección nacional absoluta de República Dominicana
ha jugado 4 partidos de exhibición en los Estados Unidos en los dos últimos
años, y se nos ha repetido hasta el hartazgo que todos han sido a beneficio de la Fundación John
Calipari. Hemos quedados empalagados de la bonomía de este hombre, casi
inmaculado, cuyo contrato con la
Universidad de Kentucky está lleno de detalles y que
olímpicamente aceptó hacerse cargo de un equipo de un país del que tenía pocas
referencias.
Nada se ha sabido de las utilidades generadas por los
mismos. Los números se han mantenido en el más absoluto secreto, como si fuera
hueso santo. Pasó en el 2011 durante la administración de Frank Herasme y en
este 2012 en la recién estrenada dirección de Rafael Uribe. Del otro lado,
Eduardo Najri y José Miguel Bonetti, cabezas visibles de la empresa SouthGate,
arrendataria del conjunto dominicano, jamás se han referido al tema de manera
pública, lo que genera suspicacias.
Por lo menos, en una ocasión, el señor Najri señaló en
este dilatado camino entre Mar del Plata y Caracas, que el señor Calipari
recibió una modesta remuneración que iría a su fundación y nada más. Tal gesto
de desprendimiento del entrenador no deja de asombrar, y el cinismo del otro
adquiere ribetes insospechados, pero por lo menos reconoció que si se efectuó
alguna transacción económica a lo largo de este deshojar de los pétalos.
La primera vez los partidos se efectuaron frente a un
combinado de jugadores que habían militado en la Universidad de
Kentucky donde ahora Calipari es entrenador, uno en Lexington y otro en
Louisville, y por lo menos el primero a casa llena. Allí hubo venta de entradas
a un mínimo de 40 dólares por asiento (sólo en Lexington la venta de entradas
generó la nada despreciable suma de 720 mil dólares), venta de proventos y un
generoso patrocinio de una cervecería norteamericana.
Esa vez, ante los beneficios recibidos, Calipari se
mostró henchido de la emoción, rebosado de las mercedes, inflado por los
acontecimientos, atiborrado de patrocinios, saturado de utilidades y publicó en
los medios digitales: “gracias Kentucky,
sólo nosotros podemos hacerlo”.
Antes de partir al Centro-Basket de Puerto Rico, este
verano, se repitió la misma dosis. Un escenario más modesto, con un equipo de
jugadores integrados a última hora, coordinados por las oficinas de Del Harris,
asistente de Calipari en el equipo dominicano.
Hace un par de veranos, la Universidad de
Connecticut y su entrenador Jim Calhoun reunió a un grupo de sus ex-alumnos que
iban desde el mítico Ray Allen, ahora jugador de Miami Heat, el dominicano
Charlie Villanueva, y un recordado Natambu Willingham, que se ha paseado por
las más variadas ligas repartidas alrededor del mundo, entre otros, a beneficio
de causas caritativas. Las ganancias fueron del orden de los 2.5 millones de
dólares.
Los
ejemplos se repiten por cientos. Se estima que el mínimo recaudado por las
universidades que se encuentran en el ranking del 1 al 50 de cada año ronda la
suma de 2 millones de dólares, en este tipo de actividades. Con Kentucky hay
que tomar el añadido que se le considera “la crema de la crema”, “la realeza
del baloncesto”, espacio donde apenas figuran unas 10 instituciones académicas
dedicadas al deporte de los aros y las canastas. La Universidad de
California en Los Angeles (UCLA) y Duke University, entre otras entran en ese
escalafón.
Cada
deporte tiene su realeza. Pasa en el complicadísimo mundo del football
americano y un caso curioso que debería interesarnos a todos los dominicanos es
el del atletismo. Félix Sánchez, el dominicano con dos medallas de oro
olímpicas en su especialidad, los 400 metros con obstáculos, es egresado de la Universidad de
California del Sur (University of Southern California), que también tiene su
sede en la ciudad de Los Angeles. Ese sólo recinto académico ha producido 243
medallistas olímpicos.
Hasta ahora SouthGate ha callado sobre las ganancias
producidas por esos topes en territorio de los Estados Unidos, no ha explicado
a su socio, la
Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL) sobre ello y
el tiempo pasa… antes el estorbo era Herasme, según se comentó en los medios
locales, ¿y ahora?
Mientras los silencios se hacen cómplices, la
selección dominicana absoluta en la rama masculina, deslumbra a todos, pero los
programas formativos no se logran desarrollar. La semana pasada asistimos al
triste espectáculo de ausentarnos del Centro-Basket masculino sub-15 que se
efectuó en El Salvador, evento que ganó Puerto Rico.
No es la primera vez que República Dominicana se
ausenta de un compromiso donde se pone en juego los ciclos para el desarrollo
del baloncesto menor, el necesario tope que tienen que tener los jugadores para
llegar con fluidez a los estratos más altos. Las razones de esta ausencia, en
El Salvador, aún no están claras. Justo al lado, en Guatemala, fue precisamente
la primera epopeya del baloncesto masculino. FEDOMBAL alega tras bastidores que
no hubo invitación, pero existe la corazonada de que no se disponía de fondos
para estar presentes.
Para 1974, en medio de todo el furor que causó el boom del Palacio de los Deportes, la
posibilidad de empezar a luchar contra cubanos, mexicanos y cubanos, Faisal
Abel, Alejandro Abreu, Mayobanex Mueses y Rafael –Fey- Duquela condujeron un
grupo de muchachos para ascender al podio con una medalla de plata. Aquel grupo
lo formaban, entre otros, Antonio –Chicho- Sibilio (lasallista), Vinicio Muñoz
(Evangélico Central), Rafael Hall Calá (lasallista), Froilan Tavares
(lasallista), Leopoldo Ortíz, Pedro Hache (lasallista), José Amable Frometa
(lasallista), Ramón De La Cruz ,
Julio César –Lulu- Arias e Ismael Cristóbal Tapia Japa (lasallista). Todos
formados en el suelo nativo, todos de la mano de Abel, Félix Aguasanta y
Alejandro Abreu, que eran los instructores más acabados de entonces.
En esa ocasión, el partido por el primer lugar se
decidió por un juego impecable de los borincanos que en la primera mitad
lanzaron sobre el 90 por ciento desde el campo.
SouthGate se llenó la boca señalando que aportaría al
desarrollo de las categorías formativas. Contribuir, apoyar, auxiliar, asistir,
coadyuvar, cooperar, favorecer es mucho más que dejar en las oficinas de
FEDOMBAL los sobrantes de la vestimenta y las zapatillas que no encontraron
otros dueños. ¿A qué muchacho le puede servir una franela 4-XL o un zapato
número 18?
Los profetas que recogen los textos antiguos
anunciaban paraísos o vaticinaban el propio Apocalipsis; habemos en estos
tiempos los que no somos diferentes, pero la humanidad y el propio baloncesto
viven a pasos agigantados, comparables quizás al paso de los primeros
pobladores a la civilización.
Para volver sobre nuestros fueros, el baloncesto debe
vislumbrar un esfuerzo inusual por la recuperación ética de la actividad. El
vinculo entre ética y los parámetros de acción de FEDOMBAL brindarán los
debates necesarios, estratégicos, que todos reclamamos, en mayor o menor grado.
Proyectar el baloncesto dominicano no será jamás una
tarea simple, hay oportunidades y hay riesgos; aún asumiendo los riegos, vale la
pena. Después, una de las raíces de la palabra riesgo es atreverse.
Mientras el hacha va y viene, sólo nos cabe
preguntarnos, al mejor estilo de Álvaro Arvelo hijo… ¿dónde están los millones?
SEÑOR MADERA :ME PARECE MAS QUE COMPLETO EXPLICITO SU GRAN Y VALIOSO COMENTARIO ES TIEMPO YA DE QUE EN NUESTRO PAÍS LAS COSAS EMPIECEN A ACLARARSE Y MUCHO MAS EN EL DEPORTE QUE ES LO QUE NOS GUSTA A TANTOS DOMINICANOS QUE VEMOS COMO ALGUNAS DISCIPLINAS SON HEREDADAS POR UNA SERIE DE PERSONAS QUE NO DAN PASO A NADIE , PERO TAMPOCO DAN EXPLICACIÓN A NADIE DEL MANEJO DE LAS MISMAS SE MANEJAN COMERCIALMENTE SIN FISCALISACIÓN SOLO LAS DE ELLOS Y LA ÚNICA INFORMACIÓN ES (PERDIDAS).SOBRE CALIPARI ,UNA OPINIÓN PARTICULAR ES QUE MEDIO SECUESTRO NUESTRA SELECCIÓN PREVIO AL LOS DIFERENTES EVENTOS LAS INFORMACIONES RECIBIDAS POR EL PAÍS ERAN MUY POCAS ,¿QUE OBTUVIMOS ÉXITO ? ESTA POR VERSE ,A QUE NO VUELVE SI NO ES CON SUS CONDICIONES CREO QUE TODAVÍA LE HACE FALTA REVISIÓN A ESA FEDERACIÓN DE BALONCESTO QUE ARRASTRA UNA COLA MAS LARGA QUE LA DEL COMETA HALLEY.LES FELICITO SEÑOR MADERA POR DECIR COSAS QUE MUCHOS QUEREMOS OÍR.
ResponderEliminar