señor Hernández, no suelo responderle a fanáticos y por lo visto usted es uno más. Lo único que cabría preguntarle es: ¿cual es su partido?
No guardo silencio ante insinuaciones tan nefastas como las suyas, porque si callo ante su alusión, también estaría engañando.
Tristemente no tengo diferencias con nadie, sólo veo las cosas diferentes a los que algunas vez se han escudado bajo el manto amplio del deporte dominicano, desde sus disímiles vertientes, para su beneficio particular. Inclusive los que excluyen, los que por un instante de gloria se han sentido amos y dueños del universo.
Su critica se perderá en estas páginas, así como los que lo mandan a opinar de lo que no sabe, pero mis trabajos los absorberá la historia y serán referente obligado para una parte de la historia del baloncesto.
¿Sabe usted por qué?... por nunca me he engañado ni he adulterado el correr del tiempo.
No me molesta que me haya llamado boricua, lo que ahora se, es que ahora no puedo confiar en usted.
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